-Levihan- OneShots en Edición

By YepYepYeap

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Historias aleatorias que involucran varios aspectos que Hajime Isayama no nos ha mostrado de nuestra amada pa... More

A Perfect Date
A flower
Stressful
Weird situations
Let him know
Doubting my sanity
New friendships
Shyness?
Rainy days
Forever
Knowing us
The time we own
It's hard to say goodbye.
How to handle drama...
Helping a friend.
A matter of trust.
Things that happen... Part 1
Things that happen... Part 2
By myself.
Dealing with stress
In sickness and health
In sickness and health 2nd part
We got the stars
We got the stars 2nd part
Hope
Hope 2nd part
The distance
The distance 2nd part.
From zero
From zero 2nd part
Surprises, surprises..
Surprises, surprises 2nd part..
Surprises, surprises 3rd part.
Little details
Little details 2nd part
New
New 2nd part
The last day
About sadness and misfortune
More than a dinner
In another life
Unexpected Situations
When we meet again
Especial Octubre #1
Especial Octubre #2
Especial Octubre #3
Especial Octubre #4
Especial Octubre #5
Mini ~ shots #1
Mini ~ shots #2
Mini ~ shots #3
Secrets are lies?
Secrets are lies? 2nd part
Songfic #1
Secrets are lies? 3rd part
Songfic #2
Secrets are Lies?, Final
Songfic #3
No need for...
Overwhelmed
Rumor Mill
Communication is the key
Not yet
All those silences
Void
In the eyes of the beholder
Looking after...

In sickness and health 3rd Part

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By YepYepYeap

En la salud y enfermedad parte 3.

Espero que disfruten del final de esta mini historia dentro de los oneshots .

⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️

Una semana entera había pasado...los titanes no habían destruido la ciudad, los ciudadanos no se habían asesinado los unos a los otros en el transcurso de la misma o lo que es lo mismo nada había cambiado.

Todo seguía su curso, nadie había muerto a causa de la pelea que hubo entre ella y yo, todo estaba bien...todo estaba normal.

La vida continuaba igual para todos, excepto para ella y para mi ya que yo había evitado por todos los medios el encontrarme con ella en cualquier tipo de situación.

En aquella semana no la había visto bajo ningún tipo de circunstancia, lo cual era una bendición, ya no tenía que vigilarla o hablar con ella... o con nadie.

Ella por su extravagante actitud y rara amabilidad era la 'conexión' entre muchas personas y yo... ella era ese 'puente' que incitaba a las personas a hablarme, saludarme, sonreírme, tratar de hacer las cosas bien sin llegar a insultos, etc.

Pero ahora esos puentes y conexiones se habían roto, ya no había sonrisas por aquí y por allá, los soldados me veían pasar con expresiones de miedo impresionantes en sus rostros... justo como debía ser- me decía a mi mismo.

El miedo que infringía en mi primer año al llegar a la legión estaba de regreso.

Los soldados huían de mi presencia, y los que no podían huir trataban de hacer su mejor esfuerzo y largarse lo antes posible... así de 'diferente' era la situación ahora.

Todos sabía lo que había sucedido entre ella y yo, y no era para menos... los gritos de la loca seguramente habían sido escuchados por Erwin en la comodidad de su oficina.

Y por si fuera poco las enfermeras comenzaron a inventar historias de cómo había sucedido todo, aún cuando la mayoría de ellas estuvieron presentes durante la pelea.

En algunas versiones Hange me había golpeado y esa era la razón por la cual no había salido de mi habitación durante todo ese día.
Como si no nos hubiésemos golpeado entre nosotros hasta cansarnos en los entrenamientos.

Otra versión contaba que ella se había lastimado la vista y yo debido al enojo había enloquecido y de la nada había golpeado a Hange y de esa manera fue como ella ahora tenía la nariz rota.
Como si ella se dejase golpear tan fácilmente.

Y había por lo menos 3 versiones diferentes, donde incluso involucraban a Erwin dentro de todo esto.
Como si a él le interesara lo que sucedía entre nosotros.

Decir que todas esas idioteces eran absurdas sería decir poco, pero debido a que nadie se atrevía a comentar dichos rumores para comprobar cuál de todos era cierto con el pasar de los días fue disminuyendo la cantidad de veces que escuchaba mi nombre y el de aquella mujer juntos entre susurros a manera de conversación entre los soldados.

Al paso de 4 días ya no había rumores acerca de 'la pelea', ahora la novedad era el rumor de una chica que habían tenido que sacar de la cocina ya que se encontraba devorando todo lo que encontrara.

O eso es lo que decían ahora, esos imbeciles... como si no tuvieran mejores cosas que hacer que inventar chismes.

Pensé mientras terminaba de cruzar el pasillo y ahora mismo me encontraba abriendo la puerta de la oficina de Erwin.

-Toma- dije extendiendo la mano derecha mostrando algunos documentos a Erwin.

Debido a que entre sin avisar lo primero que hizo fue mirarme, después ya habiendo comprobado que efectivamente era yo comentó.

-Vaya terminaste antes- dijo sorprendido poniéndose de pie.

-Si tomalos, tengo que irme-dije aparentando estar ocupado.

-¿Que tienes que hacer?-dijo sujetando los documentos mientras los ojeaba y volvía a tomar asiento.

-Cosas- dije y di media vuelta.

Una cosa menos por hacer ahora solo tenía que volver a mi habitación para hacer más 'cosas'.

-Tu humor es mucho peor que cuando llegaste aquí por primera vez, ¿haz estado durmiendo?- pregunto.

-No tengo ganas, ni tiempo de hablar contigo de esto- dije visiblemente molesto.

No quería pelear, y justo como le mencione tampoco quería hablar de el asunto o de ella.

-¿Piensas ir a disculparte con ella?- pregunto con tono neutral.

-Yo no...- me detuve a mitad de la frase y suspiré a causa de la frustración... eso era lo que el quería, que terminara sacando el tema para poder hablarlo con el, muy listo pero no esta vez Erwin.

-¿Tu no, que?- dijo interesado.

-Si necesitas algo que tenga que ver con la legión o algo de provecho, avísame- dije saliendo de la oficina y azotando la puerta detrás mío.

¿Ahora quería ser consejero?... que tierno pensé con sarcasmo.

Camine de vuelta a mi habitación, ya que ahora tendría que buscar con que entretenerme, siempre había algo que hacer aquí pero ahora las opciones parecían pocas y no me sentía con la paciencia que se requería para realizar cualquiera ellas, no después de que Erwin terminara con la paciencia que logré recolectar durante el día.

¿Limpiar el comedor?, no la hora de la comida recién terminaba.

¿Limpiar las caballerizas?, no eso lo hice ayer.

¿Papeleo?, no acababa de entregárselo a Erwin.

¿Limpiar mi habitación por décima vez esa semana?, no parecía tan mala idea... dado que ya me dirigía hacia el lugar de cualquier forma.

Decidí que lo más agradable sería no tener a nadie a mi alrededor a quien gritarle, así que simplemente llegue hasta el pasillo que conectaba mi habitación con algunas otras.

Al pasar por una ventana observe un tono rojizo colorear de manera tenue la madera que había en el pasillo, mismo que pocas veces me había detenido a observar

Me recordaba a alguien...

Isabel.

Me recordaba a Isabel...
el color de su cabello, la calidez que emanaba de su personalidad, lo mucho que la extrañaba.

Había sido un verdadero idiota al dejarlos a su suerte aquel día.

Cerré los ojos y traté lo mejor que pude de tranquilizarme, ponerme histérico sin razón aparente terminaría por hacerles creer a los soldados que había terminado enloqueciendo.

Retome mi camino aun sintiendo resonar el peso de la melancolía con cada paso que daba.

Al tomar la manija para entrar a mi habitación supe que alguien había entrado y también sabía exactamente de quién se trataba aún sin siquiera haber abierto puerta.

Me debatí internamente entre huir o ingresar a mi habitación y afrontarla.

Recargue mi frente en la tibia madera de la puerta mientras pensaba cuál sería mi mejor opción, ya que después de aquel episodio de melancolía recordando a Isabel me sentía... mal.

Como que nada encajaba, tener que huir de mi propia habitación por culpa de que 'ella' estuviera dentro no era justo.

Yo solo quería estar solo, ¿acaso era mucho pedir tranquilidad en este mismo instante?

Suspiré, giré la manija y empuje levemente la puerta.

Ella se encontraba sentada en la silla que ocupaba para trabajar en mi escritorio, estaba sentada de tal manera que en cuanto ingrese a la habitación ella fue lo primero que vi.

Le dediqué una mirada, pero solo eso.

Me gire para cerrar nuevamente la puerta y después me dirigí a mi cama, sentándome en la orilla segundos después comencé a quitarme las botas.

No tenía ganas de nada, mucho menos de pelear por lo que ignorarla por el momento parecía la mejor de mis opciones.

Ella pareció entender la indirecta, ya que se limitó a observarme sin hacer algún tipo de comentario.

Cuando termine de quitarme las botas las acomode a un costado de mi cama y luego me recosté sobre aquella almohada la cual no había tocado en meses, mientras sucedió aquello pude ver el tono rojizo que atravesaba sutilmente los cristales de la ventana en mi habitación, reposando en el castaño cabello de ella.

No era justo que tuviera que estar ella ahora mismo en mi habitación.

Cerré los ojos y me concentré en el sonido de mi propia respiración, pensar en los beneficios que la legión había dado a los ciudadanos dentro de las murallas no parecía ser suficiente dentro de mi cabeza.

Todo lo que recordaba ahora mismo era el dolor que la pérdida de mis amigos me había provocado.

Esta situación por la que me encontraba atravesando ahora mismo era patética, un hombre adulto como yo sufriendo emocionalmente por cosas del pasado de seguro no debe ser un espectáculo agradable de ver.

Estaba tan ocupado auto compadeciéndome que pase desapercibido el momento en el que la mujer dentro de mi habitación había decidido ocupar el lugar que se encontraba vacío a mi lado en la cama.

Yo me encontraba boca arriba con el rostro viendo hacia el techo pero con los ojos cerrados hasta hacía unos instantes, cuando sentí una mano tomar levemente la mía entre las suyas.

Abrí los ojos y giré mi cabeza hacia el lado izquierdo y ahí estaba ella recostada junto a mi, observándome.

Era la primera vez que la tenía tan cerca sin en realidad querer tenerla a mi lado, la desconocí por un momento ya que ella misma me había pedido que no la buscara.

¿Que quería esa mujer de mi?

Suspiré y con la mano derecha talle un poco mis ojos para tratar de aclarar mis ideas mientras volvía a posicionar mi cabeza de manera que si retiraba mi mano de mi rostro vería el techo de mi habitación.

-¿Levi?- fue la primera en hablar.

-Mmmm- conteste, haciéndole saber que tenía mi atención.

-Mírame-dijo.

Retire la mano de mi rostro y gire nuevamente mi cara a mi lado izquierdo para hacer contacto visual con ella.

-Perdóname, Levi- fue ella la que terminó por disculparse, pensé en cuanto esas palabras salieron de su boca.

Volví a cerrar los ojos, no me sentía con ánimos de rechazar o aceptar su disculpa.

La sentí pegarse a mi mientras mis ojos continuaron cerrados.

Sentí como dejo de tomar mi mano izquierda entre las suyas y en su lugar pasó su brazo izquierdo sobre mi cintura y posó su cabeza sobre mi pecho.

-Perdóname, Levi -la escuche volver a mencionar.

Mientras su rostro ejercía presión sobre mis costillas.

-No era mi intención hacerte sentir mal, todo lo que dije lo dije sin pensar, estaba muy enojada y se que eso no me justifica ...-se detuvo.

Todo se volvió silencio por algunos segundos, la escuche tomar aire y acto seguido continuó con su disculpa.

-Pero enloquecí por un momento y nada de lo que dije era cierto- término.

-¿Eso quiere decir que no piensas que soy un idiota y un imbecil?- pregunté hablándole por primera vez.

-Bueno, en ese momento si lo pensaba por el enojo pero sabes que la mayor parte del tiempo no pienso así.- respondió.

-¿La mayor parte del tiempo?- pregunté irónico.

-Si es que verás... eres demasiado controlador a veces y la gente no puede evitar pensar que esas palabras te describirían de manera perfecta- dijo.

Vaya que tenía una manera extraña de disculparse.

-Eso me hace sentir mejor, gracias-dije sarcástico.

-Levi, en verdad lo siento- dijo frotando su rostro contra mi costado y apretándome con su brazo izquierdo en el proceso.

-Ya, ya... basta no me dejas respirar- dije tratando de zafarme de su agarre.

-No te voy a soltar hasta que digas que me perdonas- respondió.

Continuó restringiendo el oxígeno en mis pulmones.

-¿Y si no te quiero perdonar?- dije firme.

La sentí tensarse, su agarre se volvió más suave lo cual me obligó a abrir los ojos y observarla.

-¿No vas a perdonarme?- dijo con la voz empapada de sorpresa.

Ahora tenía un momento para observar el daño en su rostro, su nariz no se veía mal pero debajo de sus ojos se veían manchas de color verde y amarillo... parecía doloroso.

-No se- dije girando mi cabeza nuevamente ignorándola un poco.

-¿Como que no sabes?- se escuchaba indignada.

Justo cuando no quería pelear venía ella a buscar eso mismo, una pelea.

-Hange...no quiero pelear, no ahora-dije cansado.

-¿Entonces cuando?, ¿Cuando tengo que venir para pedirte perdón otra vez?- pregunto.

-No lo sé- conteste honestamente.

Estaba agotado de todo este drama , peleas, recuerdos, abrazos, disculpas... no quería nada, no por el momento al menos.

Me soltó y por un efímero segundo la idea de que se 'iría debido a mi falta de palabras y de ganas de seguir discutiendo' pasó por mi cabeza.

Pero no...

Algunos segundos después sentí un peso sobre mi cintura lo cual me obligó abrir los ojos solo para encontrarla sentada sobre mi, una pierna a cada lado de mi cintura me aprisionaban debajo de ella.

Su peso no era el problema, el problema era la posición en la que nos encontrábamos.

Era incómodo por decirlo de alguna manera.

-¿Y ahora qué haces?- dije tratando de mantenerme impasible.

-Quiero respuestas- dijo sin titubear.

-¿Y para conseguir respuestas tienes que hacer esto?- dije señalando la posición en la que me tenia.

-No se, tal vez...- respondió.

-¿Que quieres de mi?-pregunté agotado llevándome ambas manos al rostro para después pasarlas por mi cabello.

-Pues ahora que lo preguntas no solo vine con la intención de que me perdonaras- respondió ella sin moverse de donde estaba.

-¿Y con que otra intención venias?- dije entrecerrando los ojos y retirando las manos de mí cabello para nuevamente observarla.

-Bueno, vine a pedir algo que me debes ...- finalizó como esperando a que yo supiera de que hablaba.

La miré confundido y luego dije.

-¿De que rayos estás hablando?, yo no te debo nada- le conteste con seguridad.

Ella me miro con la boca abierta sin poder creer las palabras que acababan de salir de mi boca.

-¿Estas seguro?... no pudiste haber olvidado tan rápido- contestó obligándome a pensar en lo que se suponía que le debía.

¿Dinero?, No.
¿Libros?, No.
¿Documentos?, No.

Según tenía entendido no le debía nada.

-No tengo idea de lo que te debo- dije seguro de mi respuesta.

Me miro un momento tratando de encontrar la mentira detrás de lo que le había dicho pero yo decía la verdad y no recordaba nada.

Después volvió a hablar.

-Un beso Levi, me debes un beso. ¿No recuerdas?- preguntó.

Ah.... claro que me acordaba pero no lo recordé hasta ese preciso momento en el que ella lo mencionó.

-¿Qué tipo de disculpas son estas?- dije confundido para luego volver a mencionar.

-Si no estoy seguro de querer perdonarte, ¿porque me pides un beso?-pregunté contrariado.

-Pues porque si no me quieres perdonar esta podría ser la última ocasión que tenga para pedírtelo, si en el futuro no quieres que sigamos siendo amigos entonces esta es la oportunidad perfecta para saldar deudas y que me pagues lo que me debes- explico.

-Eres una persona muy extraña, me parece que lo sabes pero esto es demasiado...-dije realmente confundido con su actitud.

Es decir, entendía perfecto lo que me acababa de explicar pero no veía la necesidad que ella tenía de que nos 'besáramos' en este mismo momento.

-Por favor, Levi... - volvió a insistir.

Lo pensé seriamente durante un instante.

Pensé en las consecuencias, ¿habrían consecuencias?...No.

¿Habrían ventajas?, No.

No sucedería nada, simplemente saldaría la deuda que tenía con ella, eso significaba que después de eso si no quería volver a verla ella tal vez respetaría mi decisión, por lo que ya habían pensado en pros y contras mencione.

-Bien ...pero quítate de encima, esto es demasiado incómodo- dije diciéndole lo que pensaba.

Ella sonrió y luego dijo.

-Claro-

Solamente pasó la pierna izquierda donde se encontraba su pierna derecha quedando hincada sobre mi cama.

-Cuando estes listo- dijo.

Esta semana vaya que había sido diferente, no solo por nuestra situación... todo había estado extraño, no había podido dormir bien, a veces olvidaba cosas importantes y mi humor era mucho peor que antes de aquel suceso.

Y ahora ella venía a pedir disculpas a su manera, claro y a exigir un beso que le debía, vaya que era inesperado.

-Pero cierra los ojos, ¿quieres?-dije preguntando lo último.

-Si- y dejó caer sus párpados.

Era mejor terminar con esto cuanto antes .

Me acerqué y tome aire, después tome su rostro entre mis manos y me acerqué.

Me estremecí un poco al recordar la extraña sensación que tuve la última vez que nos habíamos besado y pensando en que volvería a sentirla en tan solo unos segundos proseguí.

Pose mis labios sobre los suyos e inmediatamente sentí sus manos deslizarse hasta llegar a mi nuca.

Con esa acción que realizo me dejó en claro su intención de aprovecharse de esta situación o por menos eso fue lo que pude sentir.

Esta podría ser la última ocasión que tenga para pedírtelo...

Si en el futuro no quieres que sigamos siendo amigos entonces esta es la oportunidad perfecta para saldar deudas y que me pagues lo que me debes...

Aquella frase resonó por un momento en mi cabeza.

¿Y si esta fuera la última vez que podríamos hacer esto?

Fue ahí cuando decidí que aunque fuese nuestro último beso, me aseguraría de que lo recordara.

Mis manos comenzaron a enredarse en su cabello y ella pasaba las yemas de sus dedos por la piel de mi cuello y nuca, casi rozando la línea donde comenzaba el crecimiento de mi cabello.

Abrí un poco más los labios y succione su labio inferior, para después soltarlo y pasar mi lengua por la parte interior de sus labios.

Asegurándome de recorrer cada parte de su boca.

Ella comenzó a responder al beso de manera similar, con cierto aire de naturalidad en sus acciones.

Deslizó sus manos por mi espalda y comenzó a acariciar la misma por sobre mi ropa.

Yo la tome por el cuello y profundice el beso al introducir mi lengua en su boca.

Ella dejó escapar un sonido de sorpresa pero rápidamente su lengua salió al encuentro de la mía.

Nuestras lenguas se entrelazaban una y otra vez, mientras lo único que se escuchaba en mi habitación eran los sonidos que nuestras bocas provocaban.

El sonido de succión de labios ocasional se hacía presente por momentos.

Mi pulso ya no era estable desde el momento en el que la tuve prácticamente sentada encima mío, pero ahora mismo sentía que en cualquier momento mi corazón podría salirse de mi pecho por la manera en la que sentía las palpitaciones resonar en mis oídos.

El aire terminó por ser insuficiente y tuvimos que separarnos, cuando eso sucedió inmediatamente abrí los ojos para ver su expresión.

Ella aún no abría los suyos, por lo que me tome un momento para analizar la situación en la que nos encontrábamos.

En qué momento mis manos habían ido a parar a su cintura y las de ella al pañuelo al rededor de mi cuello... no lo sabía.

Pero aún con la respiración irregular y la voz profunda pregunté.

-¿Satisfecha?- preparado para escuchar una respuesta positiva, comencé a soltar su cintura.

Ella abrió los ojos y con voz firme respondió.

-No, no aún -

Y gracias a que sus manos se encontraban sujetando el pañuelo alrededor de mi cuello, me atrajo hacía si y volvió a unir nuestras bocas de manera desesperada.

Traté de preguntarle qué hacía pero al parecer yo tampoco me encontraba completamente satisfecho y correspondí al beso.

Esta vez ella tomó mi rostro y lo ladeó y comenzó a pasar su lengua por toda la extensión de mi boca, como había hecho yo en el beso anterior pero esta vez se sentía diferente de alguna manera.

Después de todo esto no era práctica, esto era algo que los dos queríamos y por lo que nuestras acciones desesperadas decían, también lo necesitábamos.

Sonoros sonidos de besos llenaron por segunda vez mi habitación.

En el beso anterior una cálida sensación recorrió mi cuerpo, esta vez sentía que el calor en la habitación había subido por lo menos 10 grados, era como estar parados debajo del sol.

Esa sensación de calor intenso no abandonó mi cuerpo, incluso sabiendo que el beso estaba por terminar por la manera en la que ella desesperadamente tiraba de mi cabello.

Nos estábamos quedando sin aire nuevamente.

Tratamos de que todo lo que nuestras bocas transmitían entre sí también lo transmitiéramos con los toques de nuestras manos.

Finalmente tuve que terminar con aquel beso ya que no podía más con la falta de aire.

Me separé de ella recargando mi rostro en su hombro derecho tratando de recuperar el aliento.

Fue ahí cuando me di cuenta que prácticamente la estaba abrazando, mi mano izquierda estaba firmemente alrededor de su cintura mientras que mi brazo derecho atravesaba su espalda y mi mano descansaba en su nuca.

Las manos de ella estaba en mi espalda, pude sentir como deshizo un poco el agarre que tenía de mi camisa entre sus puños.

No había manera de que pudiéramos estar más cerca que esto.

Mi respiración era irregular pero aún bajo esas circunstancias me atreví a preguntar.

-¿Qué fue eso?- con voz entrecortada y los labios claramente irritados por nuestras desesperadas acciones.

-No se- contestó ella.

Podía escuchar su respiración irregular resonar en mi oído así como la velocidad con la que palpitaba su corazón a través de su ropa.

No nos habíamos movido ni un solo centímetro, no tenía idea de cuánto tiempo llevábamos así pero nuestras respiraciones aún eran irregulares cuando ella habló.

-¿Te gusto?-me pregunto.

-Si no me hubiese gustado te habría detenido- le conteste.

Contuvo la respiración durante un minuto después de haber escuchado mi respuesta.

Con voz más calmada y un tono cariñoso dijo esta vez.

-Con ese beso quise demostrarte lo mucho que me importas y lo importante que es para mi el que me perdones y me dejes seguir a tu lado-

Esa confesión había sido inesperada, traté de recomponerme de la sorpresa mientras ella paciente espero a que le diera una respuesta.

-Estas perdonada- dije sin mas.

Cuando termine de decir esto ella inmediatamente me tomó por los hombros alejándome de ella y obligándome a mirarla.

-¿En serio?- pregunto sonriendo.

-Si-conteste ya completamente neutral.

Acto seguido comenzó a sonreír, abrazarme y soltar gritos donde balbuceaba que estaba muy feliz o algo así entendí.

Un peso dejó mis hombros al verla sonreír, demonios esos cambios de personalidad en ella eran demasiado para mi.

Y como la persona adulta que era ella ...comenzó a saltar sobre mi cama mientras que yo le gritaba que esa no era su habitación y desesperadamente trataba de bajarla mientras le ordenaba que se quitara sus asquerosas botas.

Y así fue como terminó aquella pelea.

⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️ ⭐️
¡El capítulo más largo en la historia de estos oneshots, casi 4000 palabras wooow!

¡Todos aman los comentarios y los votos!

Gracias por leer. ♥️

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