Hice una mueca de dolor al sentir las esposas apretando muy fuerte mis muñecas. El militar se detuvo un segundo antes de seguir. Con un movimiento autoritario de cabeza, le ordenó a los otros adelantarse.
-¿Por qué no puedes quedarte callada?-ahora dirigió su mirada a mí- Tu actitud empieza a molestar.
-Señor, creo que formuló mal su pregunta-respondí intentado sonar formal pues era un hombre mayor-Mis muñecas están presas y regreso a una fría celda. ¿Usted espera que no luche por mi vida?
En ningún momento logre titubear, no hasta que su mano sujetó mi mentón con fuerza.
-¿No comprendes lo que sucede, no?La vida que conocías ya no existe-comencé a retroceder para atrás, me estaba haciendo daño..-A partir de ahora tendrás que aprender a guardar silencio si no quieres que te expulsen. O si no deseas iniciar desde cero, sola. He oído que tu acompañante fue llevado al sector 9- la sorpresa hizo que trague saliva-No es un lindo lugar pero puedo protegerlo. La primera condición es cerrar tu boca y seguir mis órdenes.
-No.
-¿Segura? Debes hacerlo o lo matarán.
El terror me recorrió.
-¿Lo harás?-su dedos delicadamente acariciaron mi mejilla mientras sus ojos viajaron por todo mi cuerpo. La situación empezó a asustarme. No quería esto..
-Aléjese..- intenté sonar intimidante pero el miedo me había atrapado y a penas podía hablar.
-Querida, eres mía ahora.
-No..No he aceptado.
-¿Asi que lo harás?-me acercó más a él-Porque ya sé cuál será tu primera orden-esbozó una sonrisa para nada agradable, una que me indicó que no importa como pero debía correr ahora. Ya.
Pero mi cuerpo se tenso al sentir la yema de sus dedos rozar mi espalda formando una línea recta hacia abajo. El miedo me estaba controlando y sólo podía escuchar los fuertes latidos de mi corazón y mi respiración cada vez más agitada.
No lo soporté.
-¡Dije que se aleje!-con un brutal golpe hice que cayera de espaldas contra el suelo. Entre la sorpresa y los nervios comence a correr como pude. Solo lo hice. No me detuve a pedir ayuda, ya no podía confiar en nadie más.
Sin embargo, cuando menos lo esperé, su mano sujetó mi cabello y así como lo derribe, él lo hizo conmigo.
-¡Por favor!-retrocedí usando mis pies y brazos ya que no podía hacerlo con las manos.
-Algo que aprendí aquí: Si no es a la buena, será a la mala.
Sujetó mi pierna.
Dios. Era mi fin.
-Ni lo pienses, idiota.
Una aguja penetró su cuello haciendo que el militar me suelte y pegue un grito de puro dolor. Él estaba a punto de sacar su arma pero solo bastaron unos segundos para que aquel líquido que ahora estaba en su sistema, lo tumbe sobre el suelo.. desmayado.
-Tienes razón-levante mi vista-Los tratan peor que animales.
¡El doctor Kim!
Observó de reojo hacia todos lados para luego adueñarse de las llaves del militar. Con rapidez caminó hacia mí y me liberó de las esposas.
-¿Te encuentras bien??-acercó su mano para ayudarme pero tome la decidión de levantarme por mi cuenta. Él por suerte entendió, comprendió muy bien que por el momento no deseaba que ningún hombre se acerque a mí-- Perdón, lamento no entenderte. Aquello fue..-miró al militar con si estuviera observando a la cosa más horrenda del mundo-Maldito idiota. Tiene suerte de que solo use un tranquilizante.
Pase mi vista a alrededor.
Sin militares, sin esposas, ni una celda. Era libre. No tenía tiempo para sentarme a charlar.
-Sí..Bueno-volvió a verme. Y esa extraña sensación apareció otra vez.
Se me hace tan conocido.
-Tienes razón, ¡okey!- reaccione gracias su fuerte voz-Si quieres escapar de aquí, primero hay que hacer algo con esto- señaló el cuerpo del hombre tendido en el suelo.
Lo miré con total sorpresa.
-¿Vas a ayudarme a salir??
-Lo haremos los dos. Ya tome mi decisión.
-Entiendo pero..¿Que hay de los demás? De las personas infectadas-de pronto pensé en ellas y.. de pronto también quise seguir yo sola. Observé al militar en el suelo..- Tratar con ellos debe ser tu prioridad. Al menos, busca ayudarlos por el momento, yo esperaré escondida.
Mentira. Iba a escapar.
-Te diré algo-su seriedad me hizo parar-Nadie aquí va a ser salvado.
A penas parpadee, sabía que podría ser el fin de muchos aquí pero escucharlo y reconocerlo, te hacía dar cuenta de una perspectiva diferente. De una realidad muy cruel.
-¿Que haremos con ese?
Volvimos al militar.
-Oh..Bueno..Que se lo coman esas cosas-él sonrió divertido. Pero yo hablaba en serio- Es una buena idea.
-Ven, rápido sujeta sus pies.
Me agache para agarrar sus pesados pies por las botas militares.
-Al cuarto, vamos.
-¿Estás seguro?- pregunté al darme cuenta de su plan, dejar el cuerpo dentro de su oficina.
-Sólo yo tengo autorización para entrar cuando está cerrado-me contestó, asentí más tranquila.
Con cautela llevamos el cuerpo dentro de la habitación y lo dejamos en un rincón. Por suerte nadie nos había visto.
-¿Ahora qué?- pregunté un poco agitada. El hombre si pesaba. Él se agachó para recoger el arma del militar y me miró.
-Ahora toca lo difícil.
Se giró y del cajón de su escritorio sacó otra pequeña pistola.
-¿Sabes usarla?- me preguntó recargando su arma.
-Sí claro, era una asesina serial antes de que suceda esto.
-Ni modo, aprenderás- me la entregó con cuidado. A decir verdad, no tenía ni la maldita idea de cómo usarla-No te preocupes, te cubriré la espalda- me dedicó una cálida mirada, llena de amabilidad.
-Tú descuida, me volveré buena-le contesté y él agrandó su sonrisa.
-¿Lista?- "Supongo que..solo debo confíar en él"
Asentí
-Lista.
-Entonces vamos- él camino hacia la puerta, yo lo seguí por detrás pero antes de dar otro paso, miré al soldado caído en una esquina del cuarto.
-¿No despertará pronto, verdad?- pregunté temerosa.
-Eso quisiera pero el efecto sólo dura 30 minutos.
Maldición.
-Así que apresura el paso.. ahm..
- ______, me llamo ______ - respondí.
- Un gusto, soy Jin, Kim SeokJin.
¿Kim SeokJin? ¿Por que me suena ese nombre?
Sacudí la cabeza bajando de mi nube y me concentré en salir de aquí. Debía ir por EunWoo.
Yoongi P.O.V
No dejaba de atormentarme. "¿Por qué lo abandoné?" Me repetía una y mil veces. Tanto que yo mismo empezaba a agobiarme.
Sin poder relajarme, arrojé con furia el encendedor de mi mano. Estaba harto de este lugar. Harto de estar encerrado. Y tan harto de mí mismo.
Aunque, quejarme no iba a cambiar mi realidad.
Suspiré.
Giré la mirada a mi pequeño objeto en el suelo, y me levanté para recogerlo. Lo observe con detenimiento e hice una mueca de disgusto. Lo había dañado un poco, ahora me sentía arrepentido..
¿Aún podría encender algunos cigarillos?
De repente, mis oídos se pusieron atentos. Las fuertes pisadas de unos militares comenzaron a oírse cerca. Cuando logré verlos mejor, noté que estaban solos y encaminándose a mi celda.
Me di cuenta de que no traían a la chica, y suspose que a todos nos llevarían a dónde fue llevada, lo cual era muy malo.
—Ve a la siguiente celda—sin ningún respeto alguno, dos militares entraron. Guarde rápidamente mi encendedor antes de que me tomen por los brazos.
—¡Hey! Cuidado..
—Silencio.
..Idiota..
— Y por favor, no demoren. Necesitamos sus diagnósticos lo más pronto. Si se resisten, serán expulsados de aquí.
Había acertado. También a nosotros nos iban a llevar a otro lado, y estaba seguro de que no era uno bueno. No puede ser..
Si en algo concuerdo con aquella chica ahora, es que en este sitio se supone que debes sentirte a salvo y seguro. ¿Cuál es la necesidad de hacer esto?
—Oh jodete.
El militar volteó a verme.
—¿Cómo?—casi me rio. Ver su rostro, confundido, como si no fuera un maldito idiota.
—¿Quieres que lo repita?—Ladee la cabeza esbozando una sonrisa—¿Acaso ustedes idiotas no saben escuchar? No es nada nuevo.
—Hijo de..
De pronto una fuerte explosión sacudió todas las bases del lugar.
Entre la extrañeza y confusión, los militares se miraron con los ojos bien abiertos. Pero pronto se abrumaron más cuando las alarmas empezaron sonar por todas partes.
-Mierda- soltó el militar para luego salir corriendo del lugar junto a más soldados.
En un segundo, un gran caos se había formado.
Gracias por leer^^ 💜 Ya volveré con la segunda parte!