Mala influencia®

By teensspirit

45.5M 3.1M 3.5M

YA EN FÍSICO. La irresistible tentación está ahí: para los dos. En medio de todo el desastre, tuvimos que enc... More

Prólogo
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capitulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Epílogo
Fin
YA EN FÍSICO

Capítulo 33.

653K 51K 50.2K
By teensspirit

REESE.

-¿Sabes con quien va a ir Karol al baile de primavera? -pregunta Lily emocionada. Niego con la cabeza, la verdad es que tampoco me importa lo más mínimo.- ¡Con Stephen! El mismo Stephen del equipo de fútbol. Tiene un trasero... -murmura casi babeando.

-Ah. -contesto simplemente. Ya ni quiero ir a ese estúpido baile. Ya no quiero estar aquí, todos a mi alrededor parecen estar centrados en cosas que para mi ya no son nada interesantes. Tan solo son tonterías de instituto.

Y no puedo evitar verlo todo diferente cuando sientes tantas emociones dentro de ti que es imposible que le prestes atención a las pequeñas cosas.Y es en ese momento, cuando te das cuenta de que todo ha cambiado. Y que las cosas, jamas volverán a ser las mismas. Justo en ese momento en el que las cosas que antes te parecían lo más interesante del mundo, ahora se han vuelto algo sin importancia. Y en mi caso, todo había sido por culpa de una sola persona. Eros Douglas.

Me tenía completamente destrozada. Y puede que suene dramático, pero el primer día pensé que iba a morirme. Dolía tanto... que ni si quiera puedo explicarlo. Por suerte para mí, mi padre está pasando fuera de casa unos días, así que antes de marcharse le dije que Eros estaba durmiendo para que no fuera a molestarlo ni a hablar con él, y con eso se marchó satisfecho. Y confieso que ha sido durísimo estar sola estos tres últimos días. Ni si quiera recuerdo haber comido nada. Hasta Estela, la cocinera, se preocupó.

Por otro lado, está lo del anónimo. Sé que debería preocuparme por si me hace algo ahora que Eros se ha marchado, pero ni si quiera me importa.

-Reese, en serio, sabes que te quiero y quiero lo mejor para ti. Y te veo así y me entran ganas de llorar. No es nada justo. -dice Lily cogiéndome de las manos, reaccionando a mi depresión.

Suspiro como modo de contestación. Hasta al respirar me duele el pecho, imaginaros al hablar...

-Tienes que hacer un esfuerzo por estar bien. Mírate, estás en los huesos chica, y parece que tus ojeras van a tocar el suelo. -dice indignada.- Sabes que me caía bien, pero después de esto no puedo evitar odiarlo, es tan... -suelta un pequeño soplido. Ella siempre tan dramática.- Si quiere hacerte daño, lo mejor es que vaya a la cárcel, porque...

-Lily. -la interrumpo.- No quiero hablar de eso, por favor.

Después de lo que le he contado, Lily cree que él es el anónimo. Yo no creo que sea así. Simplemente estaba histérica y saqué conclusiones demasiado rápido. Pero aún que su plan desde el principio fuera herirme, yo jamas podría causar eso en él, porque lo quiero. Y no quiero que vaya a la cárcel. Por mucho que suene masoquista, lo quiero a mi lado.

-Está bien. -dice ella rodando los ojos.- Tan sólo piénsalo.

Ya, como si pudiera pensar en otra cosa que no fuera él.

Llegamos al aula de lengua y me siento en mi lugar. Miro la mesa de al lado y recuerdo cuando Eros le dijo a Ariadna que estábamos saliendo, y se lo lanzó en un papel de libreta. Recuerdo como me miraba, todo lo que decía... simplemente no puedo creer que todo fuera mentira. Al menos yo no lo siento así. Entre nosotros había algo muy especial, y no creo que solo pudiera sentirlo yo. He estado repasando todos los momentos que hemos vivido juntos, y os juro que no me entra en la cabeza. Eros tenía que sentir algo por mi. Tiene que hacerlo.

-Oye, ¿estas bien? -me pregunta Bárbara desde la mesa de delante.

-Sí, claro. -miento encogiéndome de hombros. ¿Tanto se me nota?

Ella no parece muy convencida con mi respuesta.

-Estás llorando. -oh, ni si quiera me había dado cuenta, mierda.- Toma.- dice tendiéndome un pañuelo.

-Gracias. -digo aceptándolo con una débil sonrisa. Agradezco que no vuelva a decir nada ni me pregunte que es lo que me pasa, porque a la única que he sido capaz de contárselo es a Lily, porque sé que es mi mejor amiga y que no se lo contará a nadie. Pero al resto de mis amigas no puedo darles ninguna explicación (aunque supongo que lo intuirán porque evidentemente es el primer día que vengo sin Eros al instituto) y menos sabiendo que ellas siguen siendo amigas de Ariadna.

Y justo entonces, entra por la puerta.

Genial. Hoy está siendo el mejor día de mi vida.

-Oh, Reese, querida... -dice con un falso tono de tristeza.- Tienes un aspecto horrible. ¿Quieres maquillaje?

-No lo necesito. -mi voz sale llena de rabia. Intenta controlarte, Russell.

-Si tú lo dices... -se encoge de hombros.- ¿Ya tienes pareja para el baile?

-No iré. -ni si quiera soy capaz de mirarla a la cara. Siento que todos los problemas que tengo ahora mismo en mi vida son por su maldita culpa, porque si esto del anónimo jamás hubiera pasado, nunca habría conocido a Eros, y ahora no estaría así de destrozada. Estaría ocupada siendo popular e ilusa como antes, pero al menos, sería feliz.

A Ariadna parece no gustarle mi respuesta.

-¿Como dices? ¿No irás al mejor baile de primavera del Official High School of Miami? -parece ofendida.

-¿Es que acaso eres sorda?

Vale, Reese, cálmate. No puedes asesinarla aquí en medio. Traumaría a la gente.

-Vale, de acuerdo, hoy no es tu día, lo entiendo. -no la miro.- Mejor voy a sentarme con otra persona.

Sí, mejor podrías irte a la mierda también.

Las clases se me hacen eternas, en la cafetería me siento con todas mis amigas (y Ariadna) que discuten que vestido van a ponerse en el baile y con quien van a ir. No veo el momento de llegar a casa la verdad, es más, no veo el momento de sentirme bien, porque aunque llegue a casa, sé que seguiré sintiéndome así de mal. Aunque al menos allí puedo llorar y comer helado sin que nadie me moleste.

Intento evitar a Ariadna lo máximo posible, y siento náuseas cuando veo a Justin McGray pasear por los pasillos con una sonrisa triunfante en su cara, mirándome con cara de "he ganado, Reese Russell". Es totalmente repulsivo.

Por fin suena el timbre y cojo el bus para volver a casa, aunque me deje a unos kilómetros, ya que la línea no entra dentro de las urbanizaciones de gran prestigio. Sí, ya sé lo que estáis pensando, Reese Russell cogiendo el bus público, todo un espectáculo.

Me lanzo a mi cama como si me fuera la vida en ello y enciendo mi móvil. Tengo diez llamadas perdidas de Eros. Y dos nuevos mensajes de voz.

Tardo varios segundos en pensar las opciones que tengo. No escucharlos e intentar superarlo, o escucharlos y sentirme mal conmigo misma porque no sé si darle la oportunidad de que se explique y seguir llorando porque no se que narices hacer con mi vida.

Definitivamente escojo la segunda opción.

"Hola, Russell, soy yo otra vez. Sé que no vas a escucharlo, porque siempre dices que ya no están de moda los mensajes telefónicos, y que si alguien quiere decirte algo, que lo diga en persona. Bien, no tengo mucho tiempo, así que solo quería decirte que te echo muchísimo de menos. Esto es un jodido infierno sin ti, y eso que solo llevo sin verte dos días. Tan solo quiero que sepas que no me voy a dar por vencido. Porque ambos sabemos lo que siento, y voy a luchar por ello. Espero que lo escuches, te..."

¿Iba a decirme 'te quiero'? Respiro hondo. Me dijo que jamas había sentido eso por nadie, y que no estaba seguro de cómo se sentía hacerlo. Vale. No llores, tu puedes. Este era de ayer por la noche, así que pulso el mensaje de hoy. Ha sido enviado hace menos de una hora.

"Bueno, ya sabes quien soy. No aguanto más, Russell. No sé qué estarás haciendo ahora mismo, pero voy hacia tu casa..."

Oh dios. ¿Qué?

"...me da igual si está tu padre, me da igual si llamáis a la policía. Pero no soporto que estés mal por mi culpa. Me odio a mi mismo por hacerte esto, y creo que mereces una explicación, princesa."

Mierda. Princesa no... No puede decirme eso y esperar que no me afecte en absoluto. De hecho, creo que lo ha hecho a proposito, porque mi corazón ahora late mil veces más fuerte.

"Esta vez sí, te quiero, Reese Russell."

Y suena el pitido que anuncia que el mensaje se ha acabado.

Siento la adrenalina correr por mi cuerpo. Y no sé si es porque me ha dicho que me quiere o porque va a venir. Es más, por el tiempo en el que ha sido enviado el mensaje, ya debería de estar aquí. Voy corriendo al cuarto de baño para mirarme al espejo. Oh Dios mío, estoy horrible.

Debato las posibilidades que tengo de maquillarme o cepillarme el pelo antes de que Eros aparezca cuando la puerta de mi cuarto se abre de golpe.

Salgo.

-Russell. -sus ojos se topan con los míos. Y miles de emociones se cruzan de por medio, haciendo durar una mirada lo que parecen eternos segundos. Se siente como si hubieran pasado meses, cuando solo llevamos tres días sin vernos. Sus ojos, su pelo, todo... es casi como un espejismo. De tanto pensar en él me resulta extraño verlo en persona.

-Eros. -digo con un tono de sorpresa. Sabía por el mensaje que iba a venir, pero no que subiría a mi habitación.

-Antes de que digas nada... No quiero hacerte daño, te juro que jamas lo haría. Así que por favor, no llames a la policía, tan solo déjame...

Parece muy preocupado, como si temiera que yo pudiera desaparecer en cualquier momento.

-Lo sé. -le interrumpo.

-¿Cómo dices? -pregunta confundido.

-Sé que no me harías daño. Lo he estado pensando, y no se como llegué a la conclusión de que tú podías ser el anónimo, de veras lo siento, estaba muy alterada. Pero eso no cambia absolutamente nada entre nosotros. -añado después. Ni si quiera estoy enfadada, estoy decepcionada. Y eso es mucho peor.

Sus hombros se relajan. Mi corazón me grita que vaya a besarle y olvide todo lo que ha pasado, pero no es tan fácil.

-Lo entiendo. Todo es por mi culpa. -contesta. Y no me está poniendo nada fácil ignorar a mis instintos.- Ese cuaderno... -suspira.- Lo tengo desde que era un crío. Apuntaba los nombres de la gente que me hacía daño, para poder vengarme en un futuro. Y sí, había veces que ni si quiera me habían hecho nada grave, pero era un niño sin familia al cual culpaban de un asesinato. Simplemente mi cabeza se fue, no recibía educación de ningún sitio y en mi mente solo quería que todos sintieran lo mismo que yo. Era horrible sentirme así todos los días. -se va acercando a mi poco a poco, con pasos cortos, yo retrocedo.- Cuando escribí eso... Joder, ni si quiera te conocía. Solo sabía de ti por lo pesado que era tu padre hablándome siempre de ti. Me dabas envidia y eso que ni si quiera te había visto. Yo tenía que pasar de familia en familia mientras tú disfrutabas de un hogar con todo lo que tu quisieras. Y eso me hacía odiar a tu padre, ya que él había consentido que me metieran allí. Pensaba: si tiene tanto dinero y solo una hija, ¿por qué no me acoge en su casa? Pero claramente no le dije nada.

Me sorprende saber que Eros supiera de mi antes de conocerme, pero no digo nada al respecto, pues parece muy concentrado expresándose, y no quiero interrumpirle.

-Pasaron muchas cosas desde entonces. Tu padre me visitaba cada vez menos en cuanto entré en el reformatorio, y mi vida se convirtió en juicios, peleas y escapadas repletas de cosas ilegales. Te juro que en cuanto salí de allí ni si quiera me acordaba de la venganza hacia tu padre, y menos hacía a ti, ya que ni si quiera te recordaba. Ademas, me di cuenta de que Bruce fue el único que se preocupó por mi, ya que los demás tutores me tenían miedo. -hace una pausa, en la que se relame los labios.- Cuando llegué a aquí y vi la venganza hacia vosotros en la libreta, quería arrancar las hojas del cuaderno, pero si las tiraba por ahí o a la basura corría demasiado riesgo de que alguien las encontrara y se lo contara a Bruce. Así que las dejé ahí. Cambiaba el puto cuaderno de sitio cada semana, por si acaso. Ni si quiera entiendo como cojones lo ha encontrado el anónimo. -parece pensar en voz alta.- El caso es que nunca quise hacerte daño una vez te conocí, y nunca lo haría. Tienes que creerme.

El aire entra por la ventana moviendo las cortinas, y haciendo que la luz se expanda por la habitación. Hace calor. Meto un mechón de pelo detrás de mi oreja, y deslizo la mirada hacia abajo, pensando.

-Te creo. -digo por fin. Y no se si me arrepentiré, pero así funciona nuestra relación. A base de arriesgarse.

Eros suelta el aire que parecía haber estado conteniendo y me envuelve en un abrazo. Inhalo su olor tan peculiar que me vuelve loca, durante segundos, antes de separarme. Lo había echado tanto de menos...

Eros mira mis labios. Y entonces decido hablar antes de que sea demasiado tarde.

-Tan solo necesito algo de tiempo. -digo fijando mi mirada sobre la suya. Esto parece caerle como un cubo de agua fría.- Te creo, pero ha sido muy duro para mi. Lo he pasado tan mal que necesito reponerme, y no sé si la mejor idea es volver al punto desde donde lo dejamos.

Llegar a pensar que él era el anónimo demuestra toda la pérdida de confianza que ha habido en nuestra relación. Ese cuaderno ha sido como un detonante de problemas, el cual ha explotado justo en el momento menos indicado.

Observo sus facciones. Él también está pálido y tiene ojeras, lo que me indica que al igual que yo, él también ha estado pasándolo mal por mi decisión. Nos hemos hecho daño. Y no quiero ser egoísta, así que creo que es lo mejor para ambos.

-¿Qué quieres decir? ¿Quieres que me vaya otra vez? -sus ojos me miran suplicantes, casi con miedo.

-No, no quiero que te vayas. Es solo que necesito volver a confiar en ti. -esto parece dolerle.- No podemos volver a donde estábamos después de esto, Eros. Ha sido demasiado.

Parece muy afectado, pero prefiero ser sincera con él antes que volver a donde lo dejamos y sentirme incómoda al mínimo percance. Le quiero, pero las cosas no se olvidan tan fácilmente.

Eros se acerca y coge mi mano.

-Haré lo que sea para que vuelvas a hacerlo. Te lo prometo.

Y ambos sabemos que cuando Eros Douglas promete algo, lo cumple. Porque desde que prometió protegerme, lo ha estado haciendo anteponiendo su propia vida. Y esas son de las cosas que nunca se olvidan.

*********

¡Otro cap! ¿Que os ha parecido? ¿Queréis que Eros y Reese vuelvan a estar como antes? ¿Os parece bien la decisión que ha tomado Reese?

¡Muchas gracias por leer, votar y comentar! Os ama con todo su corazoncito, Babe❤️🧡💛💚💙💜💗

Continue Reading

You'll Also Like

30.5K 3.2K 37
Pocas personas nacen con la habilidad de ver su hilo rojo, sin embargo, deben esperar a cierta edad para hacerlo. Soobin se encuentra en aquel limita...
2.4M 172K 57
COMPLETA. En librerías y Wattpad. Premio Wattys 2017. MARIA necesita escapar de su intensa vida dominada por el vicio, por lo que acepta una oferta d...
5.2K 203 11
pequeñas historias/situaciones con los concursantes de OT 2023
157K 38.8K 10
Las relaciones con mapaches son difíciles.