The Same Heartbreaker (2) ✔️

Por isnotcandy

2.4M 184K 119K

Segundo libro de la Trilogía Heartbreakers. Es necesario leer el primer libro para entender este. Cuidado co... Más

Prefacio.
Prólogo.
1. Quinn.
2. Liam
3. Quinn.
4. Liam.
5. Quinn
6. Liam.
7. Quinn
8. Liam.
9. Quinn.
10. Liam
11. Quinn
12. Liam
13. Quinn
14. Quinn.
15. Liam.
16. Quinn.
17. Liam
18. Quinn
20. Liam
21. Quinn.
22. Quinn
23. Quinn
24. Liam.
25. Quinn
26. Quinn.
27. Liam.
28. Quinn
29. Liam
30. Quinn.
31. Quinn
32. Liam.
33. Liam
34. Quinn.
35. Quinn
36. Liam.
37. Quinn.
38. Quinn.
39. Liam.
40. Quinn.
41. Liam.
42. Quinn
43. Quinn
44. Liam.
45. Quinn
46. Liam.
47. Quinn.
48. Quinn
49. Quinn.
The Last Heartbreaker (3)

19. Liam

45.8K 3.6K 5.7K
Por isnotcandy

Capítulo editado.


19 | LIAM

—Estoy nerviosa —murmura Aggie con la voz seca.

Las puertas metálicas del elevador se cierran y este comienza a subir tras una sacudida. De reojo miro como se apoya en el espejo y echa su cabeza hacia atrás luciendo totalmente derrotada.

Estamos de vuelta en el hotel luego de pasar la tarde en el hospital, ignorando las llamadas de Nick y Tyler. Les quise atender todas las veces que llamaron para decirles que se apuren a venir, pero Aggie me rogó que no lo hiciera.

Quiere explicarles en el hotel. Y por más que me parezca innecesario, tengo que respetar sus deseos.

—Todo saldrá bien. Nick te ama. —le doy una mirada reconfortante, sabiendo que esa es la razón por la que está tan nerviosa.

Ella asiente no muy convencida.

Cuando estamos en nuestro piso, bajamos y ayudo a Aggie a caminar porque le sigue costando hacerlo. Atravesamos el pasillo y abro la puerta de mi habitación. Apenas lo hago, Tyler y Nicholas saltan como dos buitres encima de nosotros.

—¿¡Dónde mierda estuvieron!? —exclama Tyler furioso aunque también cansado. Las ojeras bajo su rostro resaltan más y su cabello está desordenado tanto que me da la impresión que estuvo a punto de arrancárselo de la desesperación.

—¿Qué te pasó, Aggie? —la atención de Nick cae directamente en su novia, detectando que sea lo que sea que esté mal, es ella.

Se acerca rápidamente y la sostiene con sus brazos. Aggie no contesta, solo entierra su cabeza en el hombro de Nick. Todo su cuerpo sigue tenso. Nick me mira a mi en busca de explicaciones.

Me quedo en blanco. No puedo ser yo el que cuente la historia, eso es algo que debería salir de la boca de Aggie. Carraspeo para llamar la atención de ella, ya que Nick me mira como si me fuese a matar en cualquier segundo por no hablar.

—Liam, Tyler, ¿pueden dejarnos a Nick y a mí solos? —inquiere ella en una voz débil. Camina lentamente hasta el borde de mi cama y se sienta allí. Pierde la mirada en el suelo.

Tyler frunce el ceño. Se nota que no quiere quedarse sin saber. Tiene que entender que esto es entre ella y Nick, que no le incumbe. Le da una última mirada preocupada a Aggie y sale dejando la puerta abierta para que yo lo haga también. Como hizo él, miro a Aggie por última vez y le sonrió ahora que me presta atención para transmitirle algo de confianza.

Apenas cierro la puerta, Tyler se da vuelta como un rayo.

—¿Qué le pasó? No está bien —dispara mientras se pasa las manos por el cabello luciendo angustiado.

Avanzo por el pasillo para darles más privacidad. Mi mejor amigo me sigue desesperado por una respuesta. Cuando nos hemos alejado lo suficiente, decido contarle todo. De todas formas, va a terminar enterándose.

Mientras noto la preocupación en sus ojos, no me olvido que Aggie es su mejor amiga. La quiere tanto como yo. Así que debo elegir bien las palabras con las cuales explicarle la situación.

—Aggie estaba embarazada, Ty —murmuro cautelosamente. Lo miro fijamente todo el tiempo esperando a que reaccione de buena manera.

Pestañea sorprendido y ladea su cabeza. Guarda silencio por unos instantes.

—¿Qué? —espeta desconcertado. Da un paso hacia atrás y sacude su cabeza sin creerlo—. ¿Embarazada? ¿Y por qué dices «estaba»? ¿Qué...?

—Tuvo un aborto espontáneo —carraspeo. Ahora Tyler no parpadea, no se mueve —. Suele suceder cuando hay una mala formación en los cromoso...—

—¡Me importa una mierda la ciencia detrás de esto, Liam! —exclama enfadado. Me callo. No es el mejor momento para discutir con él.

Está demasiado alterado. Cuando me enteré, definitivamente no reaccioné así. Hay algo que no encaja.

—No, no... No puede ser —murmura y pasa su mirada del suelo a mí—. ¿Hace cuanto lo sabes? ¿Cuánto tiempo tenía el embarazo?

Ya sé que está pasando y no me gusta nada.

—Me enteré en el hospital... El embarazo tenía algunas semanas —respondo.

—Liam, necesito saber cuántas semanas exactamente —me pide dando un paso hacia adelante. Tyler ahora mismo es una mezcla de desesperación, nervios y miedo.

—Cinco, Tyler. Estaba embarazada de cinco semanas.

Masculla algo en voz baja que no consigo entender y aprieta sus puños. Voltea, entonces noto que tiene ganas de estrellar su puño contra la pared. Sin embargo, no lo hace. Respira hondo y vuelve sus ojos al suelo.

—¿Qué te pasa? —pregunto con algo de temor. La idea en mi cabeza cada vez se solidifica más y más. Es estúpido. No puede ser verdad. No puede. 

Mi mejor amigo eleva la mirada y presiona su mandíbula como si dudara en confiar conmigo después de nuestra pelea. Sin embargo, cede porque ambos sabemos que ninguna pelea nunca será tan grave.

—Hay chances de que ese bebé sea mío.

Me doy tiempo para estar sorprendido. Parpadeo y abro mi boca mientras intento digerir lo que me acaba de decir. Lo sospechaba cuando empezó a actuar con tanta paranoia. Aun así, escuchar su confirmación es como un golpe en el rostro.

—¿Qué dijiste? —inquiero y siento mi voz ajena a mí. Aclaro mi garganta.

Tyler se mueve con nerviosismo. De repente, sus ojos se cristalizan del miedo. No, Tyler. Por favor dime que no lo has hecho.

—No estoy seguro, ¿sí? Pero hay... Puede haber sido mío.

Inmediatamente echo un vistazo sobre mi hombro a nuestra habitación. Nadie ha salido, no creo que nos hayan escuchado. En particular, no creo que Nick nos haya oído.

—Vamos afuera, imbécil —murmuro cuidando el tono. Empujo a Tyler por los hombros y lo llevo a rastras hacia los ascensores. Presiono el botón y me dedico a esperar.

No puedo mirarlo ahora, por lo que me concentro en mis zapatillas algo maltrechas por la lluvia. Tyler no emite ni un sonido, sabe que no le conviene hacerlo.

Mi mente vuela a estas alturas. Me podría haber imaginado un ataque extraterrestre más viable que Tyler acostándose con Aggie. El solo pensamiento me produce arcadas. Siempre fueron mejores amigos. Siempre fueron cercanos. ¿En qué demonios pensaban? ¿Aggie no quiere más a Nick, es por eso que no quería contarle o por qué sabía que el bebé podría tener otro padre?

Entramos al elevador y presiono el botón que nos lleva a la planta baja. No puedo ni mirar a Tyler. No es como si hubiera jodido cualquier relación o persona. Son Nick y Aggie. No me hace falta recordar lo que son ellos y lo que implican para nuestras vidas.

Cuando estamos abajo y lejos de oídos indeseables, camino hacia afuera. Necesito un buen lugar para gritarle sin problemas. Aunque podría hacerlo en cualquier lado.

Tyler me sigue casi pisando los talones y en silencio. Los papeles se han invertido, antes él estaba enojado conmigo, ahora yo con él aunque aún no hemos resuelto el primer asunto. Quizás necesitamos darnos una buena paliza.

—¿En qué demonios estabas pensando, Aiken? —suelto con furia una vez que nos hemos alejado de todos.

La calle está tranquila y está anocheciendo, pero hay suficiente luz como para ver como Tyler aprieta su mandíbula y como el nerviosismo resalta en sus ojos.

—No estaba pensando —su voz tiembla—. Antes que comiences a gritarme como sé que me merezco, quiero que sepas que estoy arrepentido.

—Esto no va a solucionarse con unas disculpas, Tyler.

—Lo sé. Por eso tienes que prometerme que no vas a decir nada —abre sus ojos bien grandes. ¿Es idiota? Estoy por replicar cuando se apresura para callarme—. Ya sé que está mal, pero no lo hagamos peor. ¿Sí? Solo fue una vez. Todo lo que pasó y... No es mi historia para contar. Lo único que puedo decirte es que fue una experiencia rara y...

—Cállate —espeto al sacudir mi cabeza—. No quiero escuchar los detalles.

Aggie es como mi hermana. Definitivamente no quiero los detalles.

—Es en serio, Liam. Fuimos tontos, estábamos medio borrachos y... —comienza a tartamudear—. Me odio. ¿Sí? Esto ya me está afectando mucho porque...  —suelta un bufido.

—¿Por qué...? —presiono. ¿Qué más podría afectarlo más que haberse acostado con la novia de uno de sus mejores amigos?

—Desde que pasó me estuve comparando con Quinn... Ya sabes, toda su fama de rompecorazones. Quinn hace esto cómo respira. Arruina relaciones, vidas, toda esa mierda. La odio y no quiero compararme con ella. Es por eso que exploté hoy al verla.

—¿No decías que ya no la odiabas?

—¡Estoy confundido! —exclama llamando la atención de una señora que pasea a su perro en la acera del frente. Mira indignada por unos segundos y continúa caminando—. Liam, yo no era así. Nunca me interesó hacerles daño a los demás. ¡Y mírame ahora!

—No metas a Quinn en esto. Tú la cagaste. Este es tu lío —le recuerdo, sintiendo mi mandíbula tensionarse.

Noto como está a punto de entrar en una crisis mental. Apuesto un millón de dólares a que soy la primera persona con la que habla todo esto. Tyler es un tipo reservado, solo es capaz de hablar sobre sus sentimientos conmigo, Nick y Aggie. Ya sabemos porque soy el primero.

Me pregunto cómo demonios hizo para guardarme esto por tanto tiempo. Vivimos juntos, hablamos siempre de todo, y esto le debe estar pesando hace tiempo.

—Tyler... —empiezo sin saber bien qué empezar a decirle—. ¿Te das cuenta de lo que hicieron? Necesito más razones. No creo que sea porque ambos estaban borrachos. Estuvieron juntos y borrachos infinitas veces, y nunca sucedió nada. ¿Qué fue lo diferente ahora?

Me mira a los ojos por unos segundos. Puedo notar que está intentando no decir nada. Sin embargo, no lo logra.

—¿Y si te digo que lo hice porque sabía que así dañaría a Nick? —inquiere en un tono de voz bajo y por poco indetectable pero no para mí. Lo oí bien claro.

—¿Por qué no le dijiste todo lo que pasó si fue así? —lo miro con la poca paciencia que me queda. Hago un esfuerzo sobrehumano por intentar entender la situación.

—Me arrepentí al segundo que lo hice. Nada de esto era mi intención. Fue un error. Me enojé con Nick porque él no estaba enfadado con Quinn como el resto de nosotros. Esa noche estábamos hablando de ella y la defendió. Nos peleamos y... Luego hablé con Aggie. Ella me dijo unas cosas y... Dios, soy un imbécil.

—Por supuesto que lo eres. ¿En qué pensabas? ¿Por qué Nick no piensa como tú decidiste acostarte con Aggie? —sacudo mi cabeza horrorizado. Quiero también agarrar a Aggie y exigir más explicaciones. Esto es tanto su culpa como de Tyler.

—¿No es algo que tu harías, Liam? —gruñe mirándome a los ojos.

—Somos personas completamente diferentes, Tyler. Siempre lo hemos sido. Tú siempre has sido el bueno, no te gustaría ser como yo.

—Pero ella te eligió a ti —responde con inseguridad.

Mi cuerpo entero se congela.

Me quedo sin palabras. Siento como si de repente, me hubiesen quitado el aire de mis pulmones. ¿Tyler hizo todo esto para parecerse a mí?  ¿Por Quinn? Tiene que estar jodiendome.

—¿Tú me ves con ella ahora? —rompo el silencio. Tengo que hacer que entre en razón.

—Me enamoré de Quinn, Liam. Y lo sabes muy bien —refuta cansado—. Ella me destrozó y me llevó a hacer cosas de las cuales me avergüenzo. Por eso no tienes que decirle a nadie, Liam. Lo solucionaremos. Fue solo un error, Aggie también sabe que fue un error. Ella ama a su novio, no a mí.

—Tienen que decirle. Merece saberlo. Si no lo hacen, ambos son una mierda.

Se siente amargo hablar de mis mejores amigos de esta manera. Sin embargo, en este momento, ellos no son prioridad. Nick lo es, y tengo que defenderlo por más peleas que haya entre nosotros.

—¡Mira quién habla! Liam, tú le hacías daño a la gente solo porque sí.

—¿De verdad, Tyler? Tú más que nadie deberá entender que no lo hacía porque sí—escupo empezando sacarle las capas a mi furia.

Tan solo recordar las sesiones con mi psiquiatra, las pastillas que debía tomar, me causa escalofríos. Nada de eso me servía, nada me quitaba más el dolor que ver el de otros. Corazón tras corazón fui creando una marca, me convertí en "Liam Hamilton: El rompecorazones de Everdeen". Todos tenían un rumor sobre mí, todos decían que nadie debía acercarse a mí. Sin embargo, ellas seguían llegando con la tonta esperanza de cambiar y llegar finalmente a mi corazón.

Fue un círculo vicioso que se detuvo cuando Quinn Meyer llegó a mi vida. A su manera, Quinn me alejó de disfrutar del dolor de otros que me llevaba a sentirme más conforme conmigo mismo. Ese deseo de hacer sentir a todos como yo me sentía.

Dejando la farsa atrás, estoy muy agradecido con ella. Sin embargo, debo odiarla. Debo odiarla por lo que le hizo a Tyler, por enamorarme de la chica que solo quería lastimar.

—Déjalo, ya —Tyler se pasa una mano por su cabello—. No tiene sentido. Solo... No digas nada, déjame a mí y a Aggie manejar esto.

Se gira y comienza a caminar hacia el hotel. Antes de que se aleje demasiado, digo lo que su conciencia ya sabe.

—No va a salir bien.

No quito mi vista de su espalda hasta que la pierdo cuando entra al lobby. Cierro mis ojos con fuerzas y echo mi cabeza hacia atrás. No hay estrellas esta noche, solo nubes cargadas que amenazan con volver a llover a cualquier instante.

***

Me despierto cuando mi celular comienza a sonar.  ¿Y esto? No puse ninguna alarma. Gruño y me estiro para recogerlo de la mesita de luz. Entrecierro mis ojos porque la luz me va a dejar ciego.

¿Qué quiere Malcom a las seis de la mañana?

—Hola, hijo. ¿Ya has salido de clase? —me saluda apenas murmuro un «diga». Puedo oír el ruido de la cafetera atrás. Hago los cálculos rápidamente en mi cabeza. Son las nueve de la mañana en Miami y por su pregunta, cree que estoy en Cambridge porque allí son las dos de la tarde.

Se me olvidó decirle que nunca nos fuimos de Portland.

—Eh... Bien —murmuro intentando que mi voz mañanera no se note tanto—. Estamos bien... Digo, sí ya hemos salido de clase. Estoy con Tyler yendo a comer.

Generalmente miento muy bien, pero no a las seis de la mañana y con la mitad del cerebro funcionando.

—Qué bueno. ¿Entonces me explicas por qué sigo pagándole una suite al hotel durante cinco días más, ¿¡si tú estás saliendo de clase!? —grita lo último tan fuerte que debo alejar el móvil de mi oído.

A veces me olvido que mi cuenta bancaria depende de Malcom.

—Tuvimos un problema, perdimos el vuelo —le explico y me siento en la cama.

Estamos terminando otoño en el estado de Oregón, y eso significa que no veré el sol hasta dentro de una hora, por lo que mi habitación está en la penumbra, casi en la oscuridad. Miro a mi lado, Tyler sigue durmiendo con la cabeza enterrada en su almohada.

—¿Has perdido el vuelo y decidiste quedarte cinco días más? —espeta. No está molesto por el dinero, nunca lo estaría por eso. Está molesto porque estoy perdiendo una semana de clases.

—No, hemos tenido unos problemas —le digo intentando sonar convincente.

—¿No te estás quedando más tiempo a propósito por esa chica...? ¿Cómo era su nombre? Ah, ya. Quinn.

—No, ¿desde cuándo hago yo este tipo de cosas por chicas?

—Tienes razón, sigues siendo un imbécil —contesta a lo que me río.

Debo admitir que mi relación con Malcolm ha mejorado desde que él superó esta locura de que yo debía estudiar alguna carrera que me ayude luego a liderar su empresa.

Aunque todavía no me olvido de que intento casarme con Winter Dunne y obligarme a heredar su imperio. Por suerte ha entendido que no estamos en siglos pasados para forzarme a todo eso. De todas formas, estaba siendo paranoico de más. Papá tiene cincuenta y tantos, seguirá liderando la empresa por un muy largo tiempo. Ama su trabajo y no lo dejará hasta que sus dedos se desintegren por la vejez.

—Liam, han perdido un vuelo... Pero tenemos un jet privado, los tíos de Tyler tienen uno. Los Monroe  y los Ackerman también. No era muy difícil volver. ¿Qué ha sucedido? ¿Están bien? —interroga. No creo que se haya preocupado tanto por mí en años—. Además, no es como si necesitaran vacaciones. No me digan que casi tres meses en Europa no les sirvieron.

Gracias papá por recordarme lo asquerosamente ricos que somos todos.

—Estamos todos bien —miento para tranquilizarlo. Al menos, lo estaremos con el tiempo—. Volveremos a Cambridge el viernes. Hay unas cosas que debemos solucionar antes.

Y no es mentira. La doctora Robinson nos preguntó si sería posible que Aggie vuelva a un segundo chequeo antes de irse, por cualquier cosa. Inmediatamente respondí que sí y le prometimos volver a verla el jueves, es decir mañana.

Lo oigo suspirar.

—Está bien, entonces. Pero no quiero más demoras ni vacaciones inesperadas. Estás en la universidad para estudiar, no para seguir gastando dinero —me recuerda en su tono de "padre" que va y viene de vez en cuando.

—Prometido —respondo. Ambos nos quedamos en silencio porque sabemos que viene ahora. Es lo mismo que le pregunto todas las veces que hablamos por teléfono.

Aclaro mi garganta.

—¿Hay noticias de Olive?

Cada vez que pregunto, mi interior se infla de esperanzas. Es tonto, porque después de tanto tiempo, sigo sosteniéndome de la esperanza de volver a ver a mi hermana de nuevo.

Sin embargo, cada día esa esperanza es menor y entre cada "no hay noticias" diarios, un pedazo de "todo saldrá bien" cae.

—Por eso llamaba... —su voz se torna seria, como cuando habla con sus socios acerca de trabajo—. No quiero que te ilusiones pero... Creo que tenemos una pista.

Mi corazón da un vuelco al oír esas palabras. Me levanto de la cama de un salto y comienzo a caminar nervioso por la suite.

—¿Cuál? ¿Hace cuanto? —atropello mis palabras. Siento mi corazón latir con fuerzas en mi pecho.

—Es... No es grande, por eso no quiero que te ilusiones... Pero es algo, lo mejor que hemos tenido en años. Hace poco hubo un caso igual al de Olive. Intentaron llevarse a la hija de unos mangantes del petróleo árabes que viven en Nueva York. No pudieron pero las descripciones de los secuestradores son... Son parecidas a los de Olive. La policía cree que podemos arrancar desde allí.

—¿De verdad? Eso es bueno. Muy bueno. ¿Necesitas que haga algo? ¿Qué hable con alguien?

—No, no, Liam. Tú concéntrate en la universidad, ya estoy en Nueva York moviendo mis contactos —se explica y eso me deja más tranquilo. De todos modos, no tanto. Yo debería estar en Nueva York. Me destruye no tener control sobre esto.

—Está bien.

—No te preocupes, hijo. Vamos a encontrarla —me promete. No obstante, no puedo evitar detectar su tono de voz. Es como si estuviera intentando convencerse a sí mismo.

—Sé que es así, papá—le digo para que resulte un poco más reconfortante. Durante estos dos años, ahora casi tres en los que Olive estuvo desaparecida, los únicos que hicimos algo además de la policía fuimos papá, Tyler y yo.

Por eso Malcolm y yo creamos un lazo especial. Porque ambos luchamos para encontrarla, para traerla a casa y que esta pesadilla se termine. Y nos hemos prometido hallarla, sin importar lo que cueste. No vamos a defraudarnos a nosotros mismos ni a Olive.

Vamos a encontrarla, yo sé que sí.

***

Nota:

Volvemos a las actualizaciones de las tres de la mañana. Este capítulo esta dedicado a la persona mas rompe bolas del mundo, firulais. Se puso triste porque los Warriors perdieron y me pidió que le dedique el capítulo. Sí ya sé jajajajajaja. But, love u bro. You know that, queso rallado.

momento de preguntas:

se esperaban lo de Tyler? ¿Reacciones? ¿Opiniones? Necesito saber!!!!

Espero que les haya gustado el capitulo. Nos vemos el lunes o el martes, no sé.

Nos vemoooos

Con amorsh,

cande-


REDES SOCIALES:

Seguir leyendo

También te gustarán

212 51 6
disfruten de esta historia donde nos situamos en un mundo donde la tecnología y el entretenimiento van de la mano, dónde absolutamente todos en el pl...
4.6K 508 8
Iván y Rodrigo eran compañeros de curso en el colegio desde siempre, se conocían hacía años pero sin haberse conocido nunca realmente hasta que, repe...
480K 57K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...