"El día de Jamélie." (1ª Parte)
Narra Amélie-----------------------------------
"Oh,oh" Comenzaba a despertarme la melodía de All That Matters.
En vez de levantarme velozmente y prepararme, me quedé tumbada en la cama, mirando al póster del techo, al mismo tiempo que tarareaba la canción. Unos segundos después me senté con las piernas cruzadas y froté mis párpados. Miré a la ventana por un momento.
De un saltó bajé de la cama y subí las persianas venecianas que colgaban del marco, dejando traspasar una luz mañanera por los cristales. Acto seguido rodeé la cama y abrí el armario, para después sacar una prendas y vestirme. Decidí vestir un pantalón negro, un jersey gris y negro y unas Converse blancas, junto con el colgante y el anillo que Justin me regaló.
Hice la cama y preparé toda mi mochila. Iba a introducir el celular en el bolsillo de este, pero una mención de Twitter me sobresaltó, gesticulando de modo ninja para poder atrapar el móvil. Miré la mención, ¿sería Justin? En muy poco tiempo me desilusioné, pues no era él, sino una belieber que me felicitaba. Y no era solo esa, ya había miles de beliebers que me mencionaban cantando el cumpleaños feliz, ya sea por escrito, en un vídeo o en una foto. Al verlos sonreí ampliamente .Contesté algunos tweets y tuiteé lo siguiente:
"Gracias #beliebers por felicitarme.Trataré de pasarlo bien en mi día.Decidle a @justinbieber que me haga una visita."
En menos de un segundo recibía respuestas a rebosar, la mayoría protestando porque Justin y yo aún no nos habíamos visto desde hace seis meses. Una carcajada salió de mi.
Al final guardé el móvil en mi mochila y esta me la colgué a los hombros. Salí de mi habitación y me aseé, después ayudé a Alba a preparar sus cosas. Más tarde desayunaríamos. Nos subimos al un bus escolar que paraba en una estación cercana y así ahorraríamos tiempo.
Al llegar al patio, ya que para entrar a clases debes cruzarlo, numerosos chicos chicas me iban felicitando. Unas niñas de primer curso me regalaron un gorro de lana rojo, y en la parte inferior se hallaba bordado "Up". Era la canción que sonaba cuando Justin y yo nos declaramos, ¿lo sabrían ellas o era una coincidencia?
Con una sonrisa me lo probé. Ese mismo día no tenía el pelo tan alborotado y el gorro me quedaba perfecto, así que decidí llevarlo todo el día.
Al entrar a mi primera clase todos me dieron la sorpresa, inclusive mis amigas, quienes por poco me tiran al suelo con tanto abrazo.
La mañana transcurrió tranquila, cada profesor que me felicitaba, un rubor se producía en mis mejillas.
En el almuerzo, tampoco es que pasase nada en especial...a quién quiero engañar, ¡el recreo fue lo mejor del día!
-¿Qué crees que te hemos preparado ?-Saltó Mélanie al sentarnos en nuestra mesa.
-No sé, dame una pista. Sugería antes de ingerir mi ensalada césar.
-Tiene que ver con una corona.-
-Y una canción...-Añadió Rosie.
-Dios, pues ahora no caigo.-Contesté e hice una mueca de desconocer.
Todas mis amigas soltaron unas risitas.
En el momento menos inoportuno, las mismas chicas que me regalaron el gorrito cruzaron el comedor chillando y corriendo hasta mi.
-Emma. —Aún nadie (a excepción del team, mis amigas y Justin) sabía acerca de mi verdadero nombre - ¡DEBES VENIR CON NOSOTRAS!-
-Guárdame la ensalada-Le pedí a Alba. -¿Qué ocurre?-Les pregunté a esas chicas de trece años.
-¡Hay un coche ahí afuera! ¡En la puerta del instituto!-Exclamó la chica que me entregó en mano el gorro de lana.
-¿Y?-Sorbí de mi refresco.
-¡Es morado!-Añadió otra nena, y yo seguía sin comprender tanto chillido...
Así que las niñas se encargaron personalmente de tirar de mi hasta la puerta del instituto. A unos metros se divisaba un coche, a primera vista, bastante caro, de color morado; y a un chico acercándose a la entrada. Tenía una mano en un bolsillo, el pantalón caído, Supras, gafas de sol muy grandes, una camiseta de cuello de "V" y un chaquetón. De su cuello colgaba una cadena dorada, como los niggas. Era Justin, sin lugar a dudas.
Les di las mil gracias a las niñas, y me acerqué adonde Justin estaba. Con una sonrisa, andaba hacia él. Me puse justo detrás de él y le tapé los ojos.
-Muchas gracias, Bieber-Le susurré en el oído-Gracias por haber venido, sabía que no me fallarías.
Justin apartó mis manos de sus soles y se giró sobre sus talones, posó las manos en mi cintura y me cogió en volandas,al mismo tiempo que me besaba dulcemente. Una sesación de felicidad muy necesitada me invadió el cuerpo.
-Siempre cumplo mis promesas, nena-Dijo al ponerme el suelo y juntar mi frente con la suya.
-Te he echado de menos- Me puse de puntillas y le planté un corto beso en los labios. Esos que tanto ansiaba devorar...-¿Cómo has pasado estos seis meses?-
-De todo un poco...-Dijo en un suspiro y forzó una sonrisa.
-No, Justin...-Agaché la cabeza-No te muestres así. Si estás mal, no debes ocultarlo.-Envolví sus grandes manos como puede en las mías —Ahora estás de descanso,no delante de los medios, ¿sí?-
-Creo que se me ha pegado un poco eso de ocultarme...-Bromeó- Pero vamos a lo que nos importa...-
Me agarró una mano e hizo que girase sobre el piso, con la pierna doblada. Como si de una princesa me tratara.
-¿Qué nos importa?-Pregunté retóricamente.
-Tengo entendido que alguien de aquí cumple años...-Me guiñó un ojo, cómplice.
-Ya, venga dime- Fruncí el ceño y me crucé de brazos.
Él se rió, lo que me hizo saltar las lágrimas. Todo lo que había ocurrido desde diciembre no es que fuera para tirar cohetes...
-Feliz cumpleaños, pequeña- Musitó conmigo entre sus brazos besó mi frente.
-Y feliz día de San Valentín, no lo olvides- Añadí mientras señalaba su cabeza.
-¿Cómo sabías que estaba esperándote?-Me soltó y sacudió mi pelo con picardía.
-Nosotras somos muy listas, Justin-Dije refiriéndome a las beliebers.-Tenemos un ojo muy agudo-Opiné y reí.
-Te tengo una sorpresa. Quiero que la veas- Sonrió ampliamente y acarició.
Con ilusión agarró mi mano y abrió la puerta de su auto para que entrase, pero no me dejé.
-Justin, tengo clases-Me mordí el labio- Lo siento mucho, de veras- Hice un esfuerzo en mirarle a los ojos.
Justin de repente se decepcionó.
-Justin... -Gruñí por no poder salir antes de clases- Vale, me saltaré la última clase, ¡pero solo por hoy!-Añadí por la forma mueca que Justin hizo al aceptar.
-Solo por ti-Susurré y posé un corto beso en sus labios.
"Dios, cómo deseo probarlos de nuevo"
Bieber sonrió como un niño pequeño. Yo iba a dar media para echar a correr y no llegar tarde a mi cuarta clase, cuando él me agarró del jersey, me llevó a su pecho, y me elevó dando vueltas al mismo tiempo. Al cabo de unos segundos eternos me poso en el piso y elevó mi barbilla para que le mirase a esos anillos de miel que tiene como ojos. No era capaz, intimidaba demasiado. Una pequeña risa surgió por mi debilidad.
-En dos horas aquí mismo, ¿vale?-Propuse.
Nos estrechamos las manos, tratando de contener nuestras ganas de volver a devorándonos.
Al entrar en el instituto vi que aún la gente corría por los pasillos, dando a entender que quedaba poco, pero suficiente tiempo para entrar en la cuarta clase.
Veía unas chicas en la puerta de mi siguiente clase: Dibujo. Eran Melan y Alba.
-¿Dónde estabas?- Dijo Melan nada más acercarme a ellas.-Toma, tu mochila. Y ya tienes los cuadernos y todo-
-Muchas gracias, os debo una-Respondí y me coloqué la mochila.
-Vale, débela. Dinos adónde has ido-Entramos las tres chicas en la clase.
-Justin estaba fuera. -Respondí con una sonrisa.
-¿El Bieber ya ha dado señales de vida? -Vaciló Alba cogiendo su sitio en la cuarta fila.
-Necesita ese descanso, y el descanso también es referido a mí.-Le defendí.
-¡No digas eso, mujer! Ahora que el descansa tenéis más tiempo para estar juntos. -Saltó Melan al sentarse en la misma fila.
-Cierto.-Sonreí.
-Además, tenéis más tiempo para el tiquitaca. -Insinuó Alba.
-¿Tiquitaca?- Cuestioné confusa. Ellas movieron las cejas cómplices y al fin comprendí- La madre que os trajo. ¡Sois unas pervertidas!-Las golpeé en el hombro.
-Corrección, somos LAS pervertidas-Aclaró Mélanie.
-Sí...-
-Y, ¿qué vais a hacer hoy Justin y tú?-Intervino Alba.
Enarqué una ceja.
-Si ha venido sabiendo que tienes clases será por algo, no para decirte hola y adiós muy buenas...-
-Quiere que pasemos el día juntos. Quería que empezásemos justo allí-Informé sacando mis témperas y el cuaderno de dibujo.
-¿Y?-Volvió a la carga Melan.
-¿Y qué?-
-¿Vas a hacer pellas?-
-A última hora me escapo-
-Justin te vuelve malota-Rió ella
-Yo también te lo diría si estuvieras en mi lugar-
-Si estuviera en tu lugar, él ya podría fardear de que soy suya-
-¿Qué te has creído? Estás más pervertida que nunca.
-Chica, es San Valentín, tu cumpleaños, y no lo vas a pasar con cualquiera-
-Lo sé-Y al decir esto el profesor entró en clase.
Esa hora y la siguiente pasaron amenas, por suerte. Al sonar la campana me apresuré todo lo posible y corrí camuflándome entre la gente. Al llegar a la puerta principal cogí aire miré a todos lados para ver si alguien me miraba, y al comprobar que todo estaba desierto, salí.
Anduve a paso ligero por el patio y, en efecto, el coche de hace dos horas estaba en ese mismo lugar, y el mismo conductor. Al alzar la vista él sonrió y se acercó a mi. Se mordió el labio y escaneó mi cuerpo rápidamente. Me sentía incómoda.
"Además, tendréis más tiempo para el "eso". "
¿Cómo demonios podría hacerlo, si me daban escalofríos de solo pensarlo?
Al tenerle frente a frente agarró mi mano y abrió la puerta del copiloto, ayudó a que subiera y una vez dentro los dos, arrancó el motor.
-¿Adónde quieres ir primero?-Preguntó Justin.
-Primero al piso, quiero cambiarme-
-Estar perfecta como estás, nena-
El corazón comenzó a bombear fuertemente, hasta temía que Biebs se percatase.
-Quiero cambiarme, Justin-¿Tanto me costaba hablar?¿Qué me ocurría?
Bieber me miró extraño, suponía que algo no iba bien, o al menos eso veía en sus ojos.
-Es San Valentín ,quiero regalarte un poco de "placer"-
Amélie,¿qué estás diciendo?No seas así, pareces una perra.
-Como quieras. ¿Dónde está ese piso?-Justin me sacó de mi ensimismamiento.
-En esa calle- Señalé una acera a la izquierda, y mi novio manejó hasta el bloque en el que vivía.
-¿Es aquí?-
-Sí- Le dije y desabroché mi cinturón. Bajé del coche con la mochila a la espalda y las llaves del apartamento en la mano.
-¿Por qué te has bajado?-Dijo Justin detrás mía.
-¿No tengo derecho a ir a mi hogar?- Bromeé y abrí la puerta de cristal.Acto seguido me dirigí al ascensor .
-Yo quería ayudarte a bajar-Rodeó mi cintura y besó mi mejilla. Las mariposas surgieron de mi estómago.
"Dios esto no es normal"
-Bueno, por una vez que no lo hagas no pasará nada, ¿no?-Sin moverme de sus brazos pulsé el botón del ascensor.
-¡UNA CARRERA!-Exclamé y me separé de él para entrar en la pequeña cabina de menos de dos metros cuadrados.-Tú a las escaleras y yo aquí, ¿vale?-
-Prepárate para perder...-Me miró competitivo y puso un pie en la escalera nada más cerrarse las puertas del elevador.
Cinco segundos después las puertas se abrieron y lo primero que vi fue a un Justin nada exhausto.
-Estoy en un tercero, ¿cómo es posible que no te canses?-
-Es acostumbrarse, nena-Contestó. Al cabo de unos segundos estornudó.
-¡Jesús!-Añadí y le di un moquero de mi mochila.
-Gracias-Agradeció y aceptó mi moquero.
-Por nada-Introduje la llave en la cerradura y la puerta del piso se abrió.
-Es acogedor- Opinó Justin.
-Eso mismo dije cuando llegué aquí-Reí.
-¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?-
-Desde julio-
Él abrió los ojos con sorpresa.
-Junto con Alba-
-¿Y qué pasa con los padres de Selena?-
-Desde el día en que me fui no los he vuelto a ver-
Mi novio iba a decir algo,ya que tenía la boca entreabierta ,pero prefirió callárselo. Yo opté por no preguntar qué se le pasaba por la cabeza en aquel instante.
-Quédate aquí, ahora vuelvo-Le agarré por el cuello de la chaqueta y besé lentamente sus labios, después mordí su labio inferior y lo dejé en el salón.
-No mires-Le avisé picante.
Entré a mi recámara y abrí el armario. Esto iba a ser un problema para mí. Me llevé las manos a la cabeza y resoplé.¿Le estaba dando demasiada importancia?
Después de darle varias vueltas a la ropa, al final saqué algo más arreglado: una camisa verde menta, una falsa florar de talle alto, medias negras y botines de tacón negros.
Tomé un pequeño bolso solo con el celular, algo de dinero y unas gafas de sol.
Haciendo mis pasos notar salí de mi habitación, cerrando la puerta. Justin se levantó al momento y se quedó prendado al verme. Tal vez después de todo no tendría que haberme complicado tanto...
-Amélie, estás...-
-Lo hice con intención-Le corté con una sonrisa pícara-¿Vamos?-Guardé las llaves en el bolso pequeño.
-Por supuesto, señorita-Dijo esta última palabra en español. Mordí mi labio por contenerme a gritar.
Tendré aún esa vena de belieber loca...
Me dejó pasar a mi primero. Después cerró la puerta. Bajamos con las manos agarradas las escaleras hasta el auto. Él me abrió la puerta y yo subí. Después de que él lo hiciera besé muy cerca de su boca. Justin me miró y negó con la cabeza.
-¿Adónde vamos?-Pregunté con las manos posadas en las rodillas.
—Decide tú primero.
-He pensado...¿y si vamos a los karts?-
-¿Hay karts aquí?-Preguntó interesado arrancando el coche.
-Claro-Sonreí.
-Pues vamos allá-Y condujo bajo mis indicaciones hacia el circuito de coches.
* * *
-Sigo sin poder creer que te hayas puesto falda si vas a conducir-Opinó Bieber con su brazo derecho rodeando mi cintura, poniendo rumbo a la taquilla para pagar los tickets.
-Había que arriesgarse...-Dejé la frase en el aire.
Anduve hasta la taquilla pero Justin me paró los pies.
-Justin, por una vez quiero ir yo por mi cuenta, luego puedes pagar, si también me lo impides -Vacilé y solté una risa nasal.
-Dos tickets, por favor-Pedí al taquillero.
-Son veinte dólares.
-Aquí tiene. Intervino mi chico con un billete.
-Drew, eres tan predecible.-Usé su segundo nombre para no delatarlo, sabía que quería mantenerse en el anonimato en ese momento.
-Gracias, en los karts tenéis los cascos y una funda para la cabeza. Podréis empezar a conducir cuando las tres luces de allí se pongan en verde. -Informó el taquillero.
Cogidos de la mano caminamos hacia los coches. Nos colocamos el casco uno al otro.
-El pedal izquierdo es el freno, el derecho para darle gas. Si te lo dicen, sé educado y no los cortes-Le dije a Bieber.
-Yo soy educado.-Espetó.
-Y así quiero que seas.-Le guiñé un ojo.
Nos pusimos en nuestros puestos y esperamos a la luz verde.
-¡¿Preparado para perder?!-Bromeé.
-¡Eso te has creído tú!-Añadió mi próximo rival.
Las luces se tornaron a un verde fosforito. Presioné el pedal de gas y un olor a goma quemada y gasolina muy relajante llegó a mis fosas nasales. Acto seguido el viento se coló por mis cabellos al mismo tiempo que el coche corría como el viento.
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Subiré uno más.