Soy adicta al sexo Wattys 2014

By EstherLpezFernndez

1.5M 50.3K 4.8K

GANADORA de los Premios Watty 2014, categoría Erotismo - Homoerótico. Eri es una chica decidida y con caract... More

Prólogo.
Capítulo 1. Una noche... diferente.
Capítulo 2. "La Prima Vera".
Capítulo 3. A casa.
Capítulo 4. Una visita... esperada.
Capítulo 5. Tarde de chicas.
Capítulo 6. Noche de acción.
Capítulo 7. El descanso.
Capítulo 8. #Di-amante en bruto...
Capítulo 9. Café con las chicas.
Capítulo 10. Un imprevisto...
Capítulo 11. Sinceridad, comida y un tío muy guapo.
Capítulo 12. El Sol y el Ave Fénix.
Capítulo 13. La maleta.
Capítulo 14. Barajas.
Capítulo 15. Nueva York.
Capítulo 16. De paseo.
Capítulo 17. Cena de negocios.
Capítulo 18. Las vasijas.
Capítulo 19. La penúltima.
Capítulo 20. Buenas tardes...
Capítulo 21. D y E.
Capítulo 22. "Mi dulce Eri..."
Capítulo 23. No quiero llorar...
Capítulo 24. Solo quiero llorar...
Capítulo 25. Rosas blancas.
Capítulo 26. See you later?
Capítulo 27. La "barbacoa" del sábado.
Capítulo 28. La inauguración (1ª parte).
Capítulo 29. La inauguración (2ª parte).
Capítulo 30. Ya habrá tiempo...
Nota:
Capítulo 32. ¿Estaré muerta?
Capítulo 33. Aclaraciones...
Capítulo 34. Water night (1ª parte). Adicta a ti.
Capítulo 35. Water night (2ª parte). Más adicta de lo normal.
Capítulo 36. Desde siempre.
Nota:
Capítulo 37. Final (1ª parte).
Capítulo 38. Final (2ª parte).
Epílogo.
Notas de la autora.
Nota de la autora.

Capítulo 31. La inauguración (3ª parte).

19.6K 966 119
By EstherLpezFernndez

Capítulo 31. La inauguración (3ª parte).

Las últimas notas de All of me tocaban a su fin en la genial versión de la improvisada banda que se estaba coronando de gloria entre los presentes. Los acordes atravesaban el aire despertando sentimientos dormidos, aunque creo que de eso también era culpable el Aurora Jungle Juice.  Por muy místico y vistoso que resulte, no es más que vodka, agua tónica, limonada rosa en polvo y hielo. Incluso a mí misma me está empezando a afectar, aunque no me extraña. Demasiado he aguantado, teniendo en cuenta que empecé a beber a mediodía en casa de Esteban y Vera…

El eventual estado de calidez y embriaguez me acuna y me envuelve. Siento como si una nube me elevara. Estoy bailando con un sueño, con una imagen de mi mente, con el espejismo de una ilusión. Imagino las manos de Oscar asidas a mi cadera, su profunda e insondable respiración en mi nuca, su cuerpo dispuesto y sensual detrás del mío, cubriéndome como una manta. Abrigándome y cediéndome todo su calor, su olor…

¿Su olor? No huele como Oscar. Y, ahora que lo pienso, estas manos que me agarran son, sin duda, demasiado rudas y toscas… La imagen de la perfección se rompe en mil pedazos como cuando un proyectil alcanza un espejo, y las esquirlas de Oscar se clavan en mi pecho produciéndome un paro cardiaco en toda regla. Recuerdo la lejanía que me separa de su recuerdo, el dolor que sentí cuando huí, la desesperación y el vacío que me produce la distancia, haciendo que unas ganas incontrolables de vomitar suban, formando una bola, hacía mi garganta.

Los últimos acordes de la canción me sacan del estado de trance en el que me he permitido estar estos últimos minutos y una pregunta se formula, como por arte de magia, en mi mente: “Si este chico no huele como Oscar y no toca como Oscar y por descarte, y muy a mi pesar, no es Oscar  ¿¡a quién cojones le he permitido restregarse conmigo!?”

Me giro muy despacio y una cara desconocida aunque familiar me sonríe triunfal, no recuerdo haberlo incluido en la lista de invitados, aunque será el acompañante de otro alguien que sí será conocido por alguno de nosotros. El chaval me mira con una ensayada pose de presunción y autosuficiencia e inicia una arriesgada maniobra de aproximación, buscando mi boca.  El pobrecito lo mismo se cree que ha triunfado “Pues no estás tú equivocado conmigo, so gilipollas!”

Me agarro a sus hombros de forma seductora, tendiendo una dolorosa trampa, haciéndole creer que va a llegar la meta. El que una sea adicta al sexo ayuda bastante en este tipo de situaciones. Sé perfectamente de que va esta historia: chico guapo y bien parecido fija objetivo en la pista, chico guapo y bien parecido confía a ciegas en sus encantos, chica embriaga por algún tipo de emoción y/o bebida alcohólica se deja llevar y chico guapo y bien parecido cree que ha conquistado el Everest por su bonita cara… “JA!” Me río interiormente, pudiendo llegar a imaginar un brillo maligno destellando en mis pupilas.

Sus labios están a escasos milímetros de mi boca cuando en un acto premeditado, echo mi pierna derecha hacia atrás para coger impulso y le asesto un rodillazo en plenas partes nobles que hace que se doble por la mitad y casi caiga de rodillas al suelo; aunque aguanta el tipo como puede. No puedo evitar reírme al ver como dos lágrimas gordas como puños le inundan los ojos. No puede pronunciar palabra, el silencio junto con el gesto compungido de su semblante, me dan pie a acercarme a su oído y advertirle en un travieso susurro:

-          Eso para que aprendas a pedirle el baile a una señorita y no te tomes la confianza por tu mano… - dejo las palabras en el aire, saboreando mi victoria y me giro para dirigirme triunfal a la mesa donde Vera y Esteban observan la escena, extrañados. - ¿Qué os pasa? ¡Parece que hubierais visto un fantasma! Tampoco ha sido para tanto – Me carcajeo sonoramente pero sus caras siguen serias, inexpresivas. El chaval me sigue hasta la mesa “ufff! Que pesado!!!” Empiezo a coger aire para soltar otro corte al muchacho que parece que no ceja en su intento, cuando veo que Vera da un codazo a Esteban que se levanta como un resorte y poniéndose en pie me interrumpe sujetándome por el hombro.

-          ¡Querida Eri! – anuncia Esteban mirando al chaval que se yergue ante mí aguantando el tipo como puede. Miro extrañada a ambos, no me explico lo que está pasando. Esteban aprovecha mi desconcierto para proseguir – veo que ya has conocido a Víctor, mi hijo, aunque nadie ha hecho aún la presentación oficial… - En este momento me quiero morir. “¿Por qué la tierra no se abre y se la traga a una cuando es necesario?” – Víctor esta es Éride, la mejor amiga de Vera, socia y encargada del pub. – “Claro, por eso su cara me resultaba familiar, seré bruta…” El chaval ya más repuesto de nuestro encuentro me tiende una mano un tanto temblorosa aún con la frente perlada de sudor.

-          Encantada… - me atrevo a musitar estrechándole la mano. Mis ojos son una copia exacta de los del gato de Shrek… – Y lo siento mucho, es que últimamente he estado sometida a mucho estrés. – Me muerdo el labio inferior a la vez que elevo los hombros, en un gesto de total arrepentimiento.

-          No te preocupes, soy médico y puedo diagnosticar que no hay nada roto… - afirma dubitativo levantando una ceja hacia su padre a la espera de contrastar el diagnóstico, lo que hace que se me escape una carcajada nerviosa. Libero mi mano de la suya que parece que se han acomodado a estar ahí en medio de nosotros suspendidas. Pero al contacto, me atrapa en su eléctrica mirada llegando a intimidarme en cierta forma.

-          De verdad que lo siento, dime cómo puedo compensarte, por favor. – Reacciono suplicante entre tímida y arrepentida. Esteban vuelve a su asiento cuchicheando por lo bajini con Vera que sonríe exageradamente... – Pero en mi defensa he de decir que no eras la persona que esperaba y cuando me he dado la vuelta, pues yo no he…

-          Bueno ¿para qué repetir lo evidente? – corta en seco mis balbuceos de nuevo con ese aire de superioridad.

Por mi parte, estoy desolada, primero mi interés por el género masculino se ha terminado y después, pierdo el radar de machitos. Esta situación me está afectando más de lo que pensaba…

-          Ahhhh! Por cierto, Eri… - Vera interrumpe mis devaneos mentales, gracias a los dioses. Víctor tan educado y atento como su padre, se dirige hacia ella y la saluda con un fraternal abrazo y un beso. Sus movimientos son elegantes, rítmicos y pausados. Sin duda es todo un gentleman (caballero).

-          Sí, dime Vera, ¿sucede algo? – la mirada de Vera que está pletórica entre el hombre de su vida y su flamante nuevo hijo, se ensombrece un poco ante mi reacción. De nuevo no sé lo que está pasando.

-          ¿No has visto a nadie en el local que no estuviera en la lista de invitados…? – deja la pregunta abierta esperando algo de mí que no logro adivinar. Sin duda está guardando algún tipo de información pero no logro saber el qué.

-          ¿Además de Víctor? – miro al muchacho, aun compungida, que niega con la cabeza, quitando hierro al asunto… - No ¿Por? ¿Algún problema en la puerta? – empiezo a ponerme un poco nerviosa, las pulsaciones se me disparan no quisiera que nada saliera mal en mi primera noche como debutante.

-          Tranquila cariño, no hay ningún problema. – Vera sonríe pero noto que es una sonrisa nerviosa.

Se excusa diciendo que va al tocador y cuando me ofrezco a acompañarla me invita a charlar un rato más con Víctor alegando que he sido “un poco” descortés con él. Me aconseja que lo invite a algo de manera un poco más personal y asiento, sin duda, lleva toda la razón, aunque hay algo que no me cuadra del todo.

-          Bueno, Víctor, ¿me permites que te invite a algo en la barra central? – le pregunto con toda la amabilidad de la que puedo hacer gala.

Se incorpora del taburete y me coge por la cintura a la vez que me susurra al oído.

-          Va a tener que hacer usted algo más que invitarme a una bebida que ya está pagada para que la perdone… no obstante me ha dicho que le dijera la forma de cómo compensarme… - Una sonrisa maliciosa ilumina sus ojos azules, que cuanto más nos acercamos a la pequeña barra recién instalada en el centro de la pista de baile, intensamente iluminada por los cócteles, parecen cobrar vida propia. Puedo apreciar una chispa de electricidad recorrerlos pero mi corazón no late en mi pecho, no hay pulso, ni respuesta. Oscar se lo quedó y a cambio solo siento un gran vacío que se va convirtiendo, a medida que pasa el tiempo, en un gran peso…

Vera sale de la pista de baile, la cual tiene que atravesar, casi por completo y hace como que va al baño y justo cuando tiene que doblar a la izquierda, echa una rápida ojeada y cuando se cerciora de que Eri estará un buen rato entretenida con Víctor, al cual no le faltan actitudes, aunque tal vez algo de experiencia, sale a correr como una loca hacia la puerta de entrada.

-          ¡Pepe!, ¡Pepe! – apremia al guarda jurado que en este instante bromea con sus hijos.

-          Dígame Señora Cruz – responde atento.

-          Pepe, vamos a entendernos, si quieres seguir trabajando aquí ya me puedes estar llamando Vera. – Pepe se dispone justo a contestar cuando Vera le tapa la boca con la mano, apoyándola en el prominente bigote canoso. – Necesito que me confirméis si el Señor Oscar García. El que les dije que vendría un poco más tarde ha salido.

-          Sí señora, perdón Vera, ha salido hará unos cinco minutos. – Jose Jr. sonríe y no entiende muy bien el estado de estrés de Vera, de modo que se mantiene a la espera, al igual que el resto.

-          ¡Mierda! – espeta enfadada. Pepe y sus hijos se quedan ojipláticos ante la reacción de Vera. 

-          ¿La podemos ayudar de alguna manera? – Pregunta Jose Jr. de manera formal, manteniéndose a la espera de la respuesta de Vera que parece hablar consigo misma.

-          Sí, Jose – Levanta la cabeza mirando a Pepe – Pepe, ¿crees que os podréis apañar un ratito sin él? – señala a Jose con el dedo. Éste asiente con los labios apretados y la mirada firme, dando muestra de total confianza. Vera siente alivio en parte pero ahora viene la parte difícil. – Jose, toma mi móvil, busca el contacto Oscar García. Sal por esas puertas y encuéntralo aunque tengas que bajar a los infiernos. No debe andar lejos. Y tráelo aunque sea a rastras. – Jose palidece ante el comentario. Vera parece haberse convertido en la mayor mafiosa de todo Madrid. Ante el semblante del chico, rectifica – inventa alguna excusa, pero ni palabra de Eri, solo que lo necesito por algo. Corre no pierdas ni un segundo, puede que se hospede en el hotel donde ha trabajado Eri hasta ayer. ¡Corre!

Jose se da la vuelta inmediatamente y sin mediar ni una sola palabra más desaparece de la vista de Vera que cruza los dedos en un último intento de poner la suerte de su lado… Aunque más que suerte necesitaría unos cuantos palets de confianza y autoestima, no para ella, si no para repartirla entre Eri y Oscar. Ya que lo más seguro es que Oscar haya visto el espectáculo que estaban dando Eri y Victor y se ha supuesto lo peor… “Pero será zoquete, ¿cómo ha podido creer que lo invitaría a una fiesta si supiera que Eri está con otro chico?” Y ha salido por patas a la francesa, de la misma forma que hizo Eri en el museo… Mira, ya están empates, uno a uno. En el fondo son tal para cual, dos conejillos de indias asustados en manos del mayor jefe de laboratorio de la vida, el Amor.

Vera se encamina hacia la pista recomponiéndose la falda y ahuecándose el pelo. Necesita hacer una última inspiración antes de sacar su mejor sonrisa para fingir que no ha pasado nada fuera de lo común, aunque si fuera creyente de alguna deidad conocida o no conocida, estaría rezando en este preciso instante.

Esteban la recibe con su mejor sonrisa de actor británico y hace gala de su caballerosidad poniéndose en pie y tendiéndole la mano a su amada. Vera encuentra el refugio en su pecho y ahoga un profundo, y necesario, suspiro en hueco de su cuello. Esteban la estrecha entre sus brazos como si fuera el centro de su mundo y ella le corresponde agarrándose fuerte a su cintura. Si por ella fuera, cogerían ahora mismo la limusina y se irían a casa, la inauguración ha sido un éxito, todo el mundo se divierte, los que han venido por la novedad y por cumplir ya se han ido, y los amigos de verdad se divierten bailando, hablando, riendo y bebiendo, de modo que muy a su pesar, aún queda mucha noche por delante…

Mientras tanto Eri, seguía de cháchara  con Víctor, apoyados en la pequeña barra central de la pista de baile. La música envolvía a todos los invitados que bailaban a son de unos acordes muy pegadizos, aunque la versión y la genial intro que estaba ofreciendo la banda, tenía a la gente en ascuas preguntándose, que canción era…

-          Pues va a resultar que no eres tan gilipollas como había pensado… - Eri con su inocente sonrisa y su personal sinceridad, estaba dejando más que flipado a Víctor. Eri estaba intentado sacarlo de sus casillas por todos los medios a ver si se aburría y pasaba de ella, pero estaba empezando a creer que ese tío era masoquista, cuanto más caña le daba más parecía disfrutar…

-          Pero bueno, niñata, ¿tú de qué correccional te has escapado? – Víctor no podía evitar reírse ante la diosa de la naturalidad en persona. Dio un golpe en el hombro a Eri - ¡Haga el favor de moderar su lenguaje, señorita! – le espetó en plan de coña, a lo que Eri respondió sacándole la lengua haciendo burla como una niña pequeña y las carcajadas de Víctor se intensificaron. Eri también rompió a reír, realmente perpleja de la personalidad de Víctor. Respiró tomando impulso para la siguiente embestida que le pasó por la mente…

-          Bueno, además de ser un Pepito piscinas de las pistas de baile y un empollón que ha renunciado a la vida por estudiar medicina, te dedicarás a algo más, digo yo. – Víctor no salía de su asombro, era la primera vez en su vida que se sentía fuertemente atraído por una mujer que en vez de regalarle los oídos y entregarse amablemente a sus encantos, le insultaba constantemente y sacaba a relucir cada pequeño defecto, por no hablar del rodillazo en ciertas partes…

-          ¿Es que nunca piensas las cosas antes de hacerlas o decirlas, pequeña descarada? – Víctor intentó cogerle la nariz con su índice y su corazón, en plan de broma. Pero no llegó ni a rozarla porque Eri le agarro de la muñeca en un gesto más propio de un ninja que de una señorita…

-          Yo solo pienso en cosas importantes y tú, precisamente, no eres una de ellas – De nuevo knock out (fuera de combate).

Víctor no podía dejar de alucinar ante las salidas de Eri, pero se armó de valor e inflando su pecho, agarró las dos manos de Eri con la que le quedaba libre, enlazando la recién liberada, en la nuca de Eri. La atrajo poderosamente hacia sí mismo dejando su boca a la altura del oído de Eri, que pareció empequeñecer ante el agarre de Víctor, más parecido a un águila imperial que al apocado estudiante de medicina, de hacía unos instantes. La seguridad en sí mismo era la misma, pero sus movimientos firmes y enérgicos habían aumentado el efecto de seguridad al cien por cien.

-          Señorita Eri, no se confíe demasiado, no es la primera que empieza riendo y termina jadeando subida a mi cintura… - Besó su mejilla y en el mismo gesto la soltó y se perdió entre el gentío.

“¡Joder con el niñato!, va a ser que tiene todo un depredador por ahí escondido en alguna parte…”

Me acabo de quedar bloqueada, en plan estatua, no soy capaz de procesar lo que acaba de ocurrir. Aunque el fondo lo sé muy bien. Si yo fuera la de hace unas semanas, ese proyecti de semental no se escapaba vivo de aquí, pero como desde que volví de Nueva York, tengo en el lugar del corazón una patata, pues nada aquí estoy intentando robarle el protagonismo a los hombres estatua... "Solo me falta que me pongan una bandeja de canapés en cada mano". No puedo evitar sonreír al pensar en ello.

Los chicos de la banda acaban de terminar una versión maravillosa de Demons, la canción del grupo Imagine Dragons, y ha sido tan espectacular que todos los asistentes estallan en aplausos, ofreciendo la mayor ovación de la noche, de manera que los chicos, detienen sus instrumentos y también aplauden y agradecen de viva voz todas las muestras de cariño que están recibiendo. Jhonny, el guitarra y vocalista de la banda pronuncia unas palabras:

-          ¡Buenas Noches! – el público se deshace en vítores y silbidos. – Estamos encantados de poder estar aquí esta noche con todos ustedes, pero estoy no hubiera sido posible sin una persona muy especial a la que le queremos agradecer, en primer lugar, que soñara con esto y, en segundo lugar, que lo hiciera realidad. – “Que chicos más majos” Me están emocionando realmente. – Un fuerte aplauso para nuestra diosa particular, ¡la señorita Éride!

Todo el mundo me señala, incluso los más cercanos se acercan y me abrazan o me saludan de alguna forma. Lo cierto es que todo el mundo está más que encantado con las performance y versiones que están haciendo. Si se corre la voz por Madrid, vamos a tener que elevar a la banda de debutantes, a la categoría de oficiales, sin ningún tipo de dudas. Me anoto mentalmente para los próximos días como encargada buscar la forma de formalizar la banda y por qué no, que compongan sus propios temas…

Una jauría de silbidos y aplausos me saca de mis elucubraciones… “¿Qué me he perdido?” Miro hacia el escenario y Jhonny me está haciendo el gesto de que me acerque.

-          Vamos, Eri, no te hagas de rogar… - “¿¡Qué!? ¿¡Cómo!?” – Además, un pajarito nos ha contado que cantas de maravilla… - Miro de reojo hacia Vera, quién si no… - Venga una versión para hacer gala al nombre que hemos elegido para la banda. Señoras y Señores, en primicia, para todos ustedes: “Sueños de Diosa”, la nueva banda de la que van a oír hablar, sin duda, versionando Locked out of Heaven, de Bruno Mars. Con la voz de la incomparable Eri!!!!!!

La ovación hizo temer por la seguridad del edificio y en menos que canta un gallo me ví casi llevada en volandas hacia el escenario y micrófono en mano. Veo las caras de todos mis amigos, compañeros y conocidos a la expectativa y no puedo hacer otra cosa que no sea asentir y guiñarle el ojo a Jhonny a cuya señal empiezan los primeros acordes tan característicos de la canción “¡A tomar por culo! A cantar se ha dicho”.

One, two, one, two, three

Oh, yeah, yeah, oh, yeah, yeah, yeah

 

Never had much faith in love or miracles

Never wanna put my heart on the line

But swimming in your world

Is something spiritual

 

I'm born again every time

You spend the night

Because your sex takes me to paradise

Yeah your sex takes me to paradise

And it shows, yeah, yeah, yeah

Because you make me feel like

I've been locked out of heaven

For too long, for too long

Yeah you make me feel like

I've been locked out of heaven

For too long, for too long…

(Uno, dos, un, dos tres,

oh, sí, sí, oh, sí, sí, sí.

 

Nunca tuve mucha fe en el amor o los milagros,

nunca quise poner en juego mi corazón,

pero nadar en tu mundo,

es algo espiritual.

 

Vuelvo a nacer de nuevo,

cada vez que pasas la noche conmigo,

porque hacer el amor contigo me lleva al cielo,

sí, hacer el amor contigo me lleva al cielo.

y me enseña, sí, sí, sí,

porque me haces sentir,

que me han dejado fuera del cielo

demasiado tiempo, demasiado tiempo.

Sí, me haces sentir como

que me han dejado fuera del cielo

demasiado tiempo, demasiado tiempo)…

Me quedo parada cuando la música acaba, perdida en lo que acabo de decir cantando: “Hacer el amor contigo me lleva al cielo y me enseña porque me hace sentir que me han dejado fuera del cielo demasiado tiempo…” Así es como me siento desde que conozco a…

El público estalla en aplausos sacándome del trance, reacciono haciendo pequeñas reverencias en agradecimiento. Me he divertido mucho más de lo que hubiera imaginado cantando la canción. Es un tema muy rítmico que se presta a saltos, a pedir aplausos, a corear. La verdad que me ha encantado cuando Jhonny y yo nos hemos puesto espalda contra espalda cantando el estribillo. “Mira que si a mi edad me convierto en estrella de una banda de música…” me carcajeo yo sola, de mis propios pensamientos.

La ovación continua, incluso piden otra. Pero de eso nada, me acerco al filo del escenario para saltar pero freno justo cuando recuerdo que llevo tacones. Entonces las manos demasiado fuertes y rudas de Víctor me agarran de las caderas y me baja despacio, muy cerca de su cuerpo. La audiencia silba y grita alentando al muchacho. Entonces lanzo una mirada de reojo a Jhonny que no pierde ni un segundo en comenzar el siguiente tema captando la atención de todos los asistentes de manera que nos otorga el momento de intimidad necesario.

-          Gracias, pero no era necesario. – le agradezco el gesto sin demasiado entusiasmo y me separo un poco de su cuerpo.

-          De nada, ha sido todo un placer… - saborea cada palabra mirando lascivamente al espacio que nos separa.

-          Víctor, en serio, podría ser tu madre – espeto cansada… - Anda ve y busca alguien que se muera por tus huesos, yo no tengo nada para ti… - “ojalá todo fuera tan fácil como antes” mi rostro refleja un abatimiento bastante atípico en mí que hace que Víctor capte el mensaje y se retire caballerosamente.

-          Enhorabuena, Eri. – Un tímido beso en la mejilla y una retirada a tiempo. El primer gesto sincero por parte del chaval en toda la noche que da pie a una avalancha de espontáneos que se me abalanzan a felicitarme y… ¡a pedirme autógrafos! “Esto es de locos, voy a terminar para que me encierren…”

Ruth, la pequeña Ruthy, convertida en un ángel de Victoria Secret por una noche, llega histérica. Se coloca frente a mí y empieza a hablar tan rápido que no proceso lo que dice, tengo que pararla o no entenderé nada. Pero intuyo que no viene a felicitarme como el resto.

-          Tranquila, tranquila… - La sujeto por los hombros y automáticamente para de hablar. – Vamos al reservado, aquí hay mucho ruido.

-          ¡De eso nada! – “¡joder con los cambios de humor!” No me da pie a hablar cuando sigue diciendo con demasiada ansiedad… – Escucha, Eri, ¡Vicente está aquí!!! – Veo la cara de Ruth descomponerse por momentos, toda la seguridad, todo el camino avanzado en el día de hoy se está desmoronando por momentos y no lo pienso permitir.

La mala leche de madre protectora me sale a flote. La cojo de la mano decidida a no soltarla. Por fin el todopoderoso universitario se ha dignado a hacer acto de presencia. Demasiado tarde. Busco a las chicas con la mirada y veo a Vera bailando con Esteban y sintiéndolo mucho me acerco a ellos para explicar, a Vera, la situación y trazar un plan de actuación de emergencia. Cosa que nos cuesta bastante debido a mi reciente debut como cantante y al aluvión de felicitaciones que me están brindando los asistentes.

Le pido a Pepe por el pinganillo, que escolte a Vicente hasta el pequeño despacho que hay detrás de la barra principal cuya puerta está en el mismo pasillo de los baños.

Intentamos sin éxito encontrar a Eme, aunque sabiendo las ganas que le tiene a Vicente más vale mantenerla al margen…

Pepe me comunica que el pájaro está el nido, al más puro estilo americano. Tras lo que pienso que ese pedazo de mierda que le ha jodido los dos últimos años de su inocente vida a mi amiga Ruth, no merece el honor de ese comentario que se usa para los presidentes de la Casa Blanca. Aunque Pepe, al que no se le escapa una, se ha referido a él como al pájaro y no como al águila que sería la expresión correcta. Cada vez estoy más convencida de que he acertado con la contratación de este personal, tan personal.

Vera, que lleva de la mano a Ruth, me sigue de cerca a través de la gente que desajena a los pequeños contratiempos se divierte de lo lindo.

Llegamos unos minutos después del aviso a la puerta del almacén. Me paro en seco y me giro.

-          Chicas, tranquilidad. – Vera asiente. Ruth, por su parte, con mantener la respiración tiene bastante. – Ruth, esto está a punto de acabar, siempre y cuando sea lo que tú quieres. ¿Es así? – asiente y hace un vano intento de hablar, pero la voz no llega a salirle del cuerpo. Lo consigue al segundo intento.

-          Pero tened cuidado, se pone muy agresivo, no sabéis de lo que es capaz… - su voz se va apagando como una llama en ausencia de oxígeno y avergonzada mira al suelo. Vera no se puede contener.

-          ¡Maldito miserable! – La rabia le sale por los ojos. – Tranquila pequeña, sabes que nos tienes para lo que te haga falta y a partir de hoy mismo te mudas a vivir con nosotros a casa de Esteban. No voy a permitir que ese malnacido te busque o intente dios sabe qué… - Vera le acaricia delicadamente la mano. Ruth no puede contener las lágrimas que ruedan por sus mejillas hasta la mandíbula, donde Vera las enjuga a la vez que la alienta – Vamos pequeña, saca esa Ruth que ha nacido hoy, eres muy fuerte y valiente, y lo sabes. ¡Ni Vicente, ni cien Vicentes, van a poder contigo!

Una sonrisa desdibujada empieza a hacer acto de presencia en el semblante aparentemente más tranquilo de Ruth. Vera la coge de la cara y le da un maternal beso, justo cuando alguien sale del baño de las chicas, cuya puerta está justo enfrente de la del despacho, deslumbrando a Vera que cierra los ojos.

Por el contrario, yo no puedo cerrar los ojos, ya que acabo de alucinar con lo que acabo de ver. En la pared del fondo del baño hay dos chicas enrollándose. No es que a estas alturas me escandalice de eso, cosa que me parece lo más normal del mundo. El amor no está definido por nada ni por nadie, es amor y punto. Lo que me ha dejado pillada es que una de ellas es claramente Mónica, ya que le he visto la cara y el uniforme, pero la otra… ¿¡Es Eme!? “Ya la pillaré luego…”

Me sumo al abrazo, centrándome en lo que nos atañe por ahora y sin pensarlo dos veces abro la puerta y entro con aire de suficiencia seguida de Vera y Ruth.

-          Buenas noches… hasta que has llegado. – El saludo le pilla de improviso. Hace el ademán de levantarse y Pepe lo sienta, de nuevo, hundiendo su mano en el hombro del universitario.

-          Ho-Hola… - responde mirando hacia la mole que es Pepe en comparación con él, a la vez que se lleva la mano al hombro en un gesto de dolor. – No es necesario tanta violencia, solo he venido a recoger a Ruth, que me ha mandado un whatsapp, ¿verdad, palomita?

-          ¿¡Qué!? Ni de broma… - Ruth lo mira como al ser más patético y rastrero del mundo que es más o menos como lo miramos los demás. Ruth se arma de un valor, del que creíamos que carecía y se acerca, apoyándose en el filo de la mesa justo delante de él. – Mira, Vicente, por si no te has enterado por teléfono, he roto contigo ¿de acuerdo? Así que se acabó el teatro. Tú, a tu universidad y yo a mi vida, y punto. – Su tono es calmado pero está cargado de una dosis extra de rabia. Vera y yo, nos mantenemos al margen pero alerta por si hay que intervenir, al igual que Pepe, que resopla mirando al techo. Se le ven de lejos las ganas de apuñetearle al cabeza a la comadreja.

-          Palomita, te estás precipitando. – Vicente intenta calmar a su ya ex­-novia, en un intento de manipularla como ha hecho hasta ahora. – Esto es una rabieta de niña pequeña. – Habla midiendo las palabras e intentado controlar sus nervios, aunque se le está hinchando una vena en la sien que me da muy mala espina. - ¿Has montado todo esto porque no he podido venir a esta fiesta contigo? – ríe socarronamente. – Venga, vamos que te llevo a tu casa…

-          Mira y escúchame bien, he roto contigo. No eres mi novio. No me llevas a ninguna parte y no es por esta fiesta, es por los millones de fiestas, películas de cine, paseos, cafés y noches de sexo que te has perdido. – Los ojos de Vicente se iban abriendo cada vez más con cada palabra pronunciada por ella. – Así que hoy he decido por primera vez en dos años, repito, en dos años, que estoy harta de tus excusas, de tus manipulaciones y de tus manías y de tus… total, que para no estar nunca juntos, pues mejor no estarlo y se acabó. – Ruth acaba de sentenciar la relación echando el resto.

Vicente se levantó de golpe de la silla, en un gesto tan veloz que escapó del agarre de Pepe, cogiendo a Ruth del cuello y poniéndola de espaldas, contra su pecho.

-          Animal, me haces daño, ¡suéltame! – implora Ruth.

-          ¡O se viene conmigo o la ahogo aquí mismo delante de todos! – Vicente con los ojos fuera de sus órbitas nos brama entre dientes haciendo fuerza con su antebrazo sobre el cuello de Ruth que está empezado a toser por la falta de aire. – Te gusta, eh? Zorrita. ¿Te gusta montar el espectáculo? Ya te voy a dar tu merecido en casa, lo de la última vez te va a parecer un paseo…

“¡Será hijo de la gran puta!!! No se habrá atrevido a tocarle un pelo porque me lo cargo!!!” En un acto reflejo salto del sillón pasando por encima de la mesa. No puedo seguir escuchando ese hijo de mil padres amedrentar a mi amiga, ¡será cabrón!

Vera se echa las manos a la cara empezando a sollozar.

Pepe intenta activar el intercomunicador para avisar a sus hijos pero Vicente lo advierte y amenaza con ahogarla del todo. Repite desesperadamente mirando a Pepe a los ojos “O conmigo o con nadie, o conmigo o con nadie…!

Parece el juego de las cuatro esquinas pero en plan siniestro. Y de repente oímos un toque en la puerta que acto seguido se abre. La respiración de todos los ocupantes del despacho queda contenida.

-          Vera, Jose Jr. te busca en… - la frase queda a la mitad cuando Dani, advierte la situación…

Sin pensarlo se lanza hacia Vicente agarrándolo por el cuello de manera que suelta a Ruth accidentalmente. Ésta busca refugio en brazos de Vera y los míos. La arropamos con nuestros cuerpos y la llevamos a la esquina más alejada de la habitación. Pepe también interviene. Saca sus esposas y entre Dani y él lo reducen en un visto y no visto, no sin que se lleve un par de golpes, merecidos, aunque creo que innecesarios. “Vaya fichaje que es este Dani… es todo un diamante en bruto” No puedo evitar sonreír al pensar que le han caído pocas ostias para las que se merece.

Pepe que tiene contactos en la policía le pide un favor a un amigo comisario que manda agentes de paisano.

Resolvemos la situación con la mayor brevedad posible y sin que nadie, salvo los presentes se entere, usando la puerta de atrás del almacén. Y, además, gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad, Ruth podrá denunciar de manera formal al capullo de Vicente que muy probablemente se pase unos cuantos años a la sombra haciendo sus experimentos en el patio de la cárcel.

Una vez se han llevado al “perfecto universitario” esposado. Dani aparta un poco a Vera y le comunica lo que venía a decirle.

-          Perdona, Vera, venía a decirte que Jose Jr. ha llegado acompañado de un muchacho, dice que no ha tenido que ir hasta los infiernos pero que no sabe que más excusas ponerle para retenerlo aquí. – Vera siente y pone la mano en el hombro del muchacho para captar su atención.

-          Dani, mil gracias por todo. – El chaval sonríe tímidamente quitándole importancia al asunto. Vera, continua… - Dani, ¿te importaría cogerte el resto de la noche libre? – El chaval la mira extrañado y la petición de Vera no se hace esperar – Para acompañar a Ruth a su casa a que coja lo que necesite y luego la llevas a mi casa, porque se va a quedar allí una temporada hasta que todo se normalice.

-          Estaré más que encantado de acompañar a Ruth a mismo final de la tierra si con ello le evito cualquier mal. – Dani acaba de hacer una declaración de intenciones en toda regla.

-          Gracias. –  Vera asiente tranquila, con él estará en buenas manos, sin duda alguna. – Pepe, llama a la limusina, que recoja a Dani y a Ruth en la puerta del almacén. – De nuevo se dirige al muchacho – Y por favor, quédate con ella, tú eres más que bienvenido en casa. – Le da un maternal abrazo y se giran hacia nosotras.

Ruth y yo levantamos la cabeza un tanto desconcertadas pero Vera nos aclara el plan en un par de frases. Es una gran mujer, con grandes dotes organizativas y de mando, no me extraña que haya conseguido tanto en la vida. Y yo he tenido la suerte de dar con ella.

Ruth está exhausta, no se opone. Se levanta y enseguida Dani la coge de la cintura para ayudarla a llegar hasta la puerta trasera del almacén.

Pepe se excusa y  acude a continuar con sus funciones dentro del local.

Vera y yo, acompañamos a la recién formada pareja henchidas de sincera emoción. Ha sido una pena que todo acabe de una manera tan traumática. Pero más vale que haya sido así porque no quiero ni imaginarme que hubiera pasado si todo esto le hubiera pillado sola…

Me deshago de los pensamientos negativos agarrada a la cintura de Vera. Despedimos a la pareja batiendo las manos en el aire y vemos como desaparecen al doblar la esquina del callejón.

Vera me pide que cierre y cuando llego a dejar las llaves en el casillero del despacho, Vera me está esperando con gravedad en la mirada…

-          ¿Qué pasa Vera? Ya todo ha terminado y con el testimonio de Pepe y las grabaciones, nos vamos a poder olvidar de es cabrón… - me interrumpo porque Vera no reacciona a mis palabras. La noche está resultando más intensa de lo que me hubiera imaginado.

-          Eri, ya sé que esta noche está resultando muy dura para todos, muchas emociones, mucho estrés, mucho trabajo y también muchas alegrías. – Vera está dando rodeos y eso no es muy propio de ella. Endurezco el gesto sin entender a dónde quiere llegar... – Sé que estamos muy cansadas pero hay un asunto que tenemos que tratar… - coge aire y continua – Ya ves, estoy tan hecha polvo que estoy pensando en cerrar por vacaciones esta misma noche… - A ambas se nos escapa una cansada carcajada. – Pero necesito que me hagas un último favor antes de que cerremos dentro de 10 minutos.

-          ¡Ya son las cuatro de la madrugada!!! – interrumpo a Vera que sonríe. Se me ha pasado volando la noche. Ojalá todas las noches de trabajo que me esperan aquí, en mi nuevo hogar, se pasen igual de rápido, pero con menos “ajetreo”…

-          Si querida, ya casi son las cuatro, así que ve al puesto de vigilancia de la entrada y arregla el último asunto de la noche. Yo me encargaré de anunciar que cerramos y de agradecer a todos su asistencia.

-          Pero, Vera, no me has dicho de que se trata… - estoy un poco desconcertada.

-          Tú, hazme caso y ve, ya me contarás después. – Vera me besa en la mejilla y sale del despacho.

Confío ciegamente en ella, así que sin pensarlo dos veces me dirijo al puesto de vigilancia de la entrada principal.

Pepe está abriendo la puerta gentilmente a un grupo de invitados que, por suerte para ellos, abandonan la fiesta. Jose Jr y Tony, están dentro del cubículo, de espaldas y parece que le cierran el paso a alguien… “Perfecto, voy a comerme el último marrón de la noche…”

-          A ver, ya le he explicado que la Señora Cruz, requiere su presencia. – Jose Jr. intenta convencer al detenido por las buenas, aunque parece que no surte mucho efecto.

-          Perdone mi insistencia pero ha sido un día muy largo y si la Señora Cruz no tiene tiempo para mí, ya le he dejado mi teléfono, que me llame mañana…

Me quedo inmóvil a dos pasos de los chicos. La respiración se me ha cortado de golpe. El vacío de mi pecho se ha llenado con una explosión. La música y la gente han desaparecido de repente y todo mi mundo gira bajo mis pies. Siento un torbellino que me arrastra por un desagüe hacia una profundidad que intenta tragarme entera. “Tienen que ser imaginaciones mías… No es posible… No es posible…”

Jose y Tony intentan retener al chaval que en un gesto un tanto desesperado agarra del hombro a Jose, apartándolo a la vez que se incorpora y se hace visible a mis ojos.

Los chicos se hacen a un lado y veo como su cara palidece. “No se alegra de verme…”

Yo tampoco estoy reaccionando muy bien, siento un sudor frío en la nuca.

Él también se ha quedado de piedra.

La mirada se hace eterna.

Acabo de averiguar lo que es la frustración, siento dos cosas opuestas y contradictorias en el mismo momento. Una alegría infinita por tenerlo tan cerca y al mismo tiempo, una profunda tristeza por todo el tiempo que ha pasado sin saber de él…

La electricidad, el magnetismo, las vibraciones… todo vuelve a cobrar sentido en su presencia. No puedo evitar que se me erice toda la piel. La sensación de plenitud es tan extrema que temo que mi sistema nervioso no la soporte y mi cerebro se reseteé de un momento a otro…

Su atormentada mirada me atrapa, me penetra, me desnuda, me eleva y me hunde…

Tantos días soñando con el reencuentro. Lo había imaginado de mil formas distintas pero nunca de esta. "¿Me estarán engañando mis ya cansados sentidos…?"

Observo la escena como a cámara lenta.

Oscar adquiere cierto movimiento hacia mí. Un tímido paso que tiende el esperado y necesario puente en el más insondable abismo. Tan cerca y a la vez tan lejos...

Parece que el magnetismo hace su especial magia y mi cuerpo, falto de voluntad, acorta el camino en otro pequeño paso por pura inercia.

Tanta emoción está desbordando mis sentidos. Las lágrimas acuden a mis ojos y sin pedir permiso se lanzan al abismo de mi rostro.

Noto las pupilas de Oscar dilatarse haciendo su mirada más obscura aun si cabe. Aun así, no se puede resistir más y da el paso definitivo que nos deja frente a frente.

Los chicos hacen mutis por el foro y cierran la puerta del pequeño cubículo al salir.

Oscar y yo, a escasos centímetros de distancia, únicamente iluminados por el alógeno del bajo techo falso, permanecemos de pie uno frente al otro, mientras mis ojos no dejan de derramar todas las lágrimas que me había guardado estos últimos días.

No lloro, no sollozo, no gimo, solo dejo las lágrimas correr bajo la impenetrable mirada de un Oscar que de no ser por los destellos de sus pupilas se podría decir que fuera de hielo o de roca…

En el centro de mi pecho, vacío hasta hace escasos minutos, se empieza a formar una bola que me oprime los pulmones, impidiendo el paso del aire, pero esta vez de verdad…

Oscar levanta su mano muy, muy despacio, hacía mí cara y enjuga mis lágrimas con su pulgar, en un gesto demasiado dulce y tierno. Su tacto. Su piel… Él…

Apenas si soy capaz de pronunciar su nombre. Balbuceo algo ininteligible…

-          Os-Os-Osc…

Todo se vuelve negro y caigo en un profundo abismo…

Continuará…

Todos los derechos reservados SafeCreative número 1404150597806

-------------------------

Porfis, más que nunca necesito vuestros comentarios.

Felices vacaciones!!!

Continue Reading

You'll Also Like

189K 14.3K 26
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
306K 11.9K 12
𝘐𝘕●𝘚𝘈●𝘊𝘐𝘈●𝘉𝘓𝘌 𝘢𝘥𝘫𝘦𝘵𝘪𝘷𝘰 𝟣ˑ ⁽𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢⁾ 𝘘𝘶𝘦 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦 𝘶𝘯 𝘢𝘱𝘦𝘵𝘪𝘵𝘰 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘴𝘪𝘣𝘭𝘦 𝘥𝘦 𝘴𝘢𝘵𝘪𝘴𝘧𝘢𝘤...
560K 72.1K 70
*Fueron los libros los que me hacían sentir que quizá no estaba completamente sola, y tú me enseñaste que el amor solo es una debilidad.* Isis descub...
387K 12.3K 34
Alexa necesita un tiempo para ella para poder reflexionar sobre su vida... Esta joven emprendera un viaje nuevo en el cual deja atras,a su mama y her...