-No puedes pelear con ambos linda y lo sabes.
Linda, cualquier cumplido que sale de su boca lo siente como si le estuviera disparando al corazón. Antes esas palabras eran armonía en sus oídos ¡Qué estúpida que fue!
-Deberías darme esa ventaja.- Fionna puede destrozarlos a ambos sin ayuda, pero no les dará la oportunidad de verla haciéndolo.
-De acuerdo.- Se acerca el Rey.- Será divertido.
Le da una patada a Fionna que simplemente pudo evadir, pero no esta vez. Cae al suelo.
-¿Está es la Fionna de la que me hablabas hijo? ¡Es una vergüenza! Esperaba que fuera un gran guerrera.
-Es normal padre, que ataquen tu Tierra en un abrir y cerrar de ojos y no tengas oportunidad alguna de salvarla debe ser doloroso.
Fionna se retuerce mientras esconde la mano en su estómago.
Le da unas patadas más y desciende hacia ella.
-¡Qué lástima que no se...!
Es interrumpido cuando Fionna le encaja el cuchillo que tenía atado a su cintura. El Rey escupe sangre y se tira al suelo en posición fetal. Aúlla del dolor y después de unos minutos el silencio domina el Salón.
-¡¿En serio le hablaste mal a tu padre de mí?!- Frunce el ceño con tristeza fingida.- Lástima que se haya dado cuenta unos minutos antes morir el tipo de persona que soy, pero bueno sólo son detalles. Estoy segura de que se arrepintió en cuanto sintió el filo en su piel.
Flint está parado sobre el trono, horrorizado.
-Sólo quedas tú.
Corre velozmente y en eso Marshall se deja ver.
-Este cebo grande es mío.- Ella le indica.
Si alguien tiene que acabar con él, sólo será Fionna.
Marshall la toma de la cintura y lo persigue por los aires. En cuanto lo ve, la deja caer para aterrizar sobre él. Ella termina arriba de su cintura y fugazmente toma las manos de Davis para dejarlo inmóvil.
-Te lo vuelvo a repetir.- Respira tranquilamente.- Te doy la oportunidad de pedir piedad.
-Prefiero la pelea que prometiste que tendríamos.
-Trato hecho.
Se levanta y le lanza un arma rápido. Él muy inútil la toma por la cuchilla y se corta la mano.
Ambos se rodean por varios minutos hasta que Flint hace el primer movimiento, lanzando el arma intentando atinar en la cabeza de ella, pero fácilmente la evade.
-Me rindo.- Levanta las manos con dolor en su gesticulación.- Piedad.
Ella le tiende la mano y Flint la acepta.
-¿Recuerdas que te prometí convertirte en duquesa?
-¿A qué va el caso?
-Podría ser tu protegido.- Sonríe levemente.- Seré tu guardián. Deberías darme ese privilegio.
-Esa no es mala idea.
Él la toma por las mejillas, rozando la nariz de Fionna.
-¿Te digo un secreto?
Ella asiente.
-A pesar de todo esto, me pareces una chica atractiva.
Él acerca su rostro y Fionna puede ver a Marshall detrás de Flint confundido y un tanto decepcionado. Puede ver los ojos cristalinos del vampiro.
Antes de que el humano la bese, ella toma las espadas que tiene sujetas en los extremos de su mochila y las encaja de manera cruzada en el estómago de Flint con tanta fuera que lo alza por los aires logrando que caigan varias gotas de sangre en su rostro.
La cara de horrorizado de Flint, volteando a ver su torso es simplemente artístico.
-¿Dónde está mi familia?
-Creo que están siendo acompañados por la muerte hacia el cielo, no parecían malas personas así que supongo que allí los llevará.
-¿Maa-maataste a mi familia?
-Tú mataste a mi Tierra y a mi dignidad, supongo que estamos a mano ¿No lo crees?
Flint tose escupiendo chorros enormes de sangre.
-Si en vida otra piensas atacar una Tierra, sólo asegúrate que a la chica que planeas engañar no sea la heroína de todo el maldito reino. Porque pudiste jugar conmigo, hacerme creer miles cosas y hasta ser el primero en recibirme pero nada de eso funcionó.
Flint mira hacia el cielo y cuando ella no ve movilidad en sus ojos, ella cierra los suyos y se deja caer en el suelo, boca arriba.
Marshall se deja ver enfrente de ella, toda el momento prestó atención a Flint que jamás recordó que Lee seguía ahí.
-¿Creíste que realmente lo besaría? ¿Verdad?
-Por unos segundos.- Alza una ceja.- ¿Estás enojada, cierto?
Ella se levanta y sacude su ropa.
-No lo sé.
Tienes tantas emociones en la cabeza, que el pensar en eso solo logra sobrepasar su capacidad.
-¿Decidiste que muriera con eso?
-Su familia está bien, es más, personalmente me encargaré de que estén a salvo por el resto de su vida.
-¿Esto se debe a qué?
-Por favor, sólo nosotros sabemos lo duro que fue ese tipo.
-Pero no lo entiendo.
-No se me ocurrió mejor castigo que dejarlo morir con eso, no fui mala después de todo ¿sabes?
-¿Mala?
-Pude torturarlos en frente de sus ojos o dejarlo vivir con dolor por siempre, pude haber hecho miles de cosas. Pero sabemos que esa jamás seré yo. Él sabía que moriría tarde o temprano.
-Tienes razón.
Él le tiende la mano, pero ella no la acepta. Su cabeza no está al cien.
Van al calabozo y se encuentran con un Gumball tranquilo y sonriente en la celda donde está la prisionera con su hijo. El chicle está bien, tiene una venda en su pecho.
-¡Estás bien!
-¡Fionna!
Él se levanta con dolor pero contento a abrazar a la rubia.
-¡Estás mejor!
-Sí.- Tose un poco.- La medalla que me regalaste hace unos años logró que la herida no fuera tan profunda.- El prometió que siempre la llevaría en su pecho, al parecer si lo ha hecho.
-¡Me alegro!
Ella voltea a ver la celda y encuentra la mirada de una mujer un poco triste con un niño en sus brazos ¡Cielos! Si fue mala después de todo.
-¡Papi regresa!
-¿Papi?- Ella frunce el ceño.
-Sí.- Ríe incómodo.- El niño que se encariñó conmigo. Emily, acércate un poco.
La mujer va con ellos y hace una reverencia.
-Fionna, ella es Emily.
-Es un placer.- Emily deja ver su mano esperando que ella corresponda.- Es un honor conocer a la persona que me libró de ese hombre cruel.
Al escuchar esas palabras acepta la mano sin rencor.
-Bueno ¿Qué puedo decir? ¡Ganamos!- Grita Marshall.
Todos gritan y celebran, Fionna sólo aplaude.
-Pienso que deberíamos ir a arriba a celebrar.- Proclama el Príncipe.
Todos suben pero Fionna toma el brazo de Gumball para indicarle que se queden a hablar a solas. Al estar en paz ella se golpea el pecho un poco.
-Entonces ¿eres papi ahora?
-El niño es la mejor criatura que he visto.- El brillo en los ojos de Gumball es como ver miles flores a la luz del sol. Se ve tan tierno que es imposible no sonreír ante eso.
-¿Seguro que hablas del niño solamente?
Ella ríe provocando un sonrojo en las mejillas del chicle.
-No podría.
-Gumball.- Lo toma por los hombros.- Es hora de que vayas por ese maldito contrato y lo quemes.
-¡¿Sabes del contrato?!- Exclama abriendo sus ojos como platos.
-Tranquilo, Marshall me contó todo.
Él baja la cabeza.
-¿Estás enojada, cierto?
-¡Ey! ¡Claro que no! Me parece un poco extraño que todo esto haya sido mediante un contrato solamente
Desciende un poco para verlo a los ojos.
- No tiene nada de malo, pero es hora de que veas las cosas desde otra perspectiva y que vayas por esa mujer ¿Sabes? Jamás te había visto sonreír como lo hiciste con ella.
-¿Perdón?
-Siento que lo que necesitas es una pareja que sea linda y amorosa como ella que esté a tu lado por siempre. Y ese niño ¡Por Dios! Estoy segura de que serás la mejor figura paterna en todo Aaa.
-¿Quiere decir qué...?
-Estamos bien chicle.
-¿Seguiremos siendo amigos?
-Amigos.- Repite esa palabra, por primera vez Gumball la nombra de esa manera. Siempre había pensado que por ser de la Realeza jamás podría llamarla así, pero ahora que escucha esas palabras salir de sus labios le provoca un pequeño escalofrío ''Una amiga''.- Por supuesto. - Se abrazan y ambos sonríen.
En el pasado ese abrazo pudo haber significado muchísimo más para ella, le habría provocado que le temblaran las piernas o que su corazón palpitara tan veloz como un colibrí. Pero ahora, es lo único que ella necesita para sentirse en paz -por lo menos ese pequeño rato- una abrazo de alguien que aunque nunca lo dijo siempre fue un amiga para él.
-¿Te puedo decir algo?
Ella asiente.
-Marshall esperaría miles de años para estar contigo.
El Príncipe besa su mano y sube. Logra ver a Marshall asomarse por las escaleras.
-¿De qué estaban hablando?- Sonríe extrañado.
-Cosas.