-Muy bien ya va siendo hora de que os vayais a dormir- Nos corto la madre de Eric.
Estabamos en la habitacion de Eric, este me habia dejado una camiseta suya para dormir, ya que habia puesto mi pijama de Snoopy a lavar. Habiamos estado hablando de series, musica, peliculas... lo habia pasado tan bien que habia olvidado que un asesino loco me habia intentado matar.
-Vale- Respondi- Bueno chicos me voy a mi habitacion- Les informe mientras les daba un beso en la mejilla a ambos.
-Si quieres puedes dormir conmigo... ya sabes... por si acaso- Me propuso Eric algo ronrojado, ganandose una colleja de parte de mi hermano.
-No te preocupes, no creo que entre aqui- Le conteste restandole importancia.
-Si pasa algo grita- Me recordo mi hermano.
Asenti con la cabeza.
Me dirigi a mi habitacion, esta era pequeña pero bien iluminada. Habia una cama pequeña de sabanas blancas frente a un armario alto y grande de buena madera, las paredes estaban pintadas de verde, al igual que la madera de la mesita de noche al lado de la cama, en la que descansaba una lamparita blanca de aspecto moderno.
Me adentre en la habitacion y cerre la puerta con pestillo, no me fiaba de Eric, era un pervertido.
Me tumbe en la cama cuando las puestas del armario de abrieron bruscamente. De su enterior salio Jeff que se lanzo hacia mi. Intente gritar pero me tapo la boca a tiempo de silenciarme. Apreto fuertemente mi mandibula, de forma que no podia morderle. Saco algo de su bolsillo, una mordaza, con la que habilmente me tapo la boca. Intente zafarme de el pero fue en vano, tenia mucha mas fuerza que yo ademas de ser mucho mas grande. Yo siempre he sido algo pequeña y enclenque.
-No puedes huir de mi- Me informo agarrandome las muñecas con una de sus manos, con la otra agarro el cuchillo, que me coloco en la mejilla herida.
Por un momento se quedo mirando mi escasez de ropa, lo que me provoco un escalofrio.
Bajo el arma hasta mis piernas mientras se colocaba sobre mi de forma que podia mirarme directamente a los ojos.
Note como empezaba a subir lemtamente su cuchillo por mis rodillas desgarrandome la carne. Intente gritar de dolor pero la mordaza me lo impidio. Me revolvi intentando soltarme, pero no consegui mada. El parecia ajeno a todos mis esfuerzos y seguia subiendo poco a poco, llegandome a los muslos subiendome poco la camiseta hasta que llego a mi caderas.
Alli se detuvo y se paro a contemplar su obra, parece que no le gusto ya que lo oi gruñir por lo bajo.
Repitio el mismo proceso en la otra pierna, pero esta vez apretando mas.
Comence a llorar por el dolor, me temblaba todo el cuerpo, solo queria que aquello acabara.
Cuando llego de nuevo a mi cintura dejo de apretar y se dirigio de nuevo a mi mejilla.
-Hermana- Me llamo de pronto Danny al otro lado de la puerta, golpeandola con los nudillos- Abre que tengo que hablar contigo.
Jeff miro la puerta rechinando los dientes, le latia una pequeña vena en su frente. Apreto de nuevo su cuchillo en mi mejilla herida, alargando el arañazo formando una larga sonrisa que llegaba desde la comisura de mis labios hasta casi mi oreja. Me revolvi con fuerza consiguiendo apartar un poco la mordaza.
-¡Danny socorro!- grite a pleno pulmon.
Este en respuesta empezo a golpear la puerta, decidido a derribarla.
Jeff miro a la puerta otra vez, y me solto. Se dirigio a la ventana y se sujeto al alfeizar, dirigiendo su mirada hacia la puerta, que cedio en ese mismo instante.
Al otro lado de la puerta derribada aparecio mi hermano, con su pelo moreno revuelto y mojado debido al sudor del esfuerzo, y sus ojos verdes brilantes por la rabia. A su lado se encontraba Eric con su pelo rubio tambien revuelto y un bate de beisbol en la mano. Miraron a Jeff con los ojos como platos mientras este les hacia una reverencia con la mano y se lanzaba al vacio por la ventana.
Eric corrio a la ventana a tiempo de verlo saltar el muro del jardin, en direccion al bosque. Danny en cambio se acerco a mi, preocupado. Las heridas de mis piernas sangranban abundantemente y mi mejilla ardia. Me desmaye.
(...)
Me desperte en una habitacion fria y blanca, una luz en el techo me ilumino directamente a los ojos, dejandome ciega momentaneamente. Me senti confusa, varios tubos salian de mi cuerpo hacia unas maquinas. Note una presion en mi brazo, mire alli y vi a mi hermano durmiendo apoyando su cabeza sobre mi brazo, agarrando fuertemente mi mano. Acerque mi mano libre a el y le acaricie el pelo.
Desde la muerte de mis padres a mis dos años el siempre habia cuidado de mi. Aun recordaba los dias en el orfanato cuando los niños mayores se metian conmigo y el les daba una paliza en respuesta, y en las casas de acogida...
Sonrei mientras le miraba, parecia un niño pequeño mientras dormia.
En ese momento entraron por la puerta un hombre ya mayor, de aproximadamente unos cuarenta años, con el pelo cano cortado con una precision militar ocultando sus entradas. A su lado iba otro hombre mas joven, teñido de rojo, portando en sus manos una pequeña libreta y un boligrafo.
-¿La señorita Alice?
-Si, soy yo- Le conteste aun acariciando la cabellera de mi hermano, que a pesar de haberse despertado seguia apoyado en mi, apretandome aun mas fuerte la mano.
-Soy el agente especial Hert Stone, y este es mi compañero Eli Rice- Dijo el mayor de forma afable.
Le contemple con instintiva hostilidad. Parecia recien salido de una serie de television, con su traje azul marino, su impoluta camisa blanca, su corbata lisa negra y su identificacion colgada al cuello, como si de una medalla se tratara. Era alto, seguro de si mismo y exageradamente en forma. Sus ojos azules se entrecerraron cuando me miro fijamente, examinandome de arriba a abajo.
Nos interrogo a fondo con las tipicas preguntas; ¿Que paso?¿Como era?¿A donde fue?... y toda esa mierda. Le conte la historia con pelos y señales mientras el joven hacia apuntes rapidos en su libreta.
Tras el interrogatorio se despidieron cordialmente y se marcharon de la habitacion.
Suspire, se notaba que no me creian, pero al fin y al cabo, ¿quien me creeria? Solo tenia a mi hermano.
-He pensado en mudarnos- Corto el silencio mi hermano.
Le mire anonadada.
-No podemos Dan, no tenemos el dinero para comprar una casa.
-Me da igual- Su mirada se torno oscura y gelida- No pienso permitir que te pase nada.
No pude evitar sonreir, el siempre tan sobreprotector...
-No te preocupes Dan- Le tranquilice acariciando su mejilla- Voy a estar bien no te preocupes.
Me miro con ojos de corderito, escondio su cabeza en mi pecho abrazandome con cuidado, evitando los cables y hacerme daño. Yo me dedique a coger mechones de su pelo entre mis dedos y a juguetear con ellos.
-Voy a por algo que comer- Dijo separandose de mi- ¿Quieres algo?
-Con agua me basta.
Salio de la habitacion apresurado.
Me recoste en el respaldo de la cama, una cortina blanca me separaba del resto de la habitacion, frente a mi habia una vieja television que funcionaba con monedas decoraba la pared vacia.
Sono mi movil, un mensaje. Lo cogi pensando que seria Jess o alguna otra de mis amigas.
Hola querida, ¿te gusto la sonrisa? No te preocupes, no dejare que se borre, jamas. Por cierto, ni se te ocurra intentar huir, si lo haces tu "hermanito" sufrira las consecuencias.
Atentamente: Jeff
Relei el mesaje, ¿como sabia mi numero se telefono? Senti como el miedo me invadia, no soportaria que algo le pasara a mi Dan, el lo es todo para mi.
-¿Que pasa?- Dijo de pronto Dan apareciendo por la puerta, sacandome del hilo de mis pensamientos.
-Nada- Dije sonriendo mientras borraba el mensaje- Tengo ganas de volver ya a casa.
-¿Estas segura? Podria ser peligroso.
-Dan venga ya, estoy bien.
-Pero ayer por la noche no- Me corto.
Estuvimos discutiendolo un buen rato, pero al final como no gane yo.