Ángel de la muerte [TERMINADA...

By melissa-lol

12.3K 60 5

"Lo que nos define es lo bien que nos elevamos después de caer." Evelyn tiene clara su misión, subir a la tie... More

Epígrafe
Duele
Capítulo 1: Al fin
Capítulo 2: Esto será divertido
Capítulo 3: ¿Quién eres?
Capítulo 4: Te reto
Capítulo 5: La cita
Capítulo 6: El ángel
Capítulo 7: Una segunda oportunidad
Extras: Julian
Capítulo 8: Antes que nada
Capítulo 9: Sentimientos encontrados
Capítulo 10: Te necesito
Capítulo 11: Dixit Daemonium
Capítulo 12: ¿Qué he hecho?
Capítulo 13: ¿Qué estás haciendo conmigo?
Capítulo 14: ¿Reencarnación?
Capítulo 15: No puedo negarlo más
Capítulo 16: ¿Porqué?
Capítulo 17: La encontramos
Capítulo 18: Nuestra hora llegó
Capítulo 19: Necesito respirar
Capítulo 20: Sombras
Capítulo 21: Te invoco
Capítulo 22: Demonios en la Tierra
Capítulo 23: El pacto
Capítulo 24: Tengo que advertirle
Capítulo 25: Las puertas del infierno
Capítulo 26: Poco sabía yo
Capítulo 27: Una explicación
Capítulo 28: Confesiones
Capítulo 29: La muerte
Capítulo 30: Cerrar el pacto
Capítulo 31: Primer jinete
Capítulo 32: Guerra
Capítulo 33: Peste
Capítulo 34: Hambre
Capítulo 35: Ilusión
Capítulo 36: Deseo
Capítulo 37: Su llegada
Capítulo 38: Adam
Capítulo 39: Te escojo
Capítulo 41: Padre
Capítulo 42: Mandar un mensaje
Capítulo 43: ¿Quién es ella?
Capítulo 44: El sello final
Capítulo 45: La distracción
Capítulo 46: Reencuentro
Capítulo 47: Anticristo
Capítulo 48: El final del comienzo
ESPECIAL NAVIDEÑO 》

Capítulo 40: Condenados

190 0 0
By melissa-lol

Observo la perilla por más tiempo del que quisiera, puedo oír su voz al otro lado dando órdenes a sus seguidores, respiro hondo sosteniendo la perilla con fuerza, la giro por fin entrando de nuevo a su despacho. Levanta la mirada detrás del escritorio, una sonrisa se asoma en sus labios en cuando me ve entrar.

—Váyanse—ordena sin apartar la vista de mí.

Los demonios salen del cuarto sin cuestionar, el último se encarga de cerrar la puerta otorgándonos algo de privacidad.

—Regresaste—se acerca dejando lo que sea que estaba haciendo.

—Te dije que lo haría—atrapa mis caderas pegándome a él. —Aunque estoy molesta contigo, no me dijiste que sería así de difícil.

Me aparto de él, sus manos me aferran a él sin intenciones de dejarme ir.

—No estaba seguro de que dirías, además, mi padre fue quién me lo confesó después de tu partida, yo no sabía que tendrías que buscar a un ángel para abrir el portal, de saberlo no te habría arriesgado—sus labios acarician mi cuello, pongo mis manos en su pecho separándolo de nuevo.

—Adam.

—¿Qué? —pregunta fastidiado, sostiene mi mentón con fuerza frustrado por detenerlo otra vez, sus ojos se concentran en los míos. —¿Te arrepientes de algo?

—No.

De no ser por esto no hubiera conocido a Julian o a Maia, tampoco Archer y yo nos hubiéramos vuelto tan cercanos como lo somos ahora.

Exhala más calmado, dejando ir de mi rostro para regresar su mano a mi cintura, siento su pulgar acariciar el hueso en mi cadera.

—¿Entonces que pasa? ¿Por qué te siento tan distante? Estoy aquí Eve, ya no soy un espejismo.

Atrapa mis labios con los suyos, comprobando sus palabras.

—Pam, Stephan y Travon murieron hace unos días—lo detengo, se aparta un poco para verme.

—Tú la mataste—asegura muy convencido, me quedo callada esperando su reacción. —Tardaste más de lo que creí.

Esboza una sonrisa orgulloso.

¡¿Qué?!

—¿De qué hablas?

—Pamela se estaba convirtiendo en un problema, necesitaba deshacerme de ella—se encoje de hombros con indiferencia, regresa a su tarea de besar mi cuello, aspirando mi aroma en el proceso.

—¿¡Y decidiste que lo mejor era que yo lo hiciera?!

Este demonio me utilizo, vaya pedazo de...

—Sabía que no ibas a fallarme, nunca lo haces.

No lo entiendo, creí que tenían algo entre los dos, un amorío.

—Pamela se encargó de hacerme saber que había algo entre ustedes antes de que muriera—digo para detener sus manos que empiezan a subir la tela de mi blusa, pero no logro detenerlo por mucho, una sonrisa se dibuja en su rostro, mientras escabulle sus dedos por debajo acariciando mi piel, buscando más contacto conmigo.

—¿Celosa?

—¿Entonces es cierto? —digo sonando más molesta de lo que pretendía.

—No, mi dulce pecado, ella era la que me pretendía, yo nunca la correspondí. Tal vez hubo uno que otro beso, pero nada más. Tú sabes que desde que bajaste al infierno captaste mi atención. Tu eres la única que me importa—me besa de nuevo con vehemencia, no puedo devolverle el beso, no se siente bien porque no es mi ángel el que está besándome.

La puerta se abre detrás de nosotros, Adam no detiene sus besos ni sus caricias, me aparto de él para ver al demonio en la puerta, mi corazón sube a mi garganta.

¿Qué diablos hace aquí?

Por primera vez en mi vida siento vergüenza, esta no es la situación en la que esperaba verlo de nuevo, Archer me mira pidiéndome una explicación, pero soy yo quién le exige una.

Debería estar cuidando de Maia en este momento.

—Adam—lo aparto de nuevo cuando siento sus manos ganar más confianza con mi cuerpo.

Gruñe con fuerza, sus ojos siguen los míos viendo al demonio en la puerta.

—¡Archer! —Adam saluda como si nada.

—Señor—mi amigo contesta tomando su postura de guardaespaldas, evadiéndome lo mejor que puede.

—Me alegra que estes aquí. Quiero felicitarte por el buen cuidado que hiciste con mi ángel caído del cielo —Adam me pega a su cuerpo posesivamente, acaricia sin nada de disimulo mi cuerpo —Ahora que estoy aquí regresas a estar bajo mi mando.

Adam me aparta, se acerca a mí amigo con una mirada llena de amenaza, sostiene su hombro aplicando presión, mi amigo se esfuerza en disimular el dolor, pero su rostro se torna rojo.

—Quiero que bajes a los calabozos y te encargaras de los humanos—acerca su rostro a su oído para que lo oiga claramente. —Te quiero lejos de mi mujer, ¿te queda claro?

—Si señor.

—¿Si señor qué?

—Me mantendré lejos de su mujer.

—Así me gusta—palmea su rostro complacido —Ahora vete, que quiero estar solo con ella.

Archer se gira para salir, pero un demonio entra apurado impidiendo que lo haga.

—Señor, lo necesitamos afuera.

—¡AHORA QUE MIERDA PASA! —brama.

—Es urgente—se limita a contestar el demonio.

—Si me interrumpes por otra estupidez juro que haré de tu miserable vida aún peor—su voz se torna oscura y grave.

—Es urgente—repite seguro.

Sus ojos conectan conmigo, maldice entre dientes, se acerca a mí pegando sus labios en los míos. Sus manos acarician mis glúteos sin importarle que esos dos demonios estén aquí. Nunca le ha importado que vean como me hacía suya, en cambió a mí sí, por eso siempre era yo quién lo arrastraba a un lugar privado, donde nadie podía vernos.

—No tardo—dice con la respiración entrecortada. Deja otro rápido beso en mi boca antes de alejarse hasta la puerta. —La tocas y te corto la mano—le advierte a mi amigo saliendo de la habitación.

Ninguno de los dos habla, nos miramos con demasiadas preguntas en nuestras mentes, puedo ver lo contrariado que esta, sus ojos no me engañan.

—¿Qué diablos haces aquí? —soy la primera en hablar, cruzándome de brazos.

Me alegra saber que está bien, pero no quiero verlo, no aquí, no es seguro para él.

—Puedes explicarme de demonios le hiciste al ángel.

Mi cuerpo se tensa en su mención.

—Cállate—le exijo bajando la voz, alguien puede oírlo.

—Nos encontró a Maia y a mí intentando escapar—baja la voz acercándose para que pueda oírlo. —Por un instante creí que venía con noticias, pero vaya sorpresa que nos llevamos cuando intento matarme, sin darse cuenta que no tenía la daga.

Cierro los ojos maldiciendo, al borrar mi existencia borré la de Archer también.

—¿Qué mierda le hiciste?

—Yo... Tuve que hacerlo, por él. Tenía que dejar de existir para que él pudiera seguir con su misión.

—Evelyn—responde serio, castigándome con su mirada.

—No lo hice por mí, lo hice por él, porque lo amo, no quiero que Adam lo lastime, y sé que lo hará. Si se llegá a enterar de lo que pasó entre nosotros lo va a matar, ya viste como está contigo porque cree que eres mi amante, y solo son sospechas.

Respira hondo.

—¿Pero borrar tu existencia de su memoria?

—Si, si con eso logró que siga con vida, no me importa que no pueda tener una con él, lo único que me importa es que este bien, que salga vivo de esta guerra.

Sus brazos me rodean en un abrazo, consolándome, pruebo el sabor de mis lágrimas que no sabía que tenía.

—¿Qué pasó después? ¿Dónde está Maia? —pregunto cuando logro calmarme y concentrar mis ideas.

—Entre ella y yo logramos convencer a tu ángel de que no tenía malas intenciones, que estaba de su lado. La dejé con él, prometiéndome que cuidaría de ella con su vida, en este momento ambos deben estar lejos, sanos y salvos.

Asiento aliviada.

Me separo de él, no hay alguien más en quién confíe que en Archer para ayudarme en este momento.

—Necesito que hagas algo por mí.

—¿Qué cosa?

—Esconde la daga, un lugar que solo tu o yo sepamos, por nada del mundo Adam puede encontrarla y no podemos perderla, es nuestra única arma para terminar esto.

—¿Y si te pregunta por ella?

—Yo me las arreglo, tu solo encárgate de ella.

Me mira dudoso, sostiene el arma en sus manos.

—Está bien, Eve. Yo me encargo.

—Gracias—lo abrazo de nuevo. —Ahora vete, por favor ten cuidado, que nadie te vea.

—Lo tendré, tú también cuídate—se despide preparándose para desaparecer —Te veo a mi regreso.

Desaparece.

Me quedo sola mirando el cuarto, no quiero estar aquí, me quiero ir.

Estoy cansada, tengo tantas cosas que hacer y dispongo de tan poco tiempo para resolver todos los pendientes, nunca me había sentido tan cansada en mi vida, pero de nuevo, nunca había está el mismísimo hijo del diablo en la tierra.

Salgo de la habitación caminando por los pasillos, los demonios que pasan a mi lado hacen una leve inclinación de cabeza en forma de saludo, saben quién soy.

—¡Suéltenme hijos del mal! —esa voz, reconozco esa voz.

Me giro encontrando al padre luchando contra unos demonios, que lo sostiene de los brazos, arrastrándolo por el pasillo, seguro a los calabozos. Sus ojos se abren por completo cuando me acerco a él para verlo mejor.

—¡Tú! —me dice con odio.

—¿A dónde lo llevan? —pregunto ignorando al padre que sigue hablando.

—A las celdas junto con los demás—uno de ellos se encarga de decirme.

Lo miro como lágrimas de coraje, enojo, desesperación, y frustración resbalan por sus mejillas. Me muevo a un lado permitiendo que pasen, veo como lo arrastran hasta las rejas continuando con su perorata sin fin. Los veo desaparecer por la esquina, no tardo en seguirlos segura que no pueden estar lejos, tengo que saber dónde tienen encerrados a todos los humanos.

Pasan junto a otros demonios que les dan la autorización de seguir, espero unos minutos antes de acercarme a ellos, alzan la mano impidiéndome el paso.

—Déjenme pasar—demando.

—No podemos hacer eso—uno dice barriendo su mirada por mí.

—Entonces tú le vas a explicar al jefe porque no pude acatar su orden—ambos se miran teniendo un debato mudo. Terminan moviéndose, paso entre ellos caminando hasta las celdas.

Hay muchas personas aquí encerradas aterradas, esperando a que les expliquen que está pasando. Me escondo viendo como los demonios que sostienen al sacerdote abren la celda y lo arrojan como un costal al suelo, se asegurar de cerrar bien antes de irse. Espero a que desaparezcan para acercarme, miro a las personas confundidas con lágrimas incontenibles cayendo por sus ojos. Siento un golpe en el pecho al verlas así, desesperanzadas, perdidas, desamparadas...

—¿Por qué viniste? —escupe el sacerdote con odio.

—Vine para ayudarlos.

—Ayudarnos—bufa. —¿¡El mismo diablo viene a ayudarnos?!—ironiza.

Las personas a su alrededor me miran aterrados, entrando en pánico.

—No soy el diablo—aseguro para calmarlos.—Sabrás de él cuando lo veas, créeme.

—Entonces si no eres el diablo, ¿quién eres?

—No tengo tiempo para esto —me giro para salir.

Ya vi lo que tenía que ver, no necesito más.

—¿Porque me salvaste aquel día en mi despacho? —pregunta deteniendo mi andar.

—Ya te lo dije—digo sin mirarlo.


Salgo de aquí antes de que alguien se dé cuenta de mi presencia, o que Adam empiece a buscarme preguntando mi paradero. Ahora que sé dónde están tengo que pensar en cómo sacarlos de aquí, como salvarlos de este infierno. 

Continue Reading

You'll Also Like

29.5M 2.3M 43
Emily Malhore es hija de los perfumistas más famosos del reino de Mishnock. Su vida era relativamente sencilla, pero el destino le tenia otros planes...
39.9K 1.8K 20
Jeongin siendo el Omega más coqueto y lindo no ayuda mucho para changbin. En el sexo con él no se puede ser amable. Changbin top Jeongin bottom ¡18+...
31.8K 1.5K 24
-Eres demasiado importante para mi No te quiero perder por tonterías Me encanta tu manera de ser Es por eso que te ecogi Y no a otra persona Te...
38.6K 160 4
⚠️ Lenguaje explícito. Relatos ficticios⚠️ Puedes empezar a leer 🌜 iniciada: 26/12/23 terminada: ???