Capítulo 33: Rumor has it.
De inmediato, una oleada de murmullos se hizo presente mientras las palabras de Medusa resonaban en mi cabeza. "¿Es verdad que Rogers y tú están saliendo?"
¿Estaría armando un espectáculo si me tiro encima suyo para desplumarla como una gallina? A la respuesta la encontré cuando llevé mi vista a Summer, quien negaba frenéticamente con la cabeza anticipando mis deseos de darle a esa bruja su merecido.
—No, Chanel, no es cierto —respondió Nick con voz dura, cruzandose de brazos—. Los asuntos privados no serán tocados durantes los ensayos, ¿esta bien? Acto II, segunda escena. Busca un compañero.
La chica lo fulminó con mirada antes de tomar a Aaron Blake por el cuello de la camisa y caminar con el chico al otro rincón de la sala, dejando a Mindy sin compañero temporalmente, por lo que Summer tuvo que ocupar de buena gana su lugar. Una vez que todos comenzaron con el ensayo, di un largo respiro y me giré hacia Nick, que estaba buscando dos piezas de los guiones para cada uno.
—Gracias por eso —murmuré, frotándome el rostro con la mano—. Estoy segura de que ella hará lo posible para incomodarme, pero al menos por hoy eso la mantendrá en raya.
—No hay problema, Muñeca —me dijo con una sonrisa—. Ahora, ¿por qué Romeo y Julieta?
—Heather insistió en hacer algo de Shakespeare, pero todo el asunto de los reyes no fue bien recibido por el club —me encogí de hombros—. Era esto o "Sueño de una noche de verano", y todas las mujeres se inclinaron por esta.
Asintió con la cabeza y entonces aclaró su cabeza, abriendo la página correspondiente. Prácticamente en medio del salón, comenzó en voz clara—: Se ríen de mis pesares por que no están heridos como yo. ¡Silencio! ¡Oigo abrir una ventana! ¿Qué luz veo brillar en ella? ¡Oh claridad bienhechora y pura! ¡Es Julieta! ¡Julieta! ¡Sol y aurora de mi vida!
Y así prosiguió con su discurso, recibiendo miradas soñadoras por parte de gran parte de las mujeres del salón, las cuales pasaban totalmente desapercibidas por Rogers, que sólo alternada su vista entre su guión y yo.
Una vez que terminamos con nuestra escena, comenzamos a pasar particularmente entre las parejas, dando indicaciones de tono, volumen, postura, entre otras cosas. Debo admitir que el grupo ha avanzado notablemente desde el inicio de clases, y respecto a los de la obra... entiendo el punto de Heather. Se confunden al leer, tartamudean sin parar, tiemblan incontrolablemente y pierden la lectura fácilmente, aunque prefiero pensar que es por que los pone nerviosos el hecho de que alguien esté observando atentamente todos tus movimientos.
Pero para una primera clase, no esta mal. Ellos mejorarán. Eventualmente.
Espero.
—Buena clase, grupo —exclamé en voz alta mientras todos tomaban sus cosas para irse—. A los de Drama los veré el viernes, el resto debe venir mañana. ¡Sean puntuales!
Me dispuse a recoger cada uno de los guiones que me iban entregando junto a un "te veré el viernes, Scarlett" o cosas por el estilo. Excepto Chanel, ella estiró el papel hacia mí y estrechó sus ojos en mi dirección antes de sacudir el cabello e irse taconeando fuera de la clase. Hice una pila con las hojas y las tomé con una mano mientras agarraba mi bolso con la otra, prácticamente haciendo malabares.
—Déjame ayudarte. —dijo Nick, aproximándose a quitarme la pila de las manos.
—No hace falta, no soy...
—¿Una princesa? —completó, elevando una ceja divertido. Touché. Cerré la puerta del aula con llave y las guardé en mi bolso— ¿A dónde tienes que llevar esto?
—Normalmente, sería a la oficina de Heather, pero por ahora las guardaré en mi habitación.
Rogers asintió con la cabeza y una vez que salimos del edificio, se dispuso a avanzar hasta el este. A pesar de que me resistí, el chico subió las seis escaleras que daban a mi habitación sin permitirme decir nada al respecto.
Ni bien abrí la puerta, me encontré con que estaban todos en mi cuarto desparramados en distintos lugares: Johnny estaba acostado en mi cama con el teléfono celular a centímetros de su rostro, Summer y Patrick estaban acostados en dos pufs mientras que sólo el último jugaba con la consola al Mortal Kombat y la recién llegada pintaba con sus dedos sobre un lienzo anteriormente blanco con la paleta de colores en su regazo.
Mi saludo fue respondido por un autómata "Hola, Scarlett" de parte de los dos muchachos, así que me vi obligada a proseguir—: Vine con Nick, chicos.
—Hola, Nick. —dijeron en unísono al mismo tiempo, haciendo que el chico riera en voz baja.
—Deja las cosas sobre la cama, si quieres.
Asintió con la cabeza y las dejó a los pies del rubio, que no parecía notar nada de lo que estaba pasando.
—Llegaste antes que nosotros —le dije a Summer—. ¿Hace cuanto que están aquí?
—Yo diez minutos, ellos...
—Una hora —respondió Johnny como si no fuese nada de otro mundo que se metieran en nuestra habitación sin permiso—. ¿Qué? Su televisor es mucho más grande que el nuestro.
Negué con la cabeza y me dirigí nuevamente a mi mejor amiga, haciendo caso omiso al rubio.
—¿No deberías hacer eso en una mesa? —pregunté a Summer, imaginándome al piso manchado con pintura en cualquier momento.
—Si, pero no tenía ganas de levantarme —dijo con una sonrisa, entonces volteó a mi y sonrió al chico a mi lado—. ¿Qué piensan de la primera clase del grupo?
—Podría decirse que bien, no fue un completo caos, y eso es un buen presagio. Pero luego esta Chanel, que hizo el comentario más ridículo —reí, tirándome en la cama de la rubia teniendo que pasar sobre Patrick en el camino. Palpé el lugar a mi lado, invitando a Rogers a sentarse allí. Como nadie preguntó, proseguí—. Ella dijo que todo el mundo piensa que Nick y yo estamos saliendo.
Esta vez, todos se voltearon a vernos. Y por algún motivo, empezaron a reír.
A reír maniáticamente, como si acabara de decir la cosa más graciosa.
—¿Es en serio? —preguntó Patrick con una sonrisa guasona— Simba, todo el mundo piensa que ustedes están saliendo. Hace como, semanas.
—Y ahora que no sales con Freddie, todos dieron por hecho que fue por Nick. —comentó Johnny a su celular.
—¡¿Y ustedes no me dijeron nada, idiotas?! —exclamé, poniéndome de pie.
—Creíamos que ya lo sabías —se encogió de hombros Patrick—. De todas formas, simplemente ignóralo, son tontos rumores.
—¿Tú lo sabías? —pregunté a Nick, ignorando al castaño. Negó con la cabeza, pero no parecía tan molesto como yo, y eso me ponía aún más histérica.
—No se por que te sorprende —interrumpió Summer por primera vez en la discusión—. Hace como dos o tres semanas atrás, cuando ocurrió todo eso de la Revolución Hormonal, tú dijiste en la radio que Nick no quería que siguieran acosándolo por que él tenía novia.
—Y todos asumieron que eras tú —dijo Johnny, casi con obviedad—. ¿Por qué otro motivo piensas que dejaron de molestarlo?
Entonces, por primera vez, pensé en ello. Las personas hablaban cuando nos veían juntos, podía verlos cuchichear nada disimuladamente, y ahora que tenía que pasar más tiempo junto al quarterback, se volvía más y más notorio.
—Todo el mundo cree que audicioné a la obra por Scarlett, ¿verdad? —intervino Nick, sabiendo de antemano la respuesta. Cuando lo afirmaron, se pasó una mano por el rostro.
Mi teléfono comenzó a sonar dentro de mi bolso, rompiendo de inmediato el ambiente de tensión que se había creado, y el nombre de Heather fue lo primero que vi—: ¿Hola?
—¡Pásame con Patrick! —chilló furiosa, y se lo tiré al chico de inmediato como si fuese una brasa caliente.
—¿Quién habla? Si, soy yo. No... Heather, yo no... ¡Si, soy consciente de eso! Bien, lo lamento —bufó, provocándonos una risa a todos—. Seguro, ya voy.
Cortó y me volvió a tirar el teléfono, el cual atrapé de inmediato.
—Me tengo que ir —bufó, dejando el mando encima del puf mientras se ponía de pie—. Ella me ha "salvado el trasero de la hoguera" y tengo que hacerle unos cuantos favores.
—Suerte. —dijimos todos en unísono entre risas. Elevó su dedo del medio mientras descolgaba su abrigo de la percha; le dio un corto beso a Summer y luego cerró la puerta detrás de sí. Era todo un caballero en armadura brillante.
—¿Debería ir a ayudarlo? —pregunté, sintiéndome mal al instante. Si Patrick estaba en problemas con la profesora era por defenderme al aire, tenía que hacer algo al respecto.
—No te preocupes, seguro que Heather le hace apilar unas cuantas cosas y lo deja irse. O quizás simplemente le de un largo discurso sobre respetar la autoridad. —dijo Summer entre risitas.
—Además, nadie le dijo que se haga el Robin Hood en vivo.
Oh, Johnny. Eres tan considerado.
—¿Han visto a Freddie? —interrogué con la mirada clavada al suelo.
¿Vieron ese capítulo en el que Rachel y Ross pelean, y se tienen que disputar a su grupo de amigos para que no sea incómodo cuando están cerca? Bueno, así se sentía últimamente. Evitaban hablar de él cuando estaban conmigo, y estaba segura de que cada vez que no estaban aquí, estaban allá. Y apesta, por que primero que todo, Freddie era mi amigo. Y probablemente debería tratar de recuperarlo.
—Estaba estudiando —me respondió el rubio, y entonces se reincorporó en mi cama—. ¿Qué harás al respecto, Zanahoria?
—No lo sé, ¿sería una idiota si trato de volver a ser su amiga?
—Creo que es eso lo que él está esperando —me alentó, con una media sonrisa. Nick, a mi lado, se removió en su lugar algo incómodo—. ¿Vamos, Rogers? Edwards mandó un mensaje masivo hace como diez minutos, tenemos que ir a una reunión de último momento.
—¿Y recién ahora lo dices, Becker? —refunfuñó Nick, poniéndose de pie de inmediato.
—Si, no tenía ganas de levantarme —dijo el otro con una sonrisa. Cuando el quarterback se acercó a él con el puño en alto, Johnny comenzó a correr hacia la salida como alma que lleva el diablo. Nos tiró un beso al aire antes de salir por la puerta riendo como un maniático—. ¡Atrapame si puedes, baboso!
—Las veo luego, chicas.
Y luego de eso, salió corriendo detrás del rubio gritando cosas inentendibles. Me tiré en el puf al lado de Summer, ambas aún riendo, y tomé una hoja de la pila antes de meter mis dedos en un pote de pintura turquesa y comenzar a manchar el lienzo.
—¿Tú que crees que deba hacer con Freddie?
Ella suspiró.
—No te lo dije antes porque no creí que lo tomaras de maravilla, pero realmente creo que deberían hacer las paces —comentó la rubia—. Han pasado semanas. Intentaron salir, y no funcionó. La vida sigue, Simba.
—Supongo que tienes razón. —me encogí de hombros.
—Siempre tengo razón —rió, guiñándome un ojo—. Ahora, cuéntame que ocurre entre Rogers y tú.
Dejé de pasar mis dedos por la hoja para mirarla con la peor cara que pudiese hacer. Ella me empujó un poco con el codo, riendo—: Vamos, Scarlett. Todo el mundo ve la química que hay entre ustedes, ¿me vas a decir que no te gusta ni un poco? ¡Parece tallado por Miguel Ángel!
No pude evitar dejar escapar una carcajada, pero de inmediato negué con la cabeza.
—Siempre han inventado rumores en torno a él, eso no significa nada. —acusé, apuntándola con mi dedo turquesa.
—Pues, yo creo que le gustas. —me dijo en tono casual, como si no estuviese tirándome ninguna bomba.
Ella no sabía de lo que hablaba.
—¡Claro que no!
—De verdad, ¿has visto como se puso cuando hablaste de Freddie?
Negué con la cabeza. No había que tomar tan en serio las cosas que Summer decía, como esa vez que me aseguró que Chris Harries estaba perdidamente enamorado de mí sólo por que le gustaba tirarme bolitas de papel babosas en mi cabello. O cuando aseguró que Heather era la hija no reconocida de Paul Anka. O cuando se obsesionó con El Guernica de Picasso por que estaba segura de haber visto un triangulo Illuminati en ella —en serio, ella estuvo buscando información en Internet e hizo una teoría conspirativa de quince páginas sobre como Picasso formaba parte de la dominación del arte que se habían propuesto los Illuminati durante 1930—.
—Por supuesto que no. —refunfuñé, metiendo mi mano en un pote color fucsia brillante. Podía ver por el rabillo del ojo como Summer sonreía.
—Como digas, sólo recuerda lo que te dije. —canturreó, sin dejar de mirar su lienzo.