Nuestra Segunda Oportunidad...

By Lynsori

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Si tu hermano te afirmara que se acostó con tu prometida. ¿Le creerías? El mundo de Ehan Hilton se vino abajo... More

Reseña
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
REDES Y PLATAFORMAS
Capítulo 42
Capítulo 43
La Carta De Sebas.
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 62
Capítulo 63
Epílogo
Mellizos
Marco
NOTA IMPORTANTE (Nick y Olivia)

Capítulo 61

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By Lynsori

—Me gusta la falda del vestido— afirmo Amanda desde un sofá.

Era sábado en la tarde y se encontraba en la prueba del vestido de Hanna. Ya que ella no tenía a nadie cercano a quien pedirle consejo, invito a Paige y Amanda para ayudarle a tomar la decisión sobre su vestido de novia.

Su otra opción era Scarlett pero sentía que sus gustos y los de su suegra eran muy diferentes.

—Pero creo que prefiero el anterior.

Hanna se observó en el espejo donde su reflejo le mostraba su cuerpo enfundado en un vestido de corte imperio, con talle corto que termina justo debajo del busto donde da lugar a la caída de la falda, era bonito pero no era el indicado.

Ese era el segundo vestido que se probaba. El primero había sido un corte sirena en color perla, bonito pero tampoco era el adecuado.

— ¿A ti te gusta? — le pregunto Paige al ver que Hanna se quedaba absorta en sus pensamientos.

—Siendo sincera...este no me gusta. Lo siento muy...sencillo.

Esa era la única pablara con la que podía describir ese vestido. Sencillo.

Ella no poseía un estilo muy extravagante, pero quería estar a la altura de lo que era la boda de un Hilton.

—El tercer vestido es corte columna. Te recomiendo que te lo saltes y te pruebes alguno de gala. Eso te ayudaría a decidir si lo que quieres es algo muy pomposo o más austero— aconsejo Paige.

Se bajó del podio con cuidado de no pisar el vestido y regreso al vestidor donde la dependienta la estaba esperando. Le ayudo a quitarse el vestido y se colocó una bata para comenzó a ver los demás vestidos.

Examino el siguiente y definitivamente no le gustaba. Era muy recto. Busco los vestido de gala y comprendió a lo que se refería Paige con "pomposo".

Las faldas eran muy grandes y llamativas; viéndolos no pudo evitar recordar a las princesas de películas con esos vestido hermosos con grandes faldas y vuelos.

Pero al imaginarse entrando con uno de esos, se dio cuenta que no era la imagen que quería dar.

En esos días, muchas revistas y columnas de periódicos se han obsesionado con Ehan y ella. Debido a la reputación de él, muchos quieren saber qué es lo que tiene ella de especial para que el primogénito de los Hilton se haya enamorado. Muchos aseguran que la boda es solo para enmendar el error de Ehan al dejarla embarazada mientras que otros piensan que Scarlett y Stephen los están obligando para evitar que sus nietos crezcan en una familia separada.

Cada vez era peor.

Por lo general, trataba de ignorar todos esos artículos superficiales donde se denotaba el clasismo y la falta de respeto. A ellos no les importaba brindar información falsa con tal de lograr vender más ejemplares.

Ese era el motivo por el que una parte de ella quería demostrarles a todos que nada de eso importaba porque nada era cierto.

Ehan la amaba, la había escogido para ser su esposa, eso era todo. No había nada más y necesitaba un vestido que lo demostrara.

Comenzó a revisar entre las opciones, descartando varios que... no cumplían con sus expectativas. Normalmente, no era una persona muy encantada con el encaje, pero al ver un vestido con encaje chantilly se quedó sin palabras.

Lo tomo para palparlo atreves de la bolsa de protección y era simplemente muy lindo. La transparencia era mucha pero la elegancia que poseía era increíble. No era muy pomposo pero tampoco era sencillo. Se encontraba en el punto medio que ella quería.

Elegante pero provocativo.

Le dio vuelta y observo la espalda...

Botones.

¡Muchos Botones!

No tenía cierre, solo unos 50 botones.

—Ehan te hará pedazos— le susurro al vestido con una sonrisa conocedora.

No perdió más el tiempo se lo probo para estar segura que ese sería el indicado. Ya quería ver la cara de su prometido.

Dos horas después, Hanna se encontraba cruzando la puerta principal del departamento; esta extasiada, todavía no podía creer lo enamorada que había terminado de su vestido, por suerte los arreglos eran mínimos y no habría ningún problema en realizarlos a tiempo.

Y con la despedida de soltera...bueno, Amanda se encargaría de todo.

Camino hacia el salón donde el sol de la tarde se filtraba por las ventanas pero no encontró a ninguno de sus hombres por ahí.

¿Dónde estaban?

Fue a la cocina y al despacho pero no los encontró así que fue hacia las habitaciones, reviso la de los gemelos pero estaba vacía, llego a su habitación y abrió la puerta llevándose una grata sorpresa.

Sobre la cama, se encontraban sus tres chicos plácidamente dormidos.

Ehan se encontraba al centro con Matt a su izquierda y Dony a su Derecha pero este último tenía su cabeza apoyada sobre una de las mesitas a los costados.

Verlos así aceleraba su corazón, por mucho tiempo pensó que jamás podría ver a Ehan siendo un padre para sus hijos. Con cuidado, saco su teléfono e inmortalizo el momento. Era una imagen muy hermosa verlos a todos tomar una siesta.

Se quitó los zapatos de tacón para evitar hacer ruido y camino hacia su closet para cambiarse de ropa y estar más cómoda en casa, tomo unos shorts y una camisa de tirantes antes de caminar nuevamente hacia la cama. Tomo a Matt en brazos y lo llevo hacia el otro lado de la cama, lo dejo junto a Dony antes de acomodar a este.

Regreso al otro lado y se subió a la cama para abrazarse a Ehan el cual giro en sueños y la abrazo apoyando su cabeza en su pecho, por un momento pensó que lo había despertado pero al sentir su respiración relajada supo que continuaba dormido.

Quería que descansara.

Esas semanas habían sido muy pesadas para él, con el divorcio de Marco, la boda, la mudanza y todos los problemas mediáticos le habían generado mucho estrés. Se dedicó a acariciarle el rostro y el cabello hasta dejarlo profundamente dormido.

Tener a toda su familia ahí junto a ella era reconfortante. Los minutos pasaban y ella no dejaba de observar a su prometido junto con sus pequeños. Eran tan parecidos...nadie podía negar que eran padre e hijos.

Se llevó la mano al vientre imaginando como serían los próximos, porque no dudaba que serían más de uno.

— ¿Mamá?— susurro la voz de Dony unos 5 minutos después. El pequeño se encontraba sentado en la cama restregándose uno de sus ojitos con su mano.

Hanna le hizo una seña para que no dijera nada ya que su padre y Matt seguían dormidos. Con cuidado...se apartó de Ehan y lo dejo apoyado sobre una de las almohadas antes de tomar a Dony en brazos y sacarlo de la habitación.

— ¿Cómo estas mi amor?— pregunto Hanna al sentir a Dony apoyarse en su hombro adormilado.

—Bien mamá— susurro sin abrir sus ojos.

— ¿Te divertiste con Cony en el parque?— Esa mañana, Cony se había llevado a los chicos a Central Park mientras Ehan estaba en la oficina y ella había ido a organizar todas sus cosas en casa para dejar todo listo para la mudanza de la próxima semana, después se había ido directamente a la prueba del vestido y no había vistos a sus hijos hasta ese momento.

—Si— respondió alargando la "i"— Fue muy divertido, jugamos con otros niños en la casa del tobogán y los señores de negro nos cuidaban.

Rodo los ojos al escuchar eso, sus hijos habían nombrado a los guardaespaldas como "Señores de negro" y siempre les llamaban así.

—Mamá, tengo hambre— dijo el pequeño levantando la carita.

—Es porque tienes un monstruo en tu estomago— bromeo haciéndole cosquillas al pequeño. Camino hacia la cocina y se encargó de hacer unos sándwiches, Matt no tardaría en despertarse y de seguro también tendría hambre, nunca lo comprendería pero si Dony tenía hambre, Matt también, hasta les daban ganas de ir al baño al mismo tiempo en algunas ocasiones.

Busco en la cocina todo lo que necesitaba, por suerte, Cony dejaba todo organizado antes de irse el fin de semana.

Estaba colocando el queso en los panes cuando sintió una manos abrazarla por la cintura.

—Me gusta mucho la vista de estos shorts— dijo Ehan contra su cuello.

Hanna movió su rostro para recibir su beso y regresar su atención a la comida.

— ¿Matt se despertó contigo?

—No, él se despertó primero así que comenzó a saltar sobre mí diciéndome que tenía hambre— estiro la mano y tomo un pedazo de jamón de un plato.

—Lamento que te haya despertado— se giró para quedar frente a el— se lo cansado que has estado estos días— le acaricio los hombros.

—No lo lamentes, sé que no dormir forma parte de ser padre— se inclinó sobre ella y coloco las manos en la encimera a cada lado de sus caderas, encerrándola entre ellos— Dime... ¿Elegiste algún vestido?

—Sip— dijo explotando la "P".

— ¿Me dirás cómo es?

—Nop— le dio una sonrisa coqueta. Ehan negó con la cabeza antes de bajarla y tomar los labios de Hanna entre los suyos. Podrían pasar mil años pero jamás se aburría de besar a su mujer.

La semana siguiente, Hanna se tomó unos días libres para completar todos los preparativos para la mudanza hacia la nueva casa; estaba un poco triste por no poder hacerlo junto a Ehan. El pobre se encontraba trabajando a mil por hora para poder tomarse varios días para la luna de miel, habían hablado con Marco y él se encargaría de la presidencia en su ausencia.

Al principio les había costado un poco llegar al acuerdo sobre que querían hacer en su luna de miel, ninguno de los dos se quería separar de los pequeño pero sabían que todas las parejas necesitaban un tiempo a solas, y más en su luna de miel.

Así que los gemelos se quedarían con sus abuelos un par de días. Los cuales estaban encantados de tener a sus nietos con ellos un tiempo.

Por recomendación de Scarlett, habían contratado a una diseñadora de interiores que se estaba encargando de la pintura y de los muebles faltantes de la nueva casa.

En un inicio, Hanna lo veía como algo incensario, pero al darse cuenta que no sabía ni como ubicar los sofás y la alfombra decidió seguir el consejo de su suegra. No tenía ni idea de cómo la diseñadora había logrado crearle a Ehan un cuarto personal donde colocar su mesa de billar. Era una especie de santuario para hombres; ya podía imaginar a Ehan, Alex y Nick ahí metidos durante las cenas, lo mejor es que los chicos estarían con ellos y las chicas tendrían el resto de la casa.

Pero en definitiva, los cuartos de sus hijos eran sus favoritas. Había personalizado cada habitación según los gustos de los pequeños. Estaba segura que a sus hijos les encantaría. Se moría por ver la cara de los pequeños, para no separarlos, les habían seleccionado cuartos hermanos con una puerta de conexión entre ambos.

En ese instante, Hanna se encontraba en el ático de la nueva casa, ordenando varias cajas con las pertenencias de Sebas. No se sentía lista para deshacerse de ellas, tal vez más adelante pero por el momento... era lo único que le quedaba de él.

Con los muebles de su vieja casa, había decidido regalar algunos y donar los demás, eran muebles de segunda mano pero aun funcionaban y cumplían su labor.

Dejo todas las cajas selladas y bajo por las escaleras para seguir supervisando el trabajo de los acomodadores y a la diseñadora.

La casa cada vez estaba más hermosa, no podía evitar imaginarse las tardes de domingo en el jardín o todos acostados en el sofá mirando caricaturas.

Ese era su futuro.

Ese era el futuro de su familia.

Y si la vida se los permite... —"Muy pronto seremos más" — pensó mientras se llevaba las manos al vientre con anhelo. Cada vez estaba más emocionada con la idea, solo esperaba que alguno fuera una nena. Pero con su suerte, hasta ella se parecería más a Ehan.

El sonido de su teléfono celular la saco de su mundo de sueños.

—Hola Amanda— respondió la llamada al tercer tono.

— Hanna, te tengo una buena noticia, ya encontré a las pajes que pueden acompañar a tus hijos— exclamo con emoción— Son hijas de unas amigas. Una tiene cuatro y la otra tres, pero estarían encantadas con ayudarnos.

— ¿Conseguiste a las dos? — pregunto sorprendida. Desde el inicio, se había acordado que sus hijos los acompañarían durante la boda y serían los pajes, pero necesitaban compañera y por suerte, Amanda arreglo ese problema.

—Sí, Ya tenemos todo cubierto en ese aspecto. Le mandare los detalles a Edith para que se encargue de todo. Ahora; el tema más importante. Tu fiesta de despedida. He pensado en invitar a algunas chicas del círculo de mamá para que vayan conociéndose ya que siempre las veras en las cenas de beneficencia. O no sé si prefieres invitar solamente a tus amigas de la empresa.

Hanna hizo una mueca al escuchar eso, sabía que las chicas de la empresa no eran sus amigas y no se sentiría cómoda con ellas.

— ¿Crees que podría ser algo más pequeño? Yo...no creo que me sienta cómoda con las chicas de la empresa ahí. Tenía pensado una cena solo tú, Paige, tal vez Olivia y yo. Para serte sincera no tengo ninguna amiga cercana.

—Es tu despedida de soltera— dijo con tono triste— no te puedo prometer una cena pero si puedo encargarme de lo demás, seremos solo nosotras pero eso no va a evitar que disfrutemos la noche.

—Estoy segura de eso, pero intenta evitar llevar a bailarines exóticos, al parecer Alex hablo con Ehan sobre la despedida de Paige y ahora está preocupado porque hombres con disfraces de policías semidesnudos estén entre nosotras.

— ¡Por Dios! Eso fue solo una vez, ¿Cuál es el trauma de esos hombre con los bailarines? Ellos son la parte emocionante de la fiesta— reclamo haciendo reír a Hanna.

— Recuerda que tu hermano y mi novio son un poco celosos...

— ¿Un poco? – Dijo indignada— mándame un memo de tu próximo cumpleaños y te regalare un diccionario Hanna. Te juro que he visto a mi hermano ponerse verde cuando algunos tipos ven de más a Paige. Pero al menos sé cómo manejar a esos neandertales que son mi hermano y su tonto amigo, tú deja todo en mis manos.

—Confiare en ti Amanda.

—No te arrepentirás. Esto será muy divertido.

¿No te arrepentirás? Hanna se preguntó cuánto tardaría en arrepentirse...

Pero eso lo descubrió el mismo día de la fiesta. Amanda les había conseguido un reservado en el Bar 54 del hotel Hyatt Times Square. Debía reconocer que el local era muy hermoso con unas vistas espectaculares de la ciudad, en definitiva no era lo que se esperaba como despedida de soltera pero le gustaba.

—Muy bien chicas— dijo Amanda una vez el camarero se había retirado con las ordenes— esta noche todas vamos a disfrutar la soltería.

—Te recuerdo que estoy casada...— intervino Paige.

—Ese es un pequeño detalle.

—Y embarazada...de tu hermano. Por cierto.

—Obviemos eso...

— No podemos obviar el vientre de Paige— intervino Olivia.

—Claro que sí, solo hay que fingir que mi sobrinito no está y que la soda que acabas de ordenar es en realidad es licor y listo. Ya somos cuatro jóvenes solteras de paseo por la ciudad.

Paige y Amanda asintieron con la cabeza pero Oliva en cambio observo a Amanda con los ojos entrecerrados; de todas, ellas dos se parecían mucho así que sabía leer entre líneas cuando su amiga hablaba.

— ¿A qué te refieres con "Paseo por la ciudad"?

Todas centraron su atención en la pobre Amanda que trataba de encontrar una respuesta rápida a eso.

— ¿Amanda...

Comenzó a preguntar Paige cuando Amanda le dio una sonrisa malévola.

Y así, la noche comenzó.

A las 4 de la mañana del 1 de diciembre. Hanna se encontraba ingresando a su nueva casa a hurtadillas para no despertar a nadie pero ignoraba que con el tamaño de la casa bien hubiera entrado a caballo y nadie la habría escuchado, aunque el ruido del caballo y ella en ese momento no había mucha diferencia.

Durante la noche, Amanda había organizado un tour en limusina por diversos Pub de la ciudad, pero lo más impresionan había sido el conductor, no hubo ningún bailarín pero el conductor era un modelo el cual las acompaño en el recorrido.

Tenía años sin divertirse tanto.

Camino hacia la cocina llevando los zapatos de tacón en la mano. Necesitaba café para bajarse el efecto de alcohol.

Tenía años de no salir de juerga y para ser sincera lo había disfrutado mucho, lastimosamente Paige había tenido que regresar antes debido a su estado pero con Amanda y Olivia se la habían pasado increíble. Solo esperaba que Ehan no le preguntara sobre el modelo sin camisa que hizo de chofer.

Se hizo una taza de café para despejarse un poco. Su resistencia al alcohol siempre ha sido baja así que daba las gracias por no tener ganas de vomitar. Había sido divertido pero en definitiva ella no estaba hecha para ese mundo.

El ruido de la puerta cerrándose atrajo su atención; pero rápidamente adivino quien era, ¿Quién más tenía llave de la entrada y había salido de fiesta ayer por la noche? Camino en silencio hacia el vestíbulo pero no llegó muy lejos cuando Ehan estaba cruzando la entrada de la cocina encontrándose cara a cara.

Por un segundo los dos se quedaron en silencio simplemente observándose atrapados; hasta que Hanna comenzó a reírse por la situación.

— ¿No crees que es muy pronto para que comiences a llegar en la madrugada?— bromeo Hanna acercándose para abrazarlo, estaba muy feliz de verlo.

—Por lo que veo tu tampoco llevas mucho tiempo aquí— dijo Ehan observándola a detalle, su prometida se tambaleaba entre sus brazos y tenía sus ojos un poco húmedos— ¿Qué tanto tomaste en la fiesta?

—Ohh...— susurro rodeando los hombros de le con sus brazos— solo un poco, fue una noche muy...larga. Tal vez...haya tomado más ¿Y tú? – pregunto mimosa.

—La última vez que tome termine en una cama con Nick y un tatuaje. Desde entonces trato de tener cuidado con el alcohol— afirmó— por lo que veo se divirtieron mucho las chicas y tú.

— ¡Si! Fue muy divertido. Pero ahora estoy muerta y solo quiero dormir.

— ¿Que tanto se divirtieron? ¿Estaban solas?

—Eh...define solas...o diversión.

—Hanna...— siseo Ehan entre dientes.

—Ehan— imito ella con voz de hombre antes de estallar en risas.

Ehan sólo coloco los ojos en blanco y la levanto en brazos al estilo princesa para sentarla en la encimera.

—Creo que los dos necesitamos ese café.

—Café...yo quiero café – afirmo ella mientras observaba a Ehan moverse por la cocina. Tomo una taza y se la coloco en las manos. Ya que Hanna llevaba unos pantalones de mezclilla y tenía las piernas abiertas, su prometido aprovecho esto para posicionarse entre ellas.

—Tómate el café. Después...—bajo la voz— tú y yo hablaremos.

—No quiero hablar.

— Pero tenemos que hacerlo.

—Pero no quiero— dejo la taza de café a un lado, lo tomo por la chaqueta y lo acerco a ella— tengo mejores ideas para pasar el tiempo.

—Mi amor. En estos momentos a penas y puedes mantenerte en pie— coloco sus manos en las caderas de ella— necesitas descansar.

— Pero yo te quiero a ti...— acerco su rostro y le coloco un pequeño beso en la comisura de los labios— te quiero ahora— beso el otro lado— y con menos ropa...

Tener a una Hanna alcoholizada era algo nuevo pero muy divertido.

— ¿Que tanto me quieres?— susurro rozándole los labios.

—Mucho...— le dio un beso— mucho...— otro beso— mucho.

—Eso suena muy tentador Hanna— dijo Ehan con una sonrisa— pero...prefiero hacer cosas contigo cuando estas totalmente consciente. Ahora— tomo la taza— bébete el café.

Rodo los ojos.

—Eres un estirado— se quejó mientras tomaba un trago de la taza.

— ¡Claro que no!

—En estos momentos ¡sí! Pero mejor hablemos de otra cosa. Dime ¿cómo estuvo tu despedida?

—Estuvo...— busca la palabra adecuada— entretenida.

Ella lo miro con los ojos entrecerrados

— ¿Solo entretenida?

—Si. – se encogió de hombros.

— ¡Ah no señor! Si quieres que te diga que hicimos nosotras tú también tienes que hablar.

—No fue nada interesante cariño. Nos quedamos en la suite presidencial del Hilton Midtown, eso fue todo.

— ¿Habían chicas?

—Hanna...

— ¿Qué? Es una pregunta válida.

Ehan negó con la cabeza y le dio una sonrisa coqueta.

—Sí, cariño. Había chicas.

Ella lo golpeo en el hombro.

— ¡Auch! ¿Y eso por qué fue?

—Por tonto. Es enserio, espero que te hayas portado bien.

El la observo con ternura, por lo general Hanna tenía cambios de humor pero nunca tan espontáneos como en ese momento.

El recordó su despedida, había sido una fiesta privada en la suite del Hotel donde disfruto mucho con sus amigos y bailo con una que otra chica. Fue una noche de hombres donde le toco hacer de niñera de muchos de ellos. Pero a pesar de eso había sido una noche divertida.

—Define "Portarse bien"— dijo Ehan regresándole la puya haciéndola enojar y obteniendo otro golpe— ¡Ahh! ¿Desde cuando tienes la mano tan pesada?

—Desde que mi prometido es un tonto.

Ehan la observo entre molesto y divertido pero él sabía que no podía estar enojado con ella. Así que sin que lo viera venir le quito la taza de sus manos y la beso con dulzura, él sabía que ella nunca se ha podido resistir a él y tal como se imaginó, unos segundos después Hanna le estaba regresando el beso con más ardor de lo normal.

Tener a su mujer alcoholizada era muy entretenido.

Con sus piernas, lo abrazo por la cadera acercándolo más a ella. A fin de cuentas eso era lo que ella quería.

Pero Ehan separo sus labios de los de ella haciéndola soltar un jadeo de molestia.

— ¿Sigo siendo un tonto?— pregunto sabiendo que la tenía en sus manos.

Hanna le acaricio el pecho mientras fingía pensar en la respuesta.

—Sí, pero eres un tonto que besa muy bien— dijo antes de recordar porque estaba molesta con el— Solo espero que estos labios no hayan tocado los de ninguna otra esta noche. Por qué me enojare mucho si te besuqueaste con una de esas.

Ya acostumbrado a los rápidos cambios de tema de Hanna, Ehan solo la abrazo contra el pegando su rostro al de ella.

—No me besuquee con nadie además de ti, Hanna Kelly. Mi boca— le dio un casto beso— es solo tuya mi amor.

Y con esas palabras Hanna quedo hecha gelatina en sus brazos. Después una corta sesión de caricias y metidas de mano en la cocina; Ehan llevo a Hanna en brazos hacia el dormitorio.

Juntos tomaron una ducha breve y se acostaron en la cama con el cansancio haciendo mella en sus cuerpos.

—Solo tres días más y llevaras mi apellido— dijo Ehan entre dormido y despierto acariciando el cabello de una Hanna recostada sobre su pecho.

—Tres días más. Y ante la ley, seremos marido y mujer— dijo en respuesta girando su rostro y observándolo en la oscuridad de la habitación— Te amo Ehan. Te amo mucho.

—Yo te amo a ti Hanna Kelly. Siempre lo he hecho y siempre lo haré.

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