Lief lo sabía.
El sabía uno de mis mayores secretos, yo jamás había aprendido a leer
Bueno...
No es que no supiera leer al 100%, algunas palabras las podía reconocer, palabras básicas que realmente no eran tan útiles, pero las sabía.
Pero leer, de lo que se dice leer, no se una mierda.
Había pasado cada curso comprando a los maestros, ya sea con dinero o droga, lo que ellos quisieran, podía conseguir ambas gracias a Micah.
El era el único que sabía mi secreto, y ahora Lief se encontraba aquí intentando que aceptara su ayuda para aprender algo que en mi mundo era tan inútil como aprender a cocinar.
- No quiero tu ayuda Lief - sentencie luego de un rato - realmente no necesito saber leer - me senté en mi cama que realmente no era mía - al menos no en el mundo en el que yo vivo -
El se sentó a mi lado y tomó una de mis manos.
Lief era un gran chico, era guapo, tierno e increíblemente inteligente, pero lo único que podría traerle una chica como yo a un chico como Lief, eran problemas.
- Pues ahora estas en mi mundo Lilac - dijo el llamando mi atención - y en mi mundo, leer es increíblemente importante -
Suspiré pesadamente.
No era que no quisiera aprender, es más, me encantaría poder leer, saber interpretar las letras que muchas veces veo sin sentido alguno.
Pero jamás pude hacerlo.
Desde pequeña que mi padre me utilizaba para transportar droga o entregarla en diferentes puntos para que nadie sospechara de el, por lo que siempre faltaba a clases y jamás pude ponerme a corriente cuando fui creciendo.
Mi padre era un ser despreciable, sin duda una de las peores personas que había conocido, que ya no estuviera en mi vida era un alivio, pero sabía que en cualquier momento podía llegar la hora de enmendar cuentas.
Aquello me ponía nerviosa.
Mi vida no había sido como un cuento de hadas, como esos que me contaba mi mamá cuando no estaba drogada o golpeada por el asqueroso de mi padre.
Sin duda no había un príncipe azul para mí, y tampoco un felices para siempre.
- Lief, Lilac bajen ya, la cena está lista - se escucho desde las escaleras
La madre de Lief nos había llamado a cenar y era el momento perfecto para poder escapar del chico.
- Vamos -
Intenté escapar pero fue imposible, el me lo impidió.
- Lilac, Se que tienes miedo, pero estoy seguro de que puedo ayudarte - el se veía muy confiado, quería contagiarme de esa confianza
- ¿Porque quieres ayudarme? -
Realmente no lo entendía, ¿porque para el era importante ayudarme con respecto a esto?
- Porque para mi es importante que te gradúes y no que bajes a primaria - tomó una de mis manos libres y me sonrió - porque tu eres importante -
Me tomó aproximadamente 5 segundos separar mi mirada de la suya, pero se sintió mucho más largo de lo que había sido.
Solté su mano y salí por la puerta para bajar las escaleras hasta el primer piso donde nos esperaba su madre y el resto de la familia Reed para cenar.
Me senté en silencio y luego de que Lief llegó pudimos comer, yo simplemente me mantenía alejada de cualquier tipo de conversación, solo me concentraba en mi plato y en lo que el menor de los Reed me había dicho.
¿Acaso realmente era importante para el?
Eso sin duda no podía ser cierto, ¿porque sería importante para alguien como Lief? ¿Porque siquiera alguien como el podría interesarse en lo que me ocurriera?, no era nadie.
- Lilac cariño, ¿Pasa algo? - pregunta la madre de Lief logrando sacarme de mis pensamientos.
- No, todo esta bien - sonreí como pude.
- Oh, es cierto - continúo Nayeon mientras se levantaba de la mesa y se perdía de nuestra vista.
- Lilac - ahora era el padre quien llamaba mi atención - quiero que sepas que nos gusta mucho que estés aquí - dijo el sonriendo - Nayeon ha estado tan feliz desde que llegaste que alegras la casa entera -
Agradecí mentalmente ante aquel comentario, mi cabeza siempre me decía lo mala que podía ser, que era como un virus, que rompía todo lo que tocaba.
Hace mucho que no recibía palabras así de nadie.
- Gracias -
Le sonreí al padre de los chicos a mi lado y volví con lo mío hasta que Nayeon volvió, se veía completamente emocionada.
- Ten - dijo extendiendo una bolsa frente a mi - como están las cosas hoy en día creo que es algo necesario -
Tomé la bolsa y heche un vistazo a lo que había dentro.
Wow, jamás había tenido uno de estos.
- No puedo aceptarlo - dije rápidamente intentando devolverlo - no... No podría -
- Nada de peros - dijo ella negando la bolsa de vuelta - no puedes estar incomunicada hoy en día, quién sabe si te pasa algo -
- Es que yo... -
Volví a tomar la bolsa correctamente sacando la caja dentro de ella, era uno de esos celulares inteligentes, que siempre había visto que la gente utilizaba.
Yo toda la vida me había manejado con un solo modelo, de esos antiguos, que solo servían para llamar.
Esto era nuevo para mi.
- Ni siquiera sé cómo utilizarlo - admití un tanto avergonzada.
- Lief te puede enseñar - dijo ella con una sonrisa en su rostro.
Genial, algo más que Lief quería enseñarme ahora.
Pero ella se veía tan feliz, que no pude negarme ante este regalo, además en mis sueños mas profundos, siempre quise tener uno de estos aparatos.
- Si prefieres, puedo enseñarte yo - dijo Hongseok a mi lado intentando sonar sugerente.
- No, tú no - dijo el padre de los chicos - probablemente lo rompas como lo hiciste con el tuyo -
- eso fue un accidente - se excuso el.
- un accidente que ocurre cada 2 meses - respondió Nayeon esta vez haciéndonos reír.
- Gracias por esto - dije levantando el teléfono - de verdad, jamás había tenido uno -
- No es nada cariño - respondió Nayeon - una vez que hayamos terminado de cenar puedes ir con Lief para que te ayude con tu teléfono nuevo -
Una vez que terminamos de cenar, Nayeon casi nos empujó por las escaleras a mi y a Lief para que subiéramos a ver el teléfono que ella me había comprado, por lo que subimos hasta el cuarto de Lief rápidamente.
- Bien, al menos ahora tienes un incentivo más para aprender a leer - dijo el luego de comenzar a encender el aparato.
- ¿De que hablas? - pregunte.
- ¿Como esperas utilizar esto? - preguntó el levantando el móvil en su mano - deberás aprender a utilizarlo y de paso a leer -
El tenía razón, no podía utilizar demasiado el regalo de Nayeon para nada si no sabía que carajos estaba haciendo con el desde un principio.
El me observó y luego siguió con lo suyo.
Lief es de esos chicos que eran demasiado callados para mi gusto, que no se revelaba ante nada y que ni siquiera era capaz de salir de su zona de confort, vivía en una pequeña burbuja creada por su familia y de la que sentía miedo de salir.
- Esta bien - dije llamando la atención del chico.
El me observo confundido, sin duda no tenía idea de a que me refería con esas palabras.
Su rostro de confundido era algo realmente adorable.
- ¿De que hablas? - preguntó
- ¿Terminaste con eso? - cambié de tema rápidamente.
El asintió y me comenzó a explicar para que servía cada cosa en el teléfono, ingresó los números de su familia y el suyo enseñándome como marcar a cada uno.
- ¿Y como puedo diferenciarlos? - pregunte un tanto aturdida.
- Oh, es cierto -
Tomó el teléfono nuevamente mostrándome unos dibujos graciosos que se encontraban escondidos en el teclado del celular.
Señalé los dibujos que más caracterizaban a cada integrante de la casa, el de Nayeon era un labial ya que siempre tenía lindos colores en sus labios, el de James era un bigote ya que el tenía uno parecido en su rostro y el de Hongseok era una mancuerna ya que su habitación estaba llena de esas.
- ¿hay dibujos para todo en esa cosa? - pregunté intentando mirar mas de aquellos.
- Casi todo, pero si hay bastantes - sonrió mientras llegaba al ultimo contacto que supongo era su número.
- Hey - el no me preguntó nada, solo colocó uno el mismo - ¿Y como cambio esto? -
- Averígualo tu misma, solo debes aprender a leer para saber como cambiarlo - dijo Lief con una sonrisa triunfante en su rostro.
Como dije, Lief es un chico bastante astuto, pero no tanto como yo.
- Dije que está bien - respondí encojiendo mis hombros - acepto que me enseñes a... Ya sabes -
Los ojos de Lief se volvieron brillantes al igual que la sonrisa que apareció en su rostro segundos después de que vio que hablaba totalmente en serio con respecto a esto.
Realmente quería ver a Nayeon feliz por verme utilizar el aparato ese, y si leer la haría feliz, lo iba a hacer.
Pero no podía aceptar que él me enseñara algo tan importante y yo ni dar nada a cambio de eso.
No podía aceptarlo.
Antes de que Lief dijera algo continúe con lo que tenía planeado.
- Pero debes permitirme hacer algo a cambio - dije sonriendo.
Insisto que el rostro de confusión de Lief era lo más adorable que había visto en mi vida entera.
- ¿Que quieres hacer por mi? -
Sonreí ante su pregunta.
Había muchas cosas que podía hacer por el, pero solo me interesaba una.
- Quiero sacarte de esta burbuja en donde vives -
Estoy segura de que mi expresión cambió totalmente al decir aquello.
- Quiero romper la burbuja que tu familia ha creado al rededor de ti - continúe mientras lo observaba - es lo que puedo hacer por ti -
- Te enseñaré las aplicaciones que tiene esta cosa -
El cambio radical que dió Lief a la conversación me tenso un poco.
Realmente quería que me enseñará todo lo que el considerará importante, pero no podía aceptarlo si yo no daba algo a cambio.
Soy alguien de todo o nada.
Terminó de enseñarme las aplicaciones que había instalado.
- Con este botón puedes hablar y al soltarlo envías un mensaje de voz, así puedes evitar lo de escribir -
Asentí ante lo que me decía, lo había entendido.
- bien, eso es todo - dijo acercándose a su cama - nos vemos mañana -
- ¿De verdad tanto miedo te da el que quiera abrir tu mundo? - pregunté
Pensaba que Lief quería ser alguien más a lo que le había propuesto ser, que quería ver lo que el mundo tenía preparado para el.
- No se de qué hablas - respondió el - ¿Te quedaras ahí hasta que me desvista? -
- Si es necesario, si -
- No sabes de lo que hablas Lilac -
Sabía exactamente lo que quería decir, yo tenía la capacidad de identificar a alguien que no era feliz con la vida que estaba viviendo.
Solo quería que el también lo viera.
- Quizás - respondí mientras me sentaba a su lado - ¿Tu sí? -
- No es fácil -
- Nadie ha dicho que lo fuera - sonreí - eso es lo divertido de vivir -
- ¿Y qué pasa si mi burbuja me revienta en la cara? - me miró con aspecto asustado.
- Estaré ahí para limpiar el desastre y volvernos a parar -
- ¿Tu? - preguntó el - ¿Estarás conmigo? -
- Si te saco de aquí, al menos debería hacer el trabajo completo, ¿No crees? -
Lief solo se levantó de la cama y se dirigió hasta la puerta de su cuarto para abrirla indicándome que ya podía irme de su cuarto.
Quizás había presionado mucho al chico, pero nadie puede decirme que no lo intente.
Cuando salí al pasillo escuché que me llamaba logrando asi que me volteara nuevamente hasta chocar con su mirada.
- Mañana comenzamos las clases -
Su sonrisa fue lo último que ví antes de que cerrará la puerta.
Yo fui hasta mi cuarto y cerré la mía de la misma forma.
Con una sonrisa en mi rostro.
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Bee 🐝