The Same Heartbreaker (2) ✔️

By isnotcandy

2.4M 184K 119K

Segundo libro de la Trilogía Heartbreakers. Es necesario leer el primer libro para entender este. Cuidado co... More

Prefacio.
Prólogo.
1. Quinn.
2. Liam
3. Quinn.
4. Liam.
5. Quinn
6. Liam.
7. Quinn
8. Liam.
9. Quinn.
10. Liam
11. Quinn
12. Liam
13. Quinn
14. Quinn.
15. Liam.
16. Quinn.
17. Liam
18. Quinn
19. Liam
20. Liam
21. Quinn.
22. Quinn
23. Quinn
24. Liam.
25. Quinn
26. Quinn.
27. Liam.
28. Quinn
30. Quinn.
31. Quinn
32. Liam.
33. Liam
34. Quinn.
35. Quinn
36. Liam.
37. Quinn.
38. Quinn.
39. Liam.
40. Quinn.
41. Liam.
42. Quinn
43. Quinn
44. Liam.
45. Quinn
46. Liam.
47. Quinn.
48. Quinn
49. Quinn.
The Last Heartbreaker (3)

29. Liam

48K 3.6K 3.6K
By isnotcandy


LIAM

Hideout siempre esta lleno de universitarios. Es una de las cafeterías más cerca del campus. El café es bueno pero nadie realmente viene porque sea bueno, con el simple hecho de que sea cafeína ya vuelve loco a cualquier universitario.

Cierro mi libreta de apuntes cuando atisbo a Emma entrando. Dejo mi lápiz a un lado y recuesto mi espalda en la silla. Es la última semana antes de las vacaciones por navidad y estoy investigando sobre un tema para entregar un trabajo en dos días.

Emma Anne Jenner sonríe al verme. Su nombre completo suena raro en voz alta, por lo que solo Emma es perfecto. Le devuelvo la sonrisa para no empezar con el pie equivocado.

Se deja caer en la silla del frente con cansancio. Suelta un bufido.

—Acabo de salir de la clase más aburrida del mundo —murmura ella.

—¿Qué quieres para tomar? —carraspeo. Ella entrecierra sus ojos al notar mi incomodidad. Es una chica inteligente, seguro ya ha descifrado que algo va mal.

—Un latte de vainilla —responde.

—Ya vuelvo.

Me levanto de la silla y como un imbecil, me apuro a hacer la fila de dos personas para pedir su café. Aparentemente toda la faceta de rompecorazones parece haberse escondido tan bien que me esta costando encontrarla.

No quiero lastimarla, quiero terminar esto en buenos términos. No soy idiota, entiendo perfectamente que después de esto, no habrá más entrenamientos de boxeo juntos o sexo. Apenas nos saludaremos y volveremos a ser desconocidos.

Emma es una buena chica, pero Quinn me pidió que me aleje de ella. Suena como si me estuviera dejando dominar completamente por ella pero no es así. Quinn aceptó a mantener nuestra relación abierta, significa que por más que me revuelva el estomago pensarla con otro y mis celos se disparen al maldito cielo, yo tengo el mismo derecho de estar con otras chicas. Solo que Emma no.

Le pido a la chica que atiende detrás del mostrador el latte y le pago. La reconozco de mi clase de anatomía pero ella no me reconoce a mi. Recibe las diez libras y me devuelve el cambio.

Me muevo a otra fila a esperar el pedido. Meto mis manos en mi bolsillo. Ya es definitivo, estoy actuando como un estupido. No debería ponerme nervioso.

Llaman mi nombre y me acerco al barista para recibir el latte en un vaso desechable. Vuelvo a la mesa, donde Emma ha abierto mi libreta de apuntes y hojea todo con atención.

—El programa de biología luce tedioso —comenta. Dejo el café sobre la mesa cuando me siento. Ella me mira—. Gracias.

Le sonrío. Ella pagó la última vez que tomamos un café, ya estamos a mano. Significa que estamos listos para decirnos adiós.

—Nah, no lo es —respondo inclinándome sobre la mesa—. Si quiero entrar a la escuela de medicina, esto será de gran ayuda.

—Por poco olvidaba que eres todo un apasionado por la ciencia —sonríe burlona—. ¿Tienes algún programa en mente?

—Harvard tiene un buen programa —contesto. Nunca había discutido este tema con alguien antes, simplemente en mi cabeza. Aun me quedan tres años de universidad, luego cuatro de medicina y la interminable residencia. Querer ser doctor no es una idea que le surgió de la noche al día.

—¿Harvard? —inquiere con sus cejas alzadas—. Impresionante. Queen Mary también es buena.

Asiento.

—Me gustaría volver a Estados Unidos, el acento ya se me esta pegando demasiado —bromeo y ella ríe.

—Los hombres con acento son cien veces mas atractivos —dictamina con una sonrisita traviesa—. Soy casi periodista, te he dejado los datos sobre la mesa.

Carcajeo.

Recuerdo a Quinn y su cara de sorpresa cuando el acento inglés se me escapó en una de nuestras conversaciones. Sus ojos se iluminaron y me miró como si fuese el tipo mas sexy del mundo.

—Hay algo que debo decirte —me revuelvo incómodo en mi lugar. Emma lo nota y carraspea, se inclina levemente hacia atrás, como si supiera qué palabras saldrán de mi boca antes de decirlas—. Tenemos que... —toso al sentir su mirada—. Tenemos que dejar de vernos.

Los ojos incrédulos de Emma me miran con diversión mientras me echo hacia atrás en mi lugar.

—¿Por qué? —inquiere.

Humedezco mis labios. ¿Qué razón justa le tengo que dar? ¿No porque la chica que me gusta que vive otro continente me dijo que puedo estar con cualquier chica menos con ella? No suena exactamente bien.

—Estuve en Portland y...

—¿Es esa chica, verdad? —me pregunta. Parpadeo sorprendido y me quedo en silencio, dejando que ella elabore—. Ya sabes, la rubia.

Me detengo unos momentos intentando pensar en qué momento le hablé a Emma sobre Quinn. Nunca. La mencioné pero ninguna de esas veces fui específico.

—No es muy difícil unirte a ella, tuvieron algo, ¿verdad? —suena incómoda. Lleva su latte a sus labios y bebe un poco para disfrazar su incomodidad.

Asiento. Tuvimos algo, supongo.

—¿Han vuelto?

—Algo así —respondo—. Emma, eres increíble pero no podemos seguir viéndonos. Eso es todo.

—¿Ni siquiera como amigos? ¿Es muy celosa? —me pregunta.

Ahora debo lucir como un tipo inmaduro y muy imbecil. Como no.

—Podemos ser amigos —respondo encogiéndome de hombros e intentando actuar casual—. Solo que...

—Amigos sin derechos —concluye casi riendo. ¿Cómo ha pasado de estar incómoda a divertida en tan poco tiempo? ¿Por qué ahora yo estoy tan incomodo? 

—Básicamente —respondo.

Tomo el último sorbo de café que me queda. Ya está frío y es muy amargo, pero no creo que más amargo que esto.

—Presiento que lo de ser amigos no funcionará, Liam —dice en un suspiro. Luce frustrada y abatida, parecido a cuando te llevas una gran decepción.

Yo tampoco creo que ser amigos funcione. ¿Cuando funciona? Nunca.

—Además, no estoy para dramas —vuelve a hablar—. Pensé que podríamos tener algo serio, pero veo que las cosas no son como yo pensé.

«Pensé que podríamos tener algo serio». Por un momento, yo también pensé eso. Me hice la idea en mi cabeza de que Emma podría ser la estabilidad que necesitaba. Que Emma podría ser ella.

—Lo siento.

—No lo sientas —se apresura a decir ella—. Lo entiendo perfectamente. No es tan dificil.

Aprieta sus labios en una fina línea y juega chocando las puntas de sus uñas contra la mesa. Esta es esa situación en la que las mujeres dicen "estoy bien" cuando en realidad, podrían arrasar al mundo entero con la mirada.

—¿Estamos bien? —inquiero con incomodidad. Mi cabeza solo cuenta los segundos para terminar esta conversación e irme.

—Sí —contesta alzándose de hombros.

Emma es rápida cuando se levanta de su silla. Toma el café que le compré y su bolso que estaba colgando de un extremo de la silla. Ajusta su cazadora de cuero y me esboza una sonrisa forzada.

—Nos estaremos viendo —se despide ella—. Adiós, Liam.

No puedo siquiera murmurar un corto "Adiós" porque ella gira sobre sus talones y comienza a alejarse de la mesa. Una vez que se ha ido de Hideout, me permito soltar un largo suspiro.

Joder, no puedo creer que me he puesto nervioso y todo.

Sacudo mi cabeza en un intento por distraerme y vuelvo la vista a mis libros en la mesa. Emma había cambiado las páginas y hurgado por mi cuaderno así que me toma un rato volver a acomodarme.

Intento poner atención a la información pero mi mente sigue en Emma, su rostro, la mueca que puso toda la conversación y que acabo de alejar a una buena persona de mi vida por Quinn.

Pensando en Roma, mi celular vibra y cuando me inclino a ver, es un mensaje de Quinn contándome sobre su día. Sonrío como imbecil y me despido de estudiar cuando abro el mensaje y comenzamos a conversar.

En mi mente, estoy apostando todas mis fichas a Quinn. Espero no perder, no puedo pasar por esto una vez más.

***

—Monroe, si no te callas no puedo concentrarme —le recuerdo por quinta vez mientras muerdo mi labio y aprieto la manga con mayor precisión que la vez pasada.

—Lo siento —vuelve a disculparse por quinta vez con un tono de culpabilidad.

Termino el decorado y dejo la manga rosa de Aggie sobre la mesa. Me alejo unos pasos para admirar mi creación. Es mi famoso pastel de chocolate con glaseado de limón. Cada vez que lo hago, es como si hubiese parido un hijo. Un hijo sexy.

La rubia se acerca a saltitos como niña pequeña desde una esquina de la cocina.

—¡Luce genial! —chilla ella y me abraza por detrás, rodeando sus brazos por mis hombros. Se impulsa para poder treparse como mono a mi cuerpo.

—¿Qué se dice?

—¡Gracias, gracias, gracias! —exclama con emoción.

Mi pastel es el pastel favorito de Aggie. Según ella, solo yo le doy en el clavo con lo que le gusta porque ni siquiera el mismo Buddy Balastro lo sabe hacer tal como a ella le gusta. No creo que mienta para subirme el ego, de eso ya tengo y de sobra. La receta es de mi madre, hacerlo es tocar un nervio sensible.

Tampoco es  como si tuviera tiempo para perder horneando y decorando un pastel pero cuando el estado emocional de Aggie peligra, me temo que tendré que hacerme mucho tiempo libre para cocinar.

Aggie fotografía el pastel de todos los ángulos posibles y sube su sesión a una historia de Instagram. Cuando termina, ella se encarga de cortar la torta mientras que yo me lavo las manos y me quito el delantal manchado con chocolate y harina.

Sirve dos porciones aunque yo no tengo muchas ganas. Cuando nos sentamos en el sofá, con demasiado pastel para solo dos personas y limonada, se siente raro no tener a Nick y a Tyler con nosotros. A Nick no le gusta el glaseado de limón, si estuviera ahora, lo correría con un cuchillo hasta dejar la parte de chocolate. Tyler, por otro lado, le agregaría fresas a mi pastel porque según él, sabe mejor.

La situación sigue siendo complicada. Nick ni siquiera puede mirar a Tyler, no se dirigen la palabra en lo que parecen ser años. Aggie llora todas las noches antes de dormirse y ya no se habla con Tyler. Intenta acercarse a Nick, pero eso solo causa mas problemas.

Yo soy el que intenta unir una amistad que ya no sirve. Me siento como la base de los tres, porque de cierta manera,  todos cuentan conmigo para ser sus amigos. Y no quiero decepcionar a ninguno.

La rubia me entretiene toda la tarde charlando y viendo películas en Netflix. No me quejo, porque las películas las elijo yo y la charla es buena.  No me preocupo por la hora como antes. Esta mañana, desarrollé un sistema muy bueno en mi cabeza. Los lunes son de Aggie, los miércoles de Nick y los viernes de Tyler. Entre el resto de los días, intento dividirme como puedo y estudiar. Esta es la semana de prueba.

—Oye, ¿en qué quedaron Quinn y tú? —interroga Aggie con un tono de voz que parece que esta caminando en un campo minado. Me preguntaba cuando iba a demorarse en preguntarlo.

—Ehm —me acomodo en el sofá—. Hicimos las paces.  Esta todo bien.

—¿Son... pareja? —pregunta alzando sus cejas.

—No —respondo—. Estamos bien.

Aggie frunce el ceño y abre la boca para decir algo. Pero luego se arrepiente y la cierra, tira su espalda contra el sofá y resopla moviendo algunos mechones de su cabello.

—Son raros —termina por decirme—. Son el uno para el otro, pero son raros.

Me río.

—La quiero mucho, Aggs—confieso sabiendo que hay mucha confianza entre los dos.

Ella sonríe como lo haría una mamá orgullosa.

—Al fin, Liam Hamilton admite que esta enamorado —exagera y agita sus manos en el aire.

Esta en la punta de mi lengua decirle que no me he enamorado de nadie. Es mi respuesta automática, pero esta vez no lo digo. Porque la verdad es que Quinn no solo me gusta, me tiene loco a un punto que cada noche pienso en ella y recordar sus besos me hace sonreír.

—Supongo que caí —respondo alzándome de hombros.

Mi "relación" con Quinn tiene mucho polvo encima, muchas cosas que limpiar y aclarar. Ni siquiera es mi novia, no somos exclusivos, no hay mucha "relación" envuelta en todo esto. Somos solo ella y yo, con estos extraños sentimientos que todavía intentamos descifrar y a muchos kilometros de distancia.

Aunque sea un factor pesado e importante, no creo que la distancia sea muy importante. Puedo tomarme un avión todos los fines de semana si quiero, podemos encontrar la forma de hacerlo funcionar sin inconvenientes. Es la confianza la que tiene que desarrollarse, es Tyler quien debe aclarar toda su mierda, despabilarse y entender qué es lo que realmente quiere.

Ella no esta en una situación muy favorable ahora, su salud pende de hilos y yo estoy aquí, intentando mantener un ojo en la investigación de Olive que cada vez progresa más y mantener a mis amigos un poco menos miserables.

—Son tal para cual —dice ella mirando la televisión.

Junto mis cejas. ¿De qué manera lo dijo? Porque yo entiendo dos: «ah, ambos son unos hijos de puta. Se merecen» y «Son dos personas fantásticas que conectan muy bien».

De las dos maneras, es verdad.

—Sí, lo somos.


Tres horas después, veo de reojo que anochece por la puerta que da al balcón. Aggie cabecea casi durmiéndose en mi hombro y a tercera película de la tarde le queda poco tiempo para que pasen los créditos.

—Eh, rubia —muevo mi hombro dejando que su cabeza caiga y se reincorpore rápidamente, ahora despierta. Sus ojos azules me miran entrecerrados.

—¿Mhm? —balbucea echándole una mirada al televisor. Se ha perdido unos buenos quince minutos de la película.

—Me voy —le aviso.

Ella asiente con la cabeza aún adormilada. Es gracioso como lucha para no cerrar sus ojos.

—Deberías ir tu cama —le recuerdo.

—Ah, no tengo ganas —murmura algo dejada. Recuesta su espalda en el sofá—. Hoy dormiré aquí.

Exhalo fuerte. Va a despertarse con dolores de espalda, este sofá es cómodo para sentarse y ver unas cuantas series o un juego de fútbol pero no para dormir.

Cierra sus ojos y amenaza con caer en el quinto sueño en cuestión de segundos. Me paro, la observo echada con su pijama de corazoncitos de invierno y sé que tengo que llevarla a su cama. Me pongo a su altura, paso un brazo por debajo de sus rodillas y otro por su espalda y la levanto.

Aggie es liviana por lo que no me cuesta nada alzarla.

—Que terco eres —farfulla ella mientras entro por el pasillo para llevarla a su habitación. Abro la puerta con mi pie, no como en una película de acción. Ya quisiera. La puerta ya estaba entreabierta, solo la empujo.

La dejo delicadamente sobre su cama y mientras ella rueda intentando acomodarse, le quito el edredón y las sábanas para que entre. La obligo a entrar, en realidad. Hace mucho frío afuera y lo último que necesito en mi vida es que Aggie se enferme.

Oh, joder, ya soy todo un padre.

—Gracias, Hamilton —dice ella antes de que pueda girarme para irme—. Gracias por todo, en realidad. Eres el mejor amigo que una chica puede pedir.

Sonrío pero no respondo, Aggie ya cerró sus ojos y duerme.

Cierro la puerta de su habitación y antes de irme, apago el televisor y chequeo que todas las ventanas estén bien cerradas. Alzo mi abrigo de la silla donde lo dejé y me voy del departamento sin hacer mucho ruido.

Una ve afuera, me lleva dos minutos llegar al piso que comparto con Tyler, las ventajas de vivir en el mismo edificio. Cuando abro, echo un suspiro al ver el panorama.

Tyler esta tirado en el suelo de madera, cerca del sofá, con varias latas de cerveza a su alrededor como también libros de texto.

Esto deja mucho que desear.

Carraspeo para llamar su atención ya que con la concentración que tiene sobre lo que esta leyendo, ni ha reparado que alguien acaba de entrar al departamento. No tienen la puta idea de tranquilo que me deja que ladrones puedan entrar tan fácil.

—Hola, amigo —saluda este al verme y detecto el brillo en sus ojos que me indica que ya esta afectado por el alcohol.

—¿Estudiando?

Lanzo mi chaqueta sobre uno de las sillas al acercarme a él.

Pasea su mirada por las latas vacías.

—Son viejas —se excusa.

No lo son, porque hay algunas que aún siguen frías.

—No puedes beber así —lo regaño y me quito las botas que tengo puestas—. Es lunes.

—Me ayuda a concentrarme, mañana tengo este examen de mierda que me esta por sacar canas rosadas —farfulla.

Hay lápices desparramados sobre el suelo, hojas borrador con diferentes operaciones matemáticas y una calculadora científica a un costado.

—No habrás probado el café, ¿verdad?

—También funciona —se alza de hombros.

—No los mezcles —le aconsejo.

Se ríe.

—Habla el tipo que en la última fiesta combinó Red Bull con... ¿qué era? ¿Vodka? —se burla de mi.

Pongo mis ojos en blanco. Fue una fiesta en uno de los departamentos del campus, antes de viajar a Portland y que todo se fuera al mismo demonio.

—Me voy a duchar, no quiero salvarte de un coma alcoholico de nuevo. ¿Quieres? —me burlo aunque lo que digo es bastante real. Tyler anda borracho la mayor parte del tiempo.

—Te lo prometo —responde. Me estoy por ir, cuando lo oigo hablar—. ¿Estuviste con Aggie?

Me detengo y volteo a verlo. Nunca me pregunta mucho sobre ella porque la herida sigue sin cicatrizar en todos pero siempre quiere preguntarlo, lo conozco.

—Sí.

—Eh... ¿cómo esta? No quiero parecer un imbecil pero éramos mejores amigos, me preocupo por ella.

—Ya sabes como es Aggie, intenta engañarnos a todos con que esta bien cuando realmente no lo está —le digo—. Pero va a estar bien.

Tyler asiente.

—Es de otro mundo lo que haces —confiesa luego de unos segundos de silencio—. Estar para los tres en este momento de mierda, aunque yo no lo merezca. Gracias.

—No tienes que agradecer, imbecil —respondo aunque aprecio que todos estén notando mi esfuerzo cuando en realidad, debería mandarlos a los tres de una patada a terapia de grupo—. No bebas demasiado, por favor.

—No lo haré, papi —contesta burlón.

Le enseño el dedo del medio antes de volverme al pasillo e irme a duchar. Reviso mis mensajes antes de ir al baño. Quinn aun no me ha respondido y no la culpo, anda echando chispas por todos lados con la mudanza y todo lo que hay que preparar. Va a volver a Miami, le hará bien.

Y hay otro mensaje de Nick.

Nick: hey, foley's mañana?

Según mi nueva agenda, mañana tengo que encargarme de otras cosas. Los miércoles son de Nick.

Liam: puede ser el miércoles?

De seguro quiere juntarse a beber y a charlar. Se ha hecho nuevos amigos en esa residencia donde vive ahora y quiere presentármelos.

Me sorprende con la rapidez que responde.

Nick: es como urgente, mejor te llamo

Dos segundos después, me entra su llamada. Resoplo, la ducha va a tener que postergarse. Atiendo y me meto en mi habitación para que Tyler no escuche.

—¿No podías esperar dos jodidos minutos? —le pregunto al atender.

Se ríe sarcásticamente.

—Nah, esto querrás saberlo —dice y hace una pausa dramática.

—¿Y? —cuestiono impaciente cuando me ha dejado intrigado.

Aclara su garganta.

—Me voy a transferir de universidad —dice al cabo de un tiempo.

Me detengo por unos momentos y repaso en mi cabeza lo que acaba de decirme.

—¿A donde? —inquiero en un hilo de voz sin creer lo que me dice.

—Dartmouth —contesta él—. Normalmente no podría transferirme en tan poco tiempo, pero mi padre se graduó allí y los contactos siguen frescos.

Dartmouth esta en Estados Unidos. Para ser más específico, en Nuevo Hempshire. Sabía que esa era una opción muy grande para Nick a la hora de elegir universidades pero no pensé que haría esto.

Que él se transfiera, solo vuelve mas real lo que esta pasando. El grupo se esta rompiendo definitivamente.

—¿No vas a decirme nada? —presiona del otro lado de la línea.

—Eh... —balbuceo—. ¿Estás seguro de esto?

—Liam, joder sí. No puedo seguir estando aquí, siento que sobro, que no podré avanzar con mi vida hasta que me aleje de los dos. Necesito un cambio.

Capto sus palabras y las entiendo. Si estuviese en su lugar, ya me hubiese largado hace tiempo porque siendo honesto, no sabría como lidiar con toda esta mierda.

—Eh... ¿cuando te vas?

—Después de las vacaciones —contesta—. Y es definitivo.

Ahora tan solo me imagino a Aggie cuando se entere. Esto la va a destruir porque además de irse cualquier chance de volver a ser amigos todos de nuevo, se van sus chances de que él la perdone.



Esa misma noche, antes de dormirme, me quedo mirando el techo por un rato. Después de la conversación en la que me llenó con detalles como por ejemplo, por qué demonios no se le pasó por la puta cabeza contarme algo antes, terminé entendiendo que lo mejor para él es que se vaya.

Exhalo aire y cierro mis ojos con fuerzas. Acabo de salir de otra conversación por teléfono con papá, quién me dijo que esta siguiendo de cerca el operativo de Olive y el detective cree que cada vez estamos mas cerca. Me resulta raro que después de tanto tiempo sin saber nada, de repente estemos tan cerca de encontrarla. Es extraño pero no quiero maldecir nuestra buena suerte. La extraño tanto que duele.

Estoy por dormirme cuando una notificación suena en mi celular. Normalmente las tengo silenciadas a todas pero la única que dejé con sonido son los mensajes de Quinn.

Tanteo mi teléfono en la cama y observo que casi son las 12 de la noche aquí, por lo que allá serán las cuatro de la tarde.

Entrecierro mis ojos para acostumbrarme a la luz y abro el mensaje, que no dice nada porque es una imagen.

Joder.

Mis ojos casi se salen de sus órbitas cuando veo la foto que me ha mandado. Tengo que parpadear un par de veces para chequear lo que estoy viendo. Me muerdo el labio, quiere matarme. Definitivamente quiere matarme y esta jugando con fuego. Lo peor es que lo sabe perfectamente.

A los segundos, recibo un texto:

Quinn: te necesito

Tengo que hacer mi mejor esfuerzo para no comenzar a toser como imbecil. Con que así quiere jugar ahora... Está bien, gatita. Dos podemos jugar a este juego.


Nota:

A ver, les juro que no quiero refregar nada pero QUIERO COMPARTIRLES LO FELIZ QUE ESTOY.

VOY A IR A VER A SHAWN Y ESTOY SALTANDO DE LA FELICIDAD. Y que yo este feliz es raro, pidan un deseo

No le puedo estar mas agradecida a mis viejos por hacer este esfuerzo enorme en llevarme. Los amo ajsjsoaahhjwwuwuwuqjj

Bueno, ahora a lo que nos concierne.

Desaparecí por dos semanas porque estuve de viaje. La pasé muy bien, mi higado volvio llorando pero todo joya. Espero que ustedes también la hayan pasado bien en estas dos semanas♥️

En fin, gracias por ser tan pacientes. Y de recompensa, van a haber capítulos MUY SEGUIIIDO porque por si no me siguen en Instagram, quiero intentar terminar TSH antes de marzo. Le faltarán unos 15 capítulos, no c :)

En fin, a partir de ahora las cosas entre Liam y Quinn van a empezar a acalorarse porque ellos y ustedes se lo merecen. 🤫❤️

Nos vemos *redoble de tambores* mañana! ❤️

Redes sociales para segguir arruinandonos las vidAAAAS aaaa re lindo

mucho amor para mis chispitas! Los quiero,
Cancan.

Continue Reading

You'll Also Like

3.9K 314 11
Desde su llegada al Orfanato D. W, Verónica ha sufrido excesivamente de burlas y humillaciones, con el transcurrir del tiempo estas fueron aumentando...
2K 257 17
Una hiatoria del ship de Kendo y Sayho que no se si es ship o no pero me vale por que para mi si lo es asi que si no te gusta te vas bien a la concha...
82.6K 4.2K 53
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...
330K 18.1K 69
En inglés: Friendzone. En español: Zona de amigos. En mi idioma: Mi mejor amigo me mira como a su hermanita y jamás de los jamases me verá como alg...