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By RapMonsterxxxz

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❝ Dos príncipes del año 1600 se enamoran, pero no pueden estar juntos porque él es el prometido de su hermana... More

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Almas Gemelas
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By RapMonsterxxxz

Taehyung quería hablar con Jungkook, lo necesitaba. Necesitaba saber qué pensaba él acerca de lo que mantenía intranquilo a su corazón, quería ver sus ojos, oír su voz, lo necesitaba totalmente.

Se llenó de valor y decidió que le mandaría una carta al príncipe Jungkook.

Al intentar escribirla se cuestionó; ¿qué diría? Habían tantas cosas por expresar, que las palabras sobraban pero a la vez se quedaban tan cortas.

Sentía la necesidad de resolver cada duda en persona, porque tenía la osadía de hacerlo, la valentía de mirarlo a los ojos y decirle que está cautivado por él y que lo desea tener con todas sus fuerzas, sin importarle las consecuencias que podría tener.

Eso quería y la carta eso pediría; verse.

Decidió citarlo en aquel lugar alejado de ambos reinos, donde nadie sabría que se ven, donde nadie los escucharía más que las viejas hojas de los arbustos que ya guardan muchos secretos.

Al decidirlo las letras comenzaron a fluir.

"Jeon Jungkook, he tenido el atrevimiento de escribir una carta porque necesito respuestas por lo de aquel día y seré claro, me gustaría verte.
Hoy al caer la noche, en el lugar secreto donde siempre coincidimos, si no llegas, creo que las cosas ya se han dicho.

Kim Taehyung."

Selló la carta, con el sello oficial del palacio blanco.

La carta por fin estaba lista, la cuestión era entregarla, no quería llevarla el mismo pues desconocía la situación y no quería un conflicto, tenía que ser entregada por algún mensajero.

No es cualquier cosa así que no podía ser entregada a manos de quien sea.

Taehyung pensaba, durante un par de minutos dió unas vueltas en su habitación, eligiendo al mejor candidato para la tarea.

Tocaron la puerta de sus aposentos y no respondió cuando aquella voz tras la puerta sonó nuevamente. —¿desea merendar?conocía esa voz, su confiable niñero Leeteuk.

Taehyung tuvo una gran idea.

Por el momento, en el castillo del norte.

Jungkook se encontraba en el jardín con Jisoo, estaban teniendo un día de campo, bajo los finos rayos de sol. La pareja compartía bocado entregándolo en los labios del otro y riendo mientras conversaban.

No habían vuelto a tocarse, como aquel día, solamente los besos no se habían detenido y su convivencia era respetuosa y dulce.

—príncipe, el día es bello ¿no lo cree?ella con buen humor, observando lo claro del azul del cielo.

—lo es, Jisoo.Jungkook tomó otro pastelillo y se lo dió a probar.

todo ésto es delicioso pero, se me antoja comer fresas.— Jisoo dulce.

Había un manjar delante de ellos y ese gusto de repente era inusual, pero Jungkook no le prestó mucha atención, llamó a una sirvienta con su mano y cuando se acercó le pidió traer las deseadas fresas para su favorita.

Jisoo estaba complacida, el príncipe era dulce con ella, atento, caballeroso y ni hablar de lo atractivo que es, porque es  imposible no caer ante sus encantos, comenzaba a enamorarse de él.

Cuando las fresas llegaron, Jisoo comió un par y después le sonrió a Jungkook. —gracias.—

Jungkook se acercó a ella con tacto, trató de hacerlo especial, movió su cabello hacia atrás, acercó su rostro a ella y la besó. Esperando sentir esa chispa que sintió al conectar sus labios con aquel príncipe.
Aquella chispa que no lo dejaba descansar por las noches en insomnios insoportables e injustos.

Después de separarse, no, de nuevo no estaba ahí, no importaba cuántas veces intentara besar a Jisoo y recrear tal sensación, jamás funcionaba y el problema no es Jisoo, sin duda. Trató de simular que todo estaba bien, no dejó que Jisoo observara tal desánimo por ser caballero.

Después de aquel beso, llegó un guardia haciendo reverencia. —lamento mucho interrumpir vuestra merienda querido príncipe, pero hay un hombre en la entrada que desea verlo.—

—dile que venga más tarde, estoy ocupado ahora.Jungkook sin interés.

es un hombre del reino blanco, dijo que era importante reunirse con usted.—

Jungkook pensó enseguida en Taehyung, se alteró enseguida, parándose.

Jisoo también se levantaría pero Jungkook extendió las manos. —no te levantes, volveré enseguida.—

Jisoo asintió, quedándose sentada, esperándolo ahí, mientras lo veía caminando detrás del guardia, quien lo llevaría a él.

Jungkook llegó a la entrada principal del castillo, topándose con aquel hombre que llegó en momento inoportuno aquel día, cuestionándose la razón de su presencia aquí.

Leeteuk al verlo hizo reverencia.

¿qué es lo que pasa?Jungkook un tanto a la defensiva.

Leeteuk miró a los guardias.

Jungkook entendió que pedía discreción, serio habló; —vayamos a mis aposentos.—

Él lo siguió y sobra decir que mientras caminaba a su habitación sus piernas temblaban, imaginando y suponiendo mil y una cosas ¿los había visto o escuchado? venía a tratar algún chantaje o en el peor de los casos, ¿Taehyung le había contado sobre aquel beso? Cualquier cosa que fuera a decir, lo tenía alterado.

Al entrar al cuarto Jungkook lo dejó entrar primero y cerró la puerta tras él. —podéis hablar.— manteniendo el porte.

mi nombre es Leeteuk, fiel sirviente de la corona blanca.— se presentó con amabilidad.

—¿a qué haz venido?— Jungkook directo, con el rostro frío pero tan asustado.

Leeteuk levantó una ceja, sin comprender tal actitud. —he venido aquí porque el príncipe Taehyung confía mucho en mí y me ha pedido total discreción .. — hizo una pequeña pausa de silencio.

Jungkook dejó salir aire, tenso por lo que fuese a decir.

Leeteuk sacó de su saco un sobre, se lo extendió a Jungkook mientras terminaba de decir; —me ha pedido que entregue ésta carta directamente en vuestra mano.—

Jeon miró la carta y la sujetó.

¿qué más sabes?Jungkook enseguida.

sólo eso, el príncipe no habló más conmigo, desconozco la razón y sólo hago mi trabajo.— confesó con sinceridad.

Jeon decidió relajarse y creer en él, bajando la hostilidad le agradeció y le pidió irse.

Aunque con algo de temor, necesitaba leerla de inmediato, para conseguir paz.

Observó unos prolongados segundos el sello, sintiendo como en su estómago se revolvía.

Pero la abrió y por fin, la leyó.

Acabó de leerla y aún así se quedó contemplando unos segundos más, pasando la yema de sus dedos por las letras ya secas, despegó la vista y miró por la ventana, tomando aire.

¿qué tenía que hacer?

Todo era confuso, quería ir pero al mismo tiempo lo aterraba el hecho de pararse delante de él, no sabía en qué podía terminar eso, pero suponía que en nada bueno.

Fue a su cama, al lado de ella había un mueble, en un cajón bajo llave, la guardó ahí, no quería que nadie más lo leyera.

Tras respirar profundamente, salió al jardín de nuevo, donde Jisoo lo esperaba con paciencia.

¿todo está bien?— Ella al notar aquel semblante distinto en los ojos de Jungkook.

sí, nada importante, ¿de qué hablábamos?-— Jungkook tomando más de su copa.

La noche finalmente cayó.

Taehyung no había dejado de temblar desde su habitación mientras se vestía para escaparse.

Ahora se encontraba en el lugar acordado, sudando frío, era tan silencioso que las hojas de los arbustos moviéndose por el viento eran el ruido más fuerte que abundaba el lugar.

Mientras que la cabeza de Taehyung era un caos, no podía dejar de pensar en lo que sucedería cuando se vieran, si es que él llegaba a venir. Y esperar no es algo que al príncipe blanco le gusta hacer, la paciencia no va con él.

Se encontraba sentado, con la luz de la luna sobre él, jugueteando con los anillos de sus manos, desesperado.

Al avanzar la noche, Jungkook tal vez no iba a llegar.

Taehyung se hartó, se puso de pie y trató de ser un poco positivo y hablar con él mismo para calmarse. —voy a practicar un poco.—Sacó la segunda carta que hizo, de su saco y la desdobló con cuidado.

Si escribió lo que diría fue para poder ordenarlo, eran tantas cosas que escribiéndolas podían apenas tomar forma, suspiró profundo y empezó a recitar. —"Sé que sobre mí recaen muchos deberes, pero más que un príncipe, soy un humano, que siente, que se enoja, que se alegra, que tiene días malos y días donde parece que el sol sólo se aparece para mí, es difícil admitirlo, porque ambos somos varones, pero cuando vi tus ojos, me enamoré, no pude evitarlo, adoro tu respiración y cuando hablas me mareo porque eres todo lo que necesito, espero estar siendo demasiado claro, mis manos están temblando, jamás me había sentido así por alguien más, no sabía lo que éste sentimiento era hasta escucharte hablar, cuando me explicaste lo que es amor, lo supe, cuando te besé fue con amor, espero te sientas igual, porque estoy dispuesto a abandonar mi apellido y la corona por vivir eternamente contigo."— la terminó de leer. —Sí, suena increíble, me gusta.— se dijo a sí mismo.

Guardó la carta en su bolsillo de nuevo.

Miraba al cielo, si es que el magnífico existía y lo estaba escuchando, le pedía que Jungkook viniese, con todas sus fuerzas lo deseó.

Cada vez hacía más frío, estaba parado al lado de un lago, lo cuál hace que el frío aumente.

Juntaba sus manos y soplaba en medio de ellas, para obtener calefacción al menos un poco, caminaba en circulos pero después de un par de vueltas, se sentó de nuevo en la banca.

El tiempo pasaba.

Taehyung se frustraba más, empezó a creer que no llegaría, eso le empezó a doler, la desilusión se hizo presente y su corazón comenzaba a crujir.

Pero el coraje se llenó en él, se levantó frustrado con sí mismo, se reprochaba el haber tenido tan locas ideas. —¿en serio creíste que iba a venir? Vamos Taehyung, se trata de Jungkook el maldito príncipe más responsable de todo el mundo, soy un idiota.— lamentándose.

Se agachó y sujetó una piedra, se paró justo a un lado del lago y con coraje la aventó adentro, diciéndo; —demonios, demonios, demonios.—

De pronto apareció Jungkook, diciendo. —para de maldecir, por favor.— serio, no le gustan las maldiciones.

Taehyung se giró a verlo y se quedó sin voz, no supo que decir, porque toda la serenidad que había juntado se había desvanecido hace unos momentos, se quedó viéndolo, él es guapo incluso sólo a la luz de la luna, con aquel rostro serio, el porte de esa manera en la que estaba parado con su traje tinto con negro y ambas manos en los bolsillos de sus pantalones, lo era todo.

Jungkook decidió venir, porque entre más se hacía tarde, menos podía conciliar el sueño, se giraba en su cama pero sin éxito, debía ir, acabar con todo ese asunto de una vez para tener paz, por eso fue.

jamás habías estado tanto tiempo callado en mi presencia. Jungkook habló después de que se miraron el uno al otro en completo silencio.

Taehyung seguía observándolo detenidamente, sin responder aquello, atónito, como si jamás fuera suficiente llenarse los ojos de él.

Jeon levantó una ceja, pues parecía inmóvil ante él, pero sus ojos claramente reflejaban ese brillo de admiración con el que lo veía y no le desagradó, frustrado por eso habló nuevamente. —¿tenéis algo que decir? con un tono algo rudo.

Taehyung por fin salió de su trance pero los nervios seguían presentes. —oh, sí, preparé algo, espera.— balbuceó, trató de sacar la carta de su bolsillo pero al estar temblando y no sostenerla bien se le cayó al agua que estaba justo a su lado.

—¡no!— Taehyung se agachó y la sacó, pero las letras estaban corridas y el papel se deshacía. —¡Maldición!— frustrado.

para de maldecir.— Jungkook se cruzó de brazos, parecía enojado y era así porque no sabía lidiar con la situación.

Taehyung lo miró desde abajo. —esto se arruinó.

—¿qué era?— sin cambiar la posición.

había escrito lo que diría.— Taehyung se sintió intimidado por el porte.

¿no lo recuerdas?—

Mmm, era algo así como yo soy el príncipe que tiene días malos ¡no! no era así, con tu respiración me mareo, ¡no! Así tampoco.Kim puso una mano en su frente, poniéndose de pie.

Jungkook lo miraba con una ceja arriba y la otra recta, no entendía nada de todos sus balbuceos y se comenzaba a sentir agobiado por sus propias ganas de acercarse a él. —¿me haz llamado aquí, para hacerme perder el tiempo? yo me largo.—

Se dió la vuelta, tratando de huir, Taehyung no dejaría que se fuera sin escucharlo, necesitaba sacarlo porque se ahogaba en sus propios sentimientos, corrió hacía él y sujetó su brazo, girándolo.

Jungkook se dió la vuelta, observándolo directamente a esos filosos ojos cafés.

Escuchando a Taehyung decir en un tono desesperado y molesto. —es que es difícil contigo frente a mí, mirándome con esos ojos que wow, son tan .. no espero que lo comprendas porque ni siquiera yo lo comprendo, pero es más que notorio para qué te pedí que vinieras aquí, quiero declararte lo que siento, deseo quererte, deseo apreciarte, no sólo deseo sostener tu mano, deseo darte mi alma y tener la tuya, deseo unirme a ti, te lo digo porque, una vez leí que los deseos se piden a la cara y no a las estrellas.— lo miró a directo a los ojos, Jungkook estaba apunto de hablar, pero ni siquiera lo dejó, continuó. —y ni siquiera lo menciones, sé que está mal lo supe desde antes de besarte aquel día, pero las reglas no son para mí, por ti podría romperlas una y otra vez, sin detenerme, porque jamás me he detenido y después de pasarme la vida corriendo, alguien por fin me atrapó y eres tú.— terminó de confesar dejando escapar ese suspiro pesado que cargó durante días.

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