||+18|| ▪TURN ME ON ▪...

By Bugginette_7u7

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Defraudado por su madre, Adrien Agreste se convierte en un casanova sin ningún tipo de aprecio hacia las muje... More

ᐃ SINOPSIS ᐃ
▪ PROLOGO ▪
1. UN PAR DE BOBOS
2. BESOS EN EL AIRE
3. CICATRICES
4. CONTRADICCIÓN
5. CONTRATAQUE
6. UNA TREGUA
7. ODIOSA TENTACIÓN
8. EL RASTRO DE UN BESO
9. UN JUEGO PELIGROSO
10. MARCADA
11. UN PASO MÁS
12. LLUVIA DE BESOS
13. ROMPIENDO ILUSIONES
14. PENITENTE AGONÍA
15. PROBLEMÁTICO
16. MI CHICA
17. BUSCANDO LA VERDAD
18. LAS COSAS CLARAS
19. VERGÜENZA
20. UN BESO PARA ROMEO
21. JUEGO DE FUEGO
22. MAR DE PLACER
ANUNCIO NUEVO FIC ADRINETTE
23. CABEZOTA
24. ESCONDIDOS
26. INQUIETUD
27. VESTIGIOS DEL PASADO
28. DESCONFIANZA
29. REGÁLAME ESTA NOCHE
30. GATO AL ACECHO
31. AL DESCUBIERTO
32. DUDOSAS INTENCIONES
33. LA HORA DE LA VERDAD
34. ACLARACIONES
35. ESTAMOS BIEN
36. UNA OPORTUNIDAD
37. TENER FE
38. NUESTRO FUTURO
EPILOGO
NUEVO FIC + NOTICIAS
EXTRA I. [EL CUMPLEAÑOS - 1/2]
EXTRA I. [EL CUMPLEAÑOS 2/2]
EXTRA II. FAMILIA
EXTRA III. EL DÍA MÁS ESPERADO

25. RENCOR

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By Bugginette_7u7

Tan pronto como Adrien llegó al apartamento, entró en el recibidor haciendo el menor ruido posible, encontrándose las luces apagadas y un silencio mortuorio inundando las paredes de su hogar.

Daba la impresión de que su padre aún no había llegado a casa, por lo que él continuó a un paso relajado hacia su habitación hasta que la luz de la sala de estar se encendió de golpe y lo detuvo en seco; ladeándose y divisando el semblante circunspecto de su progenitor, el cual se hallaba sentado en el sofá de la estancia en compañía de su ex-mujer.

- Vaya, y yo que creía que iba a dormir en paz...

- ¿Dónde has estado?- exigió saber el empresario en un tono cortante.

- Tenía una cita.- murmuró encogiéndose de hombros.

- Tenías un compromiso.- corrigió elevando el tono-. Me dijiste que vendrías.

- Sí, bueno...- mencionó con voz indiferente y una risa sarcástica-. ... Supongo que mentí.

Gabriel se incorporó con brusquedad, con los puños apretados y la mandíbula tensa al encarar a su vástago. Destilando contrariedad.

- ¿Te parece gracioso?- espetó al acercarse a él-. Estuvimos esperándote durante más de una hora.

- ¿Lo siento?- se mofó con falso pesar.

El mayor alzó la mano, dispuesto a encestarle una bofetada al insolente de orbes esmeraldas. Sin embargo, no llegó a hacerlo, notando como tiraban de su brazo y lo frenaban en el acto, virando el rostro y afrontando la expresión acongojada de Emilie.

- Déjalo, Gabriel.- imploró la fémina con voz quebradiza.

- Pero...- ella negó, adhiriendo sus verdes a los de su hijo.

El muchacho restó patidifuso, quedándose desprovisto de argumentos al caer en esa mirada benévola que su mentora le regalaba y que más rabia le producía.

- No pienses que vaya a darte las gracias.- masculló impetuoso el pubescente.

Sin ganas de seguir siendo partícipe de ese lastimoso panorama, el chico reanudó su marcha hacia su cuarto, sin dar más de dos zancadas que su progenitor se giró para dirigirse a él en un tono redundante.

- Adrien.- nombró con el pulso menguando, provocando que el susodicho se frenara en medio del corredor-. Como ya sabes, tu madre y yo vamos a volver a casarnos...

- Y como bien sabes, a mí me importa una mierda.- rebatió sin voltearse siquiera.

Ninguno de los presentes intervino en los siguientes segundos, contaminando más el ambiente con esa tensión que se había propagado en la atmósfera.

- Esta boda se va a celebrar, te guste o no.- advirtió el hombre de lentes-. Y si no eres capaz de aceptarlo...

El retintín que usó al referirse a su persona, hizo que el menor se crispara, asomándose por encima de su propio hombro para mirar por el rabillo del ojo al diseñador.

- Y si no lo acepto... ¿Qué?- animó a seguir, girándose con las manos en los bolsillos del pantalón-. ¿Qué harás, padre?

El aludido meditó para sus adentros concienzudamente, frunciendo los labios en una fina línea al afrontar al rebelde de mechones dorados.

- Si no eres capaz de aceptarlo...- se dio un tiempo antes de proseguir, tomando aire en profundidad-. ... Tendrás que irte de casa.

Adrien parpadeó, mostrándose escéptico frente al veredicto de su mentor; con sus facciones decayendo con desagrado al ver como él continuaba en su semblante severo y mismamente dolido.

- No puedo creerlo.- pasó los dedos por sus guedejas, soltando una risotada-. ¿De verdad me estás echando?

Gabriel no contestó, cerniéndose a su propio guion al no temer ejercer la ley por su mano mientras que su futura esposa oprimía unas lágrimas y el jovenzuelo adoptaba una postura más dispersa, pero igual de susceptible.

- Muy bien, pues tú lo has querido.

El rubio fue directo hasta su habitación, dándoles la espalda a ambos adultos para posteriormente sacar de su armario una bolsa que comenzó a llenar con varias de sus pertenencias.

- ¿Enserio prefieres irte a intentar arreglar las cosas?- cuestionó el mayor desde el marco de la puerta-. Si ni siquiera tienes adonde ir...

- Estoy seguro de que Nino estará encantado de recibirme.- aseguró con una sonrisa cínica-. Y sino... Ya me las apañaré.

El mayor de los Agreste hizo un ademán de acercarse, aún y así, Emilie le tomó la iniciativa, haciendo que éste se retirara y así ella quedara a solas con su descendiente.

- Hijo...

- No soy tu hijo.- refutó con terquedad el varón, guardando prendas varias que discernía del armario.

- Adrien, por favor...- imploró ella en forma de ruego, avanzando hacia el chico con las manos extendidas.

- Ni se te ocurra acercarte más.- amenazó sin mirarla.

La fémina se abrazó en busca de consuelo, acomodando un mechón detrás de su oreja.

- Entiendo que estés molesto, pero... Adrien...- soltó un largo suspiro, mirándolo mientras armaba el equipaje-. ... Yo quiero a tu padre.

- Ya, claro... Por eso te fuiste con el tipejo ése.- apuntó con una risa sardónica-. Por no mencionar, lo de cuando le robabas a escondidas para pagar a tu camello.

Los ojos de la mujer se abrieron de sobremanera, lo mismo que sus labios.

- ¿Qué pensabas?¿Que no estaba al corriente?- ella negó irresoluta, estremeciéndose-. Pues siento darte la mala noticia de que no es así.

Adrien cargó la bolsa sobre su hombro, pasando por el lado de su mentora como si fuera invisible; ignorando el estado deplorable en el que lucía.

- Tu padre...- murmuró ella en voz baja-. ... Él... ¿Lo sabe?

- ¿El qué?- instó en un tono inquisitivo-. ¿Que su ex-mujer, aparte de serle infiel, era una cleptómana adicta a las drogas?- ella asintió avergonzada-. Suficientemente destrozado lo dejaste, como para encima fastidiarlo más.

Él no aguantaba seguir manteniendo esa burda conversación, saliendo de la estancia sin pronunciarse de nuevo. Dejando a esa alma en pena autocompadeciéndose a sus espaldas.

▪▪▪▪▪

A la mañana siguiente, Marinette despertó perezosa, removiéndose en el colchón al no desear interrumpir el sueño en el que había caído sumida. Desafortunadamente, los rayos del sol se negaban a respetar su descanso, por lo que la muchacha terminó incorporándose con una expresión de tedio en su rostro.

Nada más abrir los ojos, localizó su móvil en la mesita de noche, desbloqueando la pantalla y revisando entre las diferentes notificaciones si había alguna del rubio; sin embargo, no hubo suerte.

- ¡Marinette, baja a desayunar!- exclamó la voz de su padre desde el piso de abajo.

- ¡Voy!- vociferó haciendo un bostezo, luego abriendo los ojos de par en par y palideciendo al identificar el envoltorio que había sobre el lecho-. Oh, por dios...

La fémina tomó el plástico entre sus manos, maldiciéndose a sí misma por no haber caído en la cuenta de deshacerse de lo que era la prueba de su delito.

- Buenos días, cielo.- saludó su madre desde el pasillo, por lo que la menor se exaltó y ocultó el preservativo detrás suyo al afrontar a su mentora.

- Bu-buenos días, mamá.- tartamudeó con un deje de nerviosismo.

- ¿Va todo bien? Te noto un poco alterada.- indicó acercándose a ella.

- ¿Al-alterada? No, que va.- negó cerrando en su puño el plástico-. So-solo que... Me asustaste al aparecer así... Tan de repente...

- Oh, perdona.- se detuvo frente a ella, examinándola con incertidumbre-. ¿Qué es lo que andas escondiendo, jovencita?- se interesó la mujer con una sonrisa torcida.

- ¿Có-cómo?

- En las manos.- se cruzó de brazos, arqueando una ceja-. ¿Qué traes?

- ¿Qu-qué? N-nada, mamá.

- Cariño...- extendió una mano hacia adelante a modo de exigencia.

« No me fastidies, esto no se puede poner ya peor. »

- ¿Qué hacéis aquí?- inquirió Tom al aparecer por el marco de la puerta-. ¿No bajáis a desayunar?

- Oh, Tom.- añadió su esposa al voltearse y ver a su marido-. Estaba hablando con Marinette.

- ¿Sobre qué?- quiso saber al posicionarse al lado de su pareja, fijándose en la menor con el ceño fruncido-. ¿Qué escondes, pequeña?

« Mierda, sí que se puede poner peor... »

- Eso mismo estaba intentando averiguar.- mencionó la Cheng mayor.

- ¿Marinette?- insistió su progenitor en un tono severo-. Enséñanos qué es lo que escondes.

- N-no es nada, es una chorrada...

- Entonces no tendrás problema en enseñárnoslo, ¿cierto?

- Y-yo...- las palabras murieron en su boca al divisar las facciones del panadero, soltando una bocanada de aire-. ... N-no, claro...

« Genial, al menos puedo dar gracias que no moriré siendo virgen. »

La muchacha fue suavizando poco a poco el agarre, bajando la cabeza con una mueca de pesadumbre al llevar sus manos aún cerradas hacia adelante, mordiéndose el labio inferior y cerrando los ojos.

Cuando estaba a punto de descubrir lo que portaba, el sonido del timbre interrumpió ese momento de revelaciones. El matrimonio de panaderos no reaccionó en primera instancia, aún y así, tras la insistencia en llamar de forma reiterada en el portal, ambos se encaminaron a la planta de abajo.

La adolescente aprovechó la oportunidad para vestirse con unos tejanos y una blusa holgada, escondiendo el envoltorio con el condón en uno de los bolsillos delanteros del pantalón.

Una vez hubo terminado de arreglar mínimamente su apariencia, se apresuró en bajar las escaleras al oír a su padre despotricando, quedándose helada al identificar a su compañero de mechones dorados en la entrada.

- ¿A-adrien?- exclamó ella con sorpresa.

- Hola, bichito.- saludó el rubio al ver a la azabache tras su progenitor.

- ¿A quién llamas bichito, joven?- espetó el hombre con apatía.

- Papá...- interfirió la ojizarca, colocando una mano sobre su hombro.

- Ve a la cocina con tu madre, cielo.

- Con respeto, señor.- interrumpió el intruso-. Pero me gustaría hablar con su hija.

- Marinette está castigada.- advirtió con tenacidad su contrario.

- Solo será un segundo, ¿qué le cuesta?

Las facciones del varón Dupain se endurecieron, haciendo que Adrien tragara grueso.

« Bien, sigue así y de ésta no sales con vida. »

- Papá, por favor.- suplicó la chica con impotencia.

- ¿Qué ocurre aquí?- preguntó Sabine, acercándose al escuchar la discusión para luego encarar al pubescente con una sonrisa amable-. Hola, Adrien.

- Señora Cheng.- saludó con un ligero asentimiento.

- ¿Vienes a ver a Marinette o...?

- El muchacho ya se iba...- acalló el cabeza de familia.

« Me está empezando a hinchar las pelotas... »

- ¡No!- negó la euroasiática, ganándose la furibunda mirada de su progenitor-. Si Adrien ha venido a verme... Estoy en mi derecho de hablar con él.

- Jovencita, te estás ganando otro castigo.- murmuró Tom con voz áspera.

- ¡Adelante!- instó ella con los nervios a flor de piel y el pulso acelerado, inmiscuyéndose hasta conseguir quedar al lado de su compañero-. ¡Castígame todo lo que quieras, pero no puedes tenerme retenida toda la vida!

Sentía como le faltaba el aire al atisbar el iracundo mirar de su padre, tragando saliva mientras los latidos de su corazón se intensificaban y sus piernas flaqueaban. Se estaba jugando todo a una sola carta, sintiéndose ansiosa y desvalida, al borde del abismo ante aquel enfrentamiento.

El Agreste ojeó a la jovenzuela, con disimulo acercando su mano a la de ella, entrelazando sus dedos por tal de transmitirle su apoyo pese al semblante contrariado del hombre.

Ese gesto no pasó desapercibido por Sabine, quien oprimió una sonrisa al observar a la joven pareja.

- Tal vez, pero mientras vivas bajo mi mismo techo tendrás que respetar lo que se te diga y...- notó la mano de su esposa en el hombro, enmudeciendo al virar el rostro en su dirección.

- Deja que hablen.- disuadió la fémina de rasgos asiáticos.

- Pero Sabine...- la susodicha lo animó con una expresión afectuosa, haciendo que su cónyuge resoplara al fijarse en los menores-. ... Que sea rápido; aún tenemos que desayunar.

Tom inició su marcha hacia la cocina, seguido por su mujer, quien antes de emprender su camino echó un rápido vistazo a su descendiente y su compañero. Cuando ambos adultos desaparecieron del recibidor, Adrien no tardó en tirar de la mano de la azabache, afrontándola para besarla con desesperación y anhelo.

Pese a no haber transcurrido apenas un día desde su último encuentro, no podía evitar extrañar sus besos, profundizando osadamente en su cavidad bucal mientras ella ofrecía una ligera resistencia.

- A-adrien, mis padres...- musitó sobre sus labios, notando como las manos del rubio se cernían en su cintura y la atraían a su propio cuerpo.

- Perdona...- susurró con una sonrisa ladina, colocando una mano en una de sus mejillas y uniendo sus frentes-. ... Pero necesitaba besarte.

- Gato bobo.- murmuró con una corta risita, cerciorándose de que estaban ocultos a los ojos de sus mayores al volver a besar al muchacho y encararlo con una tenue sonrisa-. ¿Qué haces aquí?

- Digamos que en plena luz del día no es tan fácil trepar por tu balcón sin que nadie me descubra.- se excusó con pesar, luego metiendo una mano en el bolsillo trasero de su pantalón para sacar una cajita-. Y... Tenía que traerte la pastilla, así que...

La franco-china se apresuró en quitarle el fármaco, escondiéndolo en sus manos con un ligero rubor tiñendo sus pómulos.

- ¿De nada?- dedujo él con jocosidad.

- L-lo siento, y... Gracias.- mencionó en un tono suave, relamiéndose-. Es que he empezado algo mal el día y... Solo falta que mis padres vean esto.

- ¿Empezaste mal el día?- se extrañó con las cejas enarcadas.

Marinette asintió recelosa, vigilando al sacar de su pantalón el plástico que guardaba a la vez que guardaba la píldora que él le había entregado. El zagal pestañeó fuera de sí, luego tomando el envoltorio para introducirlo en su propio bolsillo.

- Casi me pillan.- admitió con un puchero-. Si no llegas a llamar, ahora mismo estaría más que muerta.

- Y yo castrado de por vida.- se mofó con ironía.

La pubescente sonrió levemente, abrazándose al cuello de su pareja para rozar su nariz con la de ella.

- Aunque estuvieras castrado, seguirías siendo mi dulce gatito...

- Un gatito dulce... Pero impotente.- lamentó perdiéndose en ese par de zafiros-. Prométeme que si eso ocurre me pegarás un tiro.

- Ni hablar.- besó fugazmente sus labios, estrechándolo contra su anatomía.

Esa cercanía estaba haciendo que él comenzara a caer en esa trampa letal de pasión y deseo, notando como su entrepierna reaccionaba y su respiración se tornaba más densa.

- ¿Sabes una cosa?- ella negó en silencio, notando como él deslizaba las manos hasta sus glúteos para apegarla a la pelvis-. De repente... Tengo mucha... Hambre.

Un hormigueo recorrió el estómago de la menor, inspirando profundo a la vez que intentaba oponerse a ese acercamiento.

- ¿No has... Desayunado?- seseó a un suspiro de unir sus bocas.

- Sí, pero...- condujo una mano a su bragadura, ejerciendo un ápice de presión en la zona-. ... Me quedé con ganas de algo más... Suculento.

Sus esmeraldas centelleaban por la lujuria, provocando que un insonoro jadeo se escapara de los labios de la muchacha al notar como él rozaba con los dedos su sexo.

- Adrien...

Los pasos provenientes del pasillo hicieron que los dos se distanciaran, mirándose aún con las emociones desbordadas y el calor inundándolos. Cuando Tom se plantó ante ellos, el semblante de los jóvenes cambió a uno de desasosiego, manteniéndose quedos en sus posiciones.

- ¿Habéis terminado?- masculló el mayor, barriendo con la mirada al intruso.

- Sí, señor.- contestó el de gemas verduzcas, echando un rápido vistazo a su compañera.

- Bien.- sentenció el varón Dupain, posando sus luceros en su descendiente-. Marinette, despídete de tu amigo y ven a desayunar.

« A alguien no le dan mambo por las noches... »

La azabache confirmó en silencio, ojeando como su progenitor regresaba al comedor con andares firmes.

Por otro lado, Adrien volvió a aproximarse a la euroasiática, siendo acompañado por ésta hasta el umbral, donde antes de abrir la puerta, él aprovechó en tomarla del rostro y secuestrar un cándido beso de sus carmesíes.

Tardaron unos segundos en separarse, degustando ese exquisito sabor de su saliva, permitiendo que sus lenguas se acariciaran al desenvolverse con soltura en la cavidad bucal ajena para finalmente disolver ese contacto y reflejarse en los iris del opuesto.

- Recuerda tomarte la pastilla.- susurró él a una corta distancia.

- Lo haré.- admitió en un tenue bisbiseo, tomando sus manos e impidiendo que las apartara de sus mejillas para impregnarse de su calidez.

Permanecieron sin moverse durante unos instantes, luego iniciando ese no deseado distanciamiento al despedirse. Ya cuando él iba a salir a la calle, la duda atrapó a la menor, dando un paso hacia adelante con la intención de detener la partida del zagal al jalar de su brazo.

El muchacho se frenó de forma súbita, girándose con una expresión de desconcierto predominando en su rostro.

- ¿Ocurre algo, Bugaboo?- preguntó en un tono extrañado.

- N-no, bueno...- hizo una pausa, humedeciéndose los labios como a fruto de la ansiedad-. ... No me dijiste qué pasó anoche... Con lo de tus padres.

Aquello no le causó demasiado agrado al blondo, quien ante el tema planteado no pudo más que forzarse a simular una sonrisa por tal de no preocupar a su pareja.

- Todo está bien.- aseguró apesadumbrado, luego deslizando una caricia por su faz.

- ¿Seguro?- persistió con el corazón sobrecogido, arrugando el entrecejo-. Sabes que, pase lo que pase, puedes contar conmigo... ¿Verdad?

Esas palabras causaban tanto calma como angustia en el joven, luchando por no venirse abajo al dejarse atrapar por la bondad y compasión demostradas por su contraria. Deseaba desahogarse, hablar de todo aquello que se amontonaba en su mente y que hacía de su vida un sinvivir; sin embargo, entonces carecía de tiempo, no queriendo molestarla con sus preocupaciones al saber que debía marchar y que lo único que conseguiría hablando sería sembrar más incógnitas en su cabeza.

Con la entereza que le fue posible reunir, la envolvió en un tierno y férreo abrazo, empapándose de su aroma para así alivianar esa inquietud que lo abrumaba.

- Gracias, Marinette.- susurró sobre su oído, luego afrontándola para sonreírle con franqueza y depositar un último beso en sus labios.

Al separarse, sus miradas se cruzaron vacilantes. Ella tuvo el impulso de preguntarle el porqué de ese comportamiento enrarecido, pero no pudo hablar que él colocó un dedo sobre sus carmesíes.

Sin poder rebelarse, el varón retrocedió a un ritmo pausado, tomando su propio camino al marchar del hogar de la fémina mientras ella lo contemplaba intranquila.

- ¿Marinette?- clamó la voz de su padre desde el comedor.

La mencionada no respondió, cerrando la puerta que daba hacia el exterior para luego adentrarse alicaída en su morada.

▪▪▪▪▪▪▪

Hasta aquí la historia... no mentira :v

Digamos que las cosas no pintan bien para Adrien 🤔 ya hemos descubierto un poco más acerca de la madre de Adrien y motivo del rencor de él hacia ella... pero bueno, más se desvelará!

Por el momento, ¿de verdad habrá marchado de casa nuestro rubiales? Y de ser así... ¿Habrá logrado asilo en casa de Nino?¿O vive bajo puente?👀

Además, hemos visto que a Marinette casi la pillan con el preservativo en las manos... por los pelos(?) ; a eso también cabe decir que ella se rebeló frente a su padre respecto a Adrien, pero... No da la impresión que Tom le tenga mucha estima a su yerno, ¿cambiará la situación?

A todo esto, solo queda ver que ocurre y... Esperemos tormenta(?)🤔

Por otro lado, quiero recomendar una historia que la verdad me ha enganchado, para amantes del lemon no puede faltar *_* se llama FANTASIAS QUE SE HACEN REALIDAD de Moni_armonica! ahí dejo el link para que le echen un vistazo, personalmente ando leyéndola y hasta ahora enganchada dhjjdjkh

https://my.w.tt/Tb9bmMhlWP

Espero que os haya gustado el capitulo y aguardo por vuestros comentarios!

Un besooo😘

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