Aspen:
—Sal conmigo, señorita Young.
De acuerdo, esto debe calificar como las cosas más vergonzosas e increíbles que me han pasado hasta la fecha.
Bastian Ivanok, pidiéndome salir a mitad de mi trabajo y con la mirada de todos, incluso de mis amigos hacia mí.
Trago saliva al ver su rostro atractivo y observo a mis compañeras, Caroline y Lauren lucen muy sorprendidas y emocionadas.
Cierro la boca y el alza ambas cejas esperando mi respuesta, llena de vergüenza lo tomo del brazo y lo llevo hasta los pasillos, a las afueras de las oficinas.
—¿Qué estás haciendo?
El observa mi mano sobre su brazo y sonríe provocando que me ruborice, enseguida lo suelto.
—Te invito a salir, Aspen.. ¿No es obvio?
—¿Y tenías que hacerlo aquí?
— Me pareció muy caballero de mi parte.
— Y vergonzoso.— Añado y subo las manos a mi cara, rápidamente los bajo.— Ya te dije que no voy a acostarme contigo.
Sus cejas se levantan.
Presumido.
—Otra vez.—Agrego con un poco de rubor.
—Te pedí una cita, no que te acostaras conmigo.
—Conozco tus intensiones, Bastian Ivanok. — Lo señalo.
—Solo es una cita.
Primero es eso, luego dos citas y después..., mejor no le sigo.
—¿Entonces es un sí?.—Insiste ilusionado.
—No.
— ¿No?
— Si, es un no.— Le aclaro.—Es viernes, mi madre viene a cenar... — Mi ceño se frunce y coloco ambas manos en mis caderas.—¿Acaso no tienes más chicas con las que salir?
Que pregunta más absurda.
A Bastian Ivanok le sobran las citas, es de los hombres que al entrar a un lugar difícilmente puedes ignorar.
—Sí y no.
Lo observo confundida.
—Ahora la que está en mi radar eres tú, Aspen.. Te quiero a ti y no voy a rendirme hasta conseguirlo.
Otra vez ha vuelto a amenazarme.
—¿Qué estás haciendo aquí?.— Pregunto al encontrar a Bastian en la puerta.
Él se encoge de hombros.
—Te dije que no podía.
—Por eso traje la cita hasta aquí.
Mi boca se abre, señala la puerta entreabierta.
—¿Puedo pasar?
— No..
— Aspen.. ¿Quién es?.— Mamá interrumpe nuestra conversación.
Al dar con Bastian los ojos se le abren mucho y no, no es porque sea lo suficientemente caliente y atractivo para impresionar a mamá, sino porque no ha visto a ningún hombre en mi puerta hace..
Es demasiado vergonzoso entrar en detalles.
—¿Quién es este caballero tan atractivo, cariño?
Cansada y sin opciones, respondo.—Él es Bastian, mamá.. y es mi jefe.
—Mucho gusto, señora, espero no interrumpir.
Bastian me muestra una sonrisa y regresa su atención a mamá.
—El gusto es mío, Bastian y solo llámame, Irma.—Mamá señala detrás de ella, directo a la sala.—Estábamos a punto de almorzar .. ¿Deseas acompañarnos?
Me acerco a ella.—¿Qué estás haciendo?
Mamá hace un gesto y le sonríe a él.
—Me encantaría.
Esto no puede estar pasando.
—¿Cómo has podido invitarlo, mamá?.—Pregunto mientras servimos los dos platos antes de llevarlo a la mesa de la sala.
Bastian espera en la sala, está sentado correctamente sobre los muebles y por dios, ni siquiera aquí puede relajarse ese hombre.
—Hay que ser amable, no queremos que te despida.. ¿No?
—Es increíble que me preguntes eso y no de porque está aquí.
— No necesito oír eso.
Mamá termina de servir un plato y le alcanzo otro, su especialidad de este viernes fue un estofado con arroz.
—El solo quiere acostarse conmigo.
Mamá alza una ceja y deja de servir para asomarse a la sala, sus ojos regresan a mí y ya con una sonrisa en el rostro.
—Si tuviera tu edad, no hubiera puesto tanta resistencia como tú.
—¡Mamá!
— ¿Qué? Estoy vieja, pero no ciega.
La verdad es que no, mamá se ve joven para su edad.
Suspiro.
—Pero eso si, siempre usa condón, hijita.
Alzo una ceja.—Creí que querías nietos.
—Después de verte casada, sí.
Uggh.
—¿Casada, es enserio? Te recuerdo que ya no estamos en tu época, mamá.
—Tampoco soy tan vieja, Aspen.—Me dice y ruedo los ojos.—Además, las costumbres no tienen por qué cambiar.
—Pero el matrimonio no es algo para mi.— Ni siquiera sé porque hablamos de esto.—No es parte de mi plan casarme.
Mamá sonríe.—Lo mismo decía yo, cielo y mira como acabamos.—Suspira.—Si tu padre siguiera vivo.
Algo aprieta mi pecho.
—Lo sé.
—A el más que nadie le hubiera gustado llevarte al altar.—Oh no, mamá se ha puesto sentimental.
Trago saliva y a pesar que tengo una idea en contra a la que voy a decir, lo hago porque en el remoto caso de que llegue a pasar, estoy diciéndole la verdad.
—Si por casos de la vida sucede y termino casándome.— Digo poniendo mi mano sobre su hombro, mamá me observa con una sonrisa, aunque aún veo el dolor en sus ojos por recordar a papá.—Serás tu quien me lleve al altar, lo prometo.
— No puedes retractarte, Aspen.
Diablos, en que me he metido.
—¿Cómo es Aspen en el trabajo, Bastian?
Bastian se limpia los labios con la servilleta y me observa, para luego darle una sonrisa amble a mi madre. — Es eficiente.
No puedo creer que enserio este hablando bien de mí.
—¿En serio?. — Pregunto confundida. —No pensé que pensaba eso de mí, señor, rechazaste mi cartel ¿Recuerdas?
Mamá observa confundida la escena.
—Lo hice porque no era lo que la empresa que nos solicitó buscaba. —Me responde y pone los ojos en mamá. —Regañamos a nuestros trabajadores cuando lo creemos necesario, algunos superiores solemos ser estrictos pero lo hacemos para exponer las capacidades que si tienen y que algunos tardan en mostrar o simplemente no se esfuerzan en hacerlo.
Hijo de..
—Ohh.. Eso habla muy bien de ustedes.
Ayy, mamá..
—Siempre le he dicho a Aspen que debe esforzarse en todo lo que hace y cuando eligió la publicidad, supe que había elegido la carrera correcta. —Menciona mamá y sonrió . — Si vieras los dibujos que hacía desde pequeña.
—Mamá..
—Creo que aquí hay un álbum de fotos.
No, por favor.
—Me encantaría verlo.
Ay no..
Carraspeo.
—Se de lo que Aspen es capaz. — Menciona Bastian . —Es por eso que quiero encargarle la publicidad de una linea de maquillaje, si todo sale bien cerraremos el negocio y se convertirán en uno de nuestros clientes más frecuentes.
Eso sí me interesa.
—¿Nos usaran para todas sus campañas?
—Así es...
—¿Y qué hay de mi cartel?
—Ya no es un problema para ti, le encargue esa publicidad a Harvey y Jackson, a los directivos les gusto el diseño que mostraron.
¿Hicieron un diseño?
Ni siquiera sabía eso.
—¿Qué dices a eso, Aspen?
Mamá se pone de pie. — Yo digo que necesitan discutirlo.
—Mamá..
—No te preocupes, cariño, ya se hace tarde. —Le sonríe a Bastian. —Me dio gusto conocerte, Bastian y espero verte más seguido.
Por favor, no.
Mamá se va y me quedo sola con Bastian en mi casa, algo que nunca planee y no quería.
— ¿Es en serio lo que me ofreciste?
—¿Creíste que vine solo a costarme contigo?
Lo señalo. — Lo sabía.
Bastian mantiene su mirada seria. —Quiero que te encargues de esa publicidad.
—Bastian..
—Arma tu equipo y presenta tu idea a mí y a los demás directivos, esta vez en la sala de reuniones estarán invitados de misma línea.
—¿Pueden hacer eso?
— Quieren estar presenten cuando tomemos una decisión o mejor dicho ellos quieren hacerlo, no dan segundas oportunidades, así que quieren ver de que somos capaces en solo el primer intento. .. Si todo sale mal.. — El sonríe. — La verdad es que no quiero pensar en lo que podría salir mal.
—¿Realmente confías en mi para hacerlo?
—¿No lo he dicho antes, Aspen?
Mi corazón se acelera y lentamente una sonrisa curva mis labios.
Confía en mí.
Realmente lo está haciendo.
—Bastian..
Y se acerca a mí.
—Ahora ya no hablemos de negocios.
—No creas que porque me diste esta oportunidad voy a dejarte hacer lo que quieras conmigo.
—No lo pensé en ningún momento.
No respondo y el sonrio.
—Vas a dejarme hacerlo porque lo quieres tanto como yo, así de simple.
Mis latidos van en aumento cuando coge mi rostro.
—Dime que pare y lo haré. —Mi cuerpo se sobresalta cuando envuelve su mano alrededor de mi cintura.
Me acerca a él y las mejillas me arden, nuestras narices se tocas y se queda inmóvil.
—Aun tienes tiempo de detenerme, Aspen.
Si, Aspen.
¿Por qué no lo detienes?
—3..
Mueve su rostro y nuestras respiraciones chocan.
—Dos..
¿Por qué no lo detienes, Aspen?
—Uno.
Sus labios rozan los míos, pero no me besa, me provoca con sus roces igual que el de sus dedos en mi blusa trasparente.
¿Por qué no lo paras?
—Cero.
Porque no quiero hacerlo.
Mi respiración se agita a pesar de que no he corrido una maratón y él se queda inmóvil aunque su cuenta regresiva ya culmino, pero sé que el solo esperaba que acerque mi rostro y mire sus labios para dar el siguiente paso.
Entonces cierra ese corto espacio.
Me besa.
Bastian me besa.