9 meses.
Ya han pasado 9 meses.
Hoy es 2 de mayo de 2018.
Y hoy ha nacido a las 01:35 de la mañana Hope Andrea Mikaelson McCoy.
—¡Klaus!—digo chillando en la cocina—¡¿Donde están mis chocolates?!
Este aparece riendo por la puerta de la cocina y dice con tono burlón.
—No tengo idea, amor. Creo que Kol es el culpable de eso—dice sonriendo.
Kol.
Kol Mikaelson fue traído a la vida de nuevo al quitarle la daga que Klaus le puso hace cinco años.
Su reacción al despertarse fue desastrosa, pero al intentar hablar con él y conocer a Davina, toda esa ira se fue disipando. Además de haber hablado con Klaus seriamente.
Yo frunzo el ceño y caminando hacia el salón donde se encuentra Kol en el sofá digo apartándole el libro que estaba leyendo de un manotazo.
—Kol Mikaelson, no te lo voy a repetir dos veces—digo calmada con una sonrisa falsa mientras el me mira riendo leve—¿Donde coño están...—digo y no puedo acabar de decir la frase ya que un agudo grito sale de mi boca a la vez que un líquido va bajando por mis piernas y yo por acto reflejo agarro mi grande barriga y mirando a Kol que ya se ha levantado y me mira con preocupación le digo mientras me siento en el sofá.
—Ya viene Kol. Llama a tus hermanos—digo y este desaparece por algún pasillo del complejo mientras yo intento calmarme peor mis resultados son en vano.
Después de unos minutos Kol aparece con Klaus, Elijah, Rebekah y Freya.
Y vosotros os preguntaréis, ¿Quien es Freya?, muy sencillo.
Freya es la hermana mayor de los Mikaelson. Ella apareció aquí hace dos semanas, y ella es bruja y estuvo dormida durante muchos años para conservarse joven. Y hace dos semanas decidió despertar por que quería reencontrarse con sus hermanos que la acogieron como si siempre estuvieran con ellos, Klaus fue el más desconfiado pero al final no dudo de ella.
Freya y yo nos llevamos muy bien, casi tanto como con Rebekah.
Cuando llegaron todos a donde yo estaba, Klaus, traía mogollón de toallas, y poniéndose a mi lado dice apretándome el brazo con cariño.
—Va salir todo bien lobita—dice mirándome y yo con lágrimas en los ojos asiento sonriendo y un fuerte dolor me atraviesa haciendo que suelte un grito y que los presentes que ya están a mi alrededor me miren preocupados.
Elijah está mirándome con demasiados sentimientos como el miedo, amor y preocupación a lo que yo sonrío leve mirándole y cuando miro hacia Freya, que es la que se va a ocupar de que Hope nazca bien, me doy cuenta de que mis pantalones de pijama ya no están y ella se encuentra mirándome y me dice con un tono suave.
—Bien Adri, ya estás dilatando 6 centímetros, puedes empujar.
Yo al escuchar esa señal hago lo que Freya me pide como unas tres veces hasta que yo a punto de desmayarme escucho un llanto lo que hace que yo sonría y caiga profundamente dormida.
Me despierto con un leve dolor de cabeza pero abriendo los ojos veo que estoy en mi habitación, sola. A si que levantándome de la cama y bajo al salón donde me encuentro a todos más Davina, Camille y Marcel sentados en el sofá con un semblante feliz y preocupado, pero al verme todos bajar por las escaleras la preocupación se esfuma de sus rostros.
—¿Dónde está?—digo ya abajo y veo que Nick está sosteniendo algo envuelto en una manta blanca.
Yo camino nerviosa hacia Klaus y cuando llego veo que está sonriendo mientras hace caras raras hacia lo que está dentro de la manta.
Dentro de esta, hay una bebé con una piel blanca perfectamente lisa, con sus ojos azules como los de Klaus y su pelito pelirrojo desordenado y yo la miro con amor.
Esa es Hope Andrea Mikaelson McCoy.
Y es mi hija.