FRDZ: Friendzone |J.Jungkook

By MJGozz

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―¿Que se siente saber que la única persona que te conoce mejor que nadie en el mundo no sabe todo lo que sien... More

.•Booktrailer•.
00.•El principio de todo•.
01.•Una mirada al pasado•.
02.•El primer dia•.
03.•Fiesta del ingresante•.
04.•La boca del lobo•.
05.•Ratas de biblioteca•.
06.•Nuevas Estrategias•.
07.•La verdad de la mentira•.
08.•Primera jugada•.
09.•Subidas inesperadas•.
10.•Planificación•.
11.•Hora del juego•.
12.•Bajadas peligrosas•.
13.•Arrepentimientos•.
14.•Reemplazo•.
15.•Nuevo rumbo•.
16.•Cuerdas flojas•.
17.•Estragos•.
18.•Transparencia•.
19.•Cara a cara•.
20.•Inefable•.
21.•El otro él•.
22.•Encrucijadas•.
23.•Antes de la tormenta•.
24.•Ojos abiertos•.
25.•Silencio•.
26.•Un mal chiste•.
27.•Balance•.
28.•¿Mala persona?•.
29.•Por ti•.
30.•Ni vaso ni vacío•.
31.•Punto de quiebre•.
32.•Dualidad•.
33.•La otra cara•.
35.•El jardin sin retorno•.
36.•Fondo•.
37.•Malas decisiones•.
38.•Sube y baja•.
39.•Caricias de día•.
40.•No todo lo es brilla es oro•.
41.•El final de todo•.
01.•Epílogo•.
02.•Epílogo•.
.•Agradecimientos•.
Extra00.•JiEun•.
Extra01.•Amigos con derechos•.
Extra02.•Lazos de sangre•.

34.•Donde debo estar•.

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By MJGozz




       

¿Estoy donde debo estar?

A lo largo de mi vida me había hecho esa pregunta una gran cantidad de veces. Tenía miedo de hacer las cosas bien en el lugar equivocado y las cosas mal en el lugar correcto.

Tenía miedo de estar tomando el camino equivocado sin siquiera darme cuenta y fallar y fallar hasta el punto en el que me considere inútil, cuando en realidad simplemente no era mi lugar.

Pero, a su vez, el miedo de estar en mi lugar y aun así seguir fallando me aterraba.

***

Trizas.

Todo comenzaba a romperse poco a poco, convirtiéndose en un polvo lo suficientemente ligero como para que una leve brisa lo eliminara. Como si una cortina acabara de caerse, sentía que había desbloqueado nuevos puntos de vista sobre varios recuerdos que mantenía, como algunas piezas del rompecabezas comenzaban a encajar. De alguna forma sentía que había abierto los ojos a una realidad que siempre estuvo frente a mí pero que nunca pude notar.

Y es que pensar que Taehyung siempre había sido la clase de persona que resultó ser me dejaba un sentimiento de incredulidad tan inmenso que sentía que me ahogaba. Era como cuando descubres que tu personaje favorito era el villano de la película, que las pistas y las señales siempre estuvieron ahí, frente a ti. Pero tú estabas lo suficientemente cegada como para poder notarlo. Y entonces, cuando la verdad te golpea junto con el "te lo dije" de tu subconsciente, no puedes hacer más que sentirte una grandísima idiota.

No me dolía o quizás sí, no podía comprender la mayoría de las cosas que sucedían dentro de mí. Es como si todos los problemas hubiesen decidido atacarme en manada y no podía hacer otra cosa más que recibir golpe tras golpe.

Grietas.

Como la tierra seca que alguna vez fue regada con felicidad y alegría, ahora el sol la secaba, la debilitaba, la agrietaba. La convertía en su versión triste y desconsolada. Una visión que había sido alimentada por una falsa verdad durante años y ahora, frente a la realidad, se desinflaba como un globo que es liberado. Con desesperación y descontrol. Dejándome ver que todo no era color de rosas, así como siempre supuse.

Las rosas finalmente se habían marchitado, habían sufrido y llorado tanto que finalmente de secaron, se debilitaron y finalmente se convirtieron en las cenizas de lo que alguna vez fue la mentira de una amistad sincera.

Porque así funcionaban las mentiras. Como las drogas que le suministran a un enfermo: le entrega paz y alegría por un tiempo, un alivio tan grande que hace que el peso de tus hombros se afloje, como si fuese una nueva persona que ahora tiene toda una vida por delante. Pero entonces, cuando el efecto pasa, toda la verdad recae nuevamente en él y es que caer sobre el suelo de la realidad duele mucho más cuando te has elevado por una mentira. Como si hubiese subido una gran escalera y de repente esta se convierte en cenizas y humo, traicionándolo y empujándolo al vacío.

El enfermo no puede manejarlo, no puede resistirlo, se niega a sanar porque hacerlo es sinónimo de sufrir la herida, de soportar el dolor. Pero a veces simplemente es muy fuerte. Entonces se enfrasca en más mentiras, más drogas, y entonces, sin saberlo, se vuelve dependiente de ellas.

Así funcionaban las mentiras, cubren el dolor de tu realidad, te brindan una paz falsa pero cuando crees que te has acostumbrado, las muy traicioneras te dejan a la deriva de la verdad y como te niegas a sufrir te envuelves en más mentiras. Estar junto a Taehyung fue como caer en una profunda mentira constante. Y como si pudiese empeorar, una parte de mi me repetía un "te lo dije" constante.

Las mentiras se alimentan de desesperación, tristeza y dolor. Quizás es por eso que te abandonan cuando mejor estas. Te clavan el puñal por la espalda solo para disfrutar del espectáculo de tus lágrimas y sollozos. De tu realidad falsa siendo demolida por una verdad que comienza a destruirte a ti. Porque abusaste tanto de las mentiras que estas te consumen, te conviertes en una y entonces te destruyes a ti también.

Cicatrices.

El dolor de las viejas cicatrices nunca desaparece realmente. Sentía que volvía a ese momento de mi infancia en el cual la burbuja de mentiras de mis padres se había pinchado, creando una reacción en cadena que terminó con la imagen del mundo como la conocía en ese entonces. Solo que ahora comprendía que aquella persona que creí que fue un regalo por parte del destino por haberme arrebatado la felicidad, no era más que una jugada sucia de la desgracia. Como si esta no se hubiese conformado con las lágrimas de una niña de 7 años y, en busca de más regocijo, se disfrazó de buena suerte para traerme un regalo que no haría más que hundirme aún más y más.

Solo que la desgracia fue astuta. Brillante. La ganadora. Adornó su regalo con una bonita mentira, una linda cara y la apariencia de un corazón noble. Me hizo encariñarme y amar a mi propia arma.

Así como la rosa más preciosa estaba adornada con espinas, él también lo estaba, pero como una tonta lo ignoré. Porque su trato falso y su apariencia me hipnotizaron, y cuando finalmente me di cuenta de lo que realmente escondía detrás de toda esa mascara de falsedad, ya era tarde. Ya había abrazado a la rosa como si mi vida dependiera de ella, ya estaba manchada con mi propia sangre. Ya estaba herida.

Culpa.

Sabía que gran parte de la culpa era mía y solo mía. Si bien Taehyung estuvo mal al tomar decisiones en mi lugar, creyéndose el dueño de mi vida e influenciándome a tomar decisiones para mantenerme bajo su mirada, después de todo era yo quien terminaba aceptando. Sabía que solo aceptaba por aquel sentimiento de apego que tenía hacía él y ahora también comprendía que él, a sabiendas de lo que sentía, usaba aquello para mi toma de decisiones. Pude haberme negado, pero no lo hice. Porque sabía que a su lado todo sería más fácil. Él no me dejó crecer por mi cuenta, pero yo tampoco me lo permití.

Tomé la cuchara que había dejado sobre el pote de helado y mientras llevaba el postre a mi boca me detuve a pensar en la primera vez que le había dicho que no a Taehyung. La primera vez que rechacé sus influencias que buscaban devolverme a su lado. La primera vez que, sin darme cuenta, di el paso más grande de casi toda mi vida fue aquella vez que él había querido –por no decir que prácticamente ya había tomado la decisión– de que yo dejara literatura para cambiarme a su carrera. Pensar en aquel día no solo infló mi pecho de un leve orgullo, sino que, inconscientemente, cuando pensé en la razón que me impulsó a rechazarlo y tomar una decisión por mí misma, tuve que obligarme a reprimir un sollozo.

Pensar en aquella tarde donde había disfrutado por primera vez de la compañía de Jungkook, aquel día donde descubrí ese universo que residía en la mirada de la única persona que se interesó por aquello que yo escribía y que, en efecto, me convenció de que no tenía por qué avergonzarme del hecho de que me habían rechazado de la universidad de bellas artes, porque la literatura era realmente lo mío. Porque las palabras que plasmaba en las hojas eran el verdadero arte. Pude ser firme con Taehyung gracias a Jungkook.

Supongo que era correcto afirmar que desde la llegada de Jungkook yo había podido ser más fuerte. Como si él me hubiese ayudado a abrir los ojos y me hubiese impulsado a valerme por mi misma. Y aunque sabía que el cambio estaba en mí, porque había madurado lo suficiente como para alejarme de aquellas personas toxicas que consideraba mis amigos, sabía que nada de eso hubiese sido posible si el no aparecía. Contrario a Taehyung –quien me ocultó en una caja de cristal nublada de mentiras– de alguna manera se podría decir que Jungkook solo me dio las herramientas y yo supe manejarme a mi manera, supe salir adelante.

Y es que sabía que sin Jungkook probablemente seguiría detrás de mi amigo siendo manipulada por él y mis sentimientos que me obligaban a seguirlo.

"Estas donde debes estar, no todos los rechazos son malos ni todas las aceptaciones buenas"

Solté un suspiro y miré a mi alrededor.

―¿Estoy donde realmente debería estar? ―pregunté en un fino y casi inaudible susurro.

SeoYeon tiró la cuchara sobre el pote de helado, con algo de disgusto y luego de limpiar las lágrimas que corrían por su mejilla, le puso pausa a la película que habíamos comenzado a ver hace media hora atrás de la cual solo había visto los primeros cinco minutos y luego había desaparecido entre mis pensamientos.

―¡Lo sé, esto no funciona en absoluto!―Exclamó con enfado y se cruzó de brazos―Ni siquiera sé por qué intentamos esto del helado y las películas románticas, solo me hace sentir peor―reconoció y luego de guardar silencio por unos segundos se volteó hacía mi para mirarme con curiosidad―¿Será porque somos asiáticas? Debería dejar de influenciarme por las películas americanas, quizás no funciona de este lado del mundo.

―Seonnie―murmuré frunciendo el ceño―Lo que acabas de decir no tiene sentido.

Ella rechistó, como si fuese un dragón echado fuego por su boca.

―¿Quieres saber qué es lo que no tiene sentido? ―inquirió y antes de permitirme abrir la boca para murmurar una leve respuesta ella siguió―¡Las actitudes de Yoongi no tienen sentido!

Hice una leve mueca, de la misma manera que alguien reacciona cuando se acaba de dar cuenta de que metió la nariz donde no debe.

―¿Me dirás finalmente lo que pasó? ―pregunté en un tono que combinaba el cansancio con la curiosidad.

Hace tan solo unas horas, ella había llegado a mi casa con dos potes de helado de frutilla y una mirada tan aguada como la mía lo había sido estos días. No había querido preguntar mucho sobre el tema, había asumido que me contaría todo cuando se sintiese mejor o cuando estuviese preparada para hacerlo.

Aunque algo en mi estaba segura de que se debía a Yoongi.

―Peleamos―confesó luego de llevarse un gran bocado de helado a su boca―pero esta vez fue diferente, ¿Sabes? ―murmuró con su boca llena.

―¿A qué te refieres?

―Todo comenzó por un escándalo que hizo solo porque tomé un café con NamJoon.

―Pero eso tiene sentido, ¿no? ―inquirí y fruncí el ceño en una mueca que mostraba que estaba confundida―Después de todo, es el tu ex.

Ella blanqueó los ojos y bajó la cuchara para comenzar a revolver el postre helado de un lado al otro, se la notaba visiblemente afligida y también indecisa, como si una montaña de pensamientos, reclamos y criticas atacaran su mente en aquel momento y ella simplemente no supiese que atender primero.

―Pero es diferente―repuso―Ya lo habíamos hablado una vez y a él no le molestó en absoluto, sabe que el solo es mi amigo y confiaba en mi―hizo un puchero y volvió a llevar otra cucharada de helado a su boca sin importarle que sus lágrimas comenzaran a mezclarse con el―No lo entiendo, siempre fue muy maduro y comprensivo con ese tema, pero esta vez...

Comenzó a mover sus manos en el aire, como si hubiese perdido las palabras que buscaba en ese momento y ahora trataba de atraparlas en el ambiente a su alrededor.

―Esta vez...

―¡No lo sé! ―chilló tapándose el rostro con desespero―Quizás suene tonto, pero por más que intente evitarlo, no puedo negar el hecho de que pareciera que lo hizo a propósito.

―¿A propósito? ―inquirí con incredulidad. Dejé mi pote de helado sobre la mesa que estaba frente a mi sillón, ya que realmente no tenía apetito hacía días, y SeoYeon no tardó en tomarlo.

Ella asintió.

―Es como si el buscara esa pelea, como si fuese una excusa para pelear.

Me quedé unos segundos en silencio, buscando alguna palabra de consuelo o algo que pudiese servirle a ella en una situación así. Pero simplemente no tenía nada. Yo tampoco estaba pasando por mi mejor momento y el solo recordarme aquello me obligó a recostarme sobre el respaldo del sillón y cerrar mis ojos por unos segundos mientras exhalaba todo el aire que mis pulmones habían mantenido en cautiverio.

―¿Lo crees posible? ―pregunté cuando finalmente abrí los ojos.

Ella ni siquiera dudo al asentir.

―Él es como una caja misteriosa, ¿sabes? Un día es dulce, otro día es frio, al siguiente es gracioso, pero luego es distante―murmuró mientras contaba sus diferentes cualidades con los dedos―Al principio pensé que era un solo un tira-y-afloje, pero ya ha pasado bastante tiempo desde que comenzamos a hablar e incluso nos habíamos hecho más cercanos...¡Oh, Hyennie! Tienes que ayudarme a entenderlo, eres tu quien ha estado a su lado casi toda su vida.

Sin quererlo, mi mente se transportó al recuerdo de las cicatrices de Yoongi alrededor de todo su cuerpo. Por más que quisiese olvidar aquello no podía y aunque sabía que no me incumbía no podía evitar sentirme curiosa y completamente preocupada. Si había algo que había aprendido con el pasar de los días era que no importaba cuanto tiempo podías pasar alrededor de una persona, eso no determinaba en absoluto cuanto la conocías. Había pasado noches y noches junto a Yoongi y algunos tragos de alcohol hablando por horas y horas sobre la vida y aun así jamás reveló ni siquiera un mínimo detalle de que lo sucedía en él. Solo podía obtener una mínima idea a través de las charlas reflexivas que teníamos en ocasiones y entonces me di cuenta de que lo único que sabía con certeza era que es un gran amigo.

¿Qué era lo que realmente sabía de él?

―Odia a sus padres, bueno, ni siquiera son sus padres, en realidad son sus tíos, aunque supongo que eso ya lo sabes―ella hizo una mueca y asintió con la mirada perdida al vacío, como si recordara algo que en cierto modo le hacía sentir triste―Sus primos son raros y siempre se metía en peleas en el instituto junto con Jimin y Hoseok por razones que no conocía ya que Taehyung siempre me mantenía alejada del foco de la pelea, cuando quería encontrar alguna respuesta solo obtenía a un Yoongi dispuesto a beberse sus problemas, pero...― Pero las peleas no eran tan fuertes como para causar esas cicatrices que vi―esto es todo. Creo.

Me quedé en silencio y me acurruqué sobre uno de los hombros de mi amiga, aunque me esforzaba por mantenerme firme y brindarle un hombro para que ella pueda llorar, mi mente se mantenía completamente negada con aquel plan pues no paraba de preguntarse por Jungkook. El jueves, luego de la charla que había mantenido con Taehyung intenté llamarlo varias veces. No pretendía mucho, simplemente disculparme por ser tan idiota, quizás explicarle que aquello que dijo una vez en el parque de diversiones me había confundido y que la pelea se había dado en un mal momento. Tampoco era del todo culpable, tanto Taehyung como EunJi habían jugado con nosotros, jugaron con mis inseguridades y él debía saberlo. Pero luego de la tercera llamada perdida desistí. El viernes me evitó por completo. Durante todo el fin de semana la única noticia que me había llegado de él fue por parte de SeoYeon quien me comentó que vio a su hermano mayor en el vestíbulo del edificio.

¿Cómo estaría luego de aquella visita?

El último mensaje que le envié fue el lunes en la noche y, luego de ser ignorada, decidí dejar de molestar.

Porque así me sentía, una molestia.

Pero dejar de intentar comunicarme con él no hacía que saliese de mi cabeza, al contrario, sentía que ahora ocupaba más espacio en mis pensamientos de lo que antes lo hacía, si es que era posible ocupar más espacio.

―HyeMin...―murmuró con cuidado mientras movía mi hombro con delicadeza―Hyennie, estas llorando.

Llevé con incredulidad una de mis manos hacía mi mejilla y luego de comprobar que realmente estaba llorando, me acurruqué aún más sobre mi amiga, buscando hacerme más pequeña y así poder ocultar el desastre que eran mis sentimientos en aquel momento.

―Sí, bueno, no es ninguna novedad―comenté con una gracia falsa mientras limpiaba mis ojos con el dorso de mi mano.

SeoYeon me vio con empatía.

―Lamento haber venido sin avisarte, debí haber supuesto que no estarías bien.

Un pinchazo de culpa atacó mi corazón. SeoYeon me había consolado todos estos días, realmente estuvo firme para mí como se supone que lo haría una amiga y el saber que yo no podía entregarle el mismo consuelo me hacía sentir terriblemente culpable.

Me incorporé rápidamente, tensando mi espalda mientras negaba con insistencia y determinación, de manera tan exagerada que incluso llegué a marearme levemente. La idea era hablar de sus problemas y no mencionar los míos y volver a enfocarnos en mi nuevamente. Ella también merecía ser escuchada.

―¿Qué dices? No te disculpes por eso, te sentías mal y aquí estoy para ti―aseguré con una sonrisa temblorosa mientras insistía en eliminar toda evidencia de que lloré en algún momento―Además, estoy bien. Realmente.

Ella formuló una sonrisa incrédula juntando sus labios, sin mostrar sus dientes. Dejó el pote de helado sobre la mesa y se volteó para verme de frente.

―No lo estas―afirmó con pena―Deja de mentirte HyeMin, lo único que logras es lastimarte más―bajé la mirada como si en realidad fuese un niño que está siendo reprendido por su madre―No se hablan, se ignoran, pretenden que todo está bien cuando no lo está, créeme, estoy segura de que el ya no siente nada por esa bruja.

"Esta vez no estoy dejando que te vayas tan fácil, ¿entiendes que ahora te vas por tu cuenta?"

―Sienta él algo o no por ella, ya no importa―Me recordé de manera amarga―Ya terminó todo, SeoYeon.

―¿Qué es lo que se terminó? ―exclamó enfadada, olvidando por completo que se sentía mal y volviendo con esplendor a su papel de amiga dramática―¿Qué te impide volver a él?

Las imágenes de aquella pelea no me dejaban en paz. Eran como pequeños fragmentos cargados de tristeza que se proyectaban en mi mente de manera aleatoria y constante. Como un recordatorio de lo que había perdido. Como una burla eterna de mis errores. En este caso solo hubo dos proyecciones.

La primera fue la sensación de sus labios en aquel último beso que le robé luego de guardar una imagen mental de su rostro, porque sabía que lo más probable era que se tratara de la última vez que lo tenía así de cerca. Y ahora comprendía lo estúpida que fui al hacer algo así. Deseaba no haberme preparado para ninguna despedida porque siempre que pensaba en él, siempre que mi subconsciente quería regresar a él, esa imagen venía directamente a mí, envolviéndome en aquel amargo sentimiento que me dominaba en aquel momento. Entonces, una combinación entre el enojo, la decepción y una creciente nostalgia me golpeaban. Consumían hasta la última pizca de mi estabilidad. En cambio, sin esa preparación previa, me hubiese aferrado a los recuerdos anteriores a la pelea, donde él era feliz y yo no debía preocuparme por una despedida para cual no estaba nada lista.

Pero aquí estaba, pagando el precio de mis acciones con mi propia felicidad.

El segundo recuerdo fue un poco más doloroso:

"Vete. No me importa, ya no pienso retenerte. Yo tampoco quiero estar cerca de alguien que me considera un monstruo"

―Porque el merece estar con alguien que no considere que es un monstruo―susurré―Alguien que confié plenamente en él.

Partiendo del hecho de que el realmente nunca me mintió con su personalidad –porque me rehusaba a creer otra cosa, aun si así el recordar lo que hice fuese más doloroso– quien había sido el verdadero monstruo fui yo. Con una sola duda carcomiéndome en mi interior me encargué de romper toda la confianza que Jungkook había depositado en mí y quizás toda la seguridad que el comenzaba a almacenar con que él no era el monstruo que él creía ser. Y si había alguna posibilidad de que el sintiera algo por mí, estaba segura de que también la había destruido. Y por muchísimo que quisiera, no podía ignorar el hecho de que algo en mi cabeza me decía una y otra vez que comenzábamos a ser tóxicos entre nosotros. Amigos y no amigos, algo más pero menos que lo otro. No nos hacíamos bien. Todo habían sido mentiras desde un principio.

No podíamos seguir pretendiendo que podíamos curar nuestras heridas con más de ellas.

Oh, los hábitos de mi corazón.

―Yo también necesito tomarme un tiempo de todo esto, ¿Sabes? ―agregué a último momento.

Ella me miró completamente confundida.

―¿A qué te refieres con eso?

Alcé ambos hombros.

―Quizás sea lo mejor para ambos.

Y aunque no estaba de acuerdo. Sabía que era lo mejor.

***

Horas más tarde, cuando habíamos logrado estabilizarnos superficialmente, con SeoYeon decidimos ir a la facultad solo para retirar nuestras ultimas notas y trabajos y así poder empezar el receso de manera tranquila. Aunque claro, para esta época la institución era un completo desastre. Había estudiantes por todas partes, algunos afligidos mientras miraban sus calificaciones, otros felices y algunos simplemente acompañaban a lo demás a retirar notas, pero todos corrían de un lado al otro, creando un completo caos. No había visto la universidad así de llena ni siquiera el primer día de clases.

―Yo retiraré nuestras boletas de calificaciones y tu ve a la oficina de profesores a retirar nuestros trabajos―dijo SeoYeon cuando tiró de mi muñeca para llamar mi atención―Mientras más rápido seamos, más pronto podremos volver a tu casa a seguir viendo películas.

Antes de permitirme responder me soltó y comenzó a correr hacía la oficina de estudiantes. Bufé mientras eché un vistazo a mi alrededor y comencé caminar hacía el edificio donde se encontraba mi destino.

En la distancia pude ver una mirada brillar, como si esta cargara con todas las estrellas de un universo y cuando volteé a ver, ahí estaba él. Mi cuerpo se heló a pesar de que podía sentir mis terminaciones nerviosas arder. Se encontraba en medio de las escaleras de la entrada a la universidad, estático y con la mirada clavada en mi figura, pero con un énfasis triste. Como si hubiese perdido algo y ahora buscaba en el vacío con desesperanza. Mi corazón dio un vuelco mortal al verlo así. Comencé a caminar en su dirección sin siquiera darme cuenta. A pasos tontos y descontrolados. Aun si sabía que era nocivo para nosotros el estar juntos, el impulso fue más grande que mi fuerza racional.

No podía controlarlo, era como si quisiese evitar que dos imanes se junten, no podía. Su naturaleza los mantenía juntos. Y de alguna manera, algo mantenía juntas nuestras miradas.

El bajó lentamente hasta los pies de la escalera, dudoso y receloso. Como si desconfiara de cada paso que daba. Una ansiedad me invadió en ese momento y aunque quise correr hacía él y abrazarlo como si mi vida dependiese de eso tuve que hacer un esfuerzo repitiéndome a mí misma que solo debía disculparme.

Eso y nada más.

Nada más.

―Jungkook yo...

―¿Qué crees que haces? ―me cortó, dando un paso hacía atrás.

Escuchar su tono de voz junto con su mueca de indiferencia fue como un balde de agua fría que me despertó de un profundo sueño. Fruncí el ceño y di un paso hacia atrás también, clavando mi mirada sobre el suelo, mentiría si dijese que no me sentí levemente intimidada.

―Es que...yo...

El soltó un bufido sarcástico.

―¿No te había dicho que no quería estar cerca de ti?

Hice una leve mueca, como si realmente algo me doliera de manera profunda y quizás si lo hacía. Me sentía tonta. Subí mi mirada para verlo a los ojos, para comprobar que era realmente el quien había dicho eso, que no era ninguna ilusión o algún mal entendido. Pero ahí estaba el, de pie frente a mí con una mueca de asco, pero su mirada era extraña. Me veía con el mismo miedo con el que me había visto en el parque y mientras peleábamos en el aula de proyecciones. Aquella mirada que tanto tiempo me había tomado el analizarla, no la había comprendido sino recién hasta ahora.

Así como se mira a alguien a quien temes perder. Miedo al rechazo.

¿Pero por qué su mirada me hablaba de miedo cuando su boca dejaba en claro que quería verme lejos de él?

"...no todos los rechazos son malos..."

Una gran angustia comenzó a crecer en mi pecho, oprimiéndolo a tal punto que no sollocé solo porque sentía que no podía contener aire dentro de estos. Mis labios temblaban, ansiosos por soltar todas las palabras que había ansiado decirle, todas mis preocupaciones que tenía sobre él, todos los miedos que sentía, pero solo pude permanecer callada.

―¡Park HyeMin! ―exclamó con alegría una voz en mi costado derecho. Jungkook y yo volteamos al mismo tiempo y mi compañero de clases, EunTaek, me ofrecía una mirada calmada y amigable―¡Quería felicitarte!

Escuché a Jungkook soltar una risa amarga y darse media vuelta para irse por el lado contrario.

―¿Felicitarme? ¿De qué hablas? ―inquirí. Eché un pequeño vistazo hacía atrás pero solo vi la espalda de Jungkook perdiéndose a lo lejos dentro del mar de estudiantes.

Cuando volví mi mirada al frente mi compañero seguía manteniendo esa sonrisa inocente y, detrás de él, pude ver cómo la gente comenzaba a acumularse alrededor del tablero de notificaciones.

Oh no, no me digas...

―Sacaste el segundo mejor puntaje en las clases del profesor Seo―exclamó― Lee SeoYeon tiene el primero y yo el tercero. A premio nuestros trabajos fueron publicados en el tablero y en la página de la universidad, ¿No te parece geni...

Ni siquiera le dejé terminar de hablar. Lo aparté de mi camino y comencé a correr hacía el tablero principal. La mayoría de la gente me veía con respeto como si estuviesen felicitándome por mis logros y la otra mitad me veía con disimulo, como si hablaran por lo bajo sobre lo que había escrito. La desesperación en mis venas comenzaba a incrementar mientras me hacía paso entre la gente, pidiendo permiso o empujándolos por completo. Ni siquiera tuve mucho tiempo para detenerme a pensar en la culpa o la irrespetuosa imagen de mí que estaba dando.

Mi mente quedó completamente vacía cuando pude comprar que, en efecto, mi trabajo fue publicado y leído por todo aquel que quisiera.

Mi historia de desamor.

Mi historia de cómo comprendí que no me había amado a mí misma en un buen tiempo.

Mi desamor propio.

Y aunque se supone que estaba en donde debería estar, en ese momento, deseé desaparecer.

***

Y, de todas formas, ¿Qué era ese lugar? ¿Un país? ¿Una universidad? ¿Una casa? ¿Una amistad? ¿Un abrazo? ¿Unos labios?

La ansiedad me carcomía, el no saber si estaba haciendo bien o mal me hacía perder la noción de mi realidad.

¿Dónde estoy? ¿Por qué no me siento bien cuando todos están felicitándome por mi trabajo y mis esfuerzos? ¿Por qué, a pesar de estar feliz, algo muy dentro de mí se retuerce a causa de la tristeza?

¿Por qué estaba donde debía estar y aun así me sentía vacía?

¿Por qué quería estar en sus brazos a pesar de que estaba mal?

Obtenía mis primeros triunfos y la única persona con quien quería festejarlo era con él.

Y no podía.

A pesar de estar donde debía estar, yo quería estar con él.

Y no podía.















///

Primero que nada quería disculparme por la tardanza monumental. Ya había explicado algo en mi cuenta de Instagram pero como no todos me siguen les comentaré: tuve una mini crisis y comencé a releer todo FRDZ para editar, mantener frescos algunos detalles y, sobre todo, para mantener una linea del tiempo. Como ya saben Game is not over y Uncertain serán historias conectadas a esta por lo que todo debe seguir un orden racional. Ademas de que tengo planeado muchísimos extras de lo que estoy segura que les encantaran.

Por otro lado, ¡Cambié la portada de la novela! gracias a lxnelystarlight por esa portada preciosa. Si quieren ver el ARTE que crea esta mujer vayan a visitar su perfil, tiene una historia donde publica sus creaciones (Melt| graphic book) y también le ha hecho las portadas a otras escritoras <3

Realmente espero que les guste este capitulo y, nuevamente, disculpa por la tardanza.

ME SIENTO EN LA OBLIGACIÓN de aclarar que la canción que puse en multimedia me tiene fascinada. Tan solo lean la letra e imaginen que Jungkook le dedica esa canción a EunJi .Estoy pensando en hacer una playlist así que comenzaré a recolectar canciones :)

Also, quería decirles que en mi cabeza Kwon EunTaek es Jung HaeIn PORQUE LO AMO Y SU SONRISA ANGELICAL ES PERFECTA.

Pregunta preguntosa: ¿Como se imaginan a HyeMin?

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