Ve un taxi y lo para. Le da la dirección y le suena el móvil. Por un momento, se hace la tonta ilusión de que es ella. Pero en la pantalla aparece otro nombre: Frank. ¡Vaya! Habían quedado que se llamarían para verse mientras estuviera en Londres y se había olvidado totalmente de ello. Contesta enseguida:
_ ¡Tío!
_ ¡Joder! ¡Estás perdido! - le responde la voz de su amigo. No parece enfadado.
_ Lo siento, he estado un poco liado.
_ ¿Tiene que ver con cierta chica misteriosa que has conocido?
_ ¿Quién te...?
No le deja acabar la pregunta.
_ Kate me llamó días atrás a ver qué sabía... Y no sabía nada. He esperado unos días a ver si me informabas al respecto.
_ Ya me extrañaba que Kate se quedara quietecita...
_ Bueno, tío, ya sabes que no soy precisamente su abogado defensor pero a mí también me tiene escamado el tema. ¿Quién es esta misteriosa joven que ha aparecido de la nada y que ha hecho que pases de tu novia y te olvides de tus amigos?
_ Para empezar, Kate y yo no estábamos juntos. Habíamos cortado.
_ Como si eso significara algo, ¿cuántas veces lo habéis hecho? Pero tío, en serio, dejando aparte a Kate y sus paranoias... ¿quién es ella?
_ Se llama Anna.
_ ¿Y de dónde ha salido?
_ Me la presentó Emma. La conocía de la Universidad.
_ ¿Crees que es de fiar?
_ ¿En qué sentido?
_ ¿En qué sentido quieres que sea? Ya me entiendes...
_ No le importa lo más mínimo que yo sea rico o famoso.
_ Ah, ¿eso te ha dicho?
_ En realidad le molesta más que otra cosa.
_ Sí, claro.
_ Cuando la conozcas, lo entenderás.
_ Perfecto. Preséntamela.
Queda con Frank un poco más tarde para tomar una cerveza en un pub que acostumbran a frecuentar cuando él está en Londres. Allí también se encuentran John y Rache, dos más de la pandilla. Se sientan juntos a consumir cerveza y alguna cosa para picar que les sirva de lunch. Él no puede evitar estar muy pendiente de su teléfono. Sus amigos lo notan.
_ Tío, ¿esperas una llamada de la Reina? - se ríen.
_ Más o menos - responde él misteriosamente. Frank lo pilla.
_ Oh, claro, la chica...
_ ¿Qué chica? - pregunta rápidamente Rache.
_ Ed se ha pillado con una tía - explica Frank.
_ ¿Una tía? ¿Y Kate?
_ Es historia - dice Ed.
_ El presente se llama Anna - sigue explicando Frank.
_ Ah, y quién...? - pero antes de que Rache o John puedan extraer más información, suena el móvil de Ed.
A él se le ilumina la cara al responder.
_ Ei, ¿ya estás? ¡Qué bien! Estoy en un pub con unos amigos... No, no... ¿Por qué no vienes? En serio... no molestas. Así te los presento... Va, ven... De verdad... Me haría ilusión -. Y parece que la convence porque seguidamente los amigos observan cómo Ed le da el nombre y la localización del pub.
Veinte minutos más tarde, ella entra por la puerta del pub. Todos la ven y se hace el silencio. Ed se levanta y se le acerca. El corazón le va a cien: unas pocas horas se le hacen siempre eternas sin ella. ¿Cómo la puede echar tanto de menos cuando no está con ella? Cuando está delante de ella, toma su cara cuidadosamente entre sus manos y acerca sus labios a los de ella. Le da un beso larguísimo. Cuando se separan, ella exclama:
_ Uau, ¡qué recibimiento!
_ Te he echado de menos. ¿Cómo han ido las clases?
_ Ya te contaré... Pero yo también te he echado de menos.
Ambos se miran con ojos enamorados y sonrisa estúpida. Desde la mesa, los amigos observan, mudos, la escena. Ed y Anna se acercan y él los presenta.
_ Estos son Frank, John y Rache.
_ Hola, encantada.
Ellos también la saludan.
_ Si me disculpáis, antes de sentarme, voy un momento al lavabo.
_ ¿Te pido algo?
_ Una copa de vino blanco.
_ Ok.
Ella se dirige a los servicios.
_ Una copa de vino blanco... ¡qué distinguida ella! - suelta Rache, algo celosa de la reacción que la chica ha causado en sus amigos. Los otros dos permanecen callados.
_ ¿Y bien? - les pregunta Ed.
_ Es... no sé... - empieza a decir John.
_ Una diosa - concluye Frank.
_ ¡Sí! Exacto - dice John.
_ Ya os lo decía, es especial.
_ Hombre, sí, es bastante guapa - empieza a decir Rache.
_ No es sólo eso... - es John quien habla.
_ ¿Y dices que te la ha presentado Emma? ¡Qué cabrona! Ya me la podría haber presentado a mí... - dice Frank.
_ ¿Qué te hace pensar que eres su tipo? - le corta Ed.
_ Eh, tío, te recuerdo que aún está por llegar la tía que se me resista. Incluso Sharon me prefirió a mí en vez de a ti -. Ed ríe.
_¡Me lo recordarás toda la vida!
_ Por supuesto. Y se lo contaré a mis nietos.
Y aquí acaba la conversación porque ella regresa del lavabo y se sienta junto a Ed. Él le pasa el brazo por encima de los hombros y le da un beso en la mejilla. Ella enrojece un poco.
_ Anna... - la aborda Frank -, ¿a qué te dedicas?
_ Estudio Bellas Artes.
_ Es una pintora magnífica - añade Ed.
_ Bueno, no tanto... - afirma ella con modestia.
_ Y ser pintor... ¿da para vivir?
_ A algunas personas, sí.
_ Sí, tío - salta John.- ¿Has visto el tipo ese? ¿Smylov? Le hacen una retrospectiva en la Tate Modern y todavía está vivo.
Anna se remueve algo incómoda, nota que Ed se ha tensado un poco.
_ ¿Tu estilo es parecido al de él, Anna? - le pregunta John.
_ No, Mikha y yo hacemos cosas muy diferentes.
_ ¿Le conoces? Me refiero personalmente.
_ Un poco - ¡mierda! ¿qué posibilidades había de que la conversación fuera hacia aquí? Ed no se puede contener.
_ Anna y él fueron amantes - afirma despreocupadamente bebiendo de su jarra. Anna le mira horrorizada. ¿A qué viene sacar aquí ese tema? Los amigos se han quedado callados, el ambiente se ha enrarecido. Pero Ed sigue...
_ Sí, de hecho, la última colección del tipo se titula "Anna", ¿creéis que es casualidad?
Anna no da crédito a que Ed la esté avergonzando así delante de gente a la que ni conoce. Frank se da cuenta e intentar quitar hierro al asunto.
_ Vaya, qué bien... Debe ser muy halagador.
_ Muuuuuy halagador... sólo hace falta abrirse de piernas y... - dice Ed.
Anna se levanta inmediatamente. Se dirige a los amigos de Ed.
_ Lo siento, espero que me disculpéis...
Y sale del pub. Ed no la sigue. Los amigos le miran asombrados.
_ ¡Te has pasado, tío!
_ ¿Qué coño te pasa?
Una vez en la calle, nota cómo los ojos se le inundan de lágrimas. ¿Por qué ha hecho eso? No cree que nadie le haya hecho sentir así de mal antes. Y, además, ¿por qué? No ha hecho nada malo. Mikha y ella fueron amantes, ¿y qué? Fue antes de que se conocieran. No tiene nada que ver con él. Ella es una persona adulta y Mikha... bueno, es cierto que él es un hombre casado, pero ella no ha sido su primera amante ni será la última. Su mujer lo sabe. Y, de todos modos, eso es cosa de Mikha y su mujer y los rollos que se lleven entre ellos. Ella jamás le pidió que se divorciara ni nada similar. No, no ha hecho nada malo. No es eso. Lo que le duele es que él la haya querido herir. ¿Por qué lo ha hecho? Le duele porque Ed le gusta mucho. De hecho, ahora que ya llevan días juntos cree que es algo más que mera atracción. Hacía tiempo que no sentía algo parecido por ningún chico. Desde Isaac... Y ha llovido desde entonces. Isaac la cuidaba. Pensaba que con Ed sería igual, pero está claro que estaba equivocada. ¿Qué debe hacer ahora? ¡Ir a casa! Piensa en coger un taxi, pero ve delante suyo una boca de metro y decide entrar. Le irá bien diluirse entre decenas de desconocidos.
El viaje en metro le ha sentado bien. Está menos enfadada. Continua sin entender por qué Ed ha dicho todo aquello, pero ya ha decidido que será mejor cortar. Es evidente que no es buena idea eso de salir juntos. Ella ya lo sabía. Está claro que él es un poco raro o sufre de celos patológicos. Pero cuando llega a su apartamento, encuentra a Ed en la puerta. Claro, él debe haber tomado un taxi.
_ Anna, lo siento - le dice con voz lastimosa.
_ Está bien - le dice ella tranquilamente.
_ ¿Está bien? - repite él.
_ Sí, Ed, mira... ya te lo dije. No creo que sea buena idea que tú y yo salgamos juntos. Llevamos apenas unos días juntos y no entiendo por qué narices estamos así.
_ Evidentemente es porque soy idiota. Por favor, Anna, perdóname.
_ Ya te he perdonado. No estamos hechos para estar juntos, no pasa nada.
_ No, Anna, sí que lo estamos. Es sólo que... Estoy nervioso porque en un par de días me voy. Ya lo paso mal ahora cuando dejo de estar unas horas a tu lado. Me da pavor pensar en cómo podré trabajar estando lejos de ti.
Efectivamente, el rodaje en Gales ya no está a semanas de distancia. Ella también ha estado pensando en ello. Por eso quizá lo mejor sea cortar ahora limpiamente...
_ Ya, yo también le he dado vueltas al tema. No me parece una razón para que me lastimes y... quizá debamos aprovechar la coyuntura para separarnos. Y así poder seguir con nuestras vidas... igual que antes...
_ Lo siento mucho, Anna, tienes toda la razón. No existe excusa para tratarte cómo lo he hecho. Pero yo ya no puedo volver a mi vida de antes... Te quiero.
_ Yo... - "¿también te quiero?"¡Mierda! No le salen las palabras. Se queda con la boca abierta, con la palabra a medias. Él no parece darse cuenta de su dilema interior. Se acerca a ella y la besa. Y ella lo único que sabe es que cuando la besa, se siente genial. Así que se deja llevar.