Los próximos días me pongo al día con las tareas de la primera semana y obtengo mi primer 10 en Geografía. Asombrada por mi nota, me repito que esta es una nueva yo.
Comencé a hablarme con unas chicas, a veces suelo confundirlas entre ellas pero me entienden y ríen de mi error. Todas somos muy diferentes, lo cual es sorprendente que nos llevemos bien. A Catalina le gusta el rock, tiene adoración por una banda en específica que se llama Nirvana y me sugiere escucharla. Por otro lado, hay una chica llamada Maia, sus gustos musicales se van directo a la cantante colombiana y su famoso movimiento de cadera, Shakira, mientras nos contaba fue imposible no reír cuando intento imitarla. Luego estaba Ariana que compartía el mismo gusto por el rock. Y por ultimo una chica tímida llamada Evelyn, con ella la comunicación fue muy fluida, para mí suerte le gustaba la música pop y nuestra conversación se volvió larga por tener tanto en común. Me ofreció sentarme con ella y acepte.
Fabiana por su lado, no dijo ni hizo nada cuando me vio tomar mis cosas y moverme hacía el segundo banco de la fila del medio, era demasiado cerca pero me favorecía por mi problema visual. ¿Lo mencione? creo que no, me habían mandado a usar anteojos y después de haber recibido comentarios buenos acerca de cómo me quedaban, me encontraba en una especia de trauma, una exageración de mí parte, pero cuando una vez me los había puesto frente a un chico fue tal la burla de él que aun la recuerdo, es por eso que mientras nadie me vea mejor, siento tener deseo de esconderme detrás de mí mamá al usarlos pero tengo fe en que algún día me superare.
El timbre del recreo anuncia que debemos volver y cuando trato de avanzar tan solo a unos pasos de llegar a mi banco, siento un empujón en mi hombro, bastante fuerte, que me deja un ardor o picazón, difícil de elegir cual sentí, ignoro la sensación y espero mis disculpas, pero al darme vuelta me encuentro con el chico rubio, Justin, hablando cómodamente con una chica que no reconocía, su cara se me hacía que la había visto en el baño pero no me importo. Justin no fijo la mirada en mí y al parecer ignoraría el empujón que me dio, pero yo no. Me acerque y mi chica mala, estaba pegando saltos dentro de mí por atacarlo.
- Estúpido, me has dado un empujón y no me has pedido disculpas.
- Estoy hablando.
- Me importa una mierda. Permiso.
Y le devuelvo el empujón, quizás a él no le hubiera afectado en nada, porque yo no medía 1.85 y tampoco tenía su estructura de cuerpo pero había tambaleado un poco delante de la chica desconocida que había observado la escena estupefacta. Mi chica mala dentro se relaja y siento haber dado mi medicina a mi demonio, me dirijo al baño, me mojo la cara y al mirarme lo único que consigo decir es "Jugaremos al mismo nivel, Justin". Estaba lista para otro enfrentamiento, pero sería más adelante.
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2do capítulo! Espero que les guste :3
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