El Espíritu de Dios es un gran acompañante, Sin embargo; todos tenemos un espíritu, pero no todos al Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es quien despierta la fe en nosotros, y nos guía por un buen camino. Quienes no tienen al Espíritu Santo, suelen tener falta de fe, o no conocen de ella. Quizá veas a una persona perdida en el mundo, pero es porque no ha conocido a Dios y su Espíritu no mora en él.
En 2 Corintios 3:17 dice:
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Quiero recalcar este texto, porque menciona la palabra "Libertad", algo que tanto para personas que aún no conocen de Dios como para nosotros los creyentes, necesitamos.
A nuestro alrededor siempre habrán cosas que nos dificultaran el paso y harán que nuestro crecimiento espiritual se pause. Hay tantas cosas que influyen en nuestras vidas, que es difícil liberarnos de ellas, pueden ser cosas mínimas, hasta cosas que realmente cargan nuestro corazón.
Todos en algún momento necesitamos de un cambio, porque no somos perfectos, y la Biblia menciona que el Espíritu de Dios es Libertador. ¿De qué nos puede liberar?
De muchas cosas, como la incredulidad, malas decisiones, ataduras que quizá puedan estarte atormentando o sucesos de los cuales no ves una salida.
La liberación se consigue cuando reconocemos en que hemos fallado, que es lo que nos ha estado atando. El Espíritu mora en los corazones dispuestos, si nuestros pensamientos son de justificación, es muy probable que el Espíritu no actué por completo.
Que el temor a un cambio, no te aleje de la presencia del Espíritu Santo. Él tiene el poder de traer liberación a tu vida, algo que todos nosotros a diario necesitamos.
¡Bendiciones!