Contra Todo Pronostico (#10 Saga Bebé)

#18 Renuncia

Aspen:

¿Qué es peor que estar con Bastian Ivanok, a solas y en el mismo Jeep?

No lo sé , quizás que este se malogre y terminemos varados a mitad de la carretera.

—No sé porque siento que has planeado esto.

Bastian cuelga su móvil y pone los ojos en mí. —De ser así no estaría llamando ahora mismo a que vengan por nosotros.

—Que coincidencia que nadie responda.

Me ve ofendido y suelto un suspiro, no quiero pelear con él y no será así si me quedo más tiempo en jeep, sin perder un minuto más, sujeto la manecilla de la puerta de mi lado para abrirla, pero no puedo hacerlo.

Mis ojos van hacia él y se detienen en el botón junto a la manecilla de su lado, subo mi mirada a la suya.

—¿Le quitas el seguro?

Tan simple, Bastian responde. — No.

—¿No?.

—Es tarde, no voy a dejar que te vayas a mitad de la carretera tu sola. — Me dice firme. — Es peligroso.

Tiene un punto.

Es aquí donde debería decir que se cuidarme sola, pero cambio esa respuesta por otra.

—Si quieres venir, hazlo.

Tal vez suene contradictorio a lo que digo o pienso, pero prefiero estar afuera con Bastian que en el mismo espacio dentro del Jeep, no puedo tolerar estar en su mismo aire mucho más tiempo y no porque siga enojada, sino porque Bastian Ivanok sigue despertando deseos en mí y tener este espacio compartiendo el mismo aire lo complica más.

—Nadie va a ir a ningún lado, Aspen.

— ¿Entonces qué? ¿Nos quedamos toda la noche en la carretera esperando a que alguien llegue a ayudarnos al amanecer?

— Solo déjame pensar, Rubia.

— Yo ya lo hice, salimos y vamos por ayuda.

—No voy a dejar el jeep a mitad de la carretera, es un Compass color negro.

Presumido.

—Gracias por aclarar algo que es muy obvio. — En especial el color. —Y nadie va a llevarse tu coche sin gasolina, Bastian. —Y me resulta increíble que no la pusiera antes de tomar la decisión de secuestrarme.

—Ya dije que no, Aspen.

Mi ceño se frunce. — ¿Cuál es tu problema? Si piensas hacer de esto romántico, déjame decirte que no hay nada de romántico quedar varados en la na..

—¿Puedes dejar de pensar solo en ti y en lo molesta que estás conmigo?. —Me interrumpe enojado.

Mis ojos se abren y los suyos bajan a mi vientre.

—No eres solo tú, Aspen.. ¿Podrías entender eso?

Me quedo sin habla.

Tiene razón.

Independientemente de lo que haya sucedido entre nosotros, no solo se trataba de mí o el enojo que tardaba en irse por sus mentiras.

Llevo un bebe en mi interior.

Un bebé de los dos.

Somos una familia, aunque ahora él y yo estemos lejos de formar una.

—Si les pasa algo a ustedes, yo.. Me muero.