( ACTO UNO; CAPÍTULO DIEZ )
Nueva York
— Rhyfedd — le llama la pelirroja por el comunicador — ¿Sigues abajo? —
— Si — contesta la azabache poniéndose uno d los dedos en el intercomunicador y entrecerraba los ojos viendo el desastre de ciudad desde la torre — ¿Qué sucede? —
— Necesitamos el cetro de Loki — exclama la pelirroja viendo como el doctor trataba de detener la máquina sin éxito.
— Justo lo estoy viendo — dice la azabache — Voy en camino —
Y con eso, la chica camina hasta el pequeño pasillo que queda al aire, toma el cetro entre sus manos, con una mano libre empieza a crear escalones para que sea más rápido. Cuando ya está arriba, le da el cetro a la espía y retrocede, teniendo un poco de miedo de una explosión. Sin embargo, en los intercomunicadores discutían porque el millonario subiría hasta el portal con un misil.
— El tipo está loco — susurra la azabache, observando cómo se dirigía al agujero a toda velocidad.
El momento entro en un silencio, cada quien, desde su posición, mirando el portal con esperanzas de ver a Tony, pero sin nada de ello. Rhyd voltea a ver a Natasha, quien la miraba también, con cierta incertidumbre se cerrar el portal o no.
— Hazlo — se escucha la voz del capitán por el comunicador.
Con un suspiro, la pelirroja mete el cetro y lo coloca sobre el cubo, dejando de dar el poder al portal que ya se iba cerrando. Pero alguien salió de este cuando se cerró por completo, era Stark; y desde donde Rhyd lo miraba, se veía que iba acelerando, por lo que puso una pared para que no cayese, aunque la rompió.
— Stark va inconsciente — habla por el aparato — ¡Que alguien lo atrape! —
Después de que gritara aquello, se lanzó al suelo y recargo su espalda en la pared de la cornisa. De verdad, ese fue un día muy agitado, hasta la pelirroja se sentó junto a ella y comenzó a respirar hondamente. El doctor frente a ellas, se apoyó en la computadora y pasaba las manos sobre su cara. Un verdadero día de locos.
Sin embargo, todos se reunieron en la habitación de abajo, a capturar a Loki y sinceramente, Rhyd estaba más que contenta. Todo el equipo estaba frente al dios nórdico, quien los observaba con temor. Se movió un poco, acomodando su cuerpo en el escalón y los miraba.
— ¿Sabes qué? — empieza a decir — Ahora si acepto ese trago — y Hulk gruñe cuando suelta eso.
*****
Caminaban juntos al centro del puente, con los dos dioses frente a ella y el capitán a un lado de ella. Por fin se estaban tomando un respiro después de aquella guerra, mientras Thor recibía el teseracto, la azabache era cuestionaba con los ojos por el millonario.
— ¿Estás segura de que quieres ir? — le pregunta de rato Steve.
La azabache voltea a verlo y la da una media sonrisa — Segurísima — responde la mujer — Tengo que resolver algunas cosas y Asgard parece ser mi única solución —
— Además de que sirve como una guardia de la tierra para él — opina la espía rusa — Seria como una agente —
— Lo cual no lo soy — afirma Rhyfedd con una sonrisa — Sin embargo, cuenta conmigo, cuando los vengadores requieran de mi ayuda solo llámenme —
— ¿Hay internet en Asgard? — cuestiona el multimillonario acercándose a la plática — Porque creo que no, así que no hay como comunicarnos —
— Habrá alguna manera — asegura la irlandesa — Y aquí estaré — con eso termina la conversación.
Se despide de la pelirroja y el playboy, girando a ver el capitán — Para mí fue un gusto trabajar contigo — afirma la azabache con una sonrisa sincera.
Steve quería ser enterrado bajo la tierra al verla así, trago duro y aguanto las ganas de sonrojarse por lo que le dio una sonrisa tímida.
— El placer fue mío — es lo único que logra decir antes de que recibiera un beso en la mejilla por parte de la mujer.
Ella se hace para atrás, y sin decir nada, se aleja del rubio, dejándolo atontado y confundido por la repentina acción. Con la frente en alto, se pone enseguida de Thor, y enrolla su brazo con el de él esperando a que abriera el portal, mira fijamente a Loki y le da una media sonrisa.
Lo que sucedía es que la vida de Rhyfedd no empezó cuando nació, empezó este día en el que, sin desearlo, se proclamó una vengadora más de la tierra, y es que por fin buscaría las respuestas que tanto le debieron su madre y su abuela, ahora sí, saldrá de las sombras. Rhyfedd Dwyer no descansaría hasta obtenerlas, incluso si significaba irse de su propio planeta para conseguirlas, haría todo con tal de saber.
RHYFEDD DWYER WILL RETURN