Sana volvió y se encontró la casa vacía, no le gustaba para nada eso. Se fue a duchar esperando despejar su mente, al salir se vistió de manera casual y cómoda para esperar sentada en el sofá viendo televisión.
Su pierna tiritaba de manera constante, no prestaba atención al estúpido programa, sino al reloj que colgaba en la pared, eran las 10:24 PM y Dahyun aún no llegaba.
Apagó el televisor, lo único que hacía era ponerla más nerviosa, necesitaba silencio.
Estaba ansiosa, quería romper todo y a la vez llorar.
Sintió el sonido de llaves, respiró más tranquila, volteó a ver encontrandose con su novia entrando, lucía cansada.
-Estaba preocupada ¿Por qué llegas tan tarde?
Sana preguntó de manera fría y dominante, escondiendo la inseguridad y tristeza que sintió de sólo pensar que Dahyun no volvería. La menor por su parte sonrió extrañada, cerró la puerta detrás de sí y se dispuso a contestar.
-Tenía turno de tarde ¿Lo olvidaste?
-¿En serio? ¿Por eso tan tarde?
-Obviamente ¿Qué más sería?
-No me hagas pensar en eso. Pudiste avisarme
-Lo recordarías si te interesara un poco
Sana hirvió en rabia, estaba cansada. Molesta aún se fue a la habitación, no quería sufrir la humillación de que Dahyun viera que le compró su cena favorita luego de la pelea.
La menor lo notó, ni siquiera tuvo ánimo de comer, no tenía caso si lo hacía sola. Se sintió idiota por sus desafortunadas palabras, mejor llevó la comida al refrigerador, mañana era sábado y quizás podría comerlo al desayuno.
Fue a la habitación, se acostó junto a su novia e intentó acercarse.
-Sana...
Con cuidado intentó abrazar su cintura, sabía que no todo era su culpa, pero alguien debía dar el primer paso.
-No quería decir eso
-Pero lo hiciste, siempre lo haces. No me toques
-Sana...
-Quítate
Sana apartó violentamente el brazo de su novia, a su parecer no había sido tan ruda cuando llegó recién Dahyun, solo estaba preocupada y ella fue una ingrata.
Se durmieron sin más.