Zack se acercaba lentamente hacia mi y me preocupaba el hecho de que yo no tenía hacia donde correr, la única salida estaba siendo bloqueada por él...
—¿Que buscas? Ya te dije que la camiseta solo fué un pretexto— Dijo burlándose de mi nerviosismo.
— Cállate, yo tengo que ir a continuar mi trabajo— Dije intentando escapar pero Zack me tomó por las caderas y me retuvo con sus dos manos.
— ¿Te gusta pasarle la lengua a los helados?— Preguntó Zack pervertidamente.
— ¡Déjame ir!— Exclamé intentando librarme de sus manos.
Su rostro se acercó al mío y sin razón alguna me comencé a sentir nervioso, sentía mi cara completamente caliente.
— Te sonrojaste— Afirmó Zack acercando más su rostro al mío hasta pegar las narices.
— Aléjate de mi.
— ¿Por qué eres tan contradictorio? Me pides que me aleje de ti, pero sé que por dentro me pides a gritos que te folle.
Zack retiró sus manos de mis caderas y en el momento en que iba a huir, sus labios tocaron a los míos, dejándome completamente paralizado. Mis labios parecían actuar por si solos y respondían a los movimientos de Zack, de pronto siento su mano caliente tocar mi abdomen y comenzando a bajar hacia mi pantalón.
— ¿Esto te recuerda a algo?— Preguntó Zack separando sus labios de los míos por un leve momento.
Su mano continuó bajando hasta llegar a mi pantalón, sentía como me tocaba suavemente por encima de mi ropa y eso me hacia sentir más relajado. De pronto nuestras lenguas comenzaron a abrazarse dentro de nuestras bocas, no sabría como describirlo pero sentía una conexión con él ¿Eso me gustaba?
El pausó todo para quitarse su camiseta y dejar descubierto su buen cuerpo ejercitado, luego de eso, tomó mi camiseta manchada y con su fuerza la rompió, dejando mi pecho completamente descubierto. Nuevamente se acercó a mi, pero ésta vez su lengua recorría todo mis pectorales, sus manos volvieron a entrar en acción cuando bajaron el cierre de mi pantalón y fueron hasta atrás para tocar mi trasero.
— ¿Quieres volver a probar?— Preguntó Zack.
— Si...— Asentí dejándome llevar por la calentura que sentía en ese momento.
Sus manos retiraron mi pantalón y comenzaron a masajear mi miembro erecto, se sentía muy bien viniendo de parte de otra persona. Zack desabrochó su pantalón y se lo retiró, quedando el también en ropa interior. Acercamos más nuestros cuerpos y nos volvimos a unir mediante los besos, mi miembro rozaba fuertemente contra el suyo.
— Adrián, no aguanto más— Susurró Zack quitándose su ropa interior.
Su miembro estaba al descubierto y al parecer Zack nunca mintió, realmente era grande.
Él me volvió a sujetar por las caderas y me levantó para llevarme a una de las camas que estaban en la habitación, retiró mi ropa interior e introdujo su dedo indice en mi trasero, me dolía mucho pero sabía que podía soportarlo, su dedo se movía dentro de mi y eso me hacía sentir muy bien. Luego introdujo su dedo medio y el anular, el dolor era insoportable pero de una manera u otra me gustaba.
— Zack...— Me quejé — Ya quiero probar tu...
Zack sonrió y retiró sus tres dedos de mi interior, para luego empezar a introducir en mi interior su gran miembro, se sentía muy bien, su miembro llegaba a lo más último de mi y era imposible no dejar salir los gemidos. Cada vez Zack me embestía con mayor fuerza y eso me gustaba, oír sus gemidos me excitaban aún más todavía, sentía un gran placer en mi cuerpo que me hacía estremecer cada parte de él.
— Me gusta tu trasero, es perfecto, se siente muy bien— Dijo Zack dejando escapar unos gemidos.
— Me encanta como lo haces, creo que acabaré.
De pronto sentí una gran sensación de placer en mi interior que me hizo correrme a tiempo, a la vez que Zack se corrió dentro, el placer fué mutuo y los gemidos fueron imposibles de retener...
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Ya después de aquél acto, Zack y yo seguimos acostados en la cama mirando hacia el techo mientras hablábamos del uno y el otro.
— Debe ser increíble vivir en ésta mansión, hay demasiado espacio y muchas cosas que se pueden hacer— Comenté.
— Ni tanto, ya se me hace aburrido, cuando llegué a la mansión si fué muy emocionante, pero la emoción se fué con el tiempo— Respondió Zack.
— ¿Cuando llegaste? ¿No naciste aquí?— Pregunté.
— No, mi tío me acogió en la mansión.
— ¿Qué? ¿Entonces donde están tus padres?-
— Adrián, mis padres murieron... Ellos fueron asesinados delante de mis ojos.