Enamorado De La Muerte โœ“ โ†’[St...

By Baezzealy

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Ella es la รบnica en todo el universo que tiene el poder que muchos desean obtener. Es temida y respetada a l... More

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By Baezzealy

N/A: Final.

«Ella dijo que se iría y que se llevaría todo lo que era suyo. Ella se fue. Y no me llevó a mí. Y yo era suyo»


꧁ 𝐴𝑑𝑖𝑜𝑠, 𝑎𝑚𝑜𝑟 ꧂
•••••••••••

Los días fueron pasando poco a poco, realmente fueron eternos y muy pesados para cada uno de los vengadores. Ninguno se sentía bien, aunque afortunadamente no había ninguna baja en todo el universo, para ellos esa victoria era amarga.

A final de cuentas, lo que resto del equipo se terminó enterando de toda la verdad, y no porque Steve se los dijera, sino porque sabían que algo andaba mal y que Pietro sabía lo que ocurría, aunque el chico plateado no había querido decir nada, Wanda leyó su mente y se termino enterando de todo.

Los chicos tardaron en comprender las cosas, no es fácil enterarse que viviste con la muerte, comiste con ella, reiste con ella, estuviste durmiendo con ella, y aprendiste a quererla. Aunque todos sabían que eso era absurdo e irreal, también sabían que era la única explicación para todo, para todo lo que ocurría con esa chica.

Pero lo peor de todo, era saber que ella había desaparecido, que se había esfumado y todo por arreglar el universo. Lo peor del caso es que sabían que a ella no le correspondía, por más la muerte que fuera, por más parca, por más poder que tuviera, parar a Thanos no era su problema, al contrario, solo era problema de ellos, ellos tenían que encargarse de Thanos y no fue así, no pudieron con él.

Así que sentían culpa.

Demasiada culpa.

Pero más culpa aún, por ver a Steve como estaba, desde hace días no solo no comía ni dormía, también no hablaba y lo único que hacía era mirar por la ventana del lugar donde se encontrará.

Bucky intentó hablar con él, y no funciono, del mismo modo lo hicieron Wanda, Sam, Natasha incluso hasta Tony, pero el único que logro hacer que reaccionara aunque sea un poco fue Pietro, y eso porque sus palabras fueron duras y crueles, y también algo divertidas, pero fueron las únicas que lograron hacerlo.

Y gracias a ellas, ahora Steve se encontraba en aquella finca.

Hoy se cumplían los doce días después de lo ocurrido con el universo.

Y hoy se encontraba el rubio completamente solo en aquella finca, donde estaría casándose en estos momentos.

Se supone que sería un día soleado y brillante, por eso escogieron la primavera para casarse, pero no, estaba lloviendo, parecía que hasta el cielo estaba por caerse, como si el día estuviera igual de triste que él.

Se sentía tan solo y vacío, ahí, en el patio donde se supone que sería la misa y la recepción, el rubio se encontraba ahí, mojándose arruinando aquel traje azul que traía puesto, arruinando su peinado, su ropa, arruinándose él, arruinando lo que pudo haber sido una boda.

-En verdad Raven, no tienes idea de cuanto lo lamento. -Susurro con dolor viendo fijamente a aquella capilla, donde estaba Cristo y la virgen, dónde pudo ser su ceremonia religiosa. -Perdonadme, debí detenerte, debí decirte que te amaba, que no tenía nada que perdonar, que estoy enamorado de ti.

••••••••••

La luz no existía, la ausencia de color era latente, hacía frío, no había nada, absolutamente nada.

Tampoco había sonido, ni de respiración ni de latidos, no había cuerpo, no había nada, absolutamente nada.

O eso creía.

Hasta que vio una luz blanca.

"Odio el blanco"

Pero en el fondo se alegraba de ver ese color, fue entonces cuando comenzó a oír, a oler, a sentir.

Pronto todo se volvió claro, tan claro que le hizo despotricar mentalmente, reconoció aquella pared, aquel ventanal, aquel juego de ajedrez sin comenzar.

-No lo entiendo. -Fue su voz tan clara como el agua. -Mate a Thanos por lo tanto, debí desaparecer.

-No lo niego, debiste desaparecer, pero no puedo permitirlo.

-¿Por qué? -Aquella mujer se puso de pie para después girarse y ver fijamente a Theos.

-No puedo condenarte por el simple hecho de que cumplieras tu destino. -Explicó con calma mientras sonreía con levedad.

-¿Qué? ¿Mi destino? ¿Cual destino?

-Todos tienen un destino, todos. -El hombre camino con calma hasta la mesa donde estaba el ajedrez y el alcohol y entonces se sirvió un trago. -Ni nosotros nos salvamos de uno.

-Estas queriendo decir ¿Qué yo tenía que matar a Thanos?

-Sí.

-¡¿Y porque carajos no me lo dijiste antes?! -Grito totalmente ofendida la muerte. -¿Tienes la remota idea de lo que sentí cuando se suponía que iba a desaparecer? ¡Si ibas a traerme de vuelta mínimo me hubieras dicho!

-No te lo dije por dos razones. -Hablo con calma el creador. -Uno: No puedo irrumpir en los destinos de nadie. Dos: Después de pensarlo detenidamente tome la decisión de decírtelo, pero me quitaste la invitación de tu boda, así que me retracte.

La muerte literalmente se quedo hecha piedra tras escuchar lo dicho por Theos, parpadeo un par de veces para después comenzar a reír. -En verdad eres un jodido cabrón.

-¿Con esa boca besas a tu novio, mujer?

Con la mención de aquel rubio, la mirada de la muerte rápidamente cambio, mostrándose triste y desolada, de tan solo pensar en lo ocurrido le dieron ganas de haber desaparecido de verdad y para siempre, para que así olvidarse de todo aquel dolor que tenía en el pecho. -Steve...

-Parca ve y se feliz con él, ya no tengo porque interponerme, mientras puedas seguir con tu trabajo, por mí esta bien siempre y cuando me invitenba la boda porque la de hoy ya esta más que cancelada ¿No?

-¿Han pasado ya 12 días? -Pregunto asombrada observando la cara de confusión de Dios.

-Bueno, en la Tierra ya han transcurrido doce días, disculpa pero no estoy consciente del tiempo. -El hombre de fue a sentar frente a la mesa con el ajedrez para después comenzar a leer el instructivo. -Ve con el amor de tu vida, yo mientras veo como jugar esto.

-Eso se juega en parejas, Theos. -La muerte negó con levedad para después ver por un ventanal y suspirar. -Esperame, no tardaré nada.

Dios volteó confundido tras lo dicho por la muerte, al ya no verla ahí se sorprendió de sobre manera, pero rápidamente se puso de pie y corrió hacia uno de los ventanales para ver el chisme de primera mano.

•••••••••

-Te extraño. -El rubio seguía ahí, lamentando todo, madiciendose una y otra y otra vez. -Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. -Steve suspiró mientras tocaba su pecho, aquel dolor simplemente no desaparecía y probablemente jamás lo haría. -Yo... Yo realmente te amo Raven.

-Y yo te amo a ti, Steve. -El capitán literalmente se quedo congelado al escuchar aquello, esa voz la conocía tan bien, había estado escuchándola durante tanto tiempo que ya estaba incluso grabada en su memoria y en su cuerpo.

Bastante temeroso se giro, poco a poco y con miedo de que fuera una ilusión, un juego de su asquerosa mente y que no hubiera nadie tras él.

Al girar por completo, la vio, ahí, bajo la lluvia con un hermoso vestido de novia, y aunque estaba mojada, sin maquillaje y sin peinar, se veía hermosa, bastante hermosa.

-¿Raven...? -Los ojos de Steve no tardaron ni un segundo en cristalizarse, en llenarse de lágrimas y en derramarlas. -Imposible...

-Prometimos vernos en doce días... -Explicó torpemente con voz entrecortada y triste. Aquella mujer iba a decir más, pero los cálidos brazos del rubio la rodearon con desesperación.

-Estas aquí, realmente estás aquí. -Susurro entre lágrimas, mientras se aferraba a aquel cuerpo frío, a ese frío tan natural que tanto había añorado en esa semana que no fue más que un maldito infierno para él.

-Y aquí estaré, siempre. -Volvió a explicar aquella chica, quien también rodeó aquel cuerpo, disfrutando de aquella calidez que tanto amaba, que la hacía sentir viva, que la hacía sentir bien.

Estuvieron un buen rato abrazados, sin importarles la fría lluvia y aquellos charcos enormes que se estaban formando, después de varios minutos comenzaron a separarse poco a poco.

-Creí que ibas a desaparecer. -Comentó Steve una vez que se separó por completo de la muerte, pero no se alejó, estaba a solo un paso de distancia con ella. -El niño Maximoff me lo dijo.

-Yo también lo creí, de hecho puedo decir que si me esfume, pero el creador me trajo de regreso. -Explicó con calma aquella mujer, quién veía detenidamente el rostro del rubio, memorizando cada facción de él.

El rubio se quedó levemente pasmado al escuchar la palabra "creador" entendía o quería creer que era "Dios" el verdadero Dios, sin duda desconocía muchas cosas, pero prefería quedarse hasta ahí, hasta lo que él podía comprender sin necesidad de creer que se estaba volviendo loco.

-Raven, perdóname, fui muy duro contigo, me exalte demasiado y no te di oportunidad de...

-En verdad Steve, no tienes porque disculparte, era completamente normal tu reacción, de hecho esperaba hasta más. -Admitió la muerte quien dio un suspiro cansado. -Perdoname, por no haberte dicho la verdad en su momento.

-Yo no tengo nada que perdonar. -Explico el rubio quien sonreía con levedad. -Si no hubieras hecho lo que hiciste, jamás te hubiera conocido, y jamás me hubiera enamorado de ti.

La muerte sonrió con calma, al tiempo en que tomaba con calma la mejilla del rubio y lo veía con tristeza. -Gracias Steve, gracias por comprender.

-No me agradezcas Raven, yo me tarde mucho en entenderlo y te trate mal, a parte...

-Basta, estamos a mano, rubio. -El capitán sonrió con calma, pero al ver el rostro de Raven, su sonrisa se esfumó por completo.

-Algo me dice que no habrá final feliz para nosotros ¿Cierto?

Raven frunció sus labios con pena asintiendo a lo dicho por el hombre que amaba, aunque le dolía admitirlo, eso era lo mejor.

-Te daré la historia más feliz que puedas tener. -La muerte tomó con ambas manos el rostro de aquel hombre, acariciando sus mejillas con los pulgares, disfrutando de la sensación cálida de aquellos cachetes que ya no tenían barba. -Pero yo no estoy incluida en esa historia.

-¿Qué estás...?

-Tuviste razón en todo lo que me dijiste la última vez que nos vimos...

-No Raven, era yo el que estaba equivocado y...

-No Steve, algo que he aprendido de los humanos, es que ellos dicen la verdad de cuatro formas, solo cuando son niños, están borrachos, tienen resentimientos o están muy enojados, cuando hablas y te encuentras en alguna de esas cuatro etapas, hablas con sinceridad, desde el fondo de tu corazón.

-Raven por favor no... -La muerte negó al tiempo en que tapaba la boca del rubio y sonreía con total tristeza.

-Cuando neve en primavera, cuando haga calor en otoño, cuando las hojas de los árboles caigan en verano y en invierno florezca un árbol, es porque estaré ahí, contigo.

-No te vayas, no lo hagas. -Las lágrimas del rubio comenzaron a caer, pero imposible que se distinguiera a causa de esa lluvia torrencial que los empapaba, el cielo estaba cayéndose a pedazos, al igual que los corazones de ellos dos, la naturaleza misma estaba totalmente triste, porque era la única testigo de aquella historia había terminado. -Te amo...

-Te amo, y te amaré por el resto de mi existencia, Steven Grant Rogers. -Al decir aquella última oración, la muerte acortó la distancia entre ambos y lo beso, lo beso con desesperación, amor y tristeza, lo beso como si fuera el último beso, aunque realmente si era el ultimo beso, al menos para ella.

«Adiós mi amor»

Y entonces, todo se volvió negro.

°°°°°°°°°°

-No entiendo ¿Qué acabas de hacer, Parca? -Preguntó el creador al ver a entrar a la muerte a su habitación, ya iba vestida con su respectivo atuendo, con un rostro sereno y tranquilo pero con una mirada totalmente cabizbaja.

-Lo que debí haber hecho cuando se terminó aquel mes, terminar con todo de una sola vez. -Explicó con calma mientras seguía su camino hacia una de las sillas. -Es lo mejor, al menos para él.

-¿Podrás soportarlo?

-Mientras lo vea crecer y lo vea feliz, podré hacerlo.

Theos se quedó sorprendido, realmente no esperaba aquello, de hecho ni siquiera lo consideró, pero como siempre no podía comprender a aquella mujer. Lo único que tenía claro era que a ella le dolía y mucho, que lo que había hecho era un estupidez pero que era necesario hacerlo.

El creador camino con calma y tomó asiento frente a ella, con calma agarro una de las piezas de ajedrez y la movió al frente. -He aprendido como jugarlo, así que vamos por una partida que estoy bastante aburrido.

-Tú siempre estás aburrido ya ni siquiera me sorprende. -La muerte sonrió con levedad, para agarrar un peón y moverlo al frente. Observó como Dios sirvió dos tragos y puso su cara de mejor retador, sería una partida larga y difícil, pero era lo mejor para poder distraerse.

-Que comience el juego, Parca.

°°°°°°°°°

El rubio estaba despertando, sentía su cabeza pesada y su cuerpo entumido, realmente estaba cansado.

Al poder fijar bien su vista en algo, se topó con que estaba en aquella finca de Escocia, la finca abandonada que habían allanado con tal de esconderse. Aunque estaba seguro de que había ido ahí para recoger algunas armas, se sentía levemente contrariado.

-Esto es extraño. -Susurro el rubio, quien no tenía ni la menor idea del porque de esa extraña sensación en el pecho.

Sin hacer o decir nada, agarró aquella caja con armas y se dispuso a salir de aquella finca, para continuar con su vida, ahora que ya podía vivir a plena vista de todos, sin temor a ser arrestado por Ross.

°°°°°°°°°°

1 Año Después.

-No entiendo porque me miras de esa manera. -Replicó el Dios del engaño, quien estaba totalmente enfurruñado con los brasos cruzados en un rincón de aquel templo.

-Es increíble que estés vivo, de nuevo. -Alego Thor quien vestía un elegante traje negro.

-Casi ha pasado un año desde entonces, deja de mirarme así. -Soltó de mala gana Loki quien arreglaba su saco color jade. -Ya te lo dije, en mi defensa, si morí, pero no tengo idea de como volví, al igual que la mitad de los Asgardianos.

-Y quién diría que cuernitos estaría en mi boda. -Hablo el filántropo quien llego hacia ellos con total calma. -Dime cuernitos ¿Has logrado algo con aquella sirena? ¿Como se llamaba? ¿Romina?

-Sí, quién lo diría... Y no, REGINA y yo solo somos amigos. -Soltó con impaciencia el Dios, que en estos momentos se arrepentía de estar ahí y no en aquella playa en Salem, donde se había instalado tras su llegada a Midgard.

-Sí claro, lo que digas. ¡Oh! Ahí vienen los restantes. -Justo en ese momento, aparecieron por la puerta de la iglesia, Rhodey junto con Happy, Peter, Bruce quien acompañaba a Natasha, Sam junto con Bucky los cuales llevan dos canastas llenas de gatos, Pietro con Maria Hill y por último Steve acompañado de Sharon. -¡Ya era hora! Creía que me iban a dejar plantado.

-La única que esta considerando dejarte plantado es Pepper. -Bromeo Steve, quien le dio un abrazo al filántropo, después de todo, ambos habían hecho las paces, casi murieron hace un año y no necesitaban más cosas para seguir enojados, después de todo comprendieron que no era culpa de ninguno de los dos, ni siquiera de Bucky, así que las aguas ya estaban calmadas.

-Pero mira nada más, Steve Rogers por fin consiguió una novia ¡Felicidades Capiamores!

-Y se tardaron demasiado. -Negó Natasha quien parecía madre decepcionada. -Se tardaron mucho en darse cuenta de su amor.

Pronto comenzaron las bromas sobre aquella pareja, para alivianar el ambiente en lo que llegaba Pepper y así a Tony no le diera un infarto o un ataque de nervios, pero el único que no se sentía cómodo en el lugar era el joven nuevamente platinado, que veía de mala manera a la rubia colgada del brazo de Steve. -Raven se vería mejor a su lado... -Susurro por lo bajo el hombre Maximoff.

-¿Dijiste algo Pietro?

-No, nada corazón. -Explico rápidamente el muchacho para después ponerse a pensar en la estupidez que había hecho su amiga, no podía creer aún que todos la habían olvidado, y lo peor, que aquella maldita oxigenada petulante se quedará con el capitán.

°°°°°°°°°°

2 Años Después

Lo que iba a ser una reunión de amigos, termino una borrachera de infarto entre todos los vengadores, ninguno se salvo de aquel alcohol asgardiano que Thor y Loki traficaban.

-Yo no a que hora se atreverán a salir del closet ustedes dos... -Hablo con voz arrastrada el arquero. -Yo digo... Que se den un beso para liberar la tensión.

-Este negro porno no es de mi agrado... -Replicó Bucky quien estaba picando con un tenedor el brazo de un dormido Sam. -Él me odia y yo lo y nos odiamos mutuamente.

-Thor deja de traficar tus drogas, ve como están esos niños. -Regaño Tony al asgardiano para después ver como Peter se había quedado dormido pegado al techo. -Mi casa es un desastre.

- te salvaste de estar haciendo un espectáculo, y todo porque hoy te toca cuidar a Morgan. -Habló Natasha quien sonreía con calma mientras jugaba con el pequeño bebé Stark.

-¡Yo opino... Que odio a esa cosa que se robo a mi hermana! -Grito el platinado mientras señalaba a Visión. -Ni se te ocurra hacerle un hijo que juró que te mando con mi amiga la parca.

-¡Mis hijos saldrán muy lindos! -Grito la castaña antes de caer dormida junto con su amor.

-La extraño...

Las miradas de Natasha y Tony quienes eran los únicos conscientes rápidamente enfocaron a Steve, quien tenía una botella vacía de licor asgardiano en la mano y un gordo gato naranja en el hombro. El rubio estaba sentado frente a la ventana, las lágrimas corrían por sus mejillas, una a una, pero el capitán no dejaba de llorar, ni siquiera podía evitarlo.

-La extraño tanto...

-Es la quinta vez que se emborracha, y la quinta vez que llora diciendo que extraña a alguien. -Explicó preocupado el filántropo. -Pero no entiendo, Sharon está con él, hasta van a casarse en unos meses.

-¿Será que extraña a Margaret Carter? -Pregunto la rusa quién veía con pena al soldado, era increíble ver aquella escena, sobre todo porque el alcohol no se supone que debería afectar.

-Creí que lo de Peggy era un ciclo cerrado en su vida, pero al parecer no es así. -Explicó el filántropo quien estaba a punto de ponerse de pie para consolar al rubio, pero antes de eso una voz lo detuvo.

-Él no extraña a Peggy, él extraña al amor de su vida. -Explico el chico rápido quien ya estaba sentado correctamente en una silla y tenía cara seria, como si ni siquiera estuviera borracho.

-¿Amor de su vida? Si no es Peggy o Sharon no tengo idea de quien sea. -Alego la ex espía quien miraba confundida a ambos hombres.

-La rubia hueca y Margaret están en su cabeza. -El mayor de los mellizos río con levedad para después destapar una cerveza más y darle un gran trago. -Pero ella está aquí. -Señaló su órgano vital. -Ella siempre va a estar ahí, y aunque ese rubio de pacotilla la haya olvidado, su corazón jamás lo hará.

Tony y Natasha se miraron totalmente confundidos, para después volver su vista al súper soldado, quien ahora abrazaba al gato que había adoptado hace seis años mientras lloraba y balbuceaba "la extraño"

°°°°°°°°°°

1 Año Después.

-¿Y ya tienen nombre para la bebé que viene en camino? -Preguntó Wanda quien estaba tumbada en un sillón junto con su prometido. -Ya está a dos meses de nacer y no veo que digan algún nombre.

-Eso es algo complicado. -Explicó la agente número 13. -Steve ya tiene un nombre, pero ese nombre ya lo habían apartado antes.

-¿Pues quién lo apartó? -Pregunto Sam quién estaba peinando felizmente a Tony Jr mientras Bucky se encargaba de ponerles sus trajes a los demás gatos.

-Sucede que quiero nombrar a mi hija "Raven"

En la cocina del otro lado de la sala se escuchó un gran ruido, y fue porque Pietro había dejado caer unos platos, pero ni siquiera le importo, en una milésima de segundo ya estaba en la sala junto con los demás vengadores y miraba de muy mala manera al rubio. -Lo siento Capitán de pacotilla, pero prácticamente desde que Hill se embarazo yo dije que mi hija se llamaría Raven.

Estupido mi vajilla! -Grito Tony quién corrió hacia la cocina. -Nah, fue la que compró Rhodey, así que no importa.

-Lo sé Pietro, pero desde que escuche ese nombre no me lo he sacado de la cabeza.

-Amor, Pietro ya lo apartó, mejor vamos a ponerle Elizabeth o Margaret...

-Pero...

-Esta bien. -Pietro hizo una mueca de desagrado, miro de mala forma a la rubia esposa de Steve, pero después suspiró y negó. -La única condición para que tú le pongas el nombre a tu hija, es que me dejes ser tu padrino, de otra forma no pienso cederlo.

-¿Y como se supone que llamaremos a nuestra hija? -Ahora fue Hill quien hablo totalmente ofendida.

-Avary. -Fue la respuesta inmediata de aquel peliplata. -¿Entonces Rogers? ¿Qué dices?

-Hecho, serás el padrino de mi hija.

ESTUPIDO NOSOTROS SOMOS LOS PADRINOS, IDIOTA! -Gritaron al unísono Sam y Bucky.

°°°°°°°°°°

5 Años Después.

-¡Raven no te vayas a caer! -Fue el grito alarmado de Sharon, pero afortunadamente Steve llego a tiempo para tomar a la intrépida niña de aquel árbol al que había trepado.

-¡Princesa! -Exclamó totalmente feliz de ver a su hija.

-¡Papi! ¡Esta vez no tardaste nada en llegar! -Rio con tanta dulzura aquella niña, que hizo que Steve sonriera enormemente al verla.

-Vamos a casa princesa, que aquí está nevando y hace mucho frío. -El rubio cargo a la niña en un brazo mientras caminaba por el patio de aquella casa que había comprado para su familia.

-¡Mira papi! ¡Ese árbol está floreciendo!

-¿Como va florecer, corazón? Si estamos en invier... -Las palabras del rubio se quedaron a la mitad, ya que cuando levanto la vista, vio aquel árbol lleno de pequeñas flores rosas, para empezar ese árbol era de manzanas y para terminar estaba helando, era sumamente imposible que pudiera florecer ahora.

El rubio sintió un fuerte dolor en su órgano vital, miro hacia todos lados esperando ver a alguién, pero tras buscar arduamente no encontró a nadie, y eso extrañamente hizo que sintiera un vacío en el pecho.

-¡Verdad que esta precioso ese árbol papá?

-Por supuesto, es muy hermoso...

°°°°°°°°°°

Los años fueron pasando poco a poco, la Tierra siempre estuvo protegida, tenía a las personas más fuertes e inteligentes para poder protegerla de todas las formas posibles.

Shield volvió a estar en acción, Tony Stark se convirtió en el presidente de Shield y Steve Rogers en el Capitán de los Vengadores.

Poco a poco Shield comenzó a llenarse de nuevas y buenas personas y la mayoría de ellos eran asgardianos que ahora habitaban cómodamente en la Tierra y ahora estaban dispuestos a todo por su mundo, de la misma forma ocurrió con los vengadores.

Mientras que aquellos, los vengadores originales, comenzaron a vivir en paz, con sus respectivas familias, formando sus vidas, viviendo momentos gratos y felices.

Cada uno de ellos cumplió con sus metas y expectativas, y aunque también hubo mucho momentos difíciles, sabía que la única forma de enfrentarlos era estar juntos, unidos.

Tras pasar demasiados años, poco a poco los vengadores fueron visitados por la muerte, uno a uno tuvo que enfrentarse a ella, pero cuando la tuvieron en frente, todos se sintieron bien, en paz, como si ya la hubieran conocido de antemano.

Pietro Maximoff fue el único que recibió a la muerte como una vieja amiga, después de todo por esa razón aquella mujer no borró sus recuerdos, porque quería tener al menos un amigo en el mundo de los vivos.

El último en morir y dejar aquel mundo fue Steve Rogers.

-Supongo que estoy muerto. -Hablo el súper soldado tras ver a su anciano cuerpo en aquella cama de hospital, era un shock tan grande verse así mismo y muerto.

-Supone bien.

El rubio que tenía la apariencia de aquel joven Rogers, sin suero del super soldado por el cuerpo, giró poco a poco para toparse de frente con una hermosa y perfecta mujer, tan linda, tan bella, vistiendo un espectacular vestido negro.

-Steve Rogers, de Brooklyn. -Saludo aquel muchacho al tiempo en que extendía su mano hacia ella.

La morena no pudo evitar sonreír con levedad, mientras hacía un esfuerzo inimaginable por contener aquellas traicioneras lágrimas.

-Raven, de toda la existencia. -Aquella mujer estrechó la mano del rubio y al instante ambos sintieron una pequeña descarga eléctrica recorrer su brazo.

-¿Qué sigue ahora? -Pregunto sonriente aquel rubio tras soltar aquella fría mano.

-Una nueva vida para usted. -Al terminar aquella frase una puerta blanca se abrió frente a ellos, indicando que aquel hombre tenía que marcharse.

-¿La encontraré al final de mi nueva vida?

-Eso no lo dude, estaré ahí, siempre.

La muerte asintió con calma, aquella puerta se abrió y el soldado entendió que tenía que cruzar, así que sin más comenzó a caminar hasta ahí, recordando cada uno de los momentos que vivió, buenos, malos, confusos, así que antes de cruzar por completo giro y agregó: -Fui muy feliz, Raven.

La muerte lo vio marchar y vio como se cerró aquella puerta.

Sus ojos comenzaron a soltar lágrimas, demasiadas lagrimas mientras aquel corazón que tenía se oprimía a causa del dolor que estaba sintiendo.

-Sigue siendo feliz, Steve.

°°°°°°°°°°

Varias Vidas Después

Y las vidas fueron pasando, una tras otra, un ciclo sin fin, en donde la muerte lo recibía al final de cada una de ellas y lo trasladaba a una nueva.

Durante demasiadas vidas, la muerte estuvo ahí, observando, tan fiel a aquel amor que sentía por el rubio, tan fiel a él.

Y solo Dios, era él único testigo de aquello, de aquel sentimiento incondicional que sentía esa mujer.

-Jaque mate. -Fue la amenaza clara que soltó la muerte tras derribar al Rey del contrincante con su Reina.

-Este juego duró una eternidad. -Se quejó Dios quién tenía una mueca de disgusto en la cara por haber perdido aquella partida. -¿Quieres un trago?

-Adelante, pero esta ¿Qué número de botella es? -Pregunto al ver aquel salón que antes estaba vacío, ahora completamente lleno de botellas vacías de todo tipo de licor.

-Eso no importa, me ganaste. -Tras servir aquellos tragos y volverse a sentir aburrido miro con curiosidad a la dama que bebía frente a él. -¿Sabes? Nunca voy a comprenderte, Parca, siempre has sido lo único que se me escapa de mis manos, así que tengo curiosidad sobre algo.

-¿Qué es lo que quieres saber, Theos?

-¿Qué es lo que deseas realmente? Tener una vida o estar junto a Steve Rogers.

La muerte pensó profundamente sobre aquello, terminó de beber de aquel licor para después dejar el vaso sobre la mesa y mirar detenidamente a Dios.

-Quiero una vida para estar junto con Steve Rogers.

El creador sonrió ladinamente, no esperaba menos respuesta de aquella mujer que le había ganado en su primer partida de ajedrez, ya que había terminado su partida el aburrimiento llego a inundarlo de nuevo, así que ya tenía su nueva forma para divertirse.

-Deseo concedido.

Y entonces todo se volvió blanco.

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