FRDZ: Friendzone |J.Jungkook

By MJGozz

2.2M 200K 175K

―¿Que se siente saber que la única persona que te conoce mejor que nadie en el mundo no sabe todo lo que sien... More

.•Booktrailer•.
00.•El principio de todo•.
01.•Una mirada al pasado•.
02.•El primer dia•.
03.•Fiesta del ingresante•.
04.•La boca del lobo•.
05.•Ratas de biblioteca•.
06.•Nuevas Estrategias•.
07.•La verdad de la mentira•.
08.•Primera jugada•.
09.•Subidas inesperadas•.
10.•Planificación•.
11.•Hora del juego•.
12.•Bajadas peligrosas•.
13.•Arrepentimientos•.
14.•Reemplazo•.
15.•Nuevo rumbo•.
16.•Cuerdas flojas•.
17.•Estragos•.
18.•Transparencia•.
19.•Cara a cara•.
20.•Inefable•.
21.•El otro él•.
22.•Encrucijadas•.
23.•Antes de la tormenta•.
24.•Ojos abiertos•.
25.•Silencio•.
26.•Un mal chiste•.
27.•Balance•.
28.•¿Mala persona?•.
29.•Por ti•.
30.•Ni vaso ni vacío•.
31.•Punto de quiebre•.
33.•La otra cara•.
34.•Donde debo estar•.
35.•El jardin sin retorno•.
36.•Fondo•.
37.•Malas decisiones•.
38.•Sube y baja•.
39.•Caricias de día•.
40.•No todo lo es brilla es oro•.
41.•El final de todo•.
01.•Epílogo•.
02.•Epílogo•.
.•Agradecimientos•.
Extra00.•JiEun•.
Extra01.•Amigos con derechos•.
Extra02.•Lazos de sangre•.

32.•Dualidad•.

42.1K 3.8K 2.1K
By MJGozz

[⚠️] Lean la nota de autora al finalizar el capítulo. Gracias de antemano.

***

Dualidad. Siempre que pensaba en aquella palabra se me hacía inevitable no poder pensar en aquella línea del famoso monologo de Shakespeare "ser o no ser". ¿Ser la clase de persona que aparento ser o ser la clase de persona que realmente soy?

Como la representación de lo malo y lo bueno, creo que la dualidad era algo que todos teníamos, al menos un poquito. Casi nadie posee ese tipo de personalidad plana y absolutamente igual hacía todos. Todos reservamos algo frente a algunos y entregamos todo frente a otros. Nadie podía salvarse de la dualidad.

Todos, de alguna forma, éramos diferentes personas a la vez.

Todo dependía de nosotros y de todos los otros que estaban dentro de nosotros. Después de todo, éramos quienes decidían cuando mostrar su verdadera cara.

Sin embargo, como todo en la vida, tenía su tiempo de duración. No siempre podrás mantener tu dualidad intacta. Todo en algún momento se quiebra, la balanza no siempre estará equilibrada. Y cuando ese punto de quiebre llegue, ruega al cielo y al infierno que no sea frente a alguien que engañaste durante tanto tiempo con tu parte falsa.

Porque entonces ahí, cariño mío, tu dualidad no será más que una clara falsedad.

***

Débil y frágil. No podía parar de sentirme así porque yo era exactamente eso. Débil y frágil como la mismísima mierda. No podía encontrar nada en mi interior que pudiese darme consuelo. A pesar de haberme elegido a mí, todo me sabía amargo, todo lo veía oscuro y todo lo escuchaba con interferencia. Y no podía entenderlo. Nadie podía entenderme y quizás eso dificultaba mi situación. SeoYeon estaba disgustada y aunque sospechaba que se debía a otra cosa, me dejó bien en claro que era una estúpida. Y quizás sí lo era, ¿Pero no merecía ser escuchada al menos? Yoongi no contestaba su teléfono y ahí terminaba mi extensa lista de amigos. Pensé seriamente en la idea de llamar a mi prima, disculparme por no haber llamado antes, darle una introducción intensiva a lo que me había pasado desde mi regreso a Seúl y esperar que tampoco pensara que era una estúpida que merecía todo lo que estaba sintiendo.

Pero es que era completamente ilógico. Las personas se vuelven muy agiles para juzgar cuando son espectadores, pero quisiera ver a todos aquellos que pensaban que era una cobarde en mi lugar. Y no hablaba de imaginarse la situación a la ligera, sin profundizar, hablaba de ponerse realmente en mi lugar. Vivir la misma experiencia con la persona por la cual sentían algo y atravesar la misma decepción y profunda confusión que atravesaba en este momento. Tampoco pretendía que todos pensaran como yo, es muy claro que todos somos diferentes. Pero era por esa misma razón que esperaba un poco de empatía. Era más que claro que yo no era valiente, ni confiada y mucho menos ingeniosa. Entonces, ¿Por qué la gente tendría el derecho de acusarme de algo que no era? Yo no era igual a ellos. Cada uno reacciona y enfrenta sus problemas de la mejor manera que puede. Cada uno tiene su esencia y eso es lo especial de ser humanos. Cada uno es único. ¿Por qué todos trataban de hacerme igual a ellos y reaccionar frente a los problemas de una manera heroicamente falsa y fingida? ¡Estaba harta de fingir y ser alguien que no era! Una amiga, una novia, una valiente. Todo eso era pura mierda. Puras mentiras.

Cobarde. Cobarde. Cobarde.

¡No lo era, maldita sea! ¿Acaso no podían entender que era un simple humano? Cada persona tiene sus tiempos para prepararse. Ayer no había sido mi día, ayer no estaba preparada en absoluto, sin embargo, el destino y mi mala suerte me obligaron a enfrentar aquella situación completamente desarmada, sin una sola pizca de valentía. Y es que, mierda, ¡Realmente no pensaba evitarlo toda la vida y seguir huyendo y evadiendo los problemas! Sabía que tarde o temprano tenía que confrontarlo. Hablar con él. ¡Lo sabía perfectamente bien! Pero lo iba a hacer cuando estuviese lista. ¿Acaso era un delito protegerse a sí misma por unos días antes de la tormenta? Nadie parecía comprenderlo, estaba sola y rodeada de gente que me trataba de cobarde solo por haberme cuidado. Aquellas mismas personas que me aplaudieron cuando elegí ser egoísta y cuidar de mi misma, hoy eran las mismas que me apuntaban con el dedo y hablaban en voz alta sobre mí, como si realmente supiesen de lo que hablan. Ni yo misma sabía que estaba ocurriendo en mi vida, ¿Cómo era posible que ellos sí?

Supongo que la dualidad era algo que, como humanos, nos caracterizaba indudablemente.

Sentía que me habían empujado por un barranco sin antes permitirme poner un paracaídas. ¿El resultado fue desastroso? Si ¿Pudo haberse evitado con algo de tiempo? Por supuesto. Porque no pensaba que con unos días más podría ser capaz de hablar con él. Estaba completamente segura de ello. Sin embargo, me empujaron, no me dieron tiempo a prepararme y entonces me estrellé contra el suelo.

Porque estaba demasiado creída de que, con unos días, incluso el resultado de la conversación hubiese sido otro completamente diferente. Necesitaba un corto periodo de tiempo para poder procesar todo lo que había en mi cabeza, analizarlo un poco más a fondo, no sacar conclusiones precipitadas y pensar seriamente sobre la decisión que tomaría a futuro.

Pero nadie me dio tiempo. Fue como si hubiesen revuelto un recipiente con agua que poseía tierra en el fondo. A causa del movimiento, es lógico que el agua se ensucie, pero no te sorprendas por el gusto amargo si la ansiedad te llevó a tomar de él antes de permitir que la tierra decante. Porque necesita su tiempo de turbiedad hasta que la calma regrese. Y nótese que la tierra siempre seguirá estando ahí, no desaparecería solo por haber sido paciente.

Era consciente de que mis dramas con Jungkook no desaparecerían solo porque me tomara un tiempo para recomponerme y calmar mis pensamientos. Era consciente de que no desaparecería a menos que lo enfrentara. Realmente lo sabía porque estaba en mis planes dejar de ser "cobarde" pero me obligaron a dar una respuesta apurada. Nadie respeto mi tiempo, ¿Y yo seguía siendo la cobarde? Estaba harta de todos.

Impotencia. Rabia. Enojo.

No estaba decepcionada de aquellos, después de todo, la gente siempre hablaría por hablar. Pero si estaba enojada conmigo misma, por la manera en la que me hacían sentir completamente inútil, por la manera en la que era débil y permitía que aquello me afectara. Me hacían sentir decepcionada de mi misma. Se supone que al elegir mi bienestar por tan solo unos días había tomado la decisión correcta, pero ¿Por qué me sentía tan miserable? Nada de lo que hacía parecía estar bien para nadie. Y no quiero dármela de víctima y que me tachen de reina del drama. Simplemente quería expresarme, pero la gente de hoy en día era tan susceptible. Todo lo que uno hace les molesta. Siempre habrá una crítica para todo. Incluso si haces las cosas bien te critican.

Tampoco quería afirmar que yo hacía todo bien, puesto que cuando pensé las cosas en frio me sentí completamente idiota, pero yo realmente no estaba lista. En vez de dejar que mis ideas conspirativas decantaran en el fondo del recipiente, solo agregaron más tierra. Más sal a la herida que intentaba sanar.

Y ahora, en la calma, me ahogaba en un lodo de miseria.

Pero, después de todo, no podía culpar a nadie. Esa era la fama que me había ganado, la etiqueta que todos me habían puesto. Nadie creyó en que realmente me estaba dando un tiempo para enfrentar mis problemas porque esa costumbre que tenía a huir siempre de ellos me perseguía como una sombra oscura y densa. Siempre fui la "cobarde". Quizás se lo debía a mis cicatrices, te hacían fuerte, pero siempre te dejaban una marca, la evidencia. Nunca estarías limpio porque siempre habrá algo recordándote tu pasado.

No se podía confiar en mi debido a mi pasado, de la misma forma en la que no pude confiar en Jungkook.

Lloraba y gritaba. Estaba triste y enojada. Golpeaba las cosas y luego las observaba en el piso de manera perdida.

Claro que estaba arrepentida. Miles de maneras diferentes de encarar la situación llegaron a mi cuando Jungkook me dejó sola entre las sombras de la sala de proyecciones. Fui inconsciente y lo juzgué de la misma manera en la que me habían juzgado a mí. Pero la turbiedad no me había permitido ver correctamente la situación durante la pelea. Todo fue tan rápido como inesperado y cuando pude darme cuenta de todo lo que acababa de pasar me vine abajo.

Tenía miedo. Lloraba y seguía insultando mientras mis peluches recibían los golpes que yo misma quería darme. Seguía desconfiando, el miedo seguía presente, pero era un riesgo que debía tomar si realmente quería estar a su lado. Si yo pude cambiar y nadie me tuvo fe, quería decir que él también podía. Y no había sabido administrar los tiempos para estar lista lo más rápido posible. El destino me condenó en plena tormenta emocional. Literalmente, era un nudo de inseguridades y miedos que fue obligado a explotar en su peor momento.

Estaba en un punto en donde la balanza estaba equilibrada. Y no podía discernir entre los extremos, entre las delimitaciones. No sabía que era verdad y que era mentira. Quería creer que la verdad era mentira y la mentira verdad. De repente el mundo de mentiras que habían construido mis padres no me parecía tan malo. ¿Qué era la mentira? ¿Qué era la verdad? Había muchos puntos que no podía unir, demasiados cabos sueltos como para gastar tiempo contándolos. Quería creerle a él, quería creer que nada fue una mentira, quería ser feliz de una vez. Sola o acompañada ya me daba igual. Solo quería dejar de torturarme con pensamientos negativos.

Pero parecía ser lo único que llegaba a mi mente, lo único que supe hacer por años y años fue hundirme cada vez más y más en la escala negativa y ahora que quería algo de positividad me costaba encontrar una salida.

Me detuve por unos segundos en los que perdí mi mirada en el techo. Era momento de detenerme, volver a la normalidad de la manera que fuese y mientras observaba como cada partícula de tierra iba decantando lentamente, esclareciendo mi panorama recordé algo demasiado importante: Al igual que la vida, la montaña rusa solo avanza y no se detenía por nadie ni nada. Era inútil seguir enfrascándome en algo del pasado cuando ni la montaña rusa ni la vida retroceden. Haría un borrón y cuenta nueva con Jungkook si era necesario. Trataría de enderezar las cosas en mi vida.

No obstante, fue entonces cuando me di cuenta de que las cosas entre nosotros habían terminado y no en buenos términos. Había perdido mi oportunidad sin quiera saberlo. Porque era inútil y estúpida y porque no pude darle a él una respuesta madura solo por seguir siendo presa de mis inseguridades. Sin el plan y sin aquel intento raro de amistad, nada nos unía. Quizás solo un pasado en común, pero había terminado de manera tan desagradable que incluso si trataba de recordar los buenos momentos, todo me sabía a nostalgia.

―Mierda―comentó la voz de Taehyung desde el umbral de la puerta y a pesar de que su visita se me hacía completamente extraña, me reusé a despegar mi rostro de las almohadas― No te veía así de mal desde que tu pez murió el año pasado.

Me removí entre las sabanas, poniéndome de espaldas a la puerta porque, si era honesta, la última persona que quería ver en ese momento era a él.

―Extraño a Nemo―mi voz sonó bastante amortiguada entre sabanas, almohadas y todo el pelo que cubría mi rostro.

Escuché su risa en el ambiente siendo seguida por sus pasos acercándose a mi cama. Me tensé de pies a cabeza y me arropé aún más entre mis mantas.

―Aun tienes a Dori―comentó con una gracia sutil mientras tomaba asiento en una de las esquinas del colchón.

Sentí entonces que estando envuelta en sabanas me sentía más indefensa frente a su presencia así que junté todo el aire que pude y me moví hasta quedarme sentada sobre unas almohadas con la espalda recostada sobre el respaldar de la cama y mis manos limpiándome los ojos, para que no pudiese notar las lágrimas me corrían por las mejillas como si mis lagrimales se trataran de nubes pesadas.

―Dori no es la misma sin Nemo―recordé sin mucha gracia la trágica historia de mis pobres mascotas.

―Al parecer Dori no es la única que perdió a alguien―comentó, paseando su mirada por el desastre en el que se había convertido mi habitación y deteniéndose en los papeles descartables que había sobre el papelero de mi habitación y alrededor.

Su comentario me había molestado de cierta forma y no fue hasta entonces que no me di cuenta de que ya no era algo normal que el apareciera por mi casa sin razón alguna. Lo vi fijamente, y aunque el ambiente ahora se me hacía completamente incomodo, ya no me dolía tanto como aquella vez que lo vi en el parque. Quizás ya estaba acostumbrada al vacío que él representaba dentro de mis recuerdos.

―Taehyung―Lo llamé tratando de disimular mi incomodidad y pasando del comentario que acababa de hacer―¿Qué haces aquí?

El estiró sus comisuras hacía abajo, haciendo una mueca un poco aniñada para indicar que aquello no tenía mucha importancia y alzó ambos hombros para luego morder su labio inferior con insistencia. Llevaba el pelo algo alborotado y estirado hacía atrás, dejando ver al completo su frente y cejas. Vestía una camisa a cuadros cuyas tonalidades variaban en la escala de los grises y un negro azulado, las mangas se cortaban a penas arriba de sus codos, dejando en evidencia su piel, que, si bien siempre fue dorada, esta vez presentaba unos tonos más pálidos debido a que acabábamos de salir del invierno. Llevaba un short de jean negro que le llegaba hasta las rodillas, su favorito desde que se lo regalé el año pasado, aunque me intrigó ver que ahora le quedaba un poco ajustado, lo que me obligó a observar sus piernas con atención, y no fue la falta de vello lo que me sorprendió –ya que había adoptado la costumbre de depilarse desde que había entrado en el equipo de natación en la escuela media– sino que estas se veían más ejercitadas, firmes. Seguí bajando mi vista hasta llegar a sus pies, obviamente no pude ver que calzado había estado usando ya que llevaba puesto las pantuflas que el mismo había dejado en mi casa para cuando el venía, pero a juzgar por sus medias pude asegurar que había usado sus Vans negras.

―Tu madre me llamó―contestó, obligándome a devolver la mirada sobre la suya. Sacudí levemente la cabeza para eliminar de mi mente imágenes como la navidad en la que el decidió que quería tener su propio calzado de interior en mi casa, la primera competencia de natación que ganó y cómo celebramos comiendo frituras mientras veíamos nuestro anime favorito, la primera vez que le robé cera a mi madre e intentamos depilarnos por primera vez, juntos y, finalmente, aquella tarde de otoño en la que pasamos horas y horas bajo un árbol cerca del rio Han donde él habló sin parar sobre lo mucho que amaba sus Vans negras. Sin poder evitarlo, una leve mueca de dolor se coló por la fisura de mi mascara de indiferencia cuando sentí un tirón en mi corazón―Me dijo que te había visto muy mal en la mañana y me pidió que te hiciera compañía―explicó con una calma que quedaba completamente desubicada con el ambiente tenso que nos envolvía, que nos consumía―Por esa razón, asumo que no le has comentado que ya no nos vemos tan seguido como antes. O que con suerte hablamos.

Su último comentario sonó con una pizca de malicia tan mínima que también lo confundí con un tipo de tono que usaría un fiscal o un detective en plena interrogación para cavar la duda en el sospechoso y estudiar sus reacciones. Curiosamente, así me sentía. Su mirada estaba fija en mí, atenta a cualquier cambio. Me hizo acordar a esa sensación que me invadía los primeros días que había conocido a Jungkook, como sentía que él me estudiaba y me leía tan fácil como a un libro. Y aunque el recuerdo de él quiso reavivar las lágrimas en mis ojos, me obligué a mantenerme firme. No solo no era el momento, sino que estaba frente a un asunto completamente diferente.

―¿Por qué piensas en eso? ―pregunté a cambio, manteniendo el juego de miradas sospechosas, tirando esta vez la bomba de su lado y rogando por que no tirara otra en respuesta.

A pesar de ser verdad, pues mi relación madre-hija/hija-madre solo existía cuando ella tenía vacaciones o se tomaba unos días libre, no podía dejar de sentir que debía de estar a la defensiva frente a él. Había perdido mi confianza de manera parcial o total en él sin saber exactamente como o cuando, simplemente sabía que, si lo pensaba seriamente ni siquiera había una parte de mí que buscaba creerle. A diferencia de Jungkook, pues en su caso, casi todo de mi quería creerle, pero al final algo siempre me retenía.

―Mh―aquel ruido salió de su garganta, sin siquiera mover un solo musculo de sus labios, manteniendo su postura calmada que comenzaba a ponerme de los nervios. Inclinó su cabeza levemente hacía su costado derecho, sin despegar su vista de la mía y luego de unos segundos sonrió con sarcasmo, estirando sus comisuras hacía arriba y sin despegar sus labios―De no ser así, ¿No crees que hubiese llamado a SeoYeon o Yoongi? ―preguntó con un deje de arrogancia, como si el saber que haber sido la primera opción solo por accidente lo molestara demasiado―¿Hace cuánto no hablas con ella? Incluso mencionó que estaba por llamar a Hayun.

Mis ojos se abrieron más de lo normal al escuchar aquello y pensar en la sola posibilidad de haber tenido que lidiar con Hayun en lugar de Taehyung. Al igual que a Hoseok y Jimin no había sabido nada de ella desde aquella noche en el café donde había aprovechado para, de alguna manera, quitármelos de encima. Y a pesar de que había estado evitando sus mensajes y sus llamadas por un largo tiempo, me mantenía firme en la idea de no volver a contactar con ellos. No había disculpas o explicaciones de su parte que pudiesen interesarme y, de todas formas, tampoco las consideraba sinceras, sino que solo un resultado del peso de su conciencia.

―De todas formas, aun si ella no sabía nada, nada te obligaba a venir―sentencié con una seriedad que parecía cortar a cuchillazos el aire denso del ambiente para llegar hasta los oídos de Taehyung―Tu si sabes cómo están las cosas.

Entonces su sonrisa se ensanchó de manera en la que dejó ver sus dientes, sacando a relucir esa particular sonrisa cuadrada que tenía. Sus pómulos se elevaron y aquello provocó que sus ojos se entrecerraran levemente. Sin embargo, no dejaba de tener un aire sarcástico. Rápidamente los papeles se dieron vuelta y la bomba que tiré de su lado explotó revelando que, en realidad, la fiscal era y yo y él el criminal. Como quien es acusado de sus cargos, bajó levemente su rostro y relamió sus dientes con su lengua.

―De acuerdo―dijo alzando ambas manos y negando suavemente con su cabeza repetidas veces―Me atrapaste―admitió devolviendo con agresividad su mirada en mi―Tenía que aprovechar la situación.

―Explícate―exigí con dureza, reafirmando mis brazos cruzados.

En vez de responder, se puso de pie y comenzó a dar un leve paseo por toda mi pieza, observando todo en detalle. Se detuvo en la pequeña pizarra de corcho que tenía de un lado del escritorio, justo a un costado entre el espejo y las repisas repletas de recuerdos y libros. Llevó su mano hacía las fotos de nosotros que tenía pinchadas sobre la pizarra. Había tomado la idea de una película americana que habíamos visto juntos en una de esas tardes donde decides rendirle culto al sofá y al Netflix y pasó sus dedos por varias de ellas.

―¿Recuerdas este día? ―dijo clavando su dedo en una foto que nos mostraba a ambos dentro de una tienda de campamento. Quise hacer una mueca de indiferencia, pero la nostalgia me lo impidió. ¿Cómo podía olvidarlo? Solía ser uno de mis recuerdos favoritos antes de que mis memorias con él de desacoplaran con los sentimientos―Fue en el verano en el que nos graduamos de la primaria.

Aquel verano, las profesoras habían creído que sería una fantástica idea hacer una pequeña excursión por el bosque y acampar durante un fin de semana, a modo de despedida. En ese momento estábamos en salones separados, él era del salón A y yo del C. Para ese entones, mi única amiga –la cual perdí luego de la primaria porque se mudó a China luego de aquel verano y perdimos el contacto por completo– se había quebrado la muñeca el día anterior por lo que no fue al viaje y, por esa razón, quedé sola en la tienda. Taehyung en aquel momento ya era amigo de Jimin, Hoseok, Yoongi y Hayun puesto que todos asistían al mismo salón. De alguna forma, todos los amigos que creía que tenía se los debía a él, quien fue el que insistió en que me integrara al grupo.

―La primera noche se desató una tormenta horrible en la madrugada y al saber que estarías sola, decidí ir a hacerte compañía―siguió.

―Taehyung―dije seriamente, queriendo cortar aquella charla que se dirigía al país de los recuerdos. Sin embargo, el solo esbozó una leve sonrisa e ignoró mi evidente postura de negación.

―A pesar de ser verano, la temperatura había bajado abruptamente y la lluvia torrencial me empapó por completo mientras corría hacía el área donde estaba las tiendas de las chicas, pero cuando llegué estabas echa un bollito tembloroso, llorando por el ruido de la tormenta, sin poder moverte del miedo y susurrando que querías a tu madre―Su mirada nostálgica tenía una sombra amarga y al notarlo no pude evitar fruncir levemente las cejas. Cerró la boca por un segundo formando una línea que parecía destilar algo de rabia y entonces su dedo volvió a señalar la foto con más fuerza― ¿Recuerdas que te respondí cuando me preguntaste porqué había corrido hasta allí? ―Rodé los ojos, no podía olvidarlo incluso si ya no sentía nada con aquel recuerdo, asentí levemente pero el continuó hablando, sin darme la oportunidad de meter bocado en la conversación―Dije que haría todo lo posible para no dejarte sola, Hyennie, nunca.

Ahogué un chillido sarcástico. Vaya, que gran ironía.

―¿A qué viene esto, Taehyung?

Avanzó hacía la cama con un paso lento, casi arrastrando los pies sobre la alfombra de mi habitación y tomó asiento cerca de mí, a un lado de mis piernas. Volví a enderezarme sobre el respaldar, entre incomoda y confundida. Alzó una de sus manos y con sus dedos delineó la línea de mi pómulo hasta llegar a mi barbilla.

―¿Has notado que desde nuestro aniversario solo hablamos para discutir?

Aparté mi rostro con rechazo.

―Querrás decir, desde que me fallaste—remarqué.

―Hye...―Susurró con pesar―¿No crees que es hora de que hablemos? Lo cierto es que nos debemos una charla.










[1/2]
🔸🔸🔸

N/T: ANTES DE QUE PREGUNTEN. No hay outro porque este capítulo está dividido en 2 y publicaré la segunda parte CUANDO LA TERMINE.

Respecto a todo lo que piensa HyeMin al principio, quiero pedirle disculpas si alguien llega a sentirse ofendido por (quizás, quien sabe) la agresividad que ella piensa. Tenía previsto que ella desarrollara más sobre aquel aspecto de la cobardia para este capítulo pero no nunca pensé que me extendería tanto y aquí va la razón: como mucho ya saben, HyeMin tiene mucho DEMASIADO sobre mi. Específicamente porque esa misma situación me ocurrió a mi. Me di unos días para procesar todo lo que me había ocurrido pero el destino jugó en mi contra y mis amigas me trataron de cobarde porque siempre acostumbré a evadir mis problemas y NADIE me creyó cuando les afirmé que realmente pensaba hacerlo (enfrentarlo), que solo me daba unos días para estar preparada. Por esa razón me extendí demasiado, y por eso me disculpo (aunque no tengo intenciones de cambiarlo ya que contribuye a la historia y al desarrollo del personaje) me tomé muy personal algunos comentarios en contra de HyeMin del capítulo pasado y se que eso no es profesional de mi parte (en absoluto) y SE que debo aceptarlo porque es el riesgo que corre cualquier escritor cuando expone sus experiencias a través de un personaje. (Con esto no digo que HyeMin y yo somos 100% iguales). Por eso pido disculpas.

Por otro lado. ODIO ESTE CAPÍTULO CON TODA MI ALMA. Realmente no saben lo muchísimo que me costó escribir esto. He estado bloqueada toda la semana y como buena dramática que soy no he parado de llorar por eso. Estamos entrando en la etapa final del fanfic y realmente si debo volver a escribir otro capítulo con todo el estrés que sufrí esta semana VOY A MORIRME, mentalmente. Por lo que les aviso y les pido desde el fondo de sus corazones que no se enojen y a partir de este capítulo no actualizo en un día determinado.

Realmente me duele, porque recibí un montón de mensajes preciosos de ustedes mencionando que me admiraban por mi dedicación y que les alegraba los viernes. Pero es una decisión que debo tomar. No se hacen una idea de lo mal que la pase y a pasar de que recibí el apoyo de un montón de escritoras de wattpad de la cuales me hice amiga no podía dejar de sentirme horrible, me sentía rota, como si mi única habilidad hubiese desaparecido Y SE QUE SUENA DEMASIADO DRAMÁTICO pero realmente entré en crisis. Pero si busco calidad para mi trabajo (mucho más ahora que entramos en la etapa final) necesito escribir de manera tranquila.

Eso no significa que ahora tendrán actualizaciones una vez por mes, no se asusten.

Les pido disculpa por todo. Desde la agresividad hasta mi falta de profesionalismo, mis dramas y sensibilidad.

Solo les pido paciencia y que sepan comprenderme.

Gracias.

—Marw.

Continue Reading

You'll Also Like

183K 10.3K 17
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
340K 25.4K 53
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
770K 114K 99
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
193K 10.3K 93
Segunda parte de One Shots - Selección Mexicana La primera parte se encuentra en mi perfil más de 100 One Shots Pequeñas historia de tus futbolistas...