CAPÍTULO 7
Cerca de la muerte.
Me di la vuelta y me hice camino entre la gente, la cual se apartaba ya que llevaba mi colgante en alto, preparada para calcinar al que decidiese acercarse a mí. Miraba al suelo, intentando que ninguno de ellos se quedase con mi cara. Sonaba estúpido pero no quería que me reconociesen allá donde fuese. Más murmullos se escuchaban a mi alrededor. La música seguía parada. La gente me observaba sin moverse, algunos me miraban a mí, otros al colgante. Me sentía estúpida por el numerito que estaba montando, pero era necesario. Era necesario si quería salir viva e ilesa de aquí. En estos momentos lo único que quería era salir corriendo e irme lejos a un sitio seguro para mí. Un sitio en el que no necesitase el colgante para mantenerme protegida. Mis ojos miraban a la multitud que a mi paso se separaba como si tuviese la peste y ellos no quisiesen contraerla, cómo si el monstruo fuese yo y no ellos. Me detuve por un instante al ver unos rizos moverse entre la multitud. Entrecerré mis ojos pensando que así distingiría mejor al propietario de aquel alborotado cabello. Seguí su andar con mi mirada hasta que no fue visible por la gente que había delante de él.
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La ténue luz azul neón no ayudaba, veía poco y por los nervios tropezaba con mis pies una y otra vez. No quería caerme y darles una forma más fácil de atacar. No sabía de que eran capaces y tampoco quería saberlo. Maldecía el momento en el que decidí entrar en esta sala, una parte de mí me decía que no entrase, que no me adentrase en lo desconocido, pero mi cabezonería me hizo seguir hacia delante y ahora me arrepentía. Si el joven del cabello verde no se hubiese puesto en mi camino y le hubiese calcinado todo hubiese ido mejor. No hubiese llamado la atención y ahora no estaría caminando como psicópata entre la multitud. Un grupo de chicas de mi lado susurraban entre ellas mientras me miraban fijamente. Una de ellas no hablaba simplemente mantenía su mirada puesta en mí, sus ojos eran de un color que llamó mi atención, verde neón.
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- Este sitio no es para ti - dijo una gruesa voz entre la multitud sacándome de mis pensamientos.
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La gente se hizo a un lado dejando ver a un joven bastante musculoso. Llevaba una camisa blanca de tirantes la cual era apretada y se ajustaba perfectamente a su tonificado abdomen. Sus pantalones tejanos tenían uno que otro rasguño en la zona de sus rodillas. Su frente brillaba bajo la luz de los focos a causa de la capa de sudor que cubría ésta. Llevaba gafas de sol, por lo que no podía saber a dónde se dirigía su mirada. Si bien tenía puesta su vista en mí o en el colgante que tantos problemas me estaba trayendo. Veía estúpido que llevase esas gafas.
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- Por algo me voy - contesté automáticamente.
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Él entrecerró sus ojos que seguían puestos en mí. No le veía los ojos, pero sabía que me miraban fijamente. La mano con la que agarraba el colgante empezaba a sudar por lo que lo agarré mucho más fuerte. Mi mano empezaba a doler por el metal que se acomodaba en la piel de ésta, debía aguantar.
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- Dame el colgante y olvidamos esta noche.
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Y fue ese momento en el que me percaté de que el hombre era de los malos, cómo el joven anterior. Lo supe por la forma en la que hablaba. Lo supe porqué quería el colgante cosa que me confundía. ¿Para qué mierda lo querían? Si fuese por mí se lo daba encantada, pero no podía ya que desconocía el motivo por el cual lo querían. Miré detrás mío disimuladamente para ver si el camino se encontraba dispersado para poder salir corriendo y así era. Estaba a tan solo cinco metros. A cinco metros de la libertad. Debía correr cómo nunca antes lo hice si quería salir de esta habitación. Tal vez me fuesen a atrapar mientras corría, pero prefería intentarlo antes de quedarme parada aquí.
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El joven dio un paso hacia mí y esa fue mi señal. Me di la vuelta rápidamente y empecé a correr. Nadie me lo impidió, ni siquiera escuché pasos detrás de mí. Cuando llegué a la puerta sentí cómo me quitaba un gran peso de encima. Me sentía más aliviada. Seguí corriendo apresuradamente por el pasillo oscuro, no divisé al guardia por lo que apresuré mi paso para no tener que dar con él. Salí del pasillo y el aire cambió, volvía a respirar aquel aire cargado de sudor y alcohol que tanto detestaba pero ahora me tranquilizaba. Me apoyé en a pared que había a mi ado e inspiré profundamente, estaba exhausta. Miré a mi alrededor, una gran cantidad de gente seguía bailando en la pista, en la barra consumían bebidas algún que otro grupo. Aquí todo era normal, la gente vestía normal, actuaba normal, nadie se fijaba en mi collar. Ésto era normal. Incluso sus ojos eran normales. Mi bolsillo trasero empezó a vibrar. Mierda. ¿Porqué no pensé en mandar un mensaje? Saqué el teléfono móvil del bolsillo y vi un mensaje y una llamada perdida. Abrí el mensaje.
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"Hope te espero en el baño. -Kells."
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El mensaje era de hace un minuto, estaba segura de que ella seguía ahí, por lo que me hice camino al baño. No miré la llamada perdida ya que sabía que se trataba de ella. Me tranquilizó bastante el hecho de que me mandase un mensaje, gracias a eso ahora sabía que ella estaba bien. Estando con ella una parte de mi olvidaría lo que acababa de ocurrir durante un momento. Seguramente me iba a preguntar qué me pasaba ya que mi cara debía expresar cómo me msentía por el anterior shock. No le iba a contar, naturalmente. No podía arriesgarme a ponerla a ella en peligro también y aún que no estuviese en peligro no me creería. Si una parte de mí no se lo creía ¿porqué me iban a creer los demás?
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Mi mano, aún temblorosa, seguía sosteniendo el colgante y en ese preciso instante un pregunta se formuló en mi mente. ¿Porqué a mí no me calcinaba la mano? Si hacía efecto con los no-humanos, ¿porqué conmigo no? Tal vez Susan no fue del todo sincera. Si me dijo que era medio cosa rara debería dañarme.
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Nota mental: buscar información enalgún sitio en el que no habiten brujas, trolls, ogros o cualquier otro derivado.
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Llegué al pasillo de los baños. A mi derecha el de chicas, a mi izquierda el de chicos. Entré al de la derecha. Al entrar no había nadie cosa que me extrañó ya que Kells debería estar aquí. Las puertas de los baños estaban abiertas menos la última, eso me tranquilizó. Me acerqué al gran espejo que había y miré mi reflejo. Coloqué y peiné con mis dedos mi oscura caballera. Con un trozo de papel húmedo retiré el maquillaje que sobresalía de mis ojos. Tampoco me veía tan mal. Miré mi mano, la cual estaba roja por haber agarrado fuertemente el collar. Miré una de mis uñas y suspiré a la vez que sacaba una lima para uñas de mi bolso y me limaba la uña- La puerta que antes se encontraba cerrada se empezó a abrir lentamente,me giré a ésta para esperar ver a Kells pero la puerta aún no se había abierto del todo.
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- ¿Cuándo piensas salir Kelly? - pregunté junto a un bufido.
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Me giré de nuevo hacia el espejo para volver a mirar mi reflejo en él y en ese momento la puerta salió volando, literalmente. Mi respiración se volvió agitada y lágrimas amenazaban con salir. Quería que lo que estaba viendo en el espejo fuese un espejismo o una alucinación. Era como el de mi sueño, era él. Era como un oso negro, pero mucho más robusto. Su largo pelaje le hacía verse mucho más grande de lo que era. Mis ojos conectaron con los suyos. Eran rojos, como ya sabía. No me moví, temía que si lo hacía fuese a abalanzarse sobre mí. Un estruendoso rugido se escuchó salir desde lo más profundo de su monstruoso cuerpo. El ruido era tan alto que resonó por todos y cada uno de los rincones del baño.
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Tenía la esperanza de que la puerta se fuese a abrir y alguien me ayudase... ¡La puerta! Corrí hacia ella sin pensarlo, odiaba que el baño fuese tan largo, llegué a ésta y al intentar girar el pomo no cedió, estaba cerrada y yo dentro, con una bestia. La cosa corrió hacía mí a la vez que cogía mi colgante y lo sacaba de mi cuello. Un falso movimiento bastó para que éste cayese al suelo a dos metros de mí. La bestia fijó sus ojos en él. Quería el colgante y no podía dejar que se lo llevase. Corrí hacia él pero fue estúpido, el animal se avalanzó contra mí y caí al suelo. Mi espalda dolía, había sido un fuerte golpe. El animal - si es que lo podía llamar así - levanto so pata y me arrañó el antebrazo haciendo que yo soltase un grito y éste empezase a sangrar. Golpeé sin miedo la zona de su hocico con mi puño una y otra vez. Él volvío a arrañarme y presionar con más fuerza. Y en ese momentó recordé la lima que llevaba en mi bolsillo. Metí la mano en el bolsillo como pude, saqué la lima y la clavé en la zona de su abdomen haciendo que soltase un profundo gruñido.
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Aproveché ese instante para arrastrarme a por el colgante. Siempre me dio asco el suelo de los baños públicos pero esta vez me daba igual. Alcancé la cuerda a la vez que era arrastrada de nuevo hacia el animal. Me giré y toqué repetidamente el abdomen con el colgante cómo si le estuviese apuñalando. Gruñía una y otra vez sabía que le hacía daño y era algo que agradecía. Iba a volver a poner en contacto su pelaje con el colgante parpadeante azul y no fue posible, ya que la bestia salió corriendo contra la puerta del baño, llevándosela por delante junto a un gran trozo de pared.
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Me tumbé boca arriba, respirando dificultosamente a la vez que me ponía el colgante de nuevo. Pasé mi mano por mi cara para retirar la fina capa de sudor que la bañaba. Cerré los ojos y tal como estaba empecé a sollozar. Había estado tan cerca de la muerte que me asustaba. Alguien entró al baño. ¿Porqué mierda nadie habia venido antes? ¿No habían escuchado el puto ruido? Sentí como alguien se arrodillaba a mi lado. Abrí los ojos y lo primero que vi era que el baño estaba en perfectas condiciones, como si nada hubiese pasado. El ardor proveniente de mi brazo llamó mi atención, si todo habñia vuelto a la normalidad, ¿porqué mi brazo seguía rasguñado? Miré a la persona que se encontraba arrodillada a mi lado. Mis ojos entraron en contacto con sus verdes ojos y después de eso todo empezó a oscurecerse, no me costó saber que era yo la que poco a poco iba cerrando sus ojos.
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Los sueños se hacen realidad, las pesadillas también.
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AQUÍ VA UN CAPÍTULO LARGO. CÓMO LES DIJE CUANDO TUVIESE DE NUEVO EL ORDENADOR LOS HARÍA MÁS LARGOS.
ME GUSTARÍA QUE COMENTASEN QUÉ LES PARECIÓ EL CAPÍTULO Y SU PARTE FAVORITA.
A VER SI LLEGAMOS A LOS VOTOS INDICADOS!
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