Con la llegada de Derek a la casa el ambiente se ha vuelto más tranquilo, aún así no dejamos de estar alertas en todo momento, los chicos se encontraban extremadamente preocupados por mi seguridad.
Hoy por la mañana luego de salir a pasear por el fondo de la casa he recibido un mensaje.
No te relajes bebe, siempre estás en la mira. No te preocupes ya lograré que vuelvas conmigo.
Junto a este había una foto mía de cuando estaba en el hospital visitando a Derek, y una de hoy en la mañana que salimos a pasear por los jardines de la mansión.
Prácticamente perdí el control de mi cuerpo, no podía ni caminar ni hablar, noté como mi cuerpo comenzó a temblar, al parecer los chicos también lo notaron, ya que apenas me vieron dejaron de hacer todo y vinieron corriendo hacia mi.
Veía como ellos movían sus bocas más no podía escucharlos, me sacudían levemente tratando de hacerme reaccionar, de un momento a otro, todo a mi alrededor se desvaneció, y caí desmayada.
Comienzo a despertar al oír un molesto ruido taladrar mi cabeza.
En un comienzo no puedo moverme, pero lentamente voy recuperando mi movilidad, hasta que soy capaz de abrir los ojos.
Al abrirlos veo que estoy en una habitación de color blanco y con luces brillantes, al mirar a la derecha descubro al responsable del molesto ruido, que resulta ser el monitor que controla los latidos.
Recorro con la mirada la habitación en busca de los chicos, y me relajo cuando noto que está a los pies de la cama, todos dormidos apoyando sus cabezas en el colchón.
-Derek, Andrew, Max.- los llamo tratando de despertarlos, por supuesto no obtengo ninguna respuesta, ya que parece que estoy en el hospital debería de hablar con los médicos para preguntarles si es normal que duerman tan profundamente.- ¡¡Chicos!!- grito de un momento a otro, causando que se despierten sobresaltados y mirando a todos lados.
Finalmente dirigen sus miradas a mi y corren a abrazarme.
Mi boca es devorada con pasión y cariño por cada uno de ellos, cuando he pasado por los brazos y bocas de los tres me siento en la cama.
-¿Que ha pasado?, lo último que recuerdo es estar en la cocina y recibir el mensaje.- digo estremeciéndome solo de recordarlo.
-Los médicos aseguran que sufriste un ataque de ansiedad, y que finalmente tu cuerpo terminó por ceder y te desmayaste.- me comunica Andrew. No me había fijado pero debajo de sus ojos noto unas grandes ojeras, lo mismo ocurre con Max y Derek.
-¿Cuanto tiempo llevo aquí?- me atrevo a preguntar de una vez por todas.
-Solo tres días amor, pero han sido los tres peores días de nuestras vidas.- Dicen los tres al mismo tiempo.
Justo en ese instante entra una enfermera, luego de hacerme las preguntas de protocolo y de revisar mis signos vitales me pregunta si puede sacarme sangre para ir a examinarla, para comprobar que todo está en orden.
Sin decir nada asiento, dándole permiso de pinchar mi brazo.
Me quedo despierta conversando de cosas triviales con los chicos, ninguno quiere hablar de lo que sucedió, y de que quien quiera que sea la persona que me acosa cada vez este mas cerca.
Horas después entra el médico que según los chicos es el médico de la familia.
Ingresa al cuarto con una sonrisa, los chicos enseguida se paran a abrazarlo y a saludarlo.
-Un gusto conocerla señorita Bella.- me saluda el médico con una cálida sonrisa.
-Gracias, un gusto conocerlo a usted también.- contesto con una sonrisa.
-Bueno, debo de darles algunas noticias, tal vez las gustaría sentarse para escucharlas.- al decir esto los chicos se sientan a mis costados, temiendo que lo que tenga que decirnos sea algo malo.- Felicitaciones, usted está embarazada de dos meses.
Wow, no me estaba esperando algo como esto, con cierto temor miro a los chicos, en sus caras lo único que puedo ver es una inmensa felicidad, por lo que automáticamente me relajo y una sonrisa aparece en mi rostro.
Una risa escapa de mis labios causando que los chicos me miren, sin mediar palabras me lanzo sobre ellos, para abrazarlos y compartir la emoción y la felicidad que en este momento me inunda.
Un leve carraspeo nos interrumpe, enseguida nos damos cuanta de que el doctor aún está aquí, por lo que un poco sonrojada me aparto de lo chicos.
-Lo más apropiado sería hacer una ecografia para ver el estado del bebé, las primeras etapas del embarazo suelen ser muy decisivas.
Asiento con efusividad, el doctor se retira y vuelve a ingresar al cuarto, esta vez con una máquina.
Se acerca a mi y me pide que levante la túnica del hospital para poder poner el gel en mi abdomen, mi cuerpo se estremece por el frío que este me produce.
Enseguida comienza a mover un aparato sobre mi abdomen. Segundos después nos habla.
-Aquí está, ven ese punto blanco, ese es su bebé.- Cuando nos dice esto todos tenemos diferentes reacciones, Max comienza a saltar y reír, Derek salta y corre a abrazar a Max, mientras que Andrew se encuentra abrazándome , yo por mi parte estoy a punto de llorar por la emoción.
-Esperen un segundo.- Nos dice el médico.- creo que ... si como lo sospeché, Señorita Bella usted está pasando por un embarazo múltiple. Permítame corregirme y decirle que aquí se encuentran sus bebés, logra ver esas tres machas blancas, pues son ellos.
La sonrisa en mi cara no hace más que agrandarse, no puedo creer que seré madre, y menos que seré madre de tres fantásticas personitas.
Luego de recetarme unas vitaminas y darme algunos consejos sobre la alimentación y para mi comodidad, porque digamos que cargar tres bebes en el vientre pronto comenzará a resentirse, me da el alta y nos vamos de vuelta a la mansión.
Al llegar los chicos enseguida llaman a sus padres para invitarlos a almorzar, es allí donde les daremos la noticia.
Mientras tanto comenzamos a hablar de cómo será el ser padres.
En lo personal me hace mucha ilusión ser madre, y poder darle a mis hijos todo el cariño que yo no recibí.
Mis padres no eran malas personas en su momento, trabajaban mucho y no tenían tiempo para mi, o eso era lo que me decían, ellos en realidad salían de viaje con sus amigos y socios y me dejaban en casa con mi nana. Al cumplir la mayoría de edad querían que me casara con el hijo de un socio de ellos, dijeron que sería un gran evento y que promocionaría a la empresa.
Claramente me negué, pero eso no fue suficiente, tuve que huir para poder mantener mi libertad.
Ahora que lo pienso nunca les he dicho esto a los chicos. Por lo que se el niñato con el que mis padres me querían casar tenía una especie de obsesión conmigo, lo mejor sería hablar de este tema con los chicos cuanto antes.
- Chicos, hay algo que quiero contarles.- digo interrumpiendo su conversación, ellos me miran y asienten.- Antes de vivir sola, yo vivía con mi familia, mis padres eran gente con mucho dinero y tenían una empresa, eran tan ambiciosos que un día llegaron diciendo que debía casarme con el hijo de uno de sus socios.- ante esto escucho como gruñen, pero continúo.- me negué infinidad de veces, pero me di cuenta de que poco importaba lo que yo opinara sobre eso, así que decidí huir y empezar una nueva vida, en la que yo pudiera decidir qué hacer.
Ante esto ellos se quedan callados, y yo esperando oír una respuesta por parte de ellos.
El tiempo pasa y no dicen nada, hasta que levanto la mirada y veo la furia llamear en sus ojos, nunca antes los había visto así.
-Ven aquí pequeña, no podemos si quiera pensar en que nos necesitaste y no estuvimos para ti.- dicen los tres, de un segundo a otro pase de estar sentada en el sofá a estar encima de ellos.
Me acuesto sobre sus cuerpos y entre las caricias y palabras cariñosas voy quedando dormida.