DOMINANTES

Capitulo 18

En estos días tratamos de pasar el menor tiempo posible en la calle, por lo general o estamos en la mansión o estamos en la habitación de hospital en la que aún se encuentra Derek.

La casa está repleta de guarda espaldas y hombres de seguridad, luego de lo qué pasó y del video que nos fue enviado estamos más alerta que nunca.

No puedo dejar de sentirme culpable, siento que si no hubiese sido por mí, Derek no estaría inconsciente en una camilla de hospital, y Andrew no estaría con moretones en el rostro y todo su cuerpo.

Desde ese día ningún otro mensaje ha llegado, y eso es lo que más me aterroriza, si no está enfocado en mí, significa que está planeando algo.

La estadía de los padres y la madre de los chicos es momentáneamente permanente, ninguno se siente seguro si estamos separados, por lo que hemos acordado mantenernos todos a la vista de todos hasta que podamos solucionar esta situación.

En las noches lo único que se escucha son mis sollozos, y los susurros tranquilizadores que intentan brindarme los chicos.

Max ha sido un gran apoyo para mí, el sabe lo que siento, la culpa que me carcome y que me hace casi imposible mirar a Andrew a los ojos, jamás podría pensar algo como esto, pero de seguro ellos estarían mejor sin mi.

Una semana después.

La ultima semana la hemos pasado prácticamente en el hospital, hasta hemos pedido que nos trajeran un sillón cama para poder dormir ahí con Derek.

Al amanecer, cuando los rayos del sol comienzan a iluminar la negrura del cielo empiezo a escuchar en la habitación unos susurros roncos que me llaman, aterrada de que pudiste ser el acosador enciendo la luz.

La habitación se encuentra completamente vacía a excepción de nosotros cuatro, al posar mis ojos sobre la pálida figura de Derek es cuando me doy cuenta de que él se ha movido, con rapidez y pasos torpes me acerco a la camilla para tomar su mano, es ahí cuando siento un leve apretón, lo que causa que dirija mi mirada a esta zona para comprobar que lo que he sentido ha sido real.

Con lágrimas de alegría levanto la mirada y mis ojos chocan con esos que hace tiempo estoy deseosa de ver, con cuidado lo abrazo, sin poder creer aún lo que está pasando, a continuación sin pensarlo nos sumergimos en un profundo y apasionado beso.

Al separarnos lentamente la sonrisa más grande que jamás he tenido adorna mi cara. Sin cavilaciones decido despertar a los chicos, quienes se han encontrado sumamente preocupados por la salud de su hermano.

Mientras ellos se saludan con palabras ahogadas por el llanto y la emoción me dedico a observarlos desde la distancia, sin hacer ningún ruido me retiro al pasillo para así poder llamar a los padres de los chicos, para darles la buena noticia.

Estos contestan preocupados por que algo hubiese pasado, pero se tranquilizan y llenan de emoción al recibir la noticia de que Derek por fin ha despertado.