Esta mañana me duché, vestí jeans azules medio claros, vans negras y un montgomery negro que me llegaba un poco más arriba de las rodillas. Sequé mi cabello e hice una trenza no muy perfecta a un lado.
Al salir del baño, despertó James.
-Buenos días. -dije sonriendo.
-Buenos días, luces preciosa. -dijo. - Bueno, lo eres -Se corrigió.
-Aw, es tan tierno. -Pensé
James se vistió, comimos algo y salimos otra vez en busca de mi madre. Por fin en el sexto hospital la encontramos.
Entramos a la habitación en donde estaba.
-Hola mamá. -dije. Aunque claro, sin esperar respuestas. -Él es James, es un buen chico, se que se llevarían bien si estuvieses despierta.
Se me cayó una lágrima.
-Te extrañé tanto mamá. Extraño mis conversaciones contigo, extraño tus concejos, tus "te lo dije", extraño pasar tiempo contigo, salir de compras, beber café juntas. Oh, mamá, me haces tanta falta.
Exploté en llanto y James me consoló.
-Tranquila, pequeña. Ella estará bien. -dijo James.
-Vamos James, no soy capaz de seguir viéndola así, me duele tanto, es todo mi culpa.
-Ems, no es tu culpa. Por favor no te culpes, son accidentes y pudo haberle pasado a cualquiera.
-Debió pasarme a mi.
-Por favor, no digas eso.
-Perdón James, es sólo que me duele tanto verla así y no poder hacer nada.
Volví a llorar, James me secó las lágrimas y me abrazó muy fuerte. Luego nos fuimos al terminal de buses. Hoy nos íbamos, fue una linda visita a mi antigua ciudad, aunque me trajo horribles recuerdos.
Ya estábamos en el bus de vuelta a casa. James me abrazaba y yo apoyé mi cabeza en su hombro y me dormí, estaba muy cansada.
*Narra James*
Es tan preciosa, hasta durmiendo lo es. Su pelo castaño claro, y sus preciosos ojos color pardos, me encanta.
No puedo creer que haya reaccionado de tan buena manera, y que ahora estemos así: "saliendo", espero que todo salga bien, me encantaría estar con ella por el resto de mi vida.
Llegamos, debo despertarla y creo que se como hacerlo.
*Narra Emily*
Desperté mientras James besaba delicadamente mis labios.
Nos bajamos del bus y nos dirigimos a casa, James entró y saludó a mi padre. Ya eran las 10 p.m
-Bueno, debo irme. Buenas noches princesa, nos vemos. -dijo.
-Buenas noches, te amo.
-Te amo también.
Luego de eso James se fue. Wow, este chico me hace sonreír como una idiota, me encanta.
Subí a mi cuarto y desempaqué mi pequeño bolso. Me acosté a dormir, pues mañana debía volver a la escuela, se terminó el verano, ahg. Aunque hay lado bueno: ¡Estoy en la misma escuela que James!