"Quiero seguir a Jesús"
Esas palabras son aquellas fáciles de decir, pero un tanto difíciles de llevar a cabo y sostener.
Como hijos de Dios, nuestro mayor anhelo será permanecer en el Señor y tener una relación firme con él, pero habrá cosas en nuestra vida que nos dificultaran ese anhelo.
¿Cuán difícil es permanecer en Dios?
Muchas veces el mantener nuestra relación con Dios se ve afectada por la agenda ajustada, las "Prioridades", las excusas sin justificación y el tiempo desperdiciado. Estas son solo algunas de las cosas que nosotros mismos colocamos entre Dios y nosotros.
Juan 15:5 dice:
Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.
"Separados de mí no pueden ustedes hacer nada", me llamaba mucho la atención esta parte porque estando lejos de Dios el querer regresar a él es difícil, ¿no creen? Es como ir contra el agua y querer alcanzar la orilla.
Hace unos días escuchaba a un pastor y decía "¿Por qué no tenemos tiempo para Dios? Si de él depende nuestro futuro. " Esas líneas me hicieron pensar mucho. ¿Qué estamos haciendo?, ¿Nos estamos quedando dormidos?
Necesitamos seguir a Jesús, esa es toda la verdad.
Permanecer no es fácil, pero Dios es la vid, ¡Nuestra vid! Eso quiere decir que él es nuestra fuente y sustento, por ello necesitamos permanecer aferrados a él, porque tal y como dice este pasaje, sin el nada somos, nada podemos y el hecho de permanecer en el también genera fruto y el fruto es necesario.
Si no seguimos a Jesús, ¿Dónde está nuestro futuro?
Hoy quiero animarte a seguir adelante. Despierta y sigue a Jesús, permanece en el con fuerza, porque él es tu vid.
¡Bendiciones!