Eran las 2:30 de la madrugada, todos estaban dormidos, a excepción de una chica que miraba por la ventana de la sala. Hacia un poco de frío por lo que la chaqueta roja la tenía como manta.
Miraba todas las luces iluminadas de Las Vegas. De pequeña le decía a mi mamá que algún día vendriamos juntas a explorar cada parte de toda esta ciudad, lamentablemente eso fue un sueño no cumplido.
No me había percatado de la presencia de alguien más en la sala, sentado a mi lado.
"¿Cuál es la historia del suéter?" La voz me espanto haciendo que pegará un pequeño salto en mi silla.
Danny estaba sentado a mi lado, mirándome, esperando que dijera algo "¿Por qué quieres saber?" Pregunté en un susurro. Desde cuándo le importa saber algo mío, pensé.
"Siempre tenias el suéter en tus manos. A cada parte que ibas, nunca lo dejabas" Menciono Danny "¿Puedo...?" Señaló mi chamarra. Se la di sin importancia. "Siento mucho lo que le pasó a tu suéter" Regalando me una sonrisa
"Descuida. No culpe a nadie por eso" Mire mis manos intentando no ponerme nerviosa por su presencia
"¿Por qué no otro color?" Me preguntó. Me reí un poco al saber que nunca se rendiría en averiguar sobre mi antiguo suéter.
Lo mire con una pequeña sonrisa "Me lo regaló mi madre"
"¿Ella dónde está?" Pregunto. Se me olvidó que él no sabía mi historia.
"Falleció cuando yo tenía 13 años" Le quite mi chamarra para taparme. Se quedó en shock por un segundo "No te disculpes. No lo sabías, no quise decirte nada por nuestra relación complicada" Hice una mueca
Trago saliva y hablo "Me disculpó por mi actitud Anna" Me quedé sorprendida
"¿Me acabas de llamar Anna? ¿ Y Me estás pidiendo disculpas? El gran Daniel Atlas ¿Disculpándose?" Hablé sorprendida mente "eso es nuevo" me reí
Se rió conmigo "Sabes que puedes contar conmigo" sujeto mi mano suavemente "Siempre estaré ahí contigo" me sonrió con una sonrisa verdadera, no era para nada arrogante, sabía que era verdad.
"Mi padre nos abandonó..." Iba a continuar pero me detuvo y soltó mi mano
"Si no quieres hablar de ello ahorita.." Le puse un dedo en sus labios y me miró divertido
"Te tardaste 1 año para saber mi historia. Es hora de que lo sepas Danny" Le quite mi dedo de sus labios
"Está bien" Asínto. Le di mi mano para saber que estaba ahí conmigo
"No conozco a mi padre. No teníamos fotos de el, no mencionaba su nombre y nada más tengo el apellido de mi madre, siempre decía que el regresaría a casa. Cuando cumplí 10 años me regaló el suéter dijo que ese suéter era especial, no supe por qué. Ese mismo día... Descubrí que mi padre jamás iba a volver...." Me detuve un poco "A los 12 años... Ella se empezó a enfermar, me dijo que todo iba a estar bien, pero yo sabía que era mentira" mi voz se cortó y Danny apretó más mi mano "A los 13, ella estuvo meses en el hospital, hasta que ya no pudo más" No me había dado cuenta que Danny acercó la silla para estar cerca mío y me rodeó con su brazo "Ella dijo que me parecía a mí padre, esa fue la gota que derramó el vaso. Huí lejos y me dediqué en estudiar todos los trucos de la magia, cada estratégia, para poder ser mejor que el aunque no lo conociera.... Y él tampoco a mí" Mis ojos se empezaron a cristalizarse
"Y lo eres. Eres la mejor" Me recargo en su pecho "Eres la mejor maga. Saltaste de un edificio de 15 pisos, robamos un banco de París y todavía falta más. Cada mago desearía ser como tú" Menciono acariciándome mi cabello "Eres fuerte... Eres talentosa, eres inteligente, eres perfecta" Susurro
Levante mi mirada para verlo, nuestras caras estaban a centímetros de distancia, sus ojos bajaron a mis labios, pero ninguno de los 2 avanzaba.
"Conozco tu truco del humo rojo en tus manos" Susurro acercándose un poco más
"¿Enserio?" Pregunté susurrando igual que el. Acerqué mi mano a su rostro cuando el se acercó más
"Si. El aparato están en tus anillos ¿Me equivoco?" Nuestros labios se estaban rozando
"No te equivocas" Susurré terminando nuestra distancia para besarnos
El beso fue lento y suave, solo éramos nosotros 2, todo el odio que nos teníamos había desaparecido en ese momento, todas nuestras indiferencias, todos nuestros gritos, se acababa de terminar en ese instante que conectamos nuestros labios.
El me acariciaba el rostro delicadamente mientras que mis manos estaban en su cabello.
Nos separamos lentamente por falta de aire y nos miramos sonriendo, pero todo esto termino cuando nos dimos cuenta que nos habíamos besado. Su sonrisa había desaparecido lentamente de su rostro, mientras yo lo miraba esperando que dijera algo
Al ver que no decía nada yo empeze a hablar "Danny, yo..." el me interrumpió
Se paró de la silla rápidamente y evito mirarme, se aclaró la garganta "Lo siento. Fue un error. Buenas noches"
Se dirigió a su recámara mientras a mí me dejaba en la sala, totalmente sola, con el corazón roto y lágrimas cayendo de mi rostro.
Cuando me miras siento alegría y tristeza, la alegría de verte y la tristeza de no tenerte