Canción: Halsey - Sorry
Sólo había una razón para que me sintiera asi, para que su ausencia me doliera, me habia enamorado de él, me habia enamorado de Dimitri y ahora yo lo había defraudado.
Entiendo su enojo, entiendo que se sienta de esa forma, hablo de que no me gusta mentir y le mentí a la persona que tengo a mi lado y eso me hace sentir la peor cosa.
Las lágrimas me consumen, me destruyen en lo profundo de mi ser y con la esperanza de que el día siguiente sea diferente, me quedo dormida.
Giro mi espalda, una vez los rayos del sol se cuelan por la ventana y no puedo creer la imagen que se llevan mis ojos, esta a mi lado, se quedó junto a mí, esta dormido y eso sólo me deja apreciar cuán apuesto es, cuan varonil es su figura.
<<Se quedó junto a ti, aún cuando le mentiste Ross >> - mi subconsciente lo recalca en mi mente con luces de neón.
Me levanto con cuidado y me dirijo al baño, me veo en el espejo y luzco horrible, tengo la apariencia de mujer salida de película de terror o como la niña del aro.
Me ducho rápidamente y me coloco un vestido suelto, cuando salgo esta ya despierto, pero su mirada luce seria, luce igual que la noche anterior. Ni siquiera pronuncia una palabra cuando pasa por mi lado.
¿Que esperabas que se aventara a tus brazos y te dijera cosas lindas, cuando le mentiste por tres meses?
Observo que su mano izquierda esta vendada y mi reacción es tomarla entre mis manos.
- ¿Qué te sucedio?
Retira su mano abruptamente de la mía y se mete al baño dejándome atrás. Y me duele, me duele que no mencione nada, me duele lo que está sucediendo.
Decido que no quiero quedarme más allí, así que bajo las escaleras y voy directo a la cocina, saco un vaso y me sirvo un poco de jugo de naranja.
Tiffany llega al poco tiempo y se sorprende al verme. No puedo soportarlo y estallo en llanto.
- Lo sabe todo - le susurró a Tiffany. - Dimitri se enteró.
- Por Dios señora, no llore, no es bueno para su salud.
- Le mentí Tiffany, lo traicione y me odia. Lo puedo ver en sus ojos.
- Señora él no la odia, le recomendé hacer lo correcto, era de imaginar que sucediera, el señor estaba furioso anoche cuando el médico vino.
- Me siento como una tonta, dijo que se iba a quedar en otra habitación, no lo cumplió y se quedó junto a mi, pero me quema con el frío de su indiferencia.
- Dele tiempo para que asimile las cosas.
- Tiffany hoy no desayunare, si ves a Viktor dile que lo necesito, viajare a Venecia en menos de una semana - su voz se hace presente y me hace estremecer, ni siquiera fija su vista en mí.
- De acuerdo señor.
Dimitri sale de la cocina y nos deja solas de nuevo.
- Viktor... él debe saber lo que ocurrió anoche.
- ¿De que habla señora?
- Dimitri tenía una herida en su mano, y cuando salió de la habitación no la tenía, debió habérsela causado con algo, Viktor debe saber.
Salgo de la cocina en busca de Viktor y lo encuentro en la entrada del jardín.
- Viktor necesito preguntarte algo.
- Buenos días señora ¿De que se trata?
- Anoche,Dimitri ¿él que hizo? Su mano lucía lastimada.
- El señor duro la mayor parte del tiempo encerrado en el mini bar, creo que rompió un vaso de la rabia, nunca lo había visto asi.
Es mi culpa, debi decirle desde un principio, te lo mereces por mentirle Ross.
- Mencionó que viajaría a Venecia ¿Qué sabes de eso?
- Irá a visitar al señor Bonatti, por negocios.
- ¿Cuando se irán?
- El martes de la semana entrante.
¿Iré con él? ¿O me dejará en la casa? Ya ni se que pensar, esto se ha salido de las manos, ni siquiera he podido conversar con él, quiero explicarle que le mentí, porque no quería causar problemas, pero él piensa que no le tengo confianza. Y la mayor culpa la tengo yo, soy una estúpida.
- ¡Viktor! - su grito se escucha por toda la sala.
- Dígame señor
- Prepara el auto, regresaremos en la noche.
- Como ordene señor.
¿Regresará en la noche?¿A donde va? Nunca sale tan temprano en las mañanas.
El ruso sube las escaleras y me deja atrás mientras yo lo siguo, en cuanto entro a la habitación, lo veo guardando dos armas en la pretina de su pantalón.
- ¿A donde vas? - mi pregunta no hace que gire su vista en mi, ni siquiera contesta a ella.
- Dimitri de verdad lo siento, siento mentirte, yo estaba asustada, no quería llenarte de problemas y no se me ocurrió más que ocultarlo - lloro revelandole la verdad, nunca había llorado tanto confesandole algo alguien. - Entiendo que estés enojado y que me este ignorando, pero porfavor perdóname.
- Me defraudaste Rossalie, no te importo en lo absoluto lo que yo pensara, es lo menos que esperas cuando convives con una persona, ya no puedo tenerte confianza - aprieta sus puños y me mira fríamente.
- En verdad lo siento, no sabes cuánto me duele no habértelo dicho antes.
- Hay mentiras que duelen más que la traición.
- Te iras a Venecia, ¿debería empacar mis maletas?
- Tú te quedas,esta vez no iras conmigo – Dimitri sale de la habitación y me deja con lágrimas en los ojos, a pesar de ser el hombre frio y temperamental que es, demuestra lo contrario cuando está conmigo , ha sido un caballero y siempre ha sido honesto conmigo,la culpable soy yo, la que rompió su confianza y la que lo defraudo.
El día se hace tan eterno, no se a dónde demonios se ha marchado, no sé qué esté haciendo en estos momentos, y jamás pensé decirlo pero solo quiero que llegue a casa y diga cualquier estupidez, que al menos me hable y vuelva todo a la normalidad.
Le pedí el favor a uno de sus hombres que me llevara a un banco cercano, abriría una cuenta a nombre de Melanie, quiero destinar el dinero que gane al orfanato y una parte a Melanie, solo por si la enfermedad avanza y no puedo utilizar el dinero en mí, aunque de igual forma una parte de ese dinero lo donaría al lugar en el que crecí.
Una vez hago lo que me indican en el banco regreso a la mansión, ya ha anochecido para entonces y veo a Viktor en la entrada.
- Bienvenida señora, el señor la espera en la oficina.
¿De que querrá hablar Dimitri? Me tiemblan las piernas de tan solo pensar lo que vaya decir, de seguro me pedirá que abandone la casa, es lo más lógico que haga, no importa, lo aceptaré, está en todo su derecho de pedirme eso. Subo las escaleras directo a la oficina y al entrar lo encuentro sentado con su mirada puesta en un vaso de whisky a medio beber, su cabello rubio que generalmente luce perfectamente peinado, se ve alborotado, pero aún conserva la imagen de hombre deslumbrante, su vista se levanta y la fija en mí.
- ¿Porque abriste una cuenta bancaria?
- Porque pienso destinar el dinero al orfanato.
- ¿Todo?
- Solo en caso de que yo muera.
Lo que pasa después me deja sin hablar, toma el vaso entre sus manos y lo estrella en la pared, su reacción hace que salte de la impresión.
- ¡¿Porque demonios hablas como si te fueras a morir?!
- ¡Soy consciente de lo que tengo Dimitri, no voy a hacerme ideas de que podría llevar una vida normal cuando no es cierto!
- El médico menciono que no debías tener impresiones fuertes, las evitare a toda costa, solo descansa.
- No soy una invalida, toda mi vida, he sabido de lo que padezco, y me he preparado para todo.
- Yo no – dice en un susurro.
- Tu y yo tal vez nunca debimos conocernos. Nunca debimos cruzar nuestras vidas, así te ahorrarías un problema más. Deseo que tengas un buen viaje – salgo de la oficina y me repito mi misma que debo ser fuerte que debo superar todo, que esto no va a derrumbarme, que una vez él salga de esto podre retomar mi vida.
Los días pasan y con ellos la misma rutina de siempre, aunque dormimos en la misma cama y la misma habitación,no cruzamos palabra alguna, somos como dos completos extraños.
El cumpleaños de Leah se avecina así que decidí ir a un centro comercial para comprarle algo, extrañamente Dimitri se ofreció a llevarme él mismo y acompañarme a elegir el obsequio para ella, es el único roce que hemos tenido desde la última vez que hablamos en su oficina. Sólo desayuna, se va a las empresas o almenos eso dice y regresa en la noche, aveces tan tarde que ni se a que horas lo hace.
- ¡Ross! - esa pequeña voz tiene una dueña, Leah.
Leah corre hasta donde estamos y me da un fuerte abrazo.
- ¿Que haces aca linda?
- Vine con Enzo - señala a su hermano mayor. - Vinimos a comprar un libro de cuentos.
Miro a Enzo y él me mira con recelo, como si fuera la peor persona en el mundo.
- Enzo..
- Te espero por allí, Leah - Enzo se aleja de donde estamos y se sienta en una de las bancas del centro comercial.
- Esta siempre de malhumor - Leah sostiene el peluche de pingüino y mira a Dimitri. - Es mi peluche favorito.
- Me alegra que te haya gustado.
- Tal vez debería hablar con Enzo, ¿Dimitri podrías quedarte con Leah un momento?
- No le debes explicaciones a ese niño.
- Debo hablar con él.
- Eres muy necia.
- Quédate con Leah, vuelvo en un momento.
Dejo a Leah junto a Dimitri y me acerco hasta donde está sentado mi hermano.
- Enzo deberíamos hablar.
- Tú y yo no tenemos nada que hablar, te casaste con ese tipo por su dinero.
- Por supuesto que no.
- Se toda la verdad Rossalie, se porque te fuiste con ese hombre, te saco de un burdel, ¡te compró!
Sus palabras me dejan impactada, no se como supo todo, ahora sabía la verdad ¿que debía haber?¿que explicación le tendría que dar?
- ¿Tú de donde sacas eso? ¿Cómo lo sabes?
- Entonces esa mujer tenía razón, te compraron en un burdel, y tu matrimonio es sólo por dinero.
- ¿Qué mujer?
- Una mujer vino hasta nuestra casa, quería ver a mamá y decirle todo, pero ella estaba en el orfanato.
Fue Irina estoy segura de que fue ella, la odio, tiene que aparecer en los peores momentos.
- Enzo las cosas no sucedieron así, te lo puedo explicar.
- ¡Cállate! Te desconozco, le diré a mi madre toda la verdad, no eres más que una golfa - sus palabras me hieren,me destruyen,trato de detenerlo cuando se levanta de la silla, pero nonme escucha.
- ¡Enzo! No lo hagas por favor, te lo pido. ¡Enzo! - sigo gritando mientras se acerca hasta donde está la pequeña Leah.
Empiezo a sentirme mal y me apoyo en el suelo, me siento agitada y mi pecho comienza adoler, lo único que tengo es a mi familia y ahora se sentirán engañados por mi culpa.
Dimitri me observa tirada en el suelo y su reacción es tomar a Enzo del cuello de su camisa.
- ¡Qué fue lo que le dijiste! ¡Contesta maldito!
- Le dije golfa, la sacaste de un burdel.
Dimitri lo golpea y con su golpe hace que su labio se rompa.
- ¡No más por favor! ¡Déjalo Dimitri!
- Rossalie no puede tener impresiones fuertes, ¡imbécil!- el ruso suelta a Enzo y me levanta del suelo. - ¿Estas bien?
- No, me siento mareada y me duele el pecho.
- Apoyate en mi, te cargaré - Me conduce hasta el auto y le pide a Viktor que acelere lo más rápido posible, por el camino llama al médico, mientras estoy envuelta en el calor que me brindan sus brazos.
- Recuestate - Me dice mientras me apoya en la cama y me rodea en un abrazo. - Calmate, quédate tranquila - su voz suena tan suave, tan tranquilizante.
- Saben la verdad, Irina le dijo todo a Enzo, le dirá a Melanie.
- Melanie no sabra nada,te lo prometo. Maldita Irina, me las pagará.
- Me odiaran - sigo llorando. - Mi familia me odiara.
- Shh, no llores, todo va estar bien, todo se solucionará.
- Señor el médico esta acá - Viktor deja entrar al doctor y empieza a examinarme, me pide los nombres de los medicamentos que estoy tomando, y realiza una fórmula nueva.
- Señora Ivanova debo cambiar los medicamentos que toma, por unos un poco más fuertes, su presión arterial ha subido mucho y eso puede desencadenar un paro cardíaco. Fui claro con su esposo en que evitará situaciones e impresiones fuertes.
- Seguiré al pie de la letra todo doctor.
- Descanse por almenos cuatro días, que tengan buena noche.
El médico sale de la habitación y Dimitri fija su mirada en la ventana de la habitación, mientras se levanta de la cama.
- Cancelaré el viaje a Venecia.
- No tienes porque hacerlo.
- Lo voy a hacer Rossalie, así digas lo contrario.
- Tú siempre vuelves a donde estoy,siempre sales corriendo detrás mío ¿Porqué?
Fija su vista en mi y pasa sus manos por sus cabellos.
- Porque creo que me he enamorado de ti, me traes loco.
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