Cuestión de confianza.
¡Es un one-shot bastante largo espero que les guste!
🍂 🍁 🍂 🍁 🍂 🍁 🍂 🍁
La mayoría de los soldados dentro de la legión no le tenían confianza.
Y yo sabía que no era para menos, era nuevo, un delincuente como muchos decían, con muy mal humor lo cual se notaba a leguas, y además era un solitario después de lo que le sucedió a los 2 chicos con los que había llegado.
2 meses habían pasado ya cuando decidí que era buena idea tratar de descubrir algunos secretos de su vida o simplemente tratar de que tuviera una conversación conmigo.
Esa tarea parecía simple pero cuando me planté delante suyo simplemente me ignoró, y siguió su camino como si nunca hubiese habido imprevistos.
Decidí ser más insistente, tocar su puerta a altas horas de la noche para ver si compartíamos la misma visión de un determinado tema fue el comienzo.
Las primeras veces abría la puerta me miraba por un largo momento y después preguntaba que quería, a lo que yo contestaba apresuradamente que necesitaba su ayuda en un asunto muy importante, lo cual era cierto pero a la vez era una excusa... y de esta manera lograba colarme a su cuarto y quedarme ahí hablándole de todas mis teorías hasta que salían los primeros rayos del sol.
Después de las 2 primeras semanas de contarle acerca de mis experimentos y teorías, los primeros días de la tercera semana me encontré tocando a su puerta sin que nadie me contestara.
Sabía que podía ser molesta pero no era para tanto, que grosero de su parte el ni siquiera salir a dar la cara.
Bueno en fin, lo había intentado... pero algo dentro de mi se resistía a verlo deambulando como una sombra todo el tiempo.
Podría ser debido a su extraña forma de mirar a todo aquel que osase mirarle más de 2 segundos, o tal vez la forma en que el orden y la limpieza parecían llamar su atención, no estaba muy segura de ninguna de las anteriores pero podía intuir que la última podía ser cierta ya que su cuarto era el más limpio de toda la legión.
No hablaré de mi cuarto como ejemplo porque el mío sería el peor en términos de limpieza y orden...
En fin, lo veía todos los días en el comedor, y en los entrenamientos pero como de costumbre no trataba de entablar conversaciones con nadie y por supuesto todos estaban más que felices de no tener que ver nada con el.
Me sentía como una acosadora todo el tiempo, debido a que ya conocía sus rutinas y lo que hacía en sus días libres, aunque eso lo había aprendido en el par de semanas que pase con el.
Aunque, debo mencionar que cuando estuve en su cuarto a pesar de haber entrado sin permiso e invadido su espacio y luego dedicarme a hablar por tiempo indefinido de un tema trivial el nunca se quejó, bueno de hecho nunca dijo una palabra... solamente se sentaba en borde de su cama y ponía atención a lo que fuera que le dijera.
Incluso parecía interesado en lo que le hablaba, por eso me sentí aun más decepcionada cuando ya no pude ir a platicarle mis teorías.
Así fue como transcurrieron los siguientes días de esa tercera semana, algunos incluso se atrevieron a decir que me vieron de mal humor, eso pudo haber sido verdad si me encontraba sola pero a todo aquel que necesitara mi ayuda estaba más que dispuesta a escucharlo con una sonrisa en el rostro.
Al término de dicha semana me resigne y decidí seguir con mi vida como lo venía haciendo desde que entré a la legión, con o sin Levi yo seguiría siendo la misma.
Él se lo perdía.
El comienzo de la siguiente semana transcurrió normal a excepción de que cierta persona se notaba de un humor mucho peor de lo habitual, sí me refería a Levi.
Los círculos bajo sus ojos parecían más profundos, y oscuros eso le daba una apariencia de maldad absoluta.
Nadie se atrevió a mirarlo ese día, ni el siguiente.
Mis dudas acerca de él crecieron al igual que sus ojeras se marcaban aún más debajo de sus ojos, era imposible no notar su obvia falta de descanso en esa piel tan blanca que tenía.
Decidí seguir observándolo más discretamente diciéndome que todo era a favor de conocer mejor al miembro más ejemplar de la legión.
El séptimo día de la tercera semana pude haber jurado que aquel individuo se veía visiblemente más relajado, se notaba en la forma en que caminaba y que realizaba sus movimientos en las prácticas.
Al parecer nadie más aparte de mi lo notó porque todos se apartaban de su camino tan pronto como él llegaba a cualquier lugar.
Ese mismo día ya entrada la noche decidí escribir detalles de mi teoría acerca de las murallas, estaba prohibido hablar de ello porque sería faltarle al respeto a nuestros antepasados por eso mismo no compartía esta teoría con nadie, bueno... solo la compartí con Levi pero dudo que vaya por el pueblo contando lo que yo le comenté.
Y la verdad es que al único que le hablaba era a Erwin y él ya conocía mis teorías, por lo tanto eso no significaba un riesgo para mi.
Estaba por terminar la página número 18 cuando escuche algo.
Detuve mi escritura para prestar atención a lo que creí había sido un golpe, esperé unos segundos y no ... nada.
Continué con lo que hacia, ya habiendo terminado de escribir esa hoja, tome una en nueva página en blanco para comenzar a redactar, cuando escuché nuevamente el sonido que creí había sido parte de mi imaginación.
Me levante de la silla donde me encontraba y camine hasta el centro de mi habitación buscando la fuente de dicho sonido.
Espere algunos instantes en silencio, a esa hora de la madrugada cualquier sonido se multiplicaba significativamente ya que todos dormían, claramente todos excepto yo.
Me estaba volviendo loca, porque no pude escuchar nada, mire hacia mi escritorio y mientras consideraba la posibilidad de dormir y dejar la redacción para después, de la nada volví a escuchar el golpe.
¡No estaba loca, eso era bueno!
Ahora necesitaba encontrar que provocaba aquel sonido.
Una vez más, y otra vez, eso sonó como... ¡la puerta!.
¿Quién tocaba mi puerta tan tarde?
Rayos, esperaba que no fuera Erwin si no tendría que escuchar el sermón que me daba de como la falta de descanso podía afectar mi desempeño en el trabajo, siempre que me encontraba despierta a altas horas de la noche.
Trate de parecer lo más casual posible por si se trataba de Erwin, hacer parecer que me había despertado cuando escuché la puerta sonar.
Abrí lentamente la puerta mientras fingía un bostezo y restregaba mi mano izquierda en mi ojo izquierdo para parecer que me encontraba dormida momentos antes.
—¿Estabas durmiendo? —dijo una voz que definitivamente no era la de Erwin.
Esto me alertó, abrí por completo la puerta mientras dejaba de fingir somnolencia para ver a la persona que tenía enfrente.
Era Levi.
—Yo... eh, no estaba redactando un escrito —conteste apresurada tratando de recobrar mi compostura a causa de la sorpresa que su presencia me causó.
—Parecías medio dormida cuando abriste la puerta, pero eres demasiado mala fingiendo —mencionó el.
—Creí que eras Erwin, si me descubre despierta siempre termina sermoneandome acerca de lo mal que me hace el no dormir —le conteste.
—Tiene razón, es malo que no duermas —me contestó.
Me quedé en silencio un momento para después preguntar.
—Por cierto, ¿qué haces aquí? —le pregunte ya no podía hacer como que está era una plática casual.
—Ah, sí... —contestó como si nada y luego continuó—. Vine a traerte esto —dijo sacando algo de detrás suyo.
Estaba envuelto en una tela color marrón y era cuadrado.
—¿Qué es eso? —mencioné.
Él me extendió el objeto y luego dijo.
—Ábrelo —fue la única pista que me dio.
Tomé el objeto entre mis manos, era más pesado de lo que parecía... comencé a retirar la tela que lo envolvía, solo para encontrarme con un enorme libro antiguo.
Debía tener más de 50 años, lo intuí debido al estado en el que se hallaba el encuadernado, lo abrí y las páginas se notaban amarillentas y la tinta un poco borrosa en algunas partes pero aún legible.
Era increíble, nunca había tenido un ejemplar como ese en mis manos, pero lo que más me sorprendió fue el contenido del mismo.
El libro hablaba acerca de las murallas.
Comencé a respirar agitadamente debido a la emoción, ¡esto podía significar un gran paso para la humanidad sin contar todo lo que podría descubrir en el!
Era simplemente increíble.
Pude haber gritado de la emoción que sentí al leer de lo que trataba, pero me contuve.
Fue entonces cuando recordé quien me había dado esa maravilla.
Levi.
Aparté la mirada del objeto entre mis manos y lo mire, su expresión era seria pero expectante, estaba esperando a que yo dijese algo.
—Yo...Levi, ¿De dónde lo sacaste?, ¿Cómo fue que pudiste traerlo hasta aquí?, ¿Conoces a la persona que lo escribió?, ¿Puedo quedarme con el? —todo eso salió de mi boca en un instante.
Él me miro perplejo por unos momentos, pero en cuestión de segundos recupero su postura y después comenzó a hablar.
—Lo saque de un lugar que no conoces, lo escondí, no conozco al autor y sí puedes quedarte con él, esa era la intención de traerlo hasta aquí de todas formas —termino.
—¡Muchas gracias Levi!, no tienes idea de lo mucho que significa esto para mi —dije mientras subía un poco el tono de mi voz.
—Hey... guarda silencio, los vas a despertar a todos —me mencionó.
—Sí perdón... es solo que estoy muy emocionada —le dije con un tono de voz más bajo.
—Si como sea, me voy... solo vine a darte eso. Adiós —se dio media vuelta y comenzó a caminar.
Yo comencé a entrar en pánico, no podía irse tan rápido tenía que explicarme como fue que lo había conseguido.
—¡Levi, espera no te vayas! —le dije tratando de controlar el tono de mi voz.
Él se detuvo y me miro por encima de su hombro para después decirme.
—¿Qué?
—No te vayas quiero que me cuentes más acerca de cómo lo conseguiste —le mencioné lo que quería saber.
—Ya te dije que lo traje de un lugar que no conoces, ¿para qué quieres saber más? —se giro quedando frente a mi nuevamente.
—Bueno porque estoy interesada en su procedencia, pero también porque quiero hablar contigo —le dije algo insegura.
—¿De qué quieres hablar conmigo? —respondió un tanto contrariado, seguro que no esperaba tener que lidiar con ese tipo de cosas.
—Quiero que seamos amigos, o compañeros o lo que tú quieras, pero estoy interesada en saber más de ti —le dije con toda la honestidad que sentía respecto a el.
—No me gusta hablar de mi —respondió y pude jurar que su expresión se ensombreció un poco.
—Bueno si no quieres hablar entonces puedes escuchar —le dije.
—¿Y que voy a escuchar exactamente? —contestó.
—Puedo contarte más de mis teorías o el cómo fue que llegue aquí o si estás interesado en saber más acerca de alguien de la legión puedo hablarte de la mayoría de ellos, llevo un poco más de tiempo aquí que algunos, puedo decirte como es que se maneja la legión o como se clasifican los titanes —le dije emocionada.
Me miró como esperando a que en cualquier momento me burlara de él o le cerrara la puerta de mi habitación.
Cosa que no sucedió, jamás le haría eso a nadie.
—Bien, escucharé lo que tengas que decir, aunque no estoy muy seguro de aquello de ser amigos o compañeros o lo que sea —respondió.
Estuve a punto de gritar de la emoción por segunda vez en menos de 10 minutos pero noté que aún no había terminado de hablar, así que lo dejé terminar.
—Pero no hoy, tendrá que ser otro día —contestó tratando de no bostezar.
—Claro, no tiene que ser justo ahora, me da mucho gusto que quieras escucharme —le respondí entusiasmada.
—Puedes venir a mi cuarto mañana por la noche si quieres, mientras tanto podrías comenzar a leer esa cosa —dijo señalando el libro entre mis manos—. Seguramente encontrarás cosas interesantes en él, después de todo eres la única a la que parece interesarle toda esa basura que se dice de las murallas —contestó.
—¿Lo trajiste solo porque te hable de las murallas? —pregunté sorprendida ya que solo lo mencioné un par de veces y la verdad no creí que hubiese escuchado todo lo que había hablado en las pasadas semanas.
—Ya te dije que sí, parece que es mejor que esté contigo a que esté acumulando polvo guardado allá abajo —dijo mirando al suelo, como si no fuera la gran cosa.
Espera, aquí no había sótano... por lo menos no en la legión.
La verdad dudaba que Levi hubiese estado en el castillo del Rey que al parecer podría tener un sótano.
Pero tal vez me equivocaba y lo decía más en sentido literal, dijo guardado allá abajo...
Allá abajo. Allá abaj...
No, no...
¡No puede ser!
—¿Me estás queriendo decir que lo trajiste de la ciudad subterránea? —pregunté rápidamente.
—Sí —fue lo único que dijo.
—Eso es increíble, debes contarme como fue que conseguiste traerlo hasta aquí, debió haber sido muy difícil —comenté emocionada y al mismo tiempo feliz.
¡Era la conversación más larga que habíamos tenido!
—Luego te contaré, hay algunos que sí tienen intenciones de dormir el día de hoy —dijo cruzándose de brazos.
—Oh, claro .... ve y descansa. Mañana hablaremos de ello —le dije entusiasmada.
—Adiós —fue lo último que dijo antes de girarse de nuevo y comenzar a caminar rumbo al pasillo.
—Que descanses —le dije mientras desaparecía en la oscuridad.
Vaya que el día de hoy había sido uno lleno de sorpresas...Levi trayéndome ese libro, el cual venia de nada más y nada menos que de la ciudad subterránea, y lo mejor de todo era que el quería seguir escuchando lo que sea que quisiera decirle.
¡Esto era lo más emocionante que me había pasado, después de haber conocido a los titanes!
Entré a mi cuarto cerrando la puerta y colocando el libro en mi escritorio, recogí todas las páginas que había estado escribiendo anteriormente.
Y luego de la nada recordé que Levi parecía cansado, realmente agotado más bien.
Las semanas que estuve con él nunca mostró signos de cansancio aún cuando lo mantuve despierto con mis teorías.
Eso significaba que no había estado durmiendo, por eso las prominentes ojeras en su rostro... pero ¿A qué se debía el que no hubiese podido dormir?.
Trate de encontrar la respuesta a esa pregunta mirando a través de mi ventana.
No se podía ver nada a causa de la oscuridad, seguramente había gente escondía gracias a la protección que esta brindaba y al pensar en eso de la nada todo tuvo sentido.
Entre la oscuridad nocturna a al cual miraba y la sensación de la pasta del libro entre mis manos lo supe.
El libro...
Levi no había estado durmiendo debido a que por las noches se escapaba a la ciudad subterránea para encontrar la manera de traer este libro hasta aquí, eso aclaraba el porqué cuando fui a buscarlo a su habitación la encontraba cerrada, eso significaba que... no había estado ignorándome, había estado ocupado.
¡Le tomo toda una semana el traer el libro, pero lo logro!
Ese hombre era mucho más interesante de lo que creía...
Ya no tenía dudas, esperaría con ansias a que el día de mañana llegase.
Mientras tanto tome mi silla y me senté en el escritorio, ansiosa por descubrir los secretos que guardaba de aquel libro.
🍂 🍁 🍂 🍁 🍂 🍁 🍂 🍁
¡Gracias por leer!
¡Me encanta leer comentarios, así que no duden en decirme que les pareció!
Que tengan un excelente día, manténganse saludables.
¡Nos leemos pronto!