Nunca había dormido tan bien en su vida como la noche del lunes.
Habían sido ya semanas de que el insomnio le hacia sufrir, haciendo que apenas pudiera dormir casi cuatro horas por día. Ni siquiera había podido concentrarse bien y se esforzaba demasiado en que sus alumnos no se dieran cuenta, sintiéndose sensible y más a la defensiva que de costumbre, cansado y con deseos de tirarse de la ventana del edificio. Además de los sueños extraños que tenía con cierta persona -que no quería mencionar- lo molestaban aún más, era irritante y nada ayudaba a que pudiera sentirse mejor hasta entonces.
Por fin había logrado dormir bien gracias a la pastilla que por fin pudo obtener del molesto escultor. Parecía que cada día lo odiaba más y lo quería tener lo más lejos posible.
Pero él tenía la caja completa de pastillas.
Hoseok podría conseguir una receta si fuera a otro doctor, pero lamentablemente su psiquiatra había escrito en su ficha clínica que no le recetarían más pastillas porque había probado muchos derivados de somníferos y no le hacían tan bien como Hoseok se empeñaba en creer. Ciertamente había adquirido adicción a los medicamentos y su psiquiatra lo sabía. Y de no ser por eso, Hoseok realmente se sentía mejor en los desequilibrios depresivos y dañinos de su cabeza que en su mayoría había logrado superar con ayuda de la familia de Namjoon y la familia de Mel. Con ellos, Hoseok podía ser ese Hoseok brillante que anhelaba con todo su ser convertirse, todo el tiempo. Ya no iba al psiquiatra hace tiempo. Pero el insomnio lo hacia sentir de la mierda. Y ya no quería nada más.
Por eso desistió al día siguiente, teniendo sus defensas bajas, se harto de su orgullo y sus molestias por el escultor, ¿Qué tan malo podría ser convertirse en su modelo?
Siempre que dormía se levantaba de buen humor. Tal vez por eso no lo pensó bien cuando después de volver a casa por la tarde, cuando todas sus clases terminaron y se puso ropa más cómoda, se encaminó al departamento de Kim Taehyung. Había conseguido su horario y a esas horas de la noche, sabía que el escultor había llegado a casa.
Podía con ello. Podía hacer un esfuerzo.
Pero cuando se abrió la puerta número 12 y contempló el rostro desconcertado frente a él, su cabello en una coleta, descalzo, con pantalones holgados y sin camiseta, se arrepintió en lo profundo de su alma.
Taehyung boqueaba, como si de verdad no se hubiera esperado su presencia. En cambio, Hoseok ya estaba listo para que él pestañeara y sus ojos lo dejaran ir por fin. Su cuerpo no ayudaba cuando Taehyung lo miraba.
- No pensé que volverías tan pronto -dijo por fin.
- Sí quieres me voy, adiós.
Hoseok se dio la vuelta lo más rápido que pudo, y al instante una mano rodeando su muñeca lo sobresaltó dándole la vuelta.
- ¡No, espera!
Un escalofrío. La mano caliente de Taehyung en su muñeca. Y un desagrado que casi le hace vomitar.
- No me toques -espetó deshaciéndose rudamente de la mano que le apresaba. Hoseok fue consciente del brillo herido en los ojos de Taehyung, pero no hizo nada para borrarlo. Pensó en disculparse, pero las palabras no salían, articulando finalmente-: Creo que esto de venir fue mala idea. Muy mala idea.
- Espera un momento -lo detuvo Taehyung, alzando las manos como si en cualquier momento fuera a agarrarlo de la camiseta-. Ya has venido. Y-yo puedo...
- Mira, estuve pensando en lo que hablamos -interrumpió Hoseok, sintiéndose más nervioso y estúpido de lo que esperaba al tener a Taehyung sin camiseta. Le distraía su piel tersa y fofa en la parte del estómago, con unos casi inexistentes abdominales. Se sentía tan estúpido, pero en su mente sólo se encontraba el pensamiento de la pastilla y dormir sus malditas ocho horas diarias, o en eso planeaba enfocarse-. Y aunque lo odio porque esto es chantaje y estás siendo muy hijo de tu mamá... -retuvo el aliento unos instantes hasta que suspiró, todo bajo la mirada intensa de Taehyung-... está bien.
- ¿Está bien qué?
- ¿Eres tonto? -frunció el entrecejo ante la expresión patidifusa de Taehyung-. No, definitivamente eres tonto. Que acepto ser tu modelo a cambio de mis pastillas, genio.
- ¿Realmente esas pastillas te ayudan a dormir? -enarcó una ceja, disgustado-. Sigues igual de irritable que siempre.
- Tú me irritas -aclaró el profesor, cruzándose de brazos-. No es el insomnio.
El escultor puso los ojos en blanco, abriendo la puerta y dejando un espacio para que Hoseok entrase.
- Mira, si vamos a hacer esto, es mejor que lo hagamos de manera profesional. Sin insultos. Si decides no insultarme, entonces eres bienvenido.
Hoseok lo miró extrañado y casi con indignación.
- ¿Y cómo se supone que voy a dirigirme a ti?
- Uh, no sé, ¿Tal vez amable como una persona normal? -declaró irónico-, ¿O es demasiado para ti, Hobi hyung?
Hoseok resopló, con una sonrisa sarcástica, y entró al departamento. Taehyung cerró la puerta tras él, gratamente sorprendido, y Hoseok se sacó las pantuflas dejándolas en la entrada y caminando a la sala de centro como si fuera un amigo de toda la vida.
- Después te preguntas porqué me irrito. Tú eres el culpable.
- Puedes pensar en el sexo salvaje que tuvimos -sonrió Taehyung hacia él, alzando las cejas reiteradamente, pasando de largo hacia su dormitorio y poniéndose una camiseta negra que dejo encima del sillón-, a ver si así te relajas.
- Si quieres hacer la paz conmigo, debes dejar esos comentarios de mierda.
- Oh, la paz contigo no es lo que precisamente quiero hacer -musitó Taehyung, pero Hoseok se quedó estático viendo como agarraba su cuaderno de dibujo casi igual de grande que su torso y veía concentrado los lapices de un tarro, moviendo los dedos y eligiendo uno.
- ¿Qué dijiste? -preguntó Hoseok, realmente haciéndose el sordo. Necesitaba estar seguro que dijo eso y no fue cosa de su dañada imaginación.
- Que eres un hyung realmente amable ahora -sonrió Taehyung, más sarcástico que nunca-. Vaya, que personalidad tan bonita tenías escondida. Me gusta.
Hoseok gruñó, con desprecio y lo fulminó con la mirada que por poco y casi le hace trastabillar. Vio como Taehyung dejaba el cuaderno en el sillón, dirigiéndose a la cocina y trayendo consigo un taburete dejándolo a su lado devolviendo la mirada burlona a la expresión molesta de Hoseok.
- Cállate antes de que se me pase el efecto de dormir bien y te patee el trasero.
- Como usted ordene, hyung, siéntese aquí -señaló la silla, dándose la vuelta para volver a la cocina y Hoseok se sentó en ella, cruzado de brazos-. ¿Quiere algo de tomar, Hobi hyung~?
Hoseok apretó la mandíbula, respirando hondamente y repitiéndose en la cabeza que sólo estaba allí por la pastilla. Que la pastilla valía toda su paciencia, porque parecía un reloj a punto de explotar con su rostro rojo de la frustración.
- ¿Tienes cerveza?
- No -negó Taehyung, mirando el techo pensativo y rascándose debajo de la coleta-. Tengo té... y me queda algo de café.
- Odio el té -gruñó-. Quiero cerveza.
- Uh, Hobi hyung~ odia el té -se burló Taehyung, haciendo un puchero-, que penita.
Estaba equivocado. Hoseok realmente pensó que Taehyung no podía gastar toda su paciencia, pero lo estaba haciendo. Tenía que irse sino quería convertirse en un asesino. Se levantó del taburete sintiendo las uñas clavarse en la palma de sus manos.
- Me largo.
- ¡No, no, no! -le detuvo Taehyung, corriendo hacia él y Hoseok esquivó hábil las manos del escultor que estaban a punto de agarrar su camiseta . Le enfrentó, serio y con los brazos aún cruzados sobre su pecho. Taehyung se veía realmente aterrado de que se fuera y por un segundo el corazón de Hoseok se descongeló, pero la rabia seguía allí-... perdón, perdón, soy idiota, perdón.
- Por fin aceptas tu posición, pero ya me estás hartando. Dices que actuemos de forma profesional, pero eres el primero en sacarme de quicio.
- No es mi culpa que seas tan receptivo y divertido cuando te enojas -musito Taehyung, apenado y señalando su rostro-. Tu boca se frunce de esta forma graciosa y tu...
- Cállate, por Dios -gruñó Hoseok exasperado, pasándose las manos por el rostro-. Te voy a dar sólo una oportunidad más porque de verdad necesito esas pastillas, así que, ¿Qué quieres que haga?, ¿Qué me desnude o qué mierda?
- Bueno... -titubeó Taehyung, mirando hacia el pantalón de Hoseok, quien al darse cuenta caminó hacia el taburete ignorándole. Sentía tan caliente su rostro que no sabía si era por la rabia o la incomodidad-...recién estaba sacando el barro de las bolsas y los estaba poniendo en la tabla. Yo... por mientras quisiera hacer un boceto para hacerme una idea -Hoseok se dio la vuelta en el taburete, viendo por encima del hombro como Taehyung caminaba hacia el sillón y recogía su cuaderno junto al lápiz de carboncillo, mirándole de reojo-. Puedes sacarte la parte de arriba por mientras y cuando termine con tu torso puedes sacarte la parte de abajo, yo te avisaré, claro. Trataré de darme prisa para que no te de frío, aunque no creo que te de tanto frío porque eres algo...
<< Por dios, ¿Por qué es tan parlanchín?, ¡Nunca se calla!, ¡Me dan ganas de meterle un pepino en la boca a ver si así cierra el...! >> Hoseok cerró fuertemente los ojos, ladeando el cuello que lo sentía cada vez más tenso.
- Cállate y hazlo rápido -le interrumpió. Taehyung sonrió burlesco.
- ¿Te estás avergonzando?
- Segunda advertencia, Taehyung -abrió los ojos, triturando el rostro de Taehyung si pudiera-. Sigue hablando tonterías y te voy a meter un maldito pepino en la boca a ver si así te callas y haces tu trabajo.
Taehyung hinchó sus mejillas y resopló, viéndose regañado, e hizo un gesto con sus dedos sobre su boca, desviando la mirada hacia su cuaderno mientras lo abría.
- Bien, bien, me callo. Cerrado como una cremallera -dijo Taehyung. Hoseok aprovechó que no le miraba para sacarse la camiseta por encima de la cabeza y alisarla contra su regazo-. ¿Siempre haces eso con tus camisetas?
Hoseok alzó la vista, encontrándose con los ojos curiosos de Taehyung.
- ¿Hacer qué?
- Ordenarla de esa forma.
La expresión de Hoseok no cambió, sólo se inclinó hacia Taehyung lo más cerca que el taburete le permitió y exclamó:
- ¿Vas a empezar el puto boceto o no?
Taehyung asintió con la cabeza fervientemente, haciéndose pequeño en el sillón y empezó a dibujar dándole a Hoseok miradas fugaces, que a medida que pasaba el tiempo se volvían intensas y mirándole con más detalle a medida que trazaba cada parte. Pasaron alrededor de cinco minutos cuando Taehyung se levantó dejando el cuaderno hacia un lado, haciendo sobresaltar a Hoseok.
- ¿Qué?
- ¿Puedes erguirte un poco y poner los brazos de esta forma? El derecho cruzando tu brazo y el izquierdo encima de tu muslo -Hoseok lo miró sin entender y Taehyung hizo el gesto que quería, pero aún así no quedaba como él quería por su expresión insatisfecha, así que antes de reaccionar, Taehyung posó su mano suavemente en su espalda y tiró un poco de su brazo derecho, haciendo que Hoseok se levantara de la silla mirándole con pánico ante la sensación eléctrica que le recorrió la piel.
- N-no... no me t-toques -dijo entre dientes, haciendo que Taehyung le quitara las manos de encima sorprendido.
- Lo siento... P-puedes... ¿Puedes ponerte de esa forma? -preguntó desviando la mirada, volviendo al sillón.
Cuando Hoseok se puso de esa forma, Taehyung empezó a dibujar a su alrededor, sin dejar de contemplar cada rincón de su cuerpo y plasmarlo en el papel. Después de lo que parecieron milenios, Taehyung se detuvo frente a él, mirándole a los ojos fijamente.
- Ya terminé, puedes quitarte la parte de abajo y los calcetines.
Hoseok asintió poniéndose la camiseta, tragando saliva y tratando de no sentirse completamente desnudo frente a él. Se repetía un mantra en su cabeza de que todo terminaría y que podría ir a dormir, cuando se bajo los pantalones después de sacarse el cinturón y vio de reojo como Taehyung se relamía los labios.
- Vaya -esbozó juguetón-. Lindos bóxers.
Y eso fue todo para Hoseok.
Se subió los pantalones, se dio media vuelta, se puso sus pantuflas y se fue.
[...]
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