Erik miró a Raven con seriedad, aunque sin reflejar expresión alguna y luego, se marchó pasando por un lado de la joven rubia, quien ahora era Summer; dejandola sola, en un oscuro pasillo. Raven se dispuso a caminar mientras sonreía con malicia. Tal gesto demostraba que disfrutaría de lo siguiente que haría, con seguridad que así sería. Minutos después, la joven mutante convertida en Bloom llegó a la puerta del estudio de Charles y se detuvo frente a ella, contemplandola a la vez que relajaba su rostro y respiraba profundo; preparándose para su gran actuación.
Sin perder más el tiempo, tomó la perilla de la puerta y la giró para después empujarla y de esa manera, entrar a la pieza. Cerró la puerta tras de sí, al mismo tiempo que Charles volteó a mirar supuestamente a Summer al escuchar al portón sellarse; él se encontraba sentado detrás de su escritorio, bebiendo como últimamente le era costumbre.
— ¿Qué pasa, Summer? — Preguntó interesado, y sin quitarle la vista de encima a Bloom a la vez que le daba un sorbo a su vaso con whiskey.
Raven, suspiró y aflojó las facciones de su semblante, volviendolo de alguna manera tierno, pero insípido.
— Solamente quería hablar contigo de algo... seré muy breve. — dijo con sencillez.
— Dime... — alzó las cejas.
— He decidido estar con Erik. — Charles escuchó con claridad las palabras que salieron de la boca de Bloom, y su semblante se volvió en extremo serio. Al notar que el joven Profesor no emitía palabra alguna, Raven no quizo detenerse allí y se atrevió a seguir hablando — Él, es perfecto para mí. Es, la persona que había estado esperando...
— Me parece bien. — dijo inmediatamente interrumpiendo a Summer, tratando de fingir indiferencia con la declaración que aquella le había comunicado — Me siento... muy feliz por ambos entonces. — mintió, aunque en su voz se podía percibir firmeza, y determinación.
— Esperaba que lo tomaras de esa manera. — sonrió con suavidad — Después de todo, podías imaginartelo... él es por mucho mejor que tú.
Charles se mordió los labios y desvió la mirada mientras se pasaba una mano por el cabello. Suspiró y nuevamente, fijó su vista en los luceros de Summer.
— Si eso ha sido todo, me gustaría que me dejaras solo.
— Por supuesto, Charles. — Summer se dio media vuelta y justo antes de salir, dijo — Por cierto... quiero que sea Erik mi Profesor de ahora en adelante. Una vez ya dejaste de intruirme en mis habilidades, y para ser sincera, preferiría regresar a aquellos días. — después, caminó hasta la puerta y salió por el umbral dejando a Xavier solo.
Charles arrojó su vaso de cristal a la puerta, y aquella copa se rompió al chocar con el portón, mientras que el semblante de Xavier, repentinamente se volvió enfadado y entristecido a la vez, pues cuando su ceño se encontraba fruncido, sus ojos empezaban a humedeserce.
Raven, quien aún era Summer, caminaba con determinación por los pasillos de la residencia, evidentemente, se dirigia hacía la habitación de Bloom. Cuando casi llegaba a la pieza decidió transformarse en Charles. Y minutos después, arribó al cuarto de Summer. Golpeó la puerta unas tres veces y esperó a que se abriera ante ella. Dominick fue quien la recibió.
— ¿Está Summer por aquí? — preguntó Raven con una sonrisa.
Dominick abrió la puerta todavía más, dejando que Charles notara que Summer se hallaba allí.
— ¿Charles? — dijo Summer con leve sorpresa, levantándose de la cama para luego caminar hasta el joven Profesor — ¿Qué pasa?
— Nada. Es sólo que necesitaba hablar contigo. — expresó con tranquilidad.
Summer parpadeó un par de veces, y luego se giró a mirar a Dominick y a su prima, quienes de inmediatamente se dispusieron a abandonar la habitación de Bloom para dejar a Charles y a ella solos. La joven de cabellera negra invitó a Xavier a pasar a su pieza. Él se recargó de espaldas en la pared, mientras que ella se sentó con libertad sobre su cama.
— Y bien, ¿de qué querías hablar?
Charles desvió la mirada, sonrió con delicadeza; saboreando el momento, y luego, depositó su vista en la de Summer a la vez que adoptaba un semblante serio.
— He venido a decirte que no seré más tu Profesor. — dijo como si nada.
Summer bufó y sonrió incrédula por aquello que Charles le había dicho.
— ¿Es en serio? — preguntó con una ceja alzada — Creí que ya habiamos pasado por eso y que ahora estábamos bien...
— No, Summer. Ciertamente, no lo estámos. La verdad, es que no quiero tener que tratar contigo. — decía con indiferencia — Eres terca, y fastidiosa. Sin mencionar que desde tu llegada lo único que has hecho es confundirnos a Lenhsherr y a mí. Pero debo decir que ya me he librado de eso. Estos días he hablado mucho con Raven, y me hizo verte de una manera muy diferente, tanto que puedo confesarte que ya no me interesas en lo absoluto...
Summer frunció el ceño y se levantó tan rápido como aquel había terminado de hablar.
— Que ya no te intereso ¿dices? — dijo molesta mientras veía los luceros azulados de Xavier — Entonces ¿por qué te la has pasado discutiendo conmigo? ¿y que hay de ese estúpido beso?
— Bueno, quizás fuiste un capricho, tal vez sólo quería llevarte a la cama...
Bloom le dio una cachetada tan fuerte que sonó como una tremenda nalgada, haciendo que la cabeza de Charles se ladeara violentamente. Raven ardía de rabia, pero no se atrevió a salirse de su papel, no, claro que no. No después de ver como a pesar de recibir una buena bofetada, podía notar como su plan estaba saliendo a la perfección.
— Te odio... — soltó Summer con la frente arrugada y sus ojos ahogados en un mar de lagrimas que luchaban por salir — Y bien te dije que ojala jamás te hubiera conocido.
Charles se llevó una mano a la mejilla en donde había sido abofeteado, mientras se la acariciaba.
— Bueno querida... el sentimiento es mutuo. — Raven miró el rostro disgustado y afligido de Summer, y con esa expresión en su cara se dio por bien servida — Hasta luego, Summer.
Charles se giró hacía la puerta y abandonó la pieza de Bloom mientras que aquella, miraba con aversión como él se alejaba y desaparecia entre las sombras de los corredores. Luego, Summer se adentró en su habitación, cerrando la puerta de un fuerte portazo. Caminó hasta su cama y se aventó sobre su colchón boca abajo; abrazó su almohada y hundió su rostro en el cojín sin poder impedir que las lagrimas comenzaran a recorrer sus carrillos. Al sentir sus mejillas humedas, separó su cara de la almohada y se llevó una mano a su pómulo. Si mal no recordaba, era la segunda vez que derramaba lagrimas por Charles, y ahora que él mismo había ido hasta su habitación a decirle que no la quería más cerca de él, se había dado cuenta de que sentía algo por aquel. Tarde, pero al fin, se había percatado de que era a Charles a quien quería. Estaba segura, y ya no había ninguna duda pues nunca nada le había dolido tanto que escuchar aquellas palabras por parte del joven Profesor. Puesto que si hubiera sido cualquier otro, aquello que él le había dicho le hubiese importado una mierda.
No lo odiaba, aunque eso fue lo que Summer le dijo a Charles, o más bien; a Raven. Pero ahora, él iba a tener que vivir pensando que Bloom estaba enamorada de Erik, y ella, iba a tener que pasar los días creyendo que aquel nunca estuvo interesado en ella realmente...
Definitivamente, las personas jamás valoran lo que tienen hasta que lo pierden.
A la mañana siguiente, Summer y Charles se habian levantado de sus camas luciendo como dos almas en pena; despeinados, ojerosos y el contorno de sus ojos inchados. Ambos sufrian por el otro, pues después de lo de anoche, ninguno de los dos volvería a dirigirse la palabra, dado que ahora estarian condenados a soportar la indiferencia del otro. Charles iba a tener que hacerse a la idea de que no iba a volver a probar los labios de Bloom ni por equivocación, y ella, iba a tener que vivir con ese sentimiento llamado amor, guardado en su pecho; pues el cariño por él apenas se había hecho presente anoche, cuando supuestamente aquel le informaba que se alejaría de ella, y eso era definitivo.
Los mutantes yacian en la amplia cocina de la mansión de Xavier, eventualmente desayunando. Laire se hallaba sentada al lado de Havok; se notaba que ella estaba contandola algo de manera muy fluída, mientras que él, estaba recargado con un codo sobre la mesa a la vez que sostenía su cabeza ladeada con la mano, al mismo tiempo, miraba a la joven de ojos pardos con una sonrisa tan suave y pequeña, que apenas era visible de ver. Y cuando los demás pasaban al lado de Laire y Alex, observaban al rubio con una ceja alzada, evidentemente porque aún no superaban su nueva faceta de chico romantico, y aquella nueva actitud en donde hacía todo lo que la prima de Summer le pedía. Los demás se hallaban almorzando, o simplemente tomando una taza de café al mismo tiempo que charlaban, salvo Charles y Summer, pues ellos no se encontraban reunidos con los demás. Obviamente por la terrible noche que ambos pasaron. En cambio, Raven y Erik si se hallaban en la cocina; parados en una de las esquinas de la pieza mientras les daban la espalda a los demás.
— ¿Y Charles? – preguntó casi en un susurro Erik a Raven.
— Ni idea… — Volteó a mirar a Lenhsherr con seriedad — no lo he visto desde… — se giró a mirar a los demás, asegurandose de que fuese Erik el único que la escuchara, y luego, volteó nuevamente a mirarle a él — ya sabes.
— ¿Acaso no hiciste bien tu trabajo, linda? — indagó Erik con seriedad.
— Claro que sí… pero no espero que lo entiendas, ya que tú no hiciste nada más que darme órdenes…
— Yo no tengo el don para convertirme en quien sea, y si así fuera… — hizo una pausa mientras veía detenidamente los luceros verdes de la rubia — creeme que no me sentiría angustiado por el hecho de no saber como resultaron mis planes, porque de haberlo hecho yo, todo hubiese marchado a la perfección, querida.
Raven guardó silencio y se limitó a contemplar los ojos de Erik mientras le miraba de manera seria.
— ¿Y que hay de Summer? — cuestionó la rubia.
— No la he visto desde ayer.
La mutante rubia suspiró, evidentemente irritada y ligeramente desesperada por saber si sus planes habian dado el fruto que esperaba. Y no pasó mucho tiempo para que sus preguntas fueran contestadas.
Charles entró a la cocina a paso lento. Lucía de una forma espeluznante. Sus ojos reflejaban cansandio y su mirada emitía tenue tristeza. Los ojos de Raven y Erik se enfocaron rápidamente en Xavier una vez que pisó la pieza. Observaron con detenimiento, como el pobre hombre caminaba hasta la alacena, cogía un vaso y luego se disponía a servirse agua para después beberla. En ese instante, Summer arribó a la cocina, luciendo también un aspecto terrible. Cuando Bloom llegó a la habitación, inmediatamente los luceros azulados de Charles se clavaron en ella con indiferencia, al mismo tiempo que los ojos de aquella se fijaron en los del joven Profesor.
Ocurrió en un segundo, pero a Summer y a Charles les pareció una eternidad; las miradas de ambos se conectaron en una atmósfera que únicamente les perteneció a ellos, y aunque los dos se observaron con los semblantes llenos de apatía y un inmenso resentimiento, en sus corazones sentian todo lo contrario. Pero ambos eran demasiado orgullosos como para volver a tocar el tema.
Charles dejó el vaso sobre la mesa, envió su vista hacía el piso y caminó hasta Summer, pasando por un lado de esta para luego salir de la cocina, mientras que aquella, decidió caminar hasta el refrigerador para sacar un poco de leche. Entre tanto, Raven y Erik fueron el único público que percibió aquella escena entre Bloom y Charles. Y nada evidenció más el perfecto resultado que tuvieron Lenhsherr y la rubia con su brillante, pero egoísta plan; que haberle visto la cara a Summer y al joven Profesor en ese momento. Pues las miradas de indiferencia y desprecio sólo confirmaron que la idea de Raven y Erik había salido tal y como lo habian planeado.
Ahora Raven pasaba más tiempo con Charles. No eran nada más que amigos, pero aquella joven estaba más que feliz de esa manera, pues por lo menos no se sentía intimidada por ninguna otra fémina. Mientras tanto, Erik, pasaba más tiempo con Summer, y mientras transcurrian los días él sentía como se la gana cada vez más. Después de todo, no era mentira que Bloom estaba interesada en Lenhsherr, por más mínimo que fuese el sentimiento. Quizás era una pizca de cariño, pero existía; Erik ya se encargaría de que ella se enamorara de él. Tarde, o temprano. Los días transcurrian, y con el paso del tiempo, los jóvenes mutantes notaban el alejamiento que se presentó entre Charles y Summer, sin embargo, nadie se atrevía a preguntar nada. Xavier era el Profesor, y lo que sea que ocurriera en su vida era su asunto y punto. Y Summer, aunque ya era amiga de todos, a excepción de Raven, no era la clase de chica que exteriorizaba sus problemas personales, además de que ciertamente le molestaba hablar de ese tema, tanto que no era capaz de contarselo a Dominick, ni a su propia prima. Pues en realidad, le dolia tratar ese asunto más de lo que pensaba.
Summer y Charles llegaron a encontrarse muchas veces por la residencia. En pasillos, en la biblioteca, viendo la televisión, en la cocina, en los alrededores del hogar... y en sus encuentros inesperados siempre se miraban fijamente, esperando que el otro hablara antes, pero eso jamás sucedía. Pues sus acercamientos siempre terminaban con las miradas agachadas y un caminar que los llevaba por caminos muy diferentes.
Y mientras ellos se distanciaban cada vez más, había otros jóvenes que se unian más con el paso del tiempo; Laire y Havok. Pasaban sus tardes juntos, e inclusive sus noches. Viendo peliculas, o simplemente salian a los alrededores de la mansión para sentarse en el césped y conversar. Sea lo que fuera que hicieran, Alex Summers se notaba feliz por tener la oportunidad de encontrarse cerca de Laire.
La joven de ojos pardos y el chico rubio se hallaban recostados sobre la hierba verde que cubría los contornos de la residencia. Ambos, contemplaban la puesta del sol, en donde los rayos de aquella inmensa estrella ahora eran de color anaranjado, al igual que el cielo...
— Es hermosa la puesta de sol... — dijo Laire inspirada por el atardecer.
— Hay cosas más hermosas que el ocaso. — comentó el rubio, haciendo que la joven volteara a mirarlo con rapidez, mientras que aquel seguía contemplando la puesta de sol.
— ¿Cómo que, Summers? — preguntó con una ceja alzada, pues no esta no estaba del todo de acuerdo con la opinión de Havok. Pues a ella le parecía precioso el atardecer, y creía que era una lástima que muchas personas no encontraran el tiempo para apreciar el ocaso, cuando era una maravilla natural del mundo.
Havok ladeó su cabeza y fijó sus ojos azules en los luceros pardos de Laire.
— Como tú. — dijo sin más. No era del todo romantico, pero se notaba que se esforzaba en serlo. Su comentario hizo que las mejillas de Laire se encendieran tan rápido como aquella había escuchado la respuesta del rubio, y no pudo evitar que su corazón golpeara su pecho tan fuerte que casi se le salía del cuerpo, al mismo tiempo que esta se había quedado sin palabras.
Havok se enderezó de tal manera que quedó sentado sobre la tierra, y sin apartar la vista de Laire se acercó a ella, colocando su pecho sobre el de esta, quien aún yacía recostada. Y con lentitud, él agachó su cabeza aproximando sus labios a los de la joven, a la vez que ambos iban cerrando sus ojos conforme Alex se acercaba a la boca de Laire. Hasta que finalmente, Havok la besó. Con dulzura, y sin una pizca de malicia en sus intenciones.
Él joven separó sus labios de los de Laire, al mismo tiempo que los dos clavaron sus ojos en el otro.
— Eres mi novia. — dijo Alex con una suave sonrisa.
— ¿Sabes, Summers? Un chico normal se lo preguntaría a una chica.
— ¿Me estas diciendo que no? — preguntó con una ceja alzada.
Laire lo tomó por el cuello de la ropa con ambas manos, y lo jaló hacía ella para plantarle un beso rápido.
— Con esto ya te dije que si. — dijo con sus carrillos ruborizados y en un tono de ligera timidez.
Havok sonrió por que ciertamente, aquella respuesta por parte de Laire le había hecho verdaderamente feliz. Y no pudo reprimir su instinto de hombre, así que la besó, lenta y apasionadamente, al mismo tiempo que rodeó la cintura de la joven con su brazo y la atrajo hacía él para sentirla aún más cerca, mientras que ella, abrazó su cuello con ambas manos para presionar sus labios todavía con más fuerza. Y así es como aquellos dos pasaron esa tarde; ajenos a los problemas de los demás, pero felices porque oficialmente ya se tenian el uno al otro.
Summer se hallaba en el pequeño salón de la casa en donde se podía ver la televisión. Estaba sentada en el sillón frente a la pantalla mientras bebía whiskey de un vaso de cristal. Erik, estaba caminando por casualidad muy cerca de donde se encontraba Bloom, y al mirarla de perfil no dudó ni un segundo en aproximarse hacía ella. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de Summer, notó que al lado del sillón en donde se encontraba, había una botella de whiskey apunto de acabarse. Lenhsherr la tomó entre sus manos y enarcó una ceja, incrédulo por pensar que Bloom fuera quien estaba por terminarse ese alcohol.
— No sabía que bebias... tanto. — dijo con ligera extrañez.
— Y no es así... a menos que mi estado de humor lo requiera. — comentó la joven volteando a mirar a Erik, y cuando lo observó aquel hizo lo mismo.
Erik inmediatamente notó la humedad en los ojos de Bloom, y las tenues ojeras que yacian formadas abajo de aquellos. Evidentemente no podía dormir, y Lenhsherr se imaginaba el porqué.
— ¿Estás triste? — preguntó Erik con interés, a la vez que depositaba la botella de whiskey sobre la mesa.
Summer negó rápidamente con la cabeza, pues no quería que nadie supiera que lucía así de mal por el hecho de que Charles se había alejado de ella.
— No he dormido bien... eso es todo. — forzó una diminuta sonrisa que desapareció tan rápido como la había esbozado.
Erik dio un par de pasos y se posicionó frente a Summer. Él le extendió su mano para que aquella la tomara, y así fue. Lenhsherr la atrajo hacía él, pegandola a su pecho. Colocó sus dedos bajo la barbilla de Summer y elevó su mentón para que esta le mirara a los ojos, y a pesar de que la joven lucía cansada, ante los ojos de Erik ella seguía siendo la criatura más linda que jamás había visto. Él se inclinó un poco hacía el frente, y como era de esperarse, besó con suavidad los labios de Summer, quien cerró sus ojos al sentir el contacto de la boca de Erik con la suya. Aquel pasó una de sus manos por la larga melena negra de Summer, y luego de recorrer su cabellera colocó su mano tras su nuca para pegarla más a él y presionar sus labios con más fuerza. Erik no se resistió más, e intensificó el beso introduciendo su lengua en el interior de la boca de Summer. Fue un beso lento, pero con el paso de los segundos se volvió incontenible y ardiente. Los corazones de ambos latian desenfrenadamente, mientras que sus respiraciones se volvieron agitadas y entrecortadas. Los dos tuvieron que separarse por la falta de aire a la vez que pegaron sus frentes y fijaron sus miradas en el otro mientras sus respiraciones se estabilizaban.
— Ven conmigo... — pronunció Erik. Tomó a Summer de la mano, y él comenzó a caminar mientras jalaba a la joven para que le siguiera.
— ¿A dónde vamos? — preguntó Summer con curiosidad, pero Erik no respondió a su pregunta.
Ambos caminaban por los corredores del hogar, y aunque Lenhsherr no le halla respondido a Bloom, mientras más caminaban ella más se daba una idea de a donde se dirigian. No pasó mucho tiempo para que la pregunta de Summer se respondiera por sí sola. Pues los dos arribaron a la habitación de Erik. Él abrió la puerta, introdujo a Summer a su aposento y luego, cerró la puerta tras de sí para luego lanzarse sobre la joven de tal manera que ambos cayeron sobre la inmensa cama de Lenhsherr; Summer se desplomó de espaldas sobre el colchón, y Erik sobre ella al mismo tiempo que comenzó a besarla de manera ardiente mientras que esta, le correspondía. Quizás eran los efectos del alcohol, o simplemete era una forma de querer sacar a Charles de su mente, pero ciertamente, quería estar con Erik, no estaba del todo segura, pero una parte de ella le decía: hazlo, Summer. Mientras que la otra parte le decía que se detuviera.
Erik deslizó su mano por la cintura de Summer, y la introdujo por debajo de la blusa de la joven, recorriendo la suave piel se su torso hasta llegar a uno de sus senos, el cual, acarició por encima del sostén. No lo observaba aún, pero con sólo sentirlo podía imaginarse que era perfecto. Erik dejó de besar a Bloom por un segundo. Le quitó la blusa y contempló con detenimiento aquel sujetador de encaje morado, el cual aprisionaba los bellos pechos de Summer, a la vez que su cuerpo con escasa ropa lucía descomunal. Él se despojó de su camisa, y volvió a besarla con rapidez, mientras sus piernas separaron las de la joven. Sin interrumpir el beso, Lenhsher liberó a Summer de su pantalón a la vez que él se quitó el suyo. Erik comenzó a deslizar su mano por toda la silueta de la joven, pues no quería que ningún rincón de aquel escultural cuerpo se quedara sin ser acariciado por él.
En ese instante, cuando Erik creía que aquella noche Summer se entregaría a él; ella reaccionó. Repentinamente la imagen del beso de Charles le hizo a Bloom reflexionar. Quería estar con Erik, pero quería estar aún más con Charles, y no podía involucrarse con Lenhsherr si pensaba en Xavier. A pesar de que ya no tuviese relación alguna con este último, ella lo sabría, y no quería vivir con ese remordimiento. Summer detuvo el beso con lentitud, pues tampoco quería lastimar a Erik. Aquel se detuvo y volteó a mirarla con serenidad, sabiendo de antemano que algo no iba bien.
— ¿Te molestaría si sólo nos quedamos de esta manera?... — preguntó Summer con tenue timidez — Ya sabes... si, sólo dormimos.
— Tu eres quien decide. — Se inclinó y la besó con ternura. Finalizó el contacto y se colocó al lado de ella.
Erik rodeó a Summer con su brazos, a la vez que colocó su mejilla sobre la cabeza de aquella. Ambos cerraron sus ojos, y esperaron a adentrarse en el mar de los sueños.
Lenhsherr no se molestó en absoluto con Bloom. De hecho, aunque no la hizo suya estaba contento. Feliz porque al menos iba a compartir una noche con ella, aunque fuese sólo para dormir.
A la mañana siguiente. Charles caminaba por los pasillos mucho antes de que los demás estuviesen despiertos. Vestía con traje y corbata; como la mayor parte del tiempo le gustaba trajear. Se dirigía hacía la habitación de Erik, pues casualmente quería conversar acerca de Sebastian. Un tema que quería tratar únicamente con él ya que no faltaba mucho para su gran encuentro.
Charles llegó a la pieza de Lenhsherr. Llamó a la puerta un par de veces y esperó pacientemente a que Erik le recibiera. Lenhsherr abrió los ojos lentamente luego de escuchar que llamaban al portón, esperaba a que su visión se adaptara a la atmósfera. Se sentó sobre el borde de la cama, y miró a Summer, quien aún permanecía dormida. La cobijó con una sábana y se levantó del lecho para luego dirigirse hacía la puerta. La abrió y para su sorpresa, miró a Charles parado tras el umbral. Erik pensaba que no había duda de que la suerte le sonreía, y no la pensó dos veces en aceptar la ayuda del destino.
— Buenos días Charles... — abrió aún más la puerta, de tal manera que dejó que Charles se percatara de que Summer yacía dormida bajo las cobijas de Erik. Y esa escena dejó sin palabras al joven Profesor — ¿Qué pasa? — preguntó con seriedad.