N/A: Penúltimo capituló.
«Te quería creer y hasta querer, pero resulto, que toda luz, al rededor de ti, era artificial»
꧁ 𝑁𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑜 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑜𝑛𝑎𝑟𝑡𝑒 ꧂
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El rubio parpadeo en repetidas ocasiones al tiempo en que sacudía su cabeza con levedad tras sentirse plenamente confundido e incrédulo.
-Raven, quiero la verdad. -Exigió firmemente y es que creer lo que ella le había dicho era sumamente estúpido. -¿Eres de Asgard? ¿Algún otro planeta similar?
-Yo soy la muerte. -Respitio con la mejor paciencia posible, viendo con total seriedad a aquel hombre. -La parca, catrina, la que pone fin a todos los seres vivos.
El capitán Rogers se quedo callado procesando con atención aquella información, pero después de pensarlo detenidamente simplemente negó. -Sí quieres que crea esa estupidez, dejame decirte que estas muy equivocada.
Raven miro con cansancio al rubio, y tras suspirar se desvaneció en pequeños brillos dorados mezclándose así con la atmósfera que envolvía al hombre.
Antes de que éste pudiera hacer o decir algo, la muerte se presento nuevamente tras él tomándolo por el hombro.
Cuando el rubio giró su vista hacia ella no pudo evitar dar un respingo, y terminar por alejarse, porque ya no era Raven quien estaba ahí, solo era un cadáver, un cadáver de pie vistiendo una gabardina negra y una hoz.
-¿Ahora me crees, Steve? -Con un chasquido de dedos de aquel cadáver aquella atmósfera pacífica despareció, ahora se veía la Tierra con un sin fin de destrucción a causa de los múltiples accidentes que se habían provocado por la desaparición repentina de la gente.
El súper soldado veía con los ojos desorbitados como varias almas de las personas que morían se desprendían de sus cuerpos y luego seguían a una mujer, la misma mujer que estaba con él.
-Yo soy la muerte. -Repitió con calma, para después con un movimiento de manos volver a aquella atmósfera más pacifica del principio.
Steve retrocedió cuando la muerte hizo ademán de tomarle la mano, y volvió a dar varios pasos hacia atrás cuando la vio acercarse.
-Alejate. -Fue la orden de un temeroso Steve quien estaba pensando todo de una manera fría y razonable pero aún así tenia un sentimiento de angustia y vacío en el pecho.
Ahora todo tenía sentido.
Desde el principio, desde el momento en que ella no tenía registro público, y su forma de actuar, tan curiosa con las cosas más simples.
Desde aquella vez que no sabía como usar un tenedor, o donde iba un sostén, cuando ponerse unos zapatos era el reto más grande que podía existir en el mundo.
Su forma de hablar, tan tranquila y pausada que jamás perdía la calma, su forma de caminar que era como una pequeña danza con gracia y sencillez, eso simplemente no era de esta época y probablemente de ninguna pasada.
Recordó aquel momento en que por accidente Wanda le lanzo una esfera de energía durante el entrenamiento, Raven lo esquivo de manera rápida y sorprendente.
Como de la noche a la mañana aprendió cosas como cocinar y comportarse en sociedad.
Aquella vez que hizo una réplica exacta de la casa blanca en nieve, o cuando libero a aquellos osos a mitad de la noche.
Sus múltiples idiomas y residencias, su falta de documentación, el porqué estar siempre cada día durante dos años con ellos.
Su carencia de amigos, familia, conocidos, ellos simplemente no existían.
Su temperatura corporal tan helada, tan carente de cualquier color. El porque no sudaba, y sus mejillas jamás se ponían de un color rojizo, ella simplemente no estaba viva.
“-No hubo bajas. -Dijo Steve quien se sentó en un pedazo de cascajo. -Que buena fortuna.
-¿Hubiera sido malo si alguien hubiera muerto?
-Hubiera sido terrible, aun así es pronto para decir que no hubo muertos.
-No habrá ninguno.
-Esperemos que así sea Raven, sería desastroso si eso pasará.
-Steve Rogers ¿Le temes a la muerte? ”
Todo era tan claro ahora, todo tenia sentido en cuanto a esa mujer.
El aire le faltaba, la cabeza comenzó a dolerle demasiado al punto en que pensaba que iba a explotar en cualquier momento.
-¿Por qué? -Pregunto una vez que pudo recomponerse de aquel golpe tan fuerte que sintió.
-¿Por qué, qué?
-¡¿POR QUÉ APARECISTE EN MI VIDA?! -Toda la paciencia que ocupó en esos años de había esfumado por completo, siendo reemplazada por ira latente.
-Steve por favor, conserva la calma.
-¿Calma? ¡¿Calma?! ¡¿CUAL CALMA?! ¿COMO PUEDO CONSERVAR LA CALMA CUANDO RESULTA QUE LA MUJER QUE AMO NI SIQUIERA ES... ES HUMANA?! -Steve estaba completamente rojo de puro coraje que no sabía siquiera como había llegado a él. Volvió a retroceder agresivamente cuando aquella calavera frente a él intento tocarla. -¿Cómo conservo la calma si todo fue una mentirá?
-Steve no fue una mentira. -Soltó la muerte totalmente desesperada al tiempo en que volvía a su forma humana.
-¿En serio vas a decir que no es una mentira? -Steve río con cinismo al tiempo en que negaba. -No entiendo nada, si eres la muerte ¿Qué haces aquí? ¡¿Qué motivo tienes para estar aquí?!
-Por que me enamoré de ti. -La voz de aquella mujer salio entrecortada, estaba por cruzar una linea muy fina para que el llanto la inundará, así que era muy difícil controlar aquel nudo en la garganta que por primera vez estaba sintiendo. -Por que te amo.
-En verdad dudó mucho que tú sepas lo que es amar. -Nuevamente Steve volvió a reír, no sabía por qué pero era lo único que podía hacer, soltar carcajadas de amargura.
Aquella respuesta fue como un balde de agua helada para Raven, quien tuvo que respirar profundo para poder conservar la calma y así comenzar con una explicación. -Te conocí un 4 de Julio de 1918, eras un bebé enfermo que probablemente moriría en cuestión de horas. -Con esa frase llamo de sobre manera la atención del Capitán, quien decidió no interrumpirla y dejarla hablar. -Me sorprendiste, no dejaste que me llevara tu alma, te aferraste a la vida como solo tu sabes hacerlo, y lo hiciste una y otra vez, cuando tenías dos años, cuando tenías cuatro, a los 7, 8, 12, 15, 16, 18, 21. -La muerte pausó su discurso momentáneamente para luego retomar. -He estado ahí, siempre, cada segundo observandote, en un principio porque esperaba por tu muerte, después fue divertido ver cuanto tiempo más aguantarías resistiendote a morir. -La cara que puso el súper soldado era de que estaba ofendido totalmente. -Pero te fuiste convirtiendo en un gran hombre, con lo de la segunda guerra mundial me quedo completamente claro, el ver como intentaste una y otra vez ser reclutado poniendo tu salud en riesgo, cuando por fin entraste a un reclutamiento, cuando cubriste la bomba falsa con tu propio cuerpo, cuando fuiste a rescatar a Bucky y llegaste a tu centro con mil hombres a salvo, incluso cuando decidiste hundirte en el mar para salvar a tu nación. -Una pequeña sonrisa se formo en el rostro de la muerte. -No sabía si dejarte vivir una vez que te congelaste, pero lo hice, aunque me tarde 70 años en decidir aquello, y a penas despertaste te reincorporaste, te fuiste a salvar al mundo nuevamente, aquella diversión que me provocabas fue cambiada por admiración. -Volvió a sonreír con calma para fijar su mirada en aquellos ojos azules que se negaban a enfrentarla. -Cuando ocurrió lo de Sokovia, vi que una pared te iba a caer encima, así que te quite de ahí, por salvarte la vida con mis propias manos perdí mis poderes por 30 días y decidí pasarlos a tu lado.
-Y cuando se cumplieron te marchaste. -Soltó molesto. -Pero volviste, y me hundiste más. ¿Por qué diablos qué lo hiciste? ¿Ha sido divertido jugar conmigo todo este tiempo?
-Yo no jugué contigo, te juró Steve que no lo he hecho, todo lo que he dicho todo, absolutamente todo lo que siento es sincero.
-¿Sincero? ¿Tus sentimientos son iguales de honestos que tú? -El soldado negó con la cabeza para después pasar su mano por el cabello totalmente frustrado. -Raven, tú eres artificial, la "persona" que más me ha engañado.
-¡¿Y QUE QUERÍAS?! ¡¿Qué te dijera: "Hola Steve, yo soy la muerte y me he enamorado de ti"?! ¿A caso lo hubieras entendido? -Para ese entonces la lágrimas que se habían acomulado en los ojos de la parca, ya empezaban a caer con desesperación por sus mejillas.
-Entonces simplemente no te hubieras involucrado en mi vida. -La voz del rubio ya se escuchaba tranquila pero también bastante disttuviste,
-Steve...
-Cuando te pedí matrimonio ¿No se te ocurrió decirme la verdad? ¿Cuanto tiempo más ibas a fingir ser humana? ¿Cuanto tiempo más IBAS A SEGUIR CON TUS MENTIRAS?
-Hasta que me descubrieras, hasta entonces iba a seguir. -Raven se limpió las lágrimas con el dorso de su mano para mirar con suplica al soldado. -Lo siento, sé que fue muy egoísta de mi parte ocultarte la verdad, fingir que podía tener una vida, que al casarnos tendríamos hijos y seriamos una familia feliz, sé que me equivoque, sé que mentirte de esa manera no era justo y...
-No Raven, no es justo. -El rubio trono su cuello para quitarse aunque ses un poco del estrés que tenía acumulado, para después fijar su mirada en ella. -¿Qué sigue después de esto? ¿Qué pasará después?
-Tengo que irme...
-¡Ah! Ya veo... ¡Vienes, pones mi vida de cabeza! ¿Y luego te vas? Lo bueno es que me amas, que si no... -El rubio volvió a sonreír de una manera cínica, era la primera vez para la muerte que le veía de esa manera, y saber que todo era culpa de ella no era algo precisamente agradable.
-No tengo opción, tengo que ir y arreglar este desastre que causó Thanos en el universo...
-¿Y el desastre que dejaste aquí? -La interrumpió para después señalar su propio corazón. -¿Ese quién lo va a arreglar?
Raven fruncio sus labios mientras parpadeaba en repetidas ocasiones, eso de querer llorar y hablar al mismo tiempo no iba con ella, porque iba terminar llorando y balbuceando cosas raras.
Así que trato de conseguir algo de serenidad, para que el rubio pudiera entenderle. -Perdonadme, por favor, jamás fue mi intención causarte tanto daño.
-El problema no es que seas la muerte Raven, el problema es la mentira en la que me tuviste, me prometiste una familia, me prometiste una vida junto a mí, me ilusionaste con algo que simplemente no podemos tener
-¿Lo hubieras entendido, Steve?
-Probablemente no o probablemente sí, pero eso ya no lo podemos saber ahora. -El rubio negó nuevamente para después de varios minutos volver a hablar. -¿Sabes? No tengo cabeza para esto ahora, con lo que ha ocurrido esto es lo ultimo que quiero discutir, solo quiero que me dejes en paz, que desaparezcas hasta que pueda comprenderlo todo.
-¿En verdad quieres que desaparezca?
-Sí.
-Esta bien, Steve. -La muerte trato de tomar la mano del rubio pero este se volvió a alejar. -Solo espero que en algún momento de tu vida, puedas perdonarme. -La muerte estuvo por marcharse, pero antes de irse agregó: -Sé qué la mayor parte de lo que te dije fue mentira, pero ten por seguro Steve, que mi amor por ti fue sincero.
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La muerte había aparecido totalmente desolada en Titán, de haber sabido de antemano que todo esto sucedería, jamás se hubiera involucrado con Steve Rogers y de esa manera ambos se hubieran ahorrado tanto dolor.
-Ya sabía yo que eras más que una amnésica secuestra osos. -Al girar, la muerte se encontró con Stark, quien estaba totalmente abatido sentado sobre una nave descompuesta. -Si vienes a intentar destruir el universo, dejame decirte que un titán genocida se te ha adelantado.
-No estoy aquí para eso, señor Stark. -Solto la muerte en un susurro para después desplomarse sobre aquella nave arruinada. -Sólo quería tomar un poco de aire.
-Algo me dice que tienes una larga historia por contar, sería buena idea que lo hicieras ya que tengo demasiado tiempo, en lo que la pitufina calva arregla este cacharro.
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Steve volvió a aparecer en Wakanda, justo donde había estado momentos antes de que aquella calavera se lo llevara a ese lugar desconocido.
-¿Donde esta Raven? -Ni siquiera pudo respirar bien cuando escuchó la voz de Pietro. -Sé que desaparecieron pero ¿Por que no volvieron juntos? ¿A donde fue? Por favor Steve, dime que no se fue con Thanos.
-¿Sabías la verdad? ¡¿Tú sabías la verdad, Pietro?! -Grito al tiempo en que lo tomaba de los hombros.
-¡Ey! ¿Qué les pasa a ustedes dos? No es momento para pelear ahora. -Alego la espía quien caminaba con dificultad para después tomar el brazo de Steve indicándole que retrocediera.
-Por supuesto que la sé, ahora dime ¿Donde diablos esta Raven? -Preguntó con firmeza tomándolo de igual forma.
-¡Ey! Nat tiene razón, ¿que les pasa? -Ahora fue Rhodey quien llego junto con Bruce y juntos separaron al rápido del capitán.
-¡¿Por qué no me dijiste lo de Raven?! -Exclamo furioso mientras luchaba por soltarse del agarre de ambos vengadores quienes no tenían ni la menor idea de que estaba ocurriendo.
-¡Porque es mi amiga, estúpido! -Grito mientras trataba de controlarse para evitar que Natasha se le fuera encima. -Ahora dime ¡¿Donde diablos esta Raven?!
-¡Se fue! ¡Dijo que iba a detener a Thanos!
-¡¿Y fuiste tan imbécil para dejarla ir?! ¡RAVEN VA A DESAPARECER SI LO DETIENE, AMBOS DEJARAN DE EXISTIR! -Grito totalmente sacado de sí para después dejarse caer en el húmedo pasto.
Los vengadores restantes escuchaban aquella conversación con atención, a penas escucharon la palabra Thanos y todo se confundió para ellos, pero algo tenían claro, de alguna u otra manera, Raven estaba involucrada en eso.
Steve literalmente se quedo congelado, dejo de respirar y hasta podía jurara que su corazón se había detenido. Al ver como el niño plateado había caído totalmente abatido al suelo, supo que lo que escucho fue real y que el chico plata no mentía.
-¿Qué has dicho? Pietro ¡¿Qué acabas de decir?!
-No dudo que Raven logre acomodar cada cosa en su sitio, ¡vamos! Ella es capaz de hacer eso y más, pero el costo es muy caro, ni siquiera pude despedirme. -El chico Maximoff dio un suspiro mientras trataba de controlar sus ganas de llorar, ese día había sido un asco, un maldito tormento, una pesadilla de la que ya quería despertar.
Steve se dejó caer de rodillas, para obligar al plateado a verlo y así poder creerle. -¿Por qué ella tendría que desaparecer?
-La más grande regla de la muerte, es que no puede matar a alguien que no tiene ningún motivo para morir, si lo mata, entonces desaparecerá junto con él.
-“No Raven, no es justo. ¿Qué sigue después de esto? ¿Qué pasará después?
-Tengo que irme...
-¡Ah! Ya veo... ¡Vienes, pones mi vida de cabeza! ¿Y luego te vas? Lo bueno es que me amas, que si no... ”
Y entonces, el mundo entero del rubio se derrumbó en pedazos.
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-¿Quién lo diría? Literalmente viví con la muerte. -Susurro Stark al ver como Raven volvía a desaparecer. Había escuchado con calma toda la historia, por más irreal que pareciera, en el fondo sabía que era cierto, porque era la única forma de explicar todo. -Suerte, amnésica.
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Thanos estaba en un mundo diferente, en aquel lugar donde conoció a la pequeña Gamora.
La soledad inundó aquel territorio, todo se sentía tan vacío, tan frío, tan seco.
-No es agradable ¿verdad? La soledad es muy difícil de sobrellevar. -El titán morado no pudo evitar estremecerse ante aquella voz que surgió de la nada.
Bastante asombrado volteo su mirada, topándose solo con un cuervo que estaba parada sobre la rama de un árbol en su granja.
-Ni si quiera tú puedes vivir con lo que has hecho, no lleva el universo ni un día con la mitad de su población, y ya lo echas de menos.
Aquel cuervo se multiplicó en cien, los cuales volaron hacia Thanos y al quedar frente a él, esos cuervos formaron un cuerpo, el cuerpo de la muerte.
-He hechos mejor el trabajo que tú, ponerle un control total a la vida, acabar con la sobre población, todos ellos gozaran la vida como debe de ser.
-Solo yo puedo decidir quien vive y quien muere. -Miro aquel guante roto que traía el titán, aquellas gemas brillantes se le hicieron bastante preciosas, sin duda alguna quería tenerlas con ella. -Eso no te pertenece y no has sabido como utilizarlo.
-No hay nada que puedas hacer ya, lo hecho nadie lo puede revertir, ni siquiera Dios.
-No subestimes los alcances de Dios, y mucho menos los míos. -Aquella mujer avanzó totalmente decidida hacia Thanos, este por inercia retrocedió, sabía lo que era ella, durante mucho tiempo estuvo obsesionado con ella, pero más que nada para alcanzar lo que sabe que jamás alcanzará, la inmortalidad.
Miro aquél guantelete quemado en su brazo, y tras hacerlo brillar una vez más, desapareció de aquel lugar, para refugiarse en la gema del alma, aunque no era precisamente muy cómodo estar ahí adentro, ya que la mitad del universo también se encontraba ahí en un sueño del que jamás podrían despertar.
Thanos quiso girar, pero al dar la vuelta, Raven estaba ahí, viéndolo con parsimonia.
-No hay nadie que pueda escapar de mí, ni siquiera tú. -Explicó con calma la muerte, mientras veía como Thanos le lanzaba todo tipo de rayos de aquel guante, pero aquellos poderes del infinito solo la atravesaban. -Eso solo funciona con los mortales, no conmigo.
La muerte extendió su brazo y al abrir su mano, las gemas que estaban en ese desgastado guante, rápidamente se desprendieron y volaron hasta la fina palma de Raven. Mientras de un momento a otro, ambos abandonaban la gema del alma y volvían a su lugar de inicio.
-Tú no lo entiendes, les he hecho un favor para que vivan bien, para que sobrevivan con dignidad, sin tener que mendigar por recursos.
-Creeme que lo entiendo, he visto el origen de los seres vivos, pero con o sin recursos siempre van a mendigar y desear todo tipo de cosas, esa es la naturaleza de los vivos.
-¿Y dejarás que las cosas sigan como hasta ahora?
-Ellos mismos son los culpables de su sufrimiento, Thanos, con o sin la mitad de la existencia no podrán vivir en paz, el ser vivo nació para auto destruirse.
-Puedo cambiar sus destinos, lo he cambiado ya y...
-Solo ellos cambian su propio destino, y este genocidio aleatorio a irrumpido con ese proceso.
-Entonces vas a revertirlo, aún sabiendo que los seguirás condenando.
-Yo no los condenaré, ellos solos lo harán.
-Allá tú y tus decisiones, espero que existas lo suficiente para ver que estás totalmente equivocada.
-Mi existencia acaba aquí, junto con la tuya, Thanos.
La muerte miro directamente al titán, al tiempo en que aquellas gemas se alzaban en el espació y brillaban en todo su esplendor.
Un brillo enorme inundo a todo el universo, mientras que la muerte disponía del alma de Thanos.
Pero cuando el proceso término, sólo quedaron cenizas en los lugares donde ambos habían estado con anterioridad.
«Me quedó con el consuelo, de saber que me enamoré de un buen hombre»
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Clint tenía el dorso de sus puños casi destruidos, todo por golpear una y otra y otra vez a la pared.
Esa era la única forma de sacar toda su ira, todo su coraje, su tristeza.
Había perdido a su familia y de la peor manera, ni siquiera los puso en riesgo esta vez, de alguna manera inexplicable sus hijos y su mujer habían desaparecido, junto con su vida.
El arquero, después de unos momentos de llanto, se limpio las lágrimas sin importarle mancharse de sangre la cara.
Pocos segundos después, camino hasta la cocina para sacar de los cajones un móvil y así poder llamarle a Natasha, esperando que ella estuviera bien y que pudiera explicarle lo que estaba ocurriendo, si es que sabía.
Clint no pudo marcar ni siquiera una tecla cuando escucho un ruido a su espalda.
Aquel hombre se giro con cansancio, suponiendo que era uno de los guardias de seguridad para interrogarlo o en dado caso culparlo por lo ocurrido.
Pero para su sorpresa, eran dos de sus hijos que seguían haciendo sus cosas como si nada hubiera pasado.
-¡Será el pastel más grande que hayamos hecho!
Para asombro de aquel hombre de ojos grises, su mujer estaba volviendo a integrase al igual que su hijo pequeño.
Se tallo sus ojos una y otra vez, creyendo que todo eso era una ilusión, pero al parpadear en repetidas ocasiones, vio ahí, a sus hijos haciendo lo mismo y a su esposa mirándole con confusión.
-¿Clint que ha pasado? ¿Qué es lo que ha ocurrido?
Los ojos del arquero se volvieron a inundar en lágrimas pero aún así no dudo ni un segundo en abalanzarse hacia su esposa para abrazarla y llorar en su hombro.
-Los había perdido Laura, te juró que los había perdido. -Fue lo único que pudo explicar antes de que el llanto lo inundara por completo.
-¿Perder a quién, papi?
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Hank miro a su hija, aun seguía totalmente confundido, se escuchaba un caos en la ciudad, gritos y explosiones, pero realmente le importaba muy poco.
Posó su mirada sobre sus manos, aun recordaba el momento en que poco a poco iban desapareciendo en cenizas. Podía jurar que tanto él como aquellas dos mujeres, habían terminado por desintegrarse, pero ahí estaban otra vez, sin poder explicar lo que había ocurrido con anterioridad.
-¿Papá? -Pregunto confundida la mujer avispa, quien también miraba su cuerpo una y otra vez. -No sé si sea cierto, pero puedo jurar que me desintegre.
-Lo mismo ocurrió conmigo. -Explico el señor quien rápidamente camino hacia su hija y la tomo del rostro. -Esto es demasiado extraño.
-¿Tendra algo que ver con el flujo cuántico? -Pregunto la otra mujer, quien agarró su cabeza firmemente temiendo que desapareciera en cualquier momento.
-Lo dudo mucho, no tendría por qué ocurrir todo esto. -Comento confuso Hank para después negar. -¿Verdad que todo salió bien, Scott?
-¿Y Scott?
-¡Lo dejamos ahí adentro!
-Mierda...
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Los demás vengadores se mantenían en aquel bosque de Wakanda, todos estaban desconcertados, tristes, decepcionados y furiosos consigo mismos.
No pudieron detener al titán, fueron derrotados, y gracias a ello, el universo entero se volvió un desastre.
-¿Creen que Tony siga con vida? -Fue la pregunta de Thor, lo cual provocó que el peso en sus demás amigos aumentara de sobre manera.
-Tengo que hablarle a Clint, saber si él y su familia están bien. -Comento la ex espía, quien sacaba de su traje un celular, que por cierto estaba roto.
La mujer no pudo hacer más que suspirar y dejarse caer en aquel árbol que se encontraba en el bosque, posó su mirada jade en el cuerpo de Visión, y no pudo hacer más que sentirse miserable.
-Esto... Es totalmente terrible. -Ahora fue Rhodey quien hablo, no sabía que hacer, se sentía tan impotente, al igual que los demás.
-Al menos ustedes se tienen a ustedes mismos. -Hablo el mapache, quien estaba totalmente desolado y abatido. -Yo perdí a Groot y temo que lo he perdido todo.
-Liebre...
-Steve... -Fue el llamado de Bruce, ya que el capitán seguía de rodillas en el pasto, viendo un punto muerto aun con las palabras de Pietro en la mente.
-Ya se ha resuelto. -Exclamo el chico veloz quien mantenía su mirada fija en el cielo. -Todo ha vuelto a la normalidad, menos ella.
-¿Qué estás...? -Pero la espía no pudo continuar su interrogación, porque el cuerpo inerte de Visión se reincorporó de golpe. -¡¿Qué demonios?! -Preguntó shokeada, sobre todo al ver que estaba moviéndose sin necesidad de la gema en su frente.
Y justo antes de que Steve pudiera siquiera ponerse en pie, el cuerpo de Wanda volvió a aparecer, junto con el de Bucky que estaba metros en frente.
-¿Qué ha ocurrido? -Fue la voz de Sam, quien iba llegando hacia donde los vengadores estaban. -Me siento algo raro.
-¡Sam!
-Visión tú... -Wanda estaba totalmente sorprendida al ver al androide en su forma humana, vivo, y sin la gema. -Imposible ¿Cómo...?
El ex androide ahora humano, no supo que decir, solo se limitó a abrazar a aquella mujer que tanto amaba.
-Lo hizo. -Susurro Pietro quien posó su vista en Steve, el cuál ya estaba de pie y viéndolo de regreso. -Cap...
-Entonces ella ¿Se fue?... -Susurro Steve con un hilo de voz.
“-¿Realmente quieres que desaparezca?
-Sí. ”
Entonces un brillo azotó aquel verde pasto, y de la nada apareció Stark ahí, quien veía a todos totalmente confundido.
-Se supone que estaba sobre un cacharro... -Explicó el filántropo quien desconocía exactamente donde se encontraba.
-¿Stark?
El millonario no pudo decir nada cuando más destellos dorados comenzaron a inundar el terreno, reconoció a la pitufina calva, pero cuando Strange también estaba ahí, no pudo evitar sonreír levemente.
-¿Señor Stark? -Fue la voz de Peter quién no entendía absolutamente nada. -¿Que ha ocurrido...? -Pero su dialogo quedo a la mitad ya que los brazos del filántropo lo rodearon.
-Te prohíbo, muchacho, que te vuelvas a morir frente s mis ojos. -Dijo con firmeza aquel millonario, quien aún tenía grabado en su mente las últimas palabras de Peter. “Lo siento”
Steve se alejo del resto, escucho los gritos de furor de su equipo y todos los Wakanianos, pero eso no le importaba ahora, el nudo que sentía en la garganta aumento demasiado, al recordar lo dicho por Pietro, al recordar lo que le dijo a Raven.
“-Te aseguro que mi amor por ti si fue sincero”
El rubio se recargo como pudo en un árbol, sintiéndose totalmente miserable y patético.
Sintió como tomaban su hombro, pero no quiso voltear, seguía con su mirada fija en el cielo esperando ilusamente que de ahí bajara Raven.
-Existen un sin fin de mujeres Rogers, y tenías que elegirla justo a ella. -Fue la voz de Stark la que detono la realidad en el rubio, realidad que simplemente no le gustaba.
-Soy el único hombre que se ha enamorado de la muerte.