Pasaron cuatro horas desde que salimos de la gasolinera. El rubio tuvo que conducir lo más lejos posible de la zona de cuarentena, así los militares no estarían cerca de nosotros para atraparnos.
Desde que partimos el viaje hicimos todo lo contrario a lo que el rubio dijo;
Hablar.
A estas alturas, sentí que le tenía confianza a Jin así que no dudé en preguntarle sobre su conexión con la menor. Él me explicó con gusto, note también su felicidad al contarlo, ella era su sobrina. Al parecer SeokJin tenía una hermana pero posiblemente..deba estar muerta ahora. Fue ahí que detuve la plática, no deseaba desaparecer su pequeño momento de calma. Luego intervino Hoseok, él era una persona bastante habladora, muy animada de hecho, quién a pesar de encontrarse en este mundo, seguía mostrando su sonrisa. Por un momento me transmitió felicidad. Pero luego se quedó dormido y dejó de contarnos historias. El rubio sólo se dedicaba a mirarme con molestia.
El rostro alegre de EunWoo pasa tal cual una ráfaga de viento en mis recuerdos. Siento tristeza y no puedo evitar sentirme culpable. Tal vez debí buscarlo mejor...
--¿Todo en orden?-- bajo de mis pensamientos.
--Sólo pensaba--Jin no despega su mirada de mí--¿Que?--pregunto extraña, él se acerca a mi oído con cuidado.
--Estás llorando.
Con rapidez, llevo mi dedo debajo de mi lagrimal y siento algo húmedo. Son pequeñas lágrimas, abro mis ojos y me limpio rápidamente.
--No lo comentes en voz alta..por favor.
--Hasta aquí los oigo--su voz causa que lo observe a través del retrovisor, nuestros ojos llenos de fastidio se conectan-- ¿Y, crees que me importaría saber que estás llorando? Por favor, hay peores cosas en la que pensar. Arregla tus propios problemas y no te hagas la víctima.
--Oh, ¿estabas oyendo?--le contesto--Porque quizá no me oíste decir, maldito hijo de..
--____ por favor, no sigas.
--Jin, ¿lo estas defendiendo?.
-No crees más problemas y punto- me contesta.
-Pero..
-Mejor escucha a tu novio.
--Suficiente. ¿Por qué no mejor dejas de meterte en lo que no te incumbe, rubio oxigenado?-escupo. Les juro que me está llegando a la coronilla.
-¿Que me dijiste?!
-Qué te metas en tus asuntos. Rubio. Oxigenado.
-Eres una zor*-abro mis ojos perpleja.
Oh no. Eso sí que no.
--Es mejor que pares o no la cuentas- advierto con los puños apretados, tanto que mis nudillos se ponen pálidos.
-Estamos en un auto, o pero si quieres que pare, me detengo y se largan de aquí.
--Basta.
Saco mi arma y le apunto. Jin y Hoseok, quién ya había despertado, se sobresaltaron del susto. Excepto el rubio que seguía conduciendo tranquilo en su asiento.
-¡¿____ que demonios haces?!- Jin trata de quitarme el arma pero yo lo esquivo.
-No me asustas.
-Eres un imbécil.
-Tu más.
-¡Idiota!
-Vete a la mierda.
-¡Tu vete a la mierda y al mismo infierno si puedes!
-Ja..Y de donde crees que vengo-ladeo la cabeza sonriendo. Una expresión que..
-¡Ay por dios! ¡Ya acuéstate con ella!-- un enorme silencio.. se hace y mi boca.. literalmente cae al suelo.
-Vuelve a decir eso y te corto la cabeza-advierte el rubio con la voz más grave e intimidante posible. Hoseok lo mira asustado haciéndose bolita en su asiento.
-¡Ya basta todos!- grita Jin quitándome el arma de las manos--Por favor.
--De acuerdo..Pero diré una cosa, solo una--bajo la atenta mirada de Jin, prosigo--Mira rubio, en primer lugar, no te metas en mis asuntos. Tú no sabes nada. Y en segundo, tampoco me alegra estar aquí contigo, no estabas en mis planes y no lo estarás. Vamos a buscar un refugio, solo esta noche sabrás de nosotros, luego nos largaremos de sus vidas. ¿Trato?
Él se queda en silencio por unos segundos hasta que responde.
--Hagan lo que quieran.
Ruedo mis ojos.
Ah! Maldito rubio, algún día me la va a pagar.
✖
(Dos horas después)
El auto se detiene frente a una casa blanca de dos pisos. A pesar de no ser tan grande, se ve acogedora.
-Descansaremos aquí- anuncia Jin saliendo del auto, sin antes recargar su arma. Agarro la mano a Somi y la bajo con cuidado.
-Parece vacía-añade Hoseok mirando la casa.
-Ya lo veremos-contesta el rubio dando pasos hacia adelante. Jin lo sigue por detrás mirando precavido hacia ambos lados. Noto que cojea por su tobillo lastimado pero se mantiene estable así que pienso que ya se encuentra mejor.
Bajo la mirada al sentir unos delgados brazos rodear mi cintura, veo a la niña tratando de esconderse detrás de mí y aquello le enternece así que no puedo evitar sonreírle. Nunca había tenido una hermana, mamá murió antes de que eso pase. Mi padre tomó ambos roles desde entonces, y aunque, me mostrara su mejor sonrisa las 24/7, sabía que por dentro la extrañaba mucho..
Hablando sobre él..espero que este vivo.
-¡Está vacía!- Hoseok antes de ingresar, se queda en la puerta esperando que pase. No lo hago esperar.
Cuando entro, me sorprendo, nada está patas arriba. Definitivamente al dueño no se lo llevaron como a mi padre.
-¡Hay comida!
¡COMIDA!
Voy hacia la cocina junto a Hoseok. Dentro del congelador encontramos varias latas de atún en paquete, fruta, botellas de agua y pequeños yogurts de fresa. No es un festín pero como están las cosas, para mí es el paraíso.
--Creo que también hay agua en las duchas--avisa Jin
--Genial, ya quiero quitarme esta porquería de encima-- Hoseok señala su cuerpo manchado de sangre seca.
Yo también necesito un baño.
-Primero ayuden a cerrar las puertas y ventanas.
-Jin, descansa un poco--me acerco a él--Luego voy a buscar medicina.
--Tranquila, soy médico. Te puedo asegurar de que pasará.
--Si tú lo dices..
--Rápido muevanse.
Cuando terminamos de asegurar la casa y descansar, la luz del día se había ido. Fue una completa gloria sentir mi cuerpo bajo las gotas calientes de la regadera. Pero me sumergí tanto en esa sensación que terminó agotando el agua caliente. Pobre Hoseok, toda el agua helada cayó sobre él después.
Luego de disculparme millones de veces; Jin, Hoseok y yo movimos algunos muebles y nos sentamos en círculo al centro de la sala, sólo una pequeña vela nos permitía ver claramente la habitación. Ellos eran los únicos que hablaban, yo sólo me dedicaba a comer mi fruta picada. El rubio ya se había ido a dormir. ¿Lo que puedo decir sobre él? Es un tipo muy frío, además de gustarle la soledad. No sabe pedir disculpas, ni decir gracias. Ahora agradezco no tenerlo cerca, así mi cena no es arruinada.
-Okey Okey, que hace una caja en un gimnasio- dice animadamente Jin-¡Ser una caja fuerte!- comienza a reírse a carcajadas sin parar. Hoseok me mira y me hace señas de "mejor vámonos, este está loco"
Me tapo la boca para no soltar una carcajada.
-Creo que ya todos lo estamos- le digo entre risas. Él ríe conmigo y se levanta, sacudiendo un poco el polvo de su ropa limpia.
-Me iré a dormir, descansa ____- se despide con una pequeña sonrisa en sus labios antes de desaparecer por las escaleras.
Asiento. Jin seguía riéndose en el suelo.
¿Como aguanta tanto? Yo ya estaría muerta.
Un pequeño cuerpo se remueve a mi costado, bajo la mirada encontrándome a una pequeña. Somi se ve tan adorable durmiendo pero el frío no parece dejarla en paz así que me levanto y la envuelvo entre mis brazos.
-¿Seguro que ya no te duele el tobillo?- Jin detiene su risa.
-Estoy bien- me contesta un poco fastidiado por preguntarle lo mismo a cada segundo.
Suelto un suspiro, lo que responde no es del todo cierto pero no lo molesto más. Son sus decisiones.
-Igual te deje algunas pomadas en tu cuarto para que sepas-comento y me acerco a él--Descansa--deposito un pequeño beso en su mejilla.
-Descansa ____, lo haré- una pequeña sonrisa se forma en mis labios.
Me dirijo hacia las escaleras.
Otro día en el fin del mundo había terminado.
Hey!
Todo bien?
Buenas vibras si no💜
Muchas, muchas gracias por leer!