Trapeze {TaeJin}

By jinniealpaca

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Un trapecista de talla mundial llega a trabajar a un circo de mala muerte por razones bastante polémicas: inv... More

Intro
Personajes
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13

Capítulo 7

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By jinniealpaca


El aroma a crepes despertó a la pareja que dormía abrazada en la cama. El primero en levantarse fue Jimin, y luego lo siguió Jungkook. En la cocina, Seokjin doraba la mezcla en el sartén con excelencia, y cada uno de los crepes lucía perfectamente preparado. En la mesita había potes con distintos sabores de mermelada, otro con leche condensada, frutas picadas y nueces.


Jimin se alegró como nunca, y se sentó a la mesa a picotear los ingredientes para el relleno de los panqueques. Le siguió Kook, aún algo cohibido ante la presencia de Seokjin, pues no dejaba de sentirse culpable por tratarlo en forma poco educada.


- No estén comiéndose el relleno, ya hay unos panqueques listos aquí para rellenar, y atiéndanse ustedes mismos.


Los muchachos sacaron las masas que ya estaban listas y comenzaron a preparar las crepes a su gusto. Taehyung llegó a los minutos, llamado por la luz del día, el hambre matutina y el ruido de sus amigos. Vio a Seokjin de espaldas, y en el secreto misterio de su mente, recordó los relieves de su torso desnudo, los hombros anchos, la cintura estrecha y las caderas ligeramente más pronunciadas. Pensó también en aquellas piernas, que en la noche anterior lo confinaban a ser su esclavo, y en las manos que recorrían su espalda y pecho, y ahora lo proveían de desayuno.


Seokjin volteó, le dedicó un 'buenos días' y una sonrisa alegre, y lo invitó a sentarse a la mesa. Taehyung tomó una masa y la rellenó de plátano, frutilla, nueces y algo de nutella. Dobló la crepe como un triángulo y comenzó a comer, silencioso. Seokjin se sentó frente a él, y preparó su propio panqueque con arándanos, uvas, frutillas, y siguió pensando en qué más ponerle. El rubio sólo quería pensar en la comida, pero la crepe pálida y lisa lo hacía pensar en la piel impoluta de Seokjin, las cerezas se asemejaban a sus labios, siempre hinchados y rojos, y prefirió mirar por fuera de la ventana cuando el mayor chorreó leche condensada sobre su panqueque.


Se cubrió la cara, frotó sus ojos y se esforzó por borrar cualquier pensamiento inapropiado.


- ¿Estás bien, TaeTae? - preguntó Jimin, preocupado.

- Sí, sólo pensaba en que hay que ir a ensayar

- Cierto, desayunemos y vamos... ¡y hoy es su debut, Seokjin-ssi! - exclamó Jimin, emocionado. - ¿Está nervioso?

- No realmente - respondió, con la boca llena. - Creo que me acostumbré a un público muy exigente, ahora es un poco más relajado... aunque todas maneras la gente tiene mucha expectativa.

- Sí, es cierto - confirmó el de cabello plateado.


Jungkook miró a todos en la mesa y se excusó para salir a ensayar su propio acto. Le siguió Jimin, y finalmente quedaron en la mesa solamente Taehyung y Seokjin.


- Gracias, Jin-hyung, estuvo bueno el desayuno.

- La cena estuvo mejor - dijo Seokjin, con una sonrisa maliciosa.

- Anoche no cenamos nada especial, hyung.

- ¿No te pareció especial? Rompes mi corazón.


Jin fue riéndose, fingiendo estar ofendido, en dirección a su cuarto a buscar un traje para ensayar. Taehyung lo siguió unos minutos después.


- ¡Espera hyung, ya entendí eso de la cena!


Seokjin continuó riéndose, revisando el baúl con vestimentas coloridas. Había usado unos trajes realmente exóticos, y otros con un toque poético. Algunos tenían referencias a animales, y otros incluso a conocidos videos musicales, películas y series.


- Hyung... lo siento por lo de anoche

- No te compliques, Taehyung, ayúdame a elegir un traje para ir a ensayar.


Taehyung se arrodilló en el piso junto a su hyung para escoger qué se pondría. Revolvió las ropas y algunas le parecieron muy bonitas, pero demasiado reveladoras, definitivamente no estaba listo para ver a Seokjin con un traje de esos. Si bien ya había presenciado lo escultural de su cuerpo, había sido a oscuras, con todos los detalles en su imaginación.


- Este es lindo, hyung


Era un traje negro, con la parte de arriba dividida por la mitad, una sección de malla y la otra mitad de látex. La malla estaba adornada con correas que la cruzaban desde el otro lado, y con grandes cristales tornasolados y plateados, y para abajo una lycra negra.


- Ese traje fue diseñado pensando en una serie que vi, sobre patinadores de hielo muy gays

- Suena como algo que podría ver - Taehyung sonrió

- Es muy bonita - dijo el mayor, recordando la historia y personajes que lo inspiraron durante un buen tiempo. Jin comenzó a ordenar los trajes, pues ya había decidido qué se pondría.

- Me gustaría verte en este traje, hyung

- Voy a usarlo entonces, para este ensayo


Taehyung se quedó mirándolo, absolutamente enamorado del hecho de que su hyung tomara en cuenta usar el traje que él escogió. Seokjin se levantó del piso y dejó el traje sobre la cama. Taehyung también se puso de pie, y abrazó a Seokjin por la espalda, tiernamente, apoyando el mentón en su hombro. El mayor se vio sorprendido por el repentino gesto cariñoso, y sonrió, acariciando las manos del otro. Hacía mucho tiempo que no sentía algo así, cercano a un endulzamiento. Tocar la piel de otra persona no solía hacerlo sentir tan entusiasta, por lo general, era frío en lo referido al contacto físico, pero Taehyung tenía una ternura que lo hacía entregarse con una facilidad excepcional.


Y sí, la gente podía decir muchas cosas, que Seokjin no se respetaba o que meterse a sus pantalones no requería ningún esfuerzo, pero nadie lo conocía mejor que sí mismo y él tenía claro que esas cosas no tenían importancia, porque al momento de entregar afecto, lo hacía derramando toda su alma. Amaba las caricias, los abrazos, la risa entre besos. Planteándose todas esas ideas en sólo un pestañear, volteó para besar al rubio, quien recibió sus avances con hambre de más, siempre intentando morderlo, marcarlo, para sacarse de la mente ese fantasma de que Seokjin ya estaba marcado por alguien más.


- Tae, ya ve a ensayar - le dijo, frenándolo, dándole golpecitos suaves en el pecho con las palmas de sus manos. El menor se alejó, a regañadientes, soltando la cintura Seokjin con una lentitud inaguantable. - Me cambiaré a iré a ensayar también.

- Nos vemos allá entonces, hyung


Taehyung le robó un último beso y salió corriendo a practicar por vez final antes del show. Seokjin no dejaba de pensar que ese repentino interés parecía un capricho, pero el mayor simplemente no podía decir no a las muestras de cariño.


Estaba completamente perdido en esa búsqueda de adoración.


~


Seokjin apareció dentro de la carpa con el traje negro que Taehyung había escogido. Miró alrededor, y vio arriba a Hoseok esperándolo, con un gesto serio. Lo sabía, sabía que el pelirrojo ensayaría con él, pese a las dificultades que estaban teniendo.


Abajo, Taehyung daba vueltas por la pista en monociclo, haciendo malabares con unas pelotas de colores. Llevaba una especie de overol esponjoso azul con puntos amarillos. Tenía una capucha roja con forma de corazón, pero no la llevaba puesta, en su lugar, llevaba una tiara con unos corazones de peluche. Al ver a Seokjin, Taehyung pedaleó hasta él, y se bajó del monociclo en una maniobra ágil.


- Viniste, hyung - le sonrió, con un gesto de bienvenida tan expresivo, como si no lo viera en años. - Y te pusiste el traje

- Sí, ¿cómo me veo? - preguntó, dando una vuelta

- Te ves increíble hyung - le dijo el rubio, mordiendo su labio inferior con nerviosismo, como suprimiendo un montón de cosas que quería decir.


Jimin se había acercado bastante sin que Taehyung lo notara, y derramó cumplidos sobre Seokjin, para luego destacar algo importante que había notado. - Ya no le hablas tan formal a Seokjin-ssi


- Uhm... no, ya no - se rascó a cabeza, algo nervioso. Jin respondió por él, diciéndole a Jimin que también podía llamarlo "Jin-hyung". El muchachito de cabello plateado agradeció, y después de desearle suerte en el ensayo, fue a subir a la tela. Taehyung volvió a montar el monociclo y se fue rápido hasta donde estaba el resto de los payasos.


Seokjin nunca había visto payasos como esos, eran muy tiernos, algo diferentes a los que solía ver. Eran algo así como "mascotas" en realidad. Estaba el de Taehyung, que no parecía algo definido, pero otros chicos llevaban trajes más obvios, uno era un perrito amarillo, otro era como un caballo morado, un koala celeste, un conejito rosado y una bola café que Seokjin no conseguía descifrar qué era, pero le pareció bastante linda. Huía despavorida de un tipo disfrazado de caja de leche, y era gracioso verlos tropezar. Taehyung iba de un lado a otro con el monociclo, y el personaje de perrito practicaba trucos con Yeontan y los otros canes del circo.


Decidió subir al trapecio al ver a Hoseok esperándolo con un gesto impaciente. Arriba había otros trapecistas, con quienes no había practicado, pero serían los que conformarían el show final. Estuvieron haciendo saltos, sin arnés, pero con la red abajo, ya que el show no llevaba ninguna de estas comodidades. Era necesario enfrentar el riesgo en el último ensayo, pero no demasiado, lo suficiente para asegurarse que los nervios no se los devorarían al momento de salir al escenario. El último salto de la práctica se hacía sin red, y los trapecistas lo consiguieron sin dificultad, Seokjin logrando un salto quíntuple, como se esperaba. Todos aplaudieron, y así, cada artista del circo Wings ya estaba listo para actuar en la noche.


~


Taehyung entró al bus, sudando, ya estaba cansado. Adentro, Jimin y Jungkook estaban maquillándose para el show, en maneras muy diferentes: Jimin llevaba el rostro perfectamente liso con base de maquillaje, rubor rosa en sus mejillas y el rostro contorneado con colores turquesa y azul. Estaba peinándose las cejas con un pegamento en barra, para luego cubrirlas con más base y dibujar encima diseños con glitter y pigmentos en tonos verde azulados. Decoró sus párpados con estas mismas tonalidades y algo más cálido, naranjo y dorado. Luego comenzó a pegar, una a una, gemas en su frente y sienes. Jungkook utilizaba el maquillaje de otra manera, pues había aprendido en internet a contornear sus músculos con corrector oscuro, y destacarlos con iluminador. Ponía algo de brillo sutil en sus pectorales, bíceps, abdominales y piernas, y le pidió a Taehyung ayudarle a poner un poco del polvo brillante con una brocha en su espalda, sin mucha fe en el resultado, pero no quedaba otra, porque Jimin estaba ocupado en su propio aspecto.


Recordaba una vez en que Taehyung recién presentó al payasito Tata y se pintó la cara toda roja y una boca amarilla gigante. Los niños de la primera fila lloraron de pavor, y de seguro tuvieron pesadillas esa noche. Al día siguiente, Taehyung decidió no usar maquillaje y se ganó el cariño y las risas inocentes y genuinas de todos. Los niños hicieron fila a la salida para tomarse fotos con él, y con los otros payasos que había diseñado. Definitivamente el maquillaje no era lo suyo, pero era un excelente diseñador y sastre.


- ¿Y Jin hyung? - preguntó el rubio, mientras ponía brillo en la espalda de su amigo.

- Estaba con Hoseok y los trapecistas asegurándose de que todo salga bien, ya vendrá


En eso, Jin entró y saludó a los chicos, felicitándolos por sus ensayos, y ellos le devolvieron las buenas vibras. Se sentó junto a ellos, observando la delicadeza en que cada uno se esmeró por ponerse a tono con el show.


- ¿Te maquillarás también, hyung? - preguntó Jimin, curioso, probándose su tiara con piedras brillantes y plumas.

- Sí, pensaré en algo que combine con los trajes, les mostraré como es el mío

- Cierto, lo has tenido oculto por todos estos días, hyung - comentó nuevamente el de cabello de plata.


Seokjin fue hasta el baúl con sus cosas y lo recogió, estaba dentro de una bolsa. Puso la bolsa sobre la cama en donde los chicos estaban sentados y lo sacó. Era un traje ajustado color plata, de malla arriba, con incontables gemas brillantes, en la cintura llevaba plumas en el mismo tono y también negras, y el short era brillante y también color plata. El cuello era tipo choker, en la misma tela que el short, y en los hombros tenía decoraciones con plumas también. En su pecho, a lo largo del esternón, se erigía una figura negra con la forma de una cruz puntiaguda.


- Hyung, es precioso, acá jamás se han visto trajes así en los trapecistas, ¿verdad chicos?

- Nunca... - Taehyung respondió, casi babeando al imaginar a Jin con el traje puesto. Jungkook tocaba las plumas, relajándose con la suavidad.

- He convencido a Yoongi de mandar a hacer estos diseños, es el traje que usa un personaje en una serie de anime - habló Jin sonrojándose, sintiendo una leve sensación de vergüenza por hablar acerca de lo que lo había inspirado. A Jimin se le iluminaron los ojos, pues él también se inspiraba en grandes obras para pedir sus trajes. - ¡Con razón me ha recordado a Yurio!

- ¿La viste también, Jimin?

- Claro, de hecho me he teñido el cabello así por Victor

- Jimin siempre ve cosas solo, y no nos avisa - alegó Jungkook

- No pensé que les gustaría, podríamos verla, no tengo problema en verla otra vez, ¿Qué opinas, Jin hyung?

- Me encantaría - sonrió, sintiéndose por fin parte de algo cálido y afectuoso con sus compañeros de casa. - Bueno, iré a maquillarme

- Trae tus cosas acá a la cama para que veamos como lo harás, hyung

- Okay, ya vengo


A los minutos, Jin entró nuevamente a la pieza con una caja con pinturas y brillos. Se peinó, mostrando la frente, y luego comenzó a poner base en su cara y colores sutiles. No era necesario maquillarse tanto, pues lo principal eran los trajes y los saltos, en su caso. Puso algo de glitter plateado y color champagne en sus pómulos y sienes, y pegó estrellitas y lentejuelas encima. Aplicó un tinte rojo pálido en sus labios, y ya estuvo listo para ponerse el traje. Taehyung lo miraba con paciencia, pues ya había terminado su labor con Jungkook, y pensaba en sus belfos abultados y en lo mucho que disfrutaba besarlos y darles mordidas.


Antes de eso, no había gozado plenamente el éxtasis de un beso. Recordaba haber besado a algunas chicas y chicos en el circo con quienes aún compartía buenos momentos, risas y malvaviscos en la fogata, pero nada de eso perduró, nada de eso fue tan intenso, ni lo puso contra la espada y la pared.


A ratos, se sentía dispuesto a todo, y pensaba en que el quiebre entre sus padres no tenía nada que ver con él y Seokjin. Era cierto que Seokjin venía a representar a aquella tercera parte, a aquella mujer que sedujo a su padre y que consiguió su atención y afecto, pero al fin y al cabo, la persona que abandonó a su familia fue nadie más que papá y su irresponsabilidad. Jimin también se lo había dicho así, duramente, pero tenía razón.


Sin embargo, el llanto de su madre y el fin de su circo venían siempre a su cabeza. ¿Qué habría sido de la esposa del dueño del Circo de Los Soles? ¿Habrá sufrido tanto? Se preguntaba Tae. Bueno, seguramente "ganó la batalla", si Seokjin fue despedido y hoy en día trabajaba en un circo de mala muerte.


Todos estos pensamientos se esfumaron cuando Jin se apegó a su lado y le preguntó "¿cómo me veo?", con una voz bajita y suave, y mirándolo con coquetería.


- Te ves hermoso, hyung

Taehyung, embobado, comenzó a acercarse para besarlo, pero Seokjin se inclinó hacia atrás, negando con el dedo índice frente a su cara.

- Nop, no vas a arruinar mi maquillaje

- Hyuuuung - se quejó el jovencito.

- Después, cuando termine el show, ahí celebraremos

- ¿Promesa? - el rubio estiró su dedo meñique, y Seokjin sonrió, enternecido por su gesto. Levantó su meñique también, lo enlazó con el de Tae y confirmó la promesa. El mayor se puso de pie, tomó su traje y fue a vestirse a su pieza, ya que los demás se vestirían para actuar también.


Taehyung se mantuvo expectante por que el show comenzara, para poder ver a Jin hyung actuando frente al público y además poder celebrar con él después.


~


Una gran muchedumbre de hombres, mujeres y niños, esperaba expectante el comienzo del gran show. El circo se erigía luminoso y colorido, y la música le daba un carácter festivalero. Las últimas personas que iban entrando buscaban sitio para sentarse en la galería, casi completamente llena. Hacían equilibrio sobre las tablas de las gradas para pasar con algodones de azúcar, hotdogs, bolsas con palomitas, y otras cosas para comer. Alguna gente lo necesitaba no sólo por el hambre, sino, para bajar la ansiedad al ver a los artistas jugarse la vida sobre seis metros de altura.


El atractivo presentador salió al escenario con un traje elegante y sombrero de copa. Dos chicas hermosas lo acompañaban a cada lado, con trajes brillantes y mallas, y sonrisas casi plastificadas.


- ¡Damas y Caballeros! ¡Niños y Niñas! ¡Bienvenidos al espectáculo inaugural del Circo Wings!


La música comenzó a sonar mientras las dos chicas se cruzaban frente al presentador dándose una rueda y de las esquinas salían dos payasos en monociclo haciendo malabares, seguidos por otros que corrían con aros de hula hoop girando en los tobillos, y otros dos más al final en triciclos pequeños lanzando papeles brillantes picados con unos cañones de juguete, que disparaban serpentinas y chayas a propulsión. La gente observaba feliz, mientras los niños saltaban intentando atrapar parte del confeti.


- RM, para servirles. Hemos recorrido muchas ciudades, ¡pero esta es la primera vez aquí, en Samhakdo!


Era una cosa automática, que en cada show, la gente al escuchar el nombre de su pueblo gritaban con una pasión férrea, aquella ciega adoración por la tierra natal. Samhakdo era un pequeño pueblito isla en Mokpo, conectado al país con unos puentes, en donde se vivía plena vida de puerto. No estaba a la vanguardia de las grandes ciudades, pero ofrecía tranquilidad, verdor y brisa marina todos los días. Las personas del público lucían pieles tostadas por la constante exposición a la playa, y mostraban gestos de alegría y relajo, como si vivieran en eternas vacaciones.


Mientras los artistas se retiraban del escenario, Namjoon anunció el primer número de la noche. Jimin estiraba su cuerpo unas últimas veces tras las cortinas, y se repetía a sí mismo palabras de suerte como un mantra. Taehyung, vestido de payaso, ya había visto la gran multitud y sabía que eso a veces abrumaba a Jimin, así que le acarició la espalda y lo motivó a salir.


- ¡En este espectáculo verán a algunos de los mejores artistas circenses! Sí, así es, y para comenzar, damas y caballeros, niños y niñas, dejo con ustedes al único e inigualable, ¡nuestro Chico Elástico!


Namjoon caminó tras bambalinas para dejar el escenario libre al contorsionista. Jimin salió al escenario con un caminar casi de ballet, alzando un brazo y luego el otro con delicadeza, avanzando en un galope con las puntas de los pies. Las mismas chicas que acompañaban al presentador salieron una a cada lado, acarreando los objetos que Jimin utilizaría.


Jimin comenzó doblando su cuerpo en posturas básicas del contorsionismo, que para él eran cosa fácil, pero dejaban anonadado al público con su flexibilidad. Apoyaba los antebrazos en el suelo y se erguía en posición invertida, torciendo el cuerpo hasta tocarse la cabeza con los pies. Las modelos le entregaban objetos pequeños, que cogía con los dedos de los pies y los apilaba equilibrándolos sobre su cabeza.


Luego se metía dentro de una maleta, que las chicas cerraban por un rato y le daban vueltas a la mesita rodante sobre la que se encontraba. Jimin salía de la maleta triunfante, levantando las manos y con una sonrisa en su rostro. Después, las chicas le entregaban aros, de distintos diámetros, comenzando con algunos medianos, para luego continuar con otros minúsculos, y Jimin les pasaba por dentro, dislocando sus extremidades para caber dentro de la argolla. La gente hacía sonidos de sorpresa y terror, y finalmente aplaudían impresionados.


Jimin terminó su show tras mostrar toda su destreza. Respiraba agitado, mientras hacía una reverencia frente al público, que lo despedía con calurosos vítores. Se devolvió a entre bastidores y por el camino, Namjoon volvía al escenario. Le guiñó un ojo y Jimin sonrió, y una vez cubierto por las persianas, abrazó a Taehyung.


- ¿Ves que todo salió bien?

- Sí, es cierto, tenías razón


Jungkook se acercó con un dejo de timidez, lo abrazó y le dio un beso en los labios, levantándolo del piso y girando. Él sería el siguiente, se mentalizaba, mientras Namjoon daba los aburridos pero necesarios avisos de silenciar teléfonos, no tomar fotos con flash, entre otras cosas que permitían el funcionamiento adecuado del circo y la concentración de sus artistas.


Namjoon agitó al público anunciando los próximos shows de Yoongi, el hombre a prueba de balas; y el acto de trapecio. Presentó primero a Jungkook como el hombre más fuerte del mundo y el muchacho salió, con su cuerpo artificialmente bronceado, pero tonificado con el más arduo de los entrenamientos. Se dedicó a torcer metales que las modelos le llevaban, cada uno más firme que el otro. Levantó pesas que parecían ridículamente grandes, y al final, los payasos entraron conduciendo un auto, el cual luego Jungkook arrastró sin problemas con tan sólo uno de sus dedos. Los payasos agregaban peso, metiéndose uno a uno dentro del auto, y Jungkook volvía a arrastrarlo, con esfuerzo, pero confiado.


La gente aplaudía feliz, y Jungkook se retiró, ovacionado. Jimin lo esperaba con cariños y besos, nervioso, pues tendría que actuar nuevamente después del break. Taehyung, quien actuaría inmediatamente junto a los otros payasos, parecía sereno. Apenas Namjoon los presentó, salieron corriendo fuera, algunos fingían caerse, otros andaban en monociclo. Jugaban a darse bofetadas falsas, y también había un espacio destinado a la ternura, cuando el Payasito Tata hipnotizaba a los perros tocando saxofón, y el Payasito Chimmy, representado con un disfraz de perrito amarillo, lo seguía también y por el camino le ocurrían todas las peripecias posibles.


Las personas reían y vitoreaban con fervor, y también se enternecían con el acto de las mascotas. Nunca habían tenido animales salvajes en el circo porque no les parecía ético, Yoongi se oponía completamente a una crueldad como esa. Habiendo sido criado en un circo que sí los tenía, aprendió que no era lo que quería para su propio show. Los perros del circo eran casi como hijos de sus dueños, entonces sólo recibían amor y cuidados.


Cuando terminó el show de payasos, Namjoon dio un receso para que las personas fueran a buscar algo de comer. Gran parte de las ganancias del circo se conseguían con la comida que se vendía, así que era primordial dar ese espacio para el consumo. Además, seguramente muchos niños ya tenían hambre.


Jimin estaba cambiándose de ropa en el camarín cuando Namjoon se asomó a apresurarlo. Normalmente, solía golpear la pared gritando "¡quedan cinco minutos!" pero con Jimin había algo diferente, no podía permitirse una falta de delicadeza como esa. Entró, casi como pisando huevos, caminando con las puntas de los pies, y se vio reflejado en el espejo en donde Jimin se estaba mirando.


- Sólo quedan cinco minutos - dijo el mayor, posando sus manos sobre los hombros de Jimin, acariciándolos. Jimin respondió al gesto, tocándole las manos con ternura y apoyando su mejilla en una de ellas. Reposó unos segundos allí, y luego besó la mano de Namjoon que estaba a su derecha. Sólo el espejo era testigo de ese gesto de amor.


- Ya voy. Estoy listo, sólo quería descansar un momento


En ese momento, Jungkook abrió la puerta apresurado y frenó su marcha al ver a Jimin y Namjoon tan cercanos. Namjoon no se apresuró en sacar las manos de los hombros del platinado, pues era una persona controlada. No alertaría a Jungkook de algo sospechoso con una reacción asustadiza como esa. De todas maneras, el muchachito se quedó en la puerta mirando impresionado, como si hubiera interrumpido algo.


- Uhm... venía a decirte que ya falta poco para que salgas, Jiminnie, después de las bailarinas - habló con su vocecita suave

- Sí, Namjoon también me lo dijo, ya voy, Kookie


Jimin le sonrió a su novio con un gesto tierno, y Namjoon asintió antes de salir del camarín, pidiendo permiso a Jungkook. Jimin se puso de pie, y se dispuso a salir también, pero antes de poner un pie fuera del vestidor, Jungkook tocó su brazo.


- Te quiero


Jimin tragó saliva, nervioso. - Y yo a ti, Kookie - sonrió, le dio un beso fugaz y salió a toda velocidad, seguido por el menor, quien no podía quitarse el amargo sabor de un beso forzoso.


~


Las bailarinas de danza árabe movían sus caderas como si éstas tuvieran vida propia mientras equilibraban cimitarras decorativas, sin filo, en la cabeza. El brillo del metal reflejaba la luz en distintas direcciones, creando un efecto de destellos luminosos junto a las medallas sonajeras de sus caderines.


Las muchachas terminaron su espectáculo caminando con elegancia detrás de las cortinas y, tras el anuncio de Namjoon, Jimin nuevamente tomó el escenario en sus manos, haciendo acrobacias en tela y lyra acrobática. Jimin era la personificación del coraje y la delicadeza, suspendido sobre varios metros sólo con la fuerza de su cuerpo, y luciendo completamente glamuroso. Se enroscaba en la tela arriba en lo alto, y se desenrollaba a toda velocidad, para sujetarse en el último momento. Después, subió a la lyra, sentándose dentro del aro, el cual fue elevado a bastantes metros sobre el suelo. Allí hizo gala de su fuerza, equilibrio y flexibilidad, poniéndose en riesgo nuevamente.


Cuando terminó, Namjoon anunció que sólo quedaban dos números para el final del show, la gente gritaba por más, pero el animador supo cómo contener al público con palabras de consuelo. Continuarían con el peligroso acto del "hombre a prueba de balas" y finalmente el show de trapecistas.


Yoongi ofrecía un espectáculo que mezclaba el ilusionismo con el peligro real, un acto para morderse las uñas. Su primera misión era atrapar las balas en su boca, o en un pañuelo en su mano. Namjoon participaba también como su compañero en el truco, disparando el arma protagonista del evento. Hacían toda una parafernalia mostrando que el arma era efectivamente real y las balas también, disparando contra un cristal antes de proceder, sin embargo, las manos rápidas de Nam cambiaban las balas reales por balas de cera, mientras Yoongi escondía la bala real en su cuerpo. El truco era ejecutado de forma tan ligera, que nadie siquiera sospechaba de un intercambio de balas, y Yoongi sorprendía a toda la audiencia escupiendo la bala real tras el disparo, o mostrándola en su mano como si realmente la hubiera atrapado.


Luego, él mismo se convertía en proyectil, poniéndose primero un casco y unas gafas de protección, y se metía dentro de un cañón gigante. Namjoon avivaba al público, aumentando la ansiedad con su relato expectante, mientras uno de los payasos encendía el cañón. Namjoon y el público daban inicio a la cuenta de tres, y Yoongi salía literalmente disparado y caía en una malla elástica completamente ileso. Alzaba sus manos, mostrando que estaba en perfectas condiciones, y la gente se deshacía en aplausos.


Llegaba el momento del último acto y una fila de seis trapecistas esperaban ansiosos su turno tras las cortinas. Hicieron un círculo, uniendo sus manos al centro, mientras Hoseok hablaba en voz muy alta, deseándoles suerte a todos, su mano en contacto con la de Seokjin y sus ojos clavados en cada uno de los participantes.


- ¡Otra noche en que cerraremos con éxito! ¡Sin ponerse nerviosos, el que le den ganas de mear, se mea arriba pero ni se atreva a bajar! ¡Arriba sólo sonrisas y el pecho inflado! ¿Oyeron?


Todos gritaban a coro "¡sí, señor!", mientras Jimin pasaba dando una vuelta agarrándoles el culo a todos como cábala para la buena suerte. Seokjin no lo esperaba, pero le causó gracia y dio un saltito de sorpresa. Taehyung lo miraba desde una banca sonriendo, y elevó su mano mostrando un pulgar arriba. El de cabello rosado le devolvió la sonrisa, y luego se mentalizó en que todo saliera bien.


Namjoon presentó a los trapecistas, quienes subieron rápidamente por la escalerilla hasta alcanzar los seis metros. No había arnés ni malla, como en cada show, no teniendo ningún accidente en toda su historia, pero siempre existía esa pequeña cuota de ansiedad en cada uno de ellos. El público observaba expectante cuando los artistas comenzaron a columpiarse y pasar de un lado a otro mediante intrincados saltos. Hoseok cruzaba volando de un lado a otro, con el profesionalismo y belleza de siempre, para finalmente detenerse en un extremo de la estructura para dar paso a los saltos de Seokjin. Se escuchaban aplausos con cada reverencia de los ejecutantes, y entonces el muchacho rosa, que durante ese rato estuvo sentado elegantemente sobre unas cuerdas, comenzó a hacer el cruce de un lado del trapecio al otro con acrobacias que sólo él podía realizar. Adultos y niños observaban mesmerizados como el nuevo artista parecía deslizarse con la brisa como si realmente pudiera flotar en el cielo.


Namjoon anunció el salto quíntuple y Seokjin arriba comenzó a hacer algo inesperado: metió la mano dentro de su traje, a la altura del pecho, y sacó un antifaz completamente cerrado, mostrándolo al público, y empezó a ponérselo con una confianza tal que nunca nadie habría sospechado que estaba improvisando.


- ¿QUÉ PUTAS ESTÁ HACIENDO? - preguntó Hoseok a los acróbatas que estaban a su lado, quienes parecían tan confundidos como él.


Seokjin, con los ojos completamente vendados, hizo una seña apuntando su oído. Hoseok lo miró atentamente, entendiendo la instrucción, y entonces Seokjin hizo un aplauso con sus manos, para dar aviso, y se colgó del trapecio volante con el mayor impulso posible. Hoseok calculó el momento exacto de acuerdo al aplauso y a la velocidad que traía su compañero, y se balanceó para recibirlo. Seokjin salió propulsado hacia arriba, y lo logró, cinco giros en el aire, con los ojos en plena oscuridad, perdiendo toda noción de espacio y orientación, hasta recuperar la confianza en que seguía con vida al sentir las manos tibias de Hoseok sosteniéndolo no sólo físicamente, sino que también aferrándolo a la vida.


Trompetas y tambores estridentes anunciaban con una fanfarria, la llegada del trapecista, intacto, al otro extremo. El público, ensordecedor, se ponía de pie a vitorear, y arrojaban rosas al escenario. Arriba, el grupo de muchachos hacía reverencias, y Hoseok sonreía tanto que sentía que la cara se le iba a partir. Sostenía con fuerza la mano de Seokjin, mientras este continuaba ciego, y cuando los acróbatas comenzaban a bajar la escalera, el pelirrojo le quitó el antifaz de un tirón a Seokjin, quien se reía como un desquiciado.


- ¡IMBÉCIL! ¡Esas cosas se avisan antes! ¿Quieres morirte? - preguntaba el artista, con furia, pero con un gesto incongruente de alegría y celebración. Seokjin seguía riéndose también, pero genuinamente divertido con todo lo que había pasado.

- Fue genial ¿no crees?

- ¡IDIOTA!

- Para que veas que confío ciegamente en ti, aunque me odies


Hoseok se quedó callado abruptamente. Tragó saliva y respondió, algo complicado para encontrar una frase adecuada.


- N-no vuelvas a hacerlo...

- ¿Qué? No creas, lo haré desde hoy para siempre

- ¡Seokjin no estoy para tus juegos! ¿Qué te crees?

- Sólo soy alguien que salta - respondió, encogiéndose de hombros - pero tú sí que te mereces los aplausos, tienes literalmente mi vida en tus manos - Seokjin le guiñó un ojo, y comenzó a bajar la escalera.

- ¡AGH! Te daría una patada pero si te caes aquí, estarían en peligro todos mis amigos - le gruñó Hoseok, bajando por la escalerilla también, mientras miraba hacia abajo como aún ningún trapecista llegaba al suelo.


En el escenario, esperaban todos los artistas haciendo una fila para tomarse todos de las manos y hacer una reverencia final. Los trapecistas se unieron al grupo, entre mezclándose en distintas posiciones, y Jin buscó en donde meterse para agradecer el aplauso. Los payasos llegaron en el auto colorido que usaban para el show, y corrieron destartalados para agradecer también. Taehyung, con propiedad, caminó entremedio de Seokjin y una de las bailarinas, y lo tomó de la mano para inclinarse ante el público una última vez. Seokjin le sonrió, y entrelazó sus dedos manchados de magnesio con la mano morena de su acompañante.


~


- ¿PUEDEN CREER LO QUE HIZO ESTE ESTÚPIDO? - preguntaba Hoseok aún furibundo, tras bambalinas, cuando la gente ya se retiraba del lugar.

- Estuvo increíble, hyung - respondía Jimin, abrazando a Seokjin, y contrariando a Hoseok, para luego abrazarlo también y contener su rabia.

- Me odia - Seokjin decía a modo de chiste, y hacía un mohín. El muchacho sabía que Hoseok lo despreciaba, por lo que, el humor funcionaba como un excelente mecanismo de defensa en ese momento de ira del pelirrojo.


Lo sabía, había sido un acto irresponsable el no avisar anticipadamente del uso del antifaz, pero también era una forma de demostrarle a Hobi que confiaba en él, aunque no tuvieran la mejor relación. Seokjin veía en lo profundo de la mirada del muchacho que estaba más emocionado que enojado, pero que no sabía exactamente cómo canalizarlo.


Yoongi interrumpió la discusión celebrando, con una botella de champagne en la mano y la sacudió enérgicamente, para luego destaparla y el contenido salió disparado por todas partes. La espuma se curvaba en el aire en chorros desordenados, hasta finalmente calmarse y dejar de caer. Taehyung observaba esa dulce metáfora de una eyaculación desesperada y cerraba los ojos, frotándolos con culpa, mientras Seokjin le sonreía con algo de champagne en la cara.


¿Por qué demonios veía sexo en todos lados? Se suponía que estaban discutiendo porque Seokjin había hecho un acto impulsivo que pudo haber significado un riesgo para el show y para su propia vida, y luego todos celebraban el éxito de la primera noche en Samhakdo. Nadie estaba sugiriendo nada sexual, pero Dios, Seokjin en ese traje apretado, el antifaz, su rostro sudado y la espuma en su piel eran demasiado.


Hoseok lo interrumpió en sus cavilaciones, cuando finalmente, con un ataque de risa nerviosa, se rindió ante el buen ánimo general y agradeció a todos por la exitosa noche. Caminó con pasos cautelosos hacia Seokjin, y le habló en son de paz.


- Supongo que ahora debo esperarme una sorpresita tuya cada vez que actuemos...

Seokjin sonrió - Confío en que me salvarás de todas ellas...

Hoseok miró al piso, y simplemente, no pudo evitar devolverle el gesto y sus labios se curvaron en una sonrisa. - Confío en mí, también - respondió el pelirrojo, con seguridad.

- Excelente - le dijo Jin, mirándolo a los ojos, y Hoseok dio la vuelta para buscar unas copas. Tras un discurso del dueño del circo, brindar y beber algo del espumante, Hoseok se retiró a un rincón a conversar con Namjoon, y luego se fue a sus aposentos junto a Yoongi, y los demás se prepararon para dormir también.


Taehyung caminó hasta el bus en donde tenía su casa, y Seokjin se le acercó por atrás, poniendo sus manos en los hombros del muchacho sorpresivamente.


- ¿Ya nos vamos a dormir?

- Supongo que sí, ¿no estás cansado, hyung?

- No... ¿te acuerdas que tenemos una promesa?

- Ah... sí, estábamos en algo, y... dijimos que celebraríamos al terminar el show

- Sí - le respondió Seokjin, con un tono infantil y coqueto a la vez - ¿continuamos?

- Uhm... - Taehyung se rascó la cabeza, bajando lentamente por la nuca, con la mirada perdida en el piso. - ¿No crees que ya hay que dormir, hyung?


Seokjin suspiró, frustrado. - ¿Es en serio, Tae?


El muchacho, nervioso, no respondió nada.


- Buenas noches entonces, Taehyung


Seokjin se despidió y lo pasó para subir al bus. Taehyung era complicado, y por lo visto, no estaba completamente convencido de la aventura con Seokjin. El mayor no estaba para rogarle a nadie, así que simplemente le dio la espalda y se dirigió a abrir la puerta.


No podía negar el escozor en el pecho. Pero si Taehyung no estaba dispuesto, estaba en plena facultad de decidirlo así.


Pero el rubio, en un gesto acelerado, lo detuvo, tomándolo del brazo y pegándolo a la pared de la casa rodante. El mayor estaba sorprendido por su audacia, y únicamente atinó a sonreír, ansioso.


Aún no terminaba de sonreír cuando Taehyung lo besó, violento e invasor, con una mano apoyada en la pared del bus, junto a la cabeza de Seokjin, en un gesto dominante, y con la otra mano sostenía su delgada cintura. Parecía completamente confiado, con la situación bajo control, pero sus extremidades temblaban, y más cuando Seokjin lo rodeó con sus brazos atrayéndolo más cerca, sujetando su cabeza y nuca, enredando sus dedos en el cabello largo y decolorado. El más joven bajó la mano que tenía contra la superficie metálica, y la apoyó en la espalda baja de Jin, dejándola descansar en la sensual curva hacia su trasero.


Taehyung sentía el sabor de Seokjin caliente en su boca y su lengua. Fue como si antes de Seokjin no existieran los besos, no se parecían en nada a lo que estaba sintiendo en ese momento. Ladeaba un poco la cabeza para tener un mejor ángulo para besarlo por completo y comer sus belfos. Su corazón latía con fuerza, dándole el valor de atrapar el labio inferior de Seokjin entre sus dientes y jalarlo un poquito. Cuando el menor soltó su boca, Jin dejó salir una risita de coquetería y satisfacción, y tiernamente, unió su frente a la del rubio. Sonrió un poco más, porque extrañaba la experiencia de besar a alguien, sentirse deseado y anhelar a otra persona con tanto fervor. Taehyung rió con él y suspiró, para luego robar un último beso más corto, menos profundo, pero más sosegado y pleno.


- Pensé que... - Seokjin no completó la frase, sintiendo que si la decía, de alguna manera Taehyung podría verse ridiculizado.

- No sabía qué hacer - dijo Taehyung, sintiéndose estúpido, pero riendo de cómo su miseria acabó bastante bien. Seokjin rió con él. - Sólo supe que no me perdonaría si no te besaba.


Jin cerró los ojos, sereno. - Creí que simplemente me iría a dormir, y mañana sería otro día, mirándonos incómodamente al desayuno


- No es incómodo... ¿es incómodo para ti, hyung?

- No, para nada, pero lo habría sido si no nos hubiéramos besado hoy... no te niego que cuando me despedí de ti, me sentí muy frustrado...

- Yo también lo estaba... siempre te deseo tanto y cada cosa que haces... dios - apegó las caderas de Seokjin a las suyas, y el mayor soltó un gemidito disfrazado de suspiro - soy tan idiota, y pensar que casi te dejo ir, una vez más

- ¿Una vez más? ¿Ya me has dejado ir antes?

- Siempre... siempre quiero buscarte, comerte, no dejarte dormir - el rubio le habló hondo al oído.

- Dios, Tae... - respondió Seokjin, la voz temblando, refugiando su rostro en el hombro del chiquillo. - No vuelvas a dejarme así, con las ganas, sabes que voy a corresponderte...


Esta vez, Seokjin tomó la iniciativa y buscó los labios de Taehyung, ahogándose en su boca una vez más, y dejándose recorrer por un par de manos grandes.


No siempre las celebraciones de debut terminaban con acuerdos como esos, pero de seguro valían completamente la pena.




Hasta que Seokjin debutó en el circo!

Los trajes de Seokjin son algo inspirado en esto (de imaginármelo con esa ropa babeo como Tae):

Les doy las gracias por leer, votar y comentar ♥ Son una maravilla, besotes~

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