Min Yoongi P.O.V.
Quiero matar o golpear a alguien. ¡¿Por que mierda no le echan el suficiente combustible a estas cosas?! Miro al chico del bate, él puede ser una buena bolsa de golpear.
¡Min Yoongi concéntrate!
Bajo del auto y cierro la puerta con tal fuerza que termino asustando a la niña. Y también a Hoseok--así se llama-- quién dio un salto en su asiento.
—Ahm..¿Te ayudo?— me pregunta, pero yo me niego. Puedo hacerlo solo—Entonces iré a buscar comida, vamos pequeña— le dijo y ambos bajaron del auto—¿No deberíamos preguntarle sobre sus padres?
—Todos murieron.
Ella sostuvo con fuerza la mano de Hoseok, era una declaración muy fuerte incluso para ella, sin embargo logre notar como intentaba reprimir su llanto.
—Oh..—Hoseok da un suspiro y la carga entre sus brazos, empezando a caminar hacia la tienda junto a ella—Vamos a encontrar dulces. ¿Te gustan los dulces?
—No se alejen mucho.
—Si papá.
Suspiro fastidiado.
Por favor. Que lo muerda un infectado.
Giro sobre mis talones y busco el surtidor de combustible, cuando lo encuentro conecto la sustancia con el tanque del auto y espero a que se recargue.
Pero un grito me detiene.
¡La niña!
Saco mi arma rápidamente y corro hacia la tienda.
—¡Niña!— grito empujando las puertas de la entrada. Abro mis ojos al ver como Hoseok estaba debajo de un infectado luchando con todas sus fuerzas para que no lo mordieran. La niña estaba escondida detrás de un estante muerta del miedo.
¡Joder mis palabras no eran en serio!
No lo dude dos veces y le dispare a esa cosa reventando su cabeza. Hoseok puso una mueca de asco al sentir las gotas de sangre salpicar su boca. Se la limpio rápidamente con la manga de su camisa.
—Que asco..— se levanta con cuidado pero al instante lo apunto.
Hoseok abre sus ojos aterrado y alza sus manos en señal de paz.
—¡Oye, oye! Tranquilo..
—¿Te mordió?
—¡¿Que?! ¡No!— miro su cuerpo—¡Oye es verdad!
—Demuestralo, niña ven aquí— ella corre tan rápido hacia mí como un rayo y se esconde detrás mío.
No puedo confiar.
Él bufa molesto y se quita la camisa dejando a la luz su torso, cuello y brazos.
—¿Ves? No era mentira— lo miro algo inseguro y él vuelve a bufar, se levanta la basta de su pantalóm dejándome ver sus tobillos.
No hay mordida, está limpio.
Bajo el arma y la guardo en la parte trasera de mi pantalón.
—Estás loco.
—¿Le conseguiste algo de comer?
Iba a contestarme pero ambos volteamos al escuchar la recarga de una pistola a nuestra derecha.
—¿Otra vez tú?
....
_____ P.O.V.
—¿Quién es él?
—¿Quién es ella?
Dicen al unísono el chico del bate y Jin. Veo con reproche a mi acompañante pues le pedí que se quedara esconido, y descansando su tobillo. Me iba a encargar de robar las llaves del auto ya que no hay otra forma de encenderlo y tenemos que irnos lejos de aquí.
—Nadie que conozca..—le respondo, dejo que Jin se acerque volviendo a fijarme en el joven de tez pálida y cabello rubio—Escucha, lamento que tenga quitarte algo.
—¿Que?
Disparo, sin que ninguna bala salga pues solo los quise asustar. Cuando se cubre al igual que su amigo, lo empujo contra el suelo para quitarle las llaves. Por suerte logre divisarlas antes
—Lo lamento. Vámonos Jin.
—Vete a la mierda..—él saca su pistola para apuntarme y Jin hace el mismo gesto con rapidez, demostrando sus verdaderas intenciones de disparar si me hacía daño.
Pero algo lo detiene.
—¿Somi?— miro a Jin, su rostro se llena de perplejidad—Somi..—Una pequeña niña levanta su mirada, ya no se esconde, sus ojos se iluminan a más no poder y una enorme sonrisa se forma en sus labios. Se despega de un estante y corre hacia los brazos de Jin, quién la recibe con un fuerte abrazo, uno en donde no parece querer soltarla nunca—Creí que te había perdido— sus ojos se aguaron.
Mientras me pregunto quién es ella, alguien más habla.
—Okey este es el día de los reencuentros ¡bravo! pero quiero salir de esta maldita tienda ya— volteo mi vista hacia el chico del bate de béisbol.
Pero en ese momento reacciono asustada, el chico con cara de pocos amigos sujeta mi brazo para robarme las llaves. Sin embargo, no lo dejo.
No puedo dejar que se las lleve y quedarnos aquí sin ninguna salida, cerca de una orda de infectados.
En un arranque de desesperación lo empujo hacia atrás con total brutalidad, haciendo que incluso él se sorprenda de mi fuerza. Sostiene mis muñecas, y yo intento golpear su estómago, ambos nos adentramos en un campo de batalla solo para recuperar las endemoniadas llaves.
—¡DUÉLVEMELO!
—¡JIN ATRAPA..
Antes de que las lance, sostiene mi pie haciéndome caer. Dejo de moverme cuando el enemigo acorrala mi cuerpo, veo que posiciona ambas de mis manos a los costados de mi cabeza pero ni si quiera reparo en que es una posición extraña.. pues las losas del piso al estar frías lastiman mi esplada.
—Au..
Jin me observa preocupado, pero estoy segura de que nadie tendrá piedad de nosotros.
Suelto un gruñido, aguanto el dolor y trato de zafarme pero él agarra de nuevo las llaves y se quita de mi encima.
—¡LO TENGO! ¡Al carro Hoseok!
Jin quiere correr hacia mí pero a penas puede sostenerse, cuando veo que casi se cae me apresuro a auxhiliarlo.
—¡JIN..!—El chico de tez pálida se voltea, pero en un segundo prefiere ignorarnos y ambos se apresuran para llegar a las puertas de la tienda.
—No..Alto ahí— pero los detengo, esta vez él se gira a verme con cara de "déjame en paz o te arrancare la cabeza"— Oye. Me lo debes por sacarte de tu asquerosa celda.
—No eres mi héroe, lárgate.
Iba a protestar pero Jin interrumpe.
—De hecho sí, ya que gracias a nosotros estas aquí y además, ese auto es propiedad militar— contraatacó.
—¿Y tu eres uno?
—Trabajé en el cuartel así que prácticamente es mío.
Por un momento se queda en silencio, hasta que su risa resuena en nuestros oídos.
—Son un par de idio..
Se calla al instante. Todos miramos a través del ventanal.
Tiroteos.
Parecen estar un poco lejos pero es mejor irse lo más pronto posible.
—Vamos Hoseok, la niña ya encontró a su familia— ordena el rubio oxigenado.
—¿Pero y ellos?
—Pueden salvar sus propios culos, vamos— le contesta de mala gana, me dieron unas tremendas ganas de golpearlo otra vez. Hoseok en cambio nos mira y puedo ver una pizca de pena en sus ojos. Al bajar la cabeza hace un gesto de fastidio y arrepentimiento, como si lo que estuviera a punto de decir le fuera a costar la vida.
—Vengan con nosotros.
—¡¿Pero que mierda?!—protesta el rubio. Jin y yo lo miramos con la boca abierta.
—Tienen a una niña, además te salve la vida, me la debes— le contesta.
—Ya lo hice ¡salvando tu maldito trasero hace rato!— Hoseok le iba a contestar pero más disparos se escucharon.
—Ya vienen—Jin agrega con temor, atrae a la pequeña más a su cuerpo.
—Dios..—el de tez pálida suelta un ultimo bufido—¡Bien! Pueden venir pero hablan y les vuelo la cabeza, en especial tú— me señala.
—Como si quisiera hacerlo— respondo. Gracias a los disparos solo me pudo dedicar una mirada asesina, porque si no, ya estuviera enterrada en mi propia tumba.
Todos corrimos hacia la camioneta y salimos lo más pronto de ahí.
Gracias por leer <3