The Same Heartbreaker (2) ✔️

By isnotcandy

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Segundo libro de la Trilogía Heartbreakers. Es necesario leer el primer libro para entender este. Cuidado co... More

Prefacio.
Prólogo.
1. Quinn.
2. Liam
3. Quinn.
4. Liam.
5. Quinn
6. Liam.
7. Quinn
8. Liam.
9. Quinn.
10. Liam
11. Quinn
12. Liam
13. Quinn
14. Quinn.
15. Liam.
16. Quinn.
17. Liam
18. Quinn
19. Liam
20. Liam
21. Quinn.
22. Quinn
23. Quinn
24. Liam.
25. Quinn
26. Quinn.
28. Quinn
29. Liam
30. Quinn.
31. Quinn
32. Liam.
33. Liam
34. Quinn.
35. Quinn
36. Liam.
37. Quinn.
38. Quinn.
39. Liam.
40. Quinn.
41. Liam.
42. Quinn
43. Quinn
44. Liam.
45. Quinn
46. Liam.
47. Quinn.
48. Quinn
49. Quinn.
The Last Heartbreaker (3)

27. Liam.

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By isnotcandy


LIAM

—¿Esta es la última caja? —le pregunto a Nick mientras me agacho para alzarla.

—Sí —responde él mientras le da una última mirada a su habitación vacia—. Sabía que era mala idea vivir juntos. Tenemos solo diecinueve, joder.

—Deja de torturarte, vamos —presiono con la caja de las pertenencias de Nick.

Hemos vuelto hace tres días de Portland y apenas pusimos pie aquí, Nick se encargó de conseguirse una habitación en la residencia en campus. Normalmente, esto sería imposible de conseguir puesto a que vamos a mitad del semestre pero de nuevo, nos demostró que el dinero puede mover montañas.

Las cosas entre Aggie y él están malditamente tensas. Nick no puede mirarla a la cara y Aggie no dice nada. Simplemente se queda perpleja cada vez que lo ve. Ni hablar de cruzarse con Tyler, trato de evitar eso lo más posible porque Nick le dará la paliza de su vida en cualquier momento.

Van solo tres putos días y ya me estoy cansando de sostener todo esto. Tengo que estar para Nick todo el tiempo para asegurarme que no este solo y no se sienta tan miserable, tengo que intentar ayudar a Aggie para saber qué demonios le está pasando, tengo que ser el hombro en el que Tyler se queja y se culpa todo el tiempo. Y tengo que ir a clases. Y rendir exámenes antes del receso de navidad.

Lo único que alegra mis días son esos cortos minutos de conversación por teléfono que tengo con Quinn.

Nick asiente y me sigue afuera del departamento. Elegí una hora muy particular para la mudanza. Tyler aún tiene clase porque son las once de la mañana y Aggie esta en la biblioteca a esta hora todos los días.

Presiono el botón para llamar el ascensor. La caja que cargo no es muy pesada pero igualmente recuesto mi espalda en la pared mientras esperamos.

—El tipo de administración ya nos esta esperando en la residencia —dice luego de revisar su celular.

—¿Estás seguro de vivir en los dormitorios? —le pregunto—. Puede ser divertido, pero puede ser una verdadera mierda estar solo.

—No es como si pudiera unirme a una fraternidad, tuvimos la genial idea de estudiar en una universidad al otro lado del puto mundo —suelta sarcástico.

—Joder, estás hecha una perra —me burlo.

Yo no presioné a nadie a que nos vengamos a estudiar a Cambridge. Es cierto que siempre quise estudiar aquí porque mamá se graduó aquí y Blair casi lo hace también. Las historias que me contaba mamá —aptas para todo público— de sus experiencias en la universidad hicieron que me interesara.

Desde que entramos a Everdeen, siempre hablamos de la universidad. Los temas eran los de siempre, a donde iríamos, qué estudiaríamos. Siempre tuve mi mente clara en ello. Haría la universidad en Cambridge, salir con algún título relacionado con las ciencias y luego hacer la escuela de medicina, residencia y convertirme en un doctor.

Quiero estudiar medicina desde que tengo uso de razón. Quiero estudiar en Cambridge desde que tengo uso de razón.

El resto solo se subió abordo porque «no importa donde, importa que estemos juntos». Aplicamos para varias universidades pero Cambridge fue la única que nos aceptó a los cuatro. Fue demasiada suerte o demasiados contactos. Un amigo del tío de Tyler trabaja en admisiones.

Nick fue aceptado en Dartmouth y estuvo a punto de abandonarnos para ir allí pero no soportó la idea de estar alejado de nosotros y especialmente de Aggie. Entonces terminamos estupidamente los cuatro envueltos en Inglaterra.

Meto la caja en el auto que Nick alquiló especialmente para la mudanza. Es una camioneta Pick Up donde entran todas sus cosas.

Tengo que conducir yo porque a Nick no le gusta esto de que el volante este de otro lado del auto. Además, con las bolsas que tiene bajo sus ojos, no conviene dejarlo manejar.

Cinco minutos después, estaciono frente a la residencia. Es nueva en el campus y luce bien. Nada como el departamento que compartía con Aggie pero tampoco que necesite más.

Un hombre de unos veintitantos años nos espera en la puerta. Nick baja y lo saluda, me quedo atrás mientras miro todas las cajas que hay que subir hasta la habitación. Joder, yo tendría que estar estudiando química.

—Manos a la obra, Hamilton —dice él agitando las llaves de su nuevo lugar frente mi rostro.

Comenzamos a subir las cosas hacia el tercer piso, donde esta el dormitorio de Nick. Es una habitación amplia, con una ventana que tiene vista al campus, una cama tamaño normal en una esquina sin sabanas, un escritorio de madera vacio y unos cuantos estantes. En un costado, hay un pequeño lavabo y un microondas. El armario es pequeño y el baño también.

Por lo menos tiene baño propio.

Esta es de las mejores habitaciones que tienen, claro.

Media hora después, todas las cosas de Nick están dispersadas por todo el lugar. Le lanzo las llaves de la camioneta que tiene que devolver, las atrapa en el aire.

—Hogar, dulce hogar —me burlo al correr un poco más las cortinas azul oscuro para que entre más luz.

—Gracias por esto, hermano —habla Nick sentado en su nueva cama. Ese colchón no luce cómodo—. De verdad te lo agradezco, no sé qué demonios haría si no estuvieras.

—Te morirías, Ackerman —resoplo con diversión.

Me pregunto hasta cuando tendré que jugar de niñera. No que me queje, siempre estaré para ayudar a Nick en lo que sea, pero también me gusta tener mi propia vida.

—Creo que ahora mi vida universitaria puede empezar —comenta burlón—. Supongo que es verdad lo que dicen, las novias de secundaria no duran para siempre y claramente no importan tanto.

Aggie no era una novia cualquiera y él lo sabe. Estuvieron juntos más de tres años. En dos meses o algo así, se harían cuatro. Una novia "de secundaria" no dura eso. Ni te hace sentir lo que Aggie y Nick sentían.

—Claro —carraspeo—. ¿Necesitas ayuda en algo más?

—Nah, estaré bien —dice admirando el desastre de cajas a su alrededor—. Ya largate, tienes que estudiar para ese examen de química.

—¿Sigue en pie lo de el bar esta noche? —le pregunto mientras esquivo las cajas para ir hasta la puerta.

—Foley's a las nueve —confirma.

—Suerte con toda esta mierda —le digo antes de cerrar la puerta para irme.

Una vez afuera, dejo escapar un largo resoplido. Todo sea por Nicholas y su maldito corazón roto.

Vuelvo caminando al edificio, la caminatata me ayuda a relajarme un poco y aprovecho para responderle los mensajes a Quinn. Los envío anoche antes de irse a dormir, yo apenas estaba abriendo un ojo y con toda la mudanza de Nick, no tuve tiempo. Ahora seguro esta desocupada.

Gatita: Necesito tus lecciones de física de nuevo

Me río. Joder que esta chica tiene problemas con física.

Yo: Y yo necesito tus labios de nuevo, nada esta funcionando al parecer.

Me entra otro mensaje, pero esta vez es de Emma. Cierto, Emma. Con todo lo que pasó, no he pensando en ella desde que Quinn me dijo que... Cierto. Tengo que terminar las cosas.

Emma: Hey, desconocido. Ha pasado una eternidad desde que nos vimos. Creo que me prometiste una cita.

No abro su mensaje, no todavía. ¿Cómo le digo que la cita que tendremos será en la que le diré que lo que sea que estemos teniendo ahoratiene que acabar? Normalmente no tendría problema de hacer esto con cualquier chica. No me llamaban el rompecorazones de Everdeen por nada. Pero hace mucho que no hago esto de romper las ilusiones de una chica, me he oxido un poco en la cuestión.

No es que Emma sea fundamental en mi vida. Las clases de boxeo son divertidas, el sexo es bueno y todo es mucho más simple. Emma es más madura y eso se nota. Sin embargo, no es Quinn. Nunca lo será.

Llego al edificio en pocos minutos y subo en el ascensor hasta mi piso.

Aggie: Puedes venir? Necesito hablar contigo, es importante.

El elevador se detiene en mi piso y con un "tin" las puertas metálicas se abren. Presiono el piso de Aggie y dejo que se vuelva a cerrar. Química puede irse a la mierda, claramente.

Yo: Yendo.

Toco el timbre del departamento y espero a que la rubia me abra la puerta. Cuando lo hace, me recibe hecha un jodido desastre. Su cabello esta suelto y desordenado, sus ojos tienen un leve tono rojizo que combina con las lágrimas que se deslizan por sus mejillas.

La sudadera que tiene puesta es unos cuantos talles más grande porque es de Nick.

—Aggie —murmuro sin saber qué más decir. Sería imbecil preguntarle qué sucede, porque sé exactamente que sucede.

Seguro llegó a casa y se dio con que todas las cosas de Nick no estan más.

Mi amiga se lanza sobre mis brazos y llora con más fuerzas. Le devuelvo el abrazo e intento consolarla, solo aumenta los llantos. Ella apoya su cabeza en mi hombro, yo la rodeo con mis brazos por todo el tiempo que necesite.

Y esto es lo más jodido de la situación, que soy tan amigo de Nick como lo soy de Aggie. Ella tiene la culpa en todo esto, pero no puedo no estar a su lado. También la esta pasando mal y soy lo único que tiene desde que dejó de hablarse con Tyler, su mejor amigo.

Así que no existen lados para mi.

Minutos después, los llantos se apaciguan y comienza a respirar normalmente, sin embargo, no me deja ir.

—¿Me vas a contar la historia de cómo demonios pasó todo esto? —le pregunto.

Tyler me sigue evadiendo el tema y Aggie estuvo muy ocupada llorando para hablar. Necesito saber porque razón sucedió lo que sucedió. Si quiero que mi grupo de amigos se recupere de esto, tengo que empezar entendiendo la situación.

—Sí, te contaré todo —dice y se aleja de mi con lentitud. Pasa sus manos por sus ojos para borrar los rastros de lágrimas. Me duele verla así.

Me hace pasar y finalmente cerramos la puerta principal. Su departamento es igual al que tengo con Tyler, solo que con diferente decoración y ahora, con menos pertenencias. Aggie arrastra sus pies hasta el sofá y se deja caer en el. Me siento a su lado.

Abraza sus piernas y se hace una bolita en la esquina del sillón. Toma una gran bocanada de aire.

—No siento nada por Tyler que no sea amistad —es con lo primero que decide empezar.

—Ya lo sé, Aggs —respondo—. Solo quiero saber por qué.

Cierra sus ojos y asiente.

—Pasó hace... Casi dos meses —se anima a decir—. Fue ese día que fuimos a nuestra primera fiesta aquí, de esa chica en segundo año. No recuerdo su nombre. Comencé a beber, como de costumbre. Ese día había peleado con Nick porque la convivencia se estaba volviendo pesada. Una cosa es salir con alguien, otra es vivir con esa persona. En realidad es tonto porque yo me pasaba la mayor parte de mi tiempo en casa de Nick, pero cuando me abrumaba, siempre podía volver a casa. Eso no pasa aquí. Ni siquiera puedo acordarme exactamente sobre qué discutíamos.

—Recuerdo esa noche —respondo—. Tyler estaba muy borracho.

—Sí, lo estaba —afirma y traga saliva con nerviosismo—-. Dejé de hablar con mi amigo de mi clase de Cultura y fui a buscar a Nick. No lo encontré, pero me encontré con Tyler en el segundo piso de la casa. No recuerdo exactamente como llegamos a encerrarnos en un baño.

Así de estúpido, sin ninguna buena razón. Pasó porque literalmente, pasó. Ambos cometieron un error.

—¿No usaron un maldito condón? —mascullo—. ¿No estabas en la píldora? Son más idiotas de lo que pensaba.

—Tyler no tenía condones, yo tenía un implante subdérmico—resopla y niega con la cabeza frustrada—. Me había olvidado que esa mierda dura solo tres años. Cuando me hice el test de embarazo, hice la cuenta. Mi mamá me obligo a ponermelo cuando se enteró de lo mio con Nick. Yo tenía quince.

—Y llegó la bendición —me burlo para aligerar la tensión. Aggie me fulmina con la mirada—. Siendo honesta, Aggie. Si lo del embarazo nunca hubiese pasado, ¿Le hubieras contado a Nick?

Muerde su labio y niega con la cabeza.

—No, no le hubiese contado —reafirma con seguridad—. Amo a Nick como a nadie más. No soporto la idea de perderlo. Me niego a perderlo.

—Ya lo has perdido. Si de verdad lo amarás, le hubieses dicho la verdad. No se merecía toda esta mentira —le digo la verdad siendo franco pero intentando que no suene muy hostil.

—Fui muy egoísta, ¿sí? —bufa—. Tyler tampoco quería decirle porque sabíamos que lo arruinaría todo. Estabamos empezando la universidad, esas no son noticias que a uno le gustarían saber, Liam. No podía decirle.

—No sé qué decirte Aggie, has encontrado una manera de joder todo muy bien.

Se queda callada por unos momentos. Nick ha salido dañado en todo esto, pero la culpa esta carcomiendo a Aggie lo suficiente para hacerla miserable. Es triste ver a mis mejores amigos así y saber que no hay mucho que pueda hacer. Simplemente esperar a que ellos sanen y encuentren una manera de seguir con sus vidas.

Mientras tanto, ya puedo ir haciendome la idea en la cabeza. Mi grupo de amigos se ha roto para siempre.

—¿Crees que me perdone? Tal vez no volver a estar juntos, pero que pueda perdonarme—su voz tiembla. Me pregunto cuantas veces habrá llorado desde que todo esto le explotó en la cara.

—Honestamente, no lo sé. Esta lastimado ahora, no te recomiendo ir a apurar las cosas. Dale tiempo para que se acostumbre, su vida acaba de darse vuelta por completo, necesita tiempo. Cuando este mejor, podrías intentar hablar con él.

Nick es un tipo divertido y suelto. Sabe hacer buenas bromas y su buen humor es contagioso. Pero después de esto, dudo volver a oír un chiste salir de su boca. Dudo que perdone a Aggie en un futuro cercano pero como amigo de la rubia, tengo que intentar de pintar un poco de optimismo en su vida.

—¿Y qué demonios se supone que debo hacer ahora? Mi vida entera era Nick —solloza.

—No digas eso, es mentira. Eres más que él, Aggie. Solo tienes que aprender a vivir sin él. Estás en la universidad, no te eches atrás —aconsejo. Pongo una mano sobre su hombro y le doy un apretón.

—No creo poder aprender a vivir sin él, Liam —me dice al borde de las lágrimas. Respira profundo y se limpia el rostro con la manga de su sudadera—. Ya vete, no quiero seguir reteniendote aquí.

Al principio no me muevo porque estoy tentado en quedarme para cuidar de Aggie, pedirle helado y poner una película. ¿No es eso lo que hacen las chicas para superar un corazón roto? Joder, ¿dónde están Emma y las supuestas amigas de la rubia cuando se las necesita? Me frustra demasiado que tan poco las personas valoran la amistad de Aggie.

Sin embargo, sé que tengo que irme. Tyler ya ha vuelto de su clase y también tengo que chequear en él. Ayer se emborrachó para dejar de sentirse tan mierda y tan culpable. No puedo dejar que mi perro haga eso de nuevo. Además esta ese examen de quimica.

—Volveré más tarde —le prometo.

Ella asiente y luego de dejar un beso en su cabeza, cruzo la sala de estar y me voy del departamento.

Ahora sí, vuelvo a mi propio lugar. Espero al ascensor y me subo apenas llega. Apenas son las dos de la tarde y ya estoy jodidamente exhausto. Uso mi llave para entrar.

—Tienes que estar de broma —mascullo al verlo.

Tyler está echado en el sofá viendo televisión mientras bebe su segunda lata de cerveza. La otra esta dada vuelta en la mesa de ratonera. Se sienta rápidamente en el sofá y deja la lata a un lado.

—¿Cómo esta?

—¿Aggie o Nick? —le pregunto sonando sarcástico.

—Los dos —responde él.

—Como pueden —me alzo de hombros e intento quitarle importancia al tema. Si le digo que Aggie se esta llorando la vida y que Nick está solo desempacando en su nuevo dormitorio de esa residencia de mierda, solo se va a culpar más—. ¿Has comprado algo para comer?

—Sí —contesta y me indica que hay algo de pollo con no sé qué en la heladera. Vuelve a tirarse a ver su serie, me voy a la cocina habiendo chequeado con la mirada que solo hay dos latas y que si quiere el resto, tiene que venir a la cocina, lo que significa pasar por mi.

Caliento mi almuerzo y me siento en la mesa de la cocina a comer, por lo menos tengo un poco de paz. Uso los minutos para hablar con Quinn, quien me cuenta que esta en un receso y me explica sobre su día. Me pregunta por Nick y tengo que responderle que esta «mejor». Le pido que me hable de cualquier cosa menos de Aggie, Nicholas y Tyler. Esos tres han encontrado la manera perfecta de arruinarme el día, la semana y con la suerte que tengo, el semestre entero.

Al cabo de unos minutos, oigo el timbre sonar de fondo en la llamada. Quinn pretende no haberlo oído pero la termino convenciendo de volver a clase. Se despide con un "te odio" y yo le digo "hablamos luego".

Respondo los mensajes de papá quien me da actualizaciones sobre el caso de Olive y me pregunta qué tal la vuelta a Cambridge. También tengo que responderle que todo está esplendido.

Vuelvo a leer el mensaje de Emma y me toca abrirlo. Mejor terminar con esto para que no se convierta en un problema más grande si lo dejo estar.

Yo: ¿Nos vemos mañana a las cinco en Hideout?

Hideout es un buen lugar para juntarnos a hablar. Es una cafetería muy famosa en campus por ser uno de los dos lugares además del que ya fui con Emma, donde se puede estudiar y hay buena conexión a Internet.

Su respuesta es casi instantánea.

Emma: Ahí estaré.

Dejo mi celular a un lado y solo respondo los mensajes a Quinn. Me paso el resto de la tarde estudiando química y adelantando un trabajo sobre genética, todo en la mesa de la cocina. De vez cuando, me tomo unos descansos y voy a chequear a  Aggie, quien también esta escribiendo un ensayo para entregar dentro de dos días.

Tyler no mueve su culo del sofá y me facilita las cosas al mantenerse lejos de las cervezas.

A eso de las seis me hago un sándwich y le Aiken que me haga un espacio. Pongo el juego de los Dolphins.

—Extraño el equipo —dice Tyler de repente luego de que nuestro equipo haya anotado—. ¿Tú no?

—Era el capitán, imbécil. Lo extraño mas que tú —le respondo.

Me continua hablando de fútbol. Aparentemente, luego de mi investigación, Tyler parece ser el único que esta aprendiendo a lidiar con la situación.

El juego de los Dolphins se termina y salimos ganando. Estoy por irme cuando Aiken insiste en ver a los Bruins jugar. Nunca me fascino mucho el hockey sobre hielo, puesto a que soy de Florida y hablar de eso allí solo causa risa. Pero Tyler si es fan así que me quedo viendo el partido con él.

Cuando menos me doy cuenta, ya son casi las nueve y recuerdo que le prometí a Nick juntarnos en ese bar que se llena de universitarios en cualquier noche.

Me ahorro decirle a Tyler a donde voy luego de cambiarme de ropa y acomodar mi cabello con mis manos. Si nada de esto hubiese pasado, los tres iríamos a Foley's.

No dice nada mientras me acerco a la puerta pero es Tyler, sabe que me voy con Nick.

Odio esta situación de mierda, ¿cuando tiene planeado parar?





nota:

fue bueno hacer negocios con ustedes nuevamente.

QUIERO QUE ME CUENTEN ACÁ TODAS SUS TEORÍAAAAAAS.

los quiero, chispitas

cande


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