"... Amor, que corta palabra. Que extenso su significado"
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Había llegado la madre de Samuel.
Quise escuchar pero mejor era dejar que esto lleve su tiempo.
Sabía lo difícil que sería todo esto, conocía los riesgos por querer ser feliz.
-William.
Escuché la voz de Samuel llamar por la escalera.
Bajé.
Cada escalón era una emoción diferente.
-Si?
Apunté a la duda.
-Siéntate.
Estaba su madre en ese sillón principal.
Lo haría, tuve que sentarme mientras Samuel me miraba. Debo decir que me sentía avergonzado por tanta atención.
-Ha sido William la razón por la que me metí al camino y ha sido él también la razón por la que he salido. Era todo tan oscuro sin él, madre.
Las palabras de Samuel me incomoda ron mucho más pero también me hacían sentir bien. Muy bien.
Sonreí.
Apreté mi mano contra la otra.
Su madre tenía la mirada igual de penetrante que su hijo.
-Ya veo. No sé qué decir, yo...
Fueron esos segundos eternos.
Samuel se puso de pie y tomó mi mano.
-Vamos.
La señora se quedó sentada, suponía que Samuel interpretó el silencio.
Sabía que el cielo sería irracional a la razón que dicta el hombre. Podía ver mas que nubes o celestes a escalas.
Podía sentir la brisa elevar los sueños que vendrán.