Nuestra Segunda Oportunidad...

By Lynsori

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Si tu hermano te afirmara que se acostó con tu prometida. ¿Le creerías? El mundo de Ehan Hilton se vino abajo... More

Reseña
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
REDES Y PLATAFORMAS
Capítulo 42
Capítulo 43
La Carta De Sebas.
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Epílogo
Mellizos
Marco
NOTA IMPORTANTE (Nick y Olivia)

Capítulo 60

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By Lynsori

— ¡Otra vez Papá! Por favor ¡otra vez! — rogo Matt para que Ehan lo lanzara por los aires por décima vez.

El observaba a su hijo con sus ojos emocionados, sabía que por la noche su espalda lo haría lamentarlo, pero no le importaba con tal de ver a su hijo así de alegre. Lo tomo nuevamente y lo alzo hacia el techo haciéndolo reír.

— ¡Estoy volando! Papá. Mira estoy volando— reía— ¡Mamá, Mamá! Mírame— grito cuando vio a Hanna aparecer en la entrada del salón.

Ella los observo con una sonrisa en los labios, Ehan se había quitado la chaqueta y la corbata para poder jugar con Matt.

— ¡Cuidado!— advirtió al ver como Ehan alzaba a su hijo nuevamente por los aires.

— ¡Estoy volando!

Al ver a Matt riendo sin parar, ninguno de sus padres pudo evitar contagiarse de su alegría. Hanna se acercó a ellos cuando Ehan bajo a Matt y lo deposito en el sofá.

—Por la noche, tendrás dolor de espalda— afirmo mientras se sentaba en él apoya brazos del sofá.

—Pero fue muy divertido, Mamá— dijo Matt sentándose en el sofá y acercándose a su madre.

—Habrá valido la pena— le guiño un ojo a su hijo— ¿Cómo esta Dony?

—No es nada grave, está un poco irritado. Después de una siesta estará mejor— sonrió— ¿Y tú? ¿Regresaras a la empresa?

—Sí, estamos próximos al fin de mes y debo revisar los presupuestos para las promociones de fin de año— se acercó a ella y le tomo el rostro— me gustaría quedarme para pasar la tarde con ustedes.

—Pero debes ir a trabajar— lo abrazo por su torso— en cambio yo...tengo permiso especial de mi jefe— bromeo haciéndolo reír.

—No sé por qué...pero creo que tu jefe tiene preferencias por ti— bajo su rostro— y eso me pone muy celoso.

Ehan acerco un poco más su boca para besarla pero la voz de Matt lo detuvo.

— ¡No. No por favor! Eso es asqueroso— exclamo con una mueca.

— ¡Ten!—Ehan tomo un cojín del sofá y se lo lanzo con cuidado— cúbrete los ojos.

El pequeño obedeció el consejo de su padre y así evitó ver el beso que este le dio a su madre.

— ¿Por qué siempre se tienen que besar?— se escuchó la voz amortiguada del pequeño – es asqueroso.

Sus padres se separaron debido a la risa.

—Cuando seas grande— Hanna le quito el cojín del rostro a su hijo— no te parecerá asqueroso besar a una niña.

—Iugh...jamás besare a una niña. Son muy raras— se quejó el pequeño al imaginarse a una de sus compañeras de la escuela.

—No todas las niñas son raras.

—Si lo son mamá.

— ¿También la hija del tío Alex es rara?— pregunto Hanna mirando a su hijo con diversión.

—Ella es una bebe mamá, no una niña.

—Él tiene un muy buen punto— le dio la razón Ehan.

Hanna estaba a punto de refutarle el comentario cuando Cony entro al salón con el teléfono.

—Perdón por interrumpir, pero es la organizadora. Quiere hablar contigo Hanna.

—Gracias Cony.

Dejo a su prometido con su hijo y se adentró en el despacho de este para atender la llamada.

Era para coordinar la cita del vestido, debido al poco tiempo, Hanna había seleccionado algunos vestidos de una serie de diseños de presentación y al día siguiente tenía su primera prueba, solo esperaba no arrepentirse de su elección al ser tan apresurada.

Se sentía un poco nerviosa, con cada arreglo, con cada detalle o decisión, su boda se acercaba más a la realidad. Faltaba poco tiempo para convertirse en la señora de Ehan Hilton.

Se sentó un momento sobre el sofá que Ehan tenía cerca de su escritorio para tomar un respiro de todo.

Su boda.

Su familia.

Su vida... todo.

En el último año habían sucedido tantas cosas que todavía le costaba asimilarlas. Su vida era muy diferente ahora, pero...

Si las cosas hubieran sido diferentes desde un principio ellos se hubieran casado hace años...se hubieran ahorrado tanto...dolor y sufrimiento.

Pero las cosas no debían de ser así.

Ella es fiel defensora de que todas las cosas pasan por algún motivo. Tal vez no era el momento adecuado para Ehan y ella. Hace cinco años...eran unos jóvenes enamorados que soñaban con pasar la vida juntos.

A ella nunca le había dado miedo el trabajo pero nunca había vivido una situación tan difícil como la muerte de su madre o el nacimiento de sus hijos. A pesar de haber sido circunstancias difíciles, fueron experiencias que le moldearon el carácter. Se demostró así misma que no necesita de un hombre para sacar adelante a sus hijos.

Con Sebas aprendió que no a todos los hombres los puede clasificar. Él le mostro que la felicidad depende de la valoración que cada uno le dé a los momentos en su vida, le mostro como ser feliz por el simple hecho de vivir un día más.

Fue un gran hombre, un gran esposo y un gran padre para sus pequeños.

El sonido de la puerta siendo abierta fue lo que la saco de sus pensamientos para que observara a Ehan entrar a la habitación.

— ¿Estas bien? Me preocupe al ver que tardabas mucho— se acercó a ella que seguía sentada en el sofá.

—Ven— palmeo Hanna el asiento a su lado— siéntate conmigo.

La observo con los ojos entrecerrados antes de sentarse y halarla a su regazo.

—Me gusta más de esta forma— dijo con una sonrisa de lado mientras ella le acariciaba el rostro— ¿En qué piensas?

—Pensaba en todo— dijo después de unos minutos— si no nos hubieran separado...estaríamos cumpliendo cinco años de casados— dijo Hanna acariciándole la mano donde próximamente tendría su alianza.

—Cinco de casados y seis como pareja— entrelazo sus dedos con los de ella con un suspiro— ¿Sabes? Posiblemente siempre me arrepienta de eso, siempre será mi error más grande— la observo a los ojos directamente— tal vez nunca me perdone a mí mismo por haberme perdido cuatro años de la vida de mis hijos.

Hanna observo la completa tristeza que lo embargaba en sus ojos y sintió un deseo irrefrenable de consolarlo. Extendió sus brazos y lo abrazo dándole consuelo.

Los dos habían cometido muchos errores, pero no era sano que vivieran recordándolos cada día.

—No es bueno que te culpes Ehan, los dos hemos cometido errores. Pero ahora estamos aquí— se separó y le tomo el rostro en sus manos— ahora estamos juntos. Somos más maduros y responsables de lo que éramos hace cinco años. Yo...—bajo la mirada— posiblemente siempre me arrepienta de haber engañado a Sebas cuando tú y yo nos reencontramos.

—También me arrepiento de eso— le levanto la barbilla con la mano— pero él nos dejó algo más importante— afirmo con una sonrisa melancólica— me cuesta aceptarlo pero aprendí mucho de él. Mis padres siempre han tenido dinero y he aprendido a como ocuparlo a mi favor. Con los años me di cuenta que con el dinero suficiente y amigos en puestos con poder se puede conseguir todo...o bueno, casi todo— le acaricio la mejilla con el pulgar— tú eras esa excepción, siempre lo has sido; pero aun así intente recuperarte de esa forma. Compre la empresa por ti, te seduje para alejarte de Sebas, fui egoísta al pensar solo en los años que yo sufrí sin pensar en tu sufrimiento o el de él. Pero a pesar de todo lo que le hice, Sebas me tendió la mano cuando más lo necesitaba. Aquella tarde cuando Dony le dijo papá...

Negó con la cabeza—... los había visto llegar como una familia, actuar como una familia y fue en ese momento cuando me di cuenta que los había perdido, había llegado demasiado tarde...

—Ehan...— susurro Hanna al escucharlo, no habían hablado de esa forma sobre el tema, ella sabía que le había dolido escuchar eso pero no sabía cómo se había sentido...Hasta ese momento.

—Me quería morir Hanna, sé que suena fatalista pero es como me sentía, fue en ese momento que él se me acerco y me golpeo, me hizo ver que no era el único que estaba sufriendo. Me había enfocado tanto en recuperarte que me olvide de todo lo demás. Él también estaba sufriendo al saber que tu vida estaba su lado pero tu corazón era mío; el tiempo se le estaba acabando y lo único que quería era ser feliz contigo sus últimos días.

Las lágrimas ya corrían por el rostro de Hanna.

—Él te amaba, te amaba lo suficiente como para haberte dado el divorcio si en no hubiera estado desahuciado, solo para verte feliz a mi lado— le limpio las lágrimas— y esa es la forma en la que quiero amarte, poniendo tu felicidad siempre antes que la mía.

Hanna apoyo su frente sobre la de él antes de besarlo, en ese instante...se juró amarlo de la misma manera. Ehan la acerco por la cintura tomándose su tiempo para besarla, cuando invadió su boca, el beso se volvió completamente arrebatador, Hanna respondió con fervor y él le permitió indagar todo lo que quiso.

Ehan le beso las comisuras de los labios he introdujo la lengua entre los labios de Hanna, explorando el interior una y otra vez. Entraba, indagaba, salía...la respiración acelerada de ambos demostraba como el calor comenzaba a crecer en sus cuerpos.

Hanna sentía una neblina en su cerebro debido a los brazos de Ehan estrechándola; una manos la acercaba por la cintura y otra le acariciaba la cadera rozándole el trasero. Ese deseo irrefrenable de arrancarse la ropa no se alejaba de ellos, pero sabían que no era el momento para dejarse llevar, estaban en el despacho del departamento besándose sobre el sofá y con la puerta sin seguro, los gemelos podían entrar o Cony podía encontrarlos así que con todo el dolor del mundo fueron separándose poco a poco tratando de controlar sus respiraciones.

— ¿Cómo esperas que pueda trabajar después de esto?— se quejó Ehan.

Hanna estaba sentada sobre el así que sentía exactamente a lo que se refería.

—Sé que encontraras la manera de hacerlo— dijo Hanna mordiéndole la barbilla antes de colocarse en pie y caminar hacia la puerta. Le lanzo un guiño sobre su hombro y salió de la habitación dejando a Ehan solo.

El únicamente negó con la cabeza, ya se encargaría de ella esa noche.

Cuando llego de trabajar, los gemelos lo recibieron con un abrazo cada uno.

— ¿Cómo te encuentras campeón?— le pregunto a Dony colocándolo en el suelo.

—Estoy bien, papá. Mamá dijo que solo necesitaba descansar.

— ¿Dónde está su madre?— pregunto Ehan al no verla con ellos.

—En la cocina con la nana.

—Vamos a saludar a...

— ¡Espera papá!— dijo Matt antes de saltar y abrazarse a la pierna de su padre; Dony al ver a su hermano lo imito pero en la otra pierna— debes de llevarnos a nosotros también.

Ehan observo a sus hijos con los ojos llenos de diversión.

—Sujétense bien.

Advirtió antes de comenzar a arrastras ambas piernas con las risas de los gemelos. Se tardó el triple de tiempo en llegar a la cocina.

Hanna está sentada en el desayunador con un vestido verde de algodón mientras Cony estaba preparando la cena. Las dos mujeres se giraron al escuchar las risas de los gemelos y ver a Ehan entrar por la puerta con cada uno colgado en sus piernas.

—Entrega especial— exclamo feliz señalando a los gemelos.

— ¡Cuidado chicos! Van a hacer caer a su padre.

—Él es muy fuerte mamá— dijo Dony orgulloso.

— ¿Ves? Soy muy fuerte— bromeo Ehan acercándose a Hanna casi a rastras.

—Mi hombre fuerte— exclamo ella antes de saludarlo con un beso. Ante eso los gemelos soltaron a su padre y salieron corriendo hacia el salón para no verlos, haciendo reír con eso a Cony.

—Quiero ver si siguen pensando igual dentro de un par de años— dijo Cony con diversión.

Ehan se separó de Hanna solo un poco para mirarla a los ojos— Tú y yo tenemos algo pendiente— susurro con voz ronca haciendo que la piel de ella se erizara y lo observara con emoción, llevo sus manos al pecho de él y lo acaricio mientras se mordía el labio inferior tentándolo.

—Ya falta poco— le susurro dándole un casto beso. Salieron de la cocina hacia el salón para estar con los pequeños un tiempo antes de la cena. La tensión entre ellos crecía con cada roce o caricia que compartían.

Era como un juego de seducción donde la espera no hacía más que incrementar su deseo de estar en su habitación con la puerta cerrada.

Después de dejar a los pequeños es su habitación dormidos. Ehan y Hanna comenzaron a caminar hacia su cuarto de la mano pero era tanto el deseo que sentían uno por el otro que Ehan la apoyo de forma rápida sobre la pared y cubrió su boca con la suya atrapando un jadeo de sorpresa que había soltado Hanna.

Pasada la impresión general, ella levanto su pierna izquierda y con ella le rodeo la cadera para acercarlo más a su cuerpo, Ehan le acaricio el muslo y lo apretó con deseo mientras comenzaba a besarla por el cuello, llevaba horas deseando poder tenerla así y ya no lo soportaba más.

Esa sería una noche larga.

La tomo de las caderas y la elevo contra su cuerpo para apretarla contra la pared haciendo que soltara un jadeo, comenzaron una batalla entre sus bocas para ver quien dominaba a quien. Le acaricio los muslos hasta colar las manos debajo del vestido, pero Hanna lo detuvo antes que sus manos llegaran más lejos.

— ¿Qué ocurre?— pregunto bajando a besar el cuello de ella.

—Estamos en el pasillo— jadeo al sentir como Ehan probaba su piel— y...deberíamos de...— pero Ehan la silencio nuevamente con su boca.

Camino a ciegas con ella por el pasillo mientras no se despegaban. Chocaron con una de las mesas del pasillo casi botando el florero en esta; comenzaron a reír como dos adolescentes y entraron a la habitación.

Ehan la coloco sobre sus pies y separo su boca de la de ella para observarla, le encantaba como ese vestido le marcaba su figura y realzaba sus ojos.

Hanna lo observo con una sonrisa de lado antes de girar lentamente, se inclinó un poco y se deshizo de sus sandalias de forma lenta acariciando su piel con sutileza, sabía que lo estaba provocando, giro su rostro y observo como los ojos de él se encontraban fijamente en ella, se enderezo de forma pausada mientras acariciaba sus piernas con las yemas de sus dedos.

Ehan se deshizo de su corbata mientras se acercaba a ella, Hanna lo observo con tranquilidad mientras llevaba sus manos a su cabello y lo movía con coquetería.

El juego había comenzado.

Hanna lanzo un suspiro al ver como Ehan comenzaba a rodearla sin tocarla, simplemente caminaba alrededor de ella. Observándola...tentándola...

Con delicadeza, Ehan le rozo la nuca mientras le apartaba el cabello hacia un lado dejando su piel expuesta, Hanna sintió un escalofrió recorrerla y a su vestido traicionarla cuando el tirante se deslizo por su hombro de forma sutil dejándola más expuesta frente a su prometido.

Sintió como él se acerba y su respiración la acariciaba haciendo que mil mariposas se desataran en su estómago. Era increíblemente sensual todo ese juego de mirar pero no tocar.

El, se acercó un poco más hasta rozarle la oreja con los labios, coloco un pequeño beso justo detrás del lóbulo hasta descender hacia su cuello, con su mano derecha le rodeo la cintura pegándola a él y con la izquierda le tomo la barbilla para mover su rostro dejando su cuello aún más expuesto.

Un jadeo escapo de los labios de Hanna al sentir una pequeñas mordidas. Se sentía totalmente atrapada entre las manos de su amor.

—Hermosa...—susurro Ehan rozándole desde el hombro hasta la oreja con la nariz— eres demasiado hermosa...

Ella se mordió el labio al escucharlo, esas frases hacían maravillas con su autoestima. Tomo las manos de Ehan y se giró para quedar de frente a él, dio dos pasos atrás quedando afuera de su alcance, observándolo con desafío; bajo sus manos mientras acariciaba su cuerpo sobre la tela del vestido.

Las llevo hacia el borde de la falda y la elevo para sacar el vestido por su cabeza quedando frente a Ehan en lencería negra, esa era la sorpresa que le tenía preparado y por el resplandor de deseo en sus ojos se dio cuenta que fue una buena elección.

—Creo que he muerto...— la observo deslizando sus ojos por el cuerpo de Hanna— y he resurgido en el cielo— afirmo dando un par de pasos hasta alcanzarla, enterró su mano en su cabello y la beso mientras ella se aferraba a su cuello.

Con la pasión desatada, Hanna llevo sus manos al pecho de Ehan para deshacerse de la camisa pero no sabía si era por la celeridad o la falta de destreza cerebral que tenía en ese momento pero no lograba desabrochar los botones, se estaba desesperando así que...

"Zas"

Los botones volaron alrededor de ellos cuando ella le rompió la camisa.

—Ahora me debes una camisa— susurro Ehan lanzando el trozo de tela al suelo mientras Hanna besaba su cuello.

—Te comprare cinco— exclamo tomando su rostro para volver a besarlo, las manos de él, la acariciaban por todos los lados, las llevo hacia su trasero para alzarla sobre sus caderas. Hanna enrollo sus piernas alrededor de él y dejo que la llevara hacia la cama donde la atrapo contra su cuerpo pegando su pecho desnudo al de ella.

—Olvida las camisas— llevo sus mano hacia los pechos de ella y bajo las copas antes de cubrirlos con sus manos— he fantaseado con esto toda la tarde— gruño bajando su boca para comenzar a besar uno de sus senos mientras acariciaba el otro.

— No eres el único que ha esperado esto toda la tarde— él le acaricio con la lengua entres los pechos y subió hasta su boca. Lo tomo de los hombros, los acaricio bajando hacia su pecho, pasando por su estómago hasta llegar al cinturón de su pantalón. Lo tomo por la hebilla y lo jalo haciendo que se presionara contra ella arrancándole un jadeo.

Rodeo su torso son sus manos y le acaricio la espalda baja deleitándose al sentir como los músculos de Ehan se colocaban en tensión ante sus caricias.

—Eres una bruja provocadora— siseo contra su boca.

—Únicamente contigo cariño.

Con esa frase Ehan perdió todo el control que le quedaba, se levantó de la cama y se deshizo rápidamente de sus pantalones y de la ropa interior de Hanna dejando totalmente expuesta frente a él, mientras lo observaba con esos ojos color esmeralda que lo habían fascinado desde la primera vez que la conoció.

Se inclinó sobre ella y llevo su rostro hacia sus piernas, le rozo los muslos con los labios antes colocar un par de besos en ellos. Los separo ligeramente mientras no dejaba de observarla; no había nada más excitante para el que ver a su mujer observarlo con esa ansia y el deseo que sentían ambos.

Le recorrió la cara interna de uno de sus muslos y se acercó un poco más hasta llegar a su punto final. Para ese momento, Hanna ya se encontraba totalmente sumergida en el mar de sensaciones que Ehan la estaba haciendo sentir con cada beso...con cada roce...

— ¡Demonios!— exclamo sin poder contenerse.

Dejo de besarla para subir hacia su vientre con un camino de besos y mordidas que no hacía más que aumentar el ansia de Hanna.

—Te necesito...ya...—exclamo desesperada al sentir a Ehan degustar su cuerpo.

—¡Shss! ...he esperado toda la cena para poder comer el postre...— susurro contra la piel de su bajo vientre— Y ha valido la pena, cada puto segundo— bajo su boca y comenzó a acariciar a Hanna con su lengua haciéndola arquear su espalda mientras tomaba las sabanas en puños.

Su cuerpo comenzaba a perlarse en sudor y su respiración era totalmente exaltada junto con los jadeos que dejaba escapar.

Los minutos pasaban, y ella no dejaba de gemir su nombre.

Soltó la sabana con su mano derecha y la llevo hacia el cabello de Ehan el cual disfrutaba de verla tan descontrolada.

Le pasó los brazos alrededor de los muslos y la sostuvo por las caderas evitando que escapara de él.

— ¡Mierda! — grito Hanna al comenzar a sentir como si su cuerpo explotara en mil pedazos dejándola totalmente exhausta. Su cabello se adhería a su nuca y su respiración trataba de relajarse mientras su cerebro seguía en el limbo.

— Eso... eso fue... yo...— trato de decir Hanna pero no lograba formular la oración.

Ehan comenzó a rozarle el vientre con los labios antes de colocar un serie de besos por su cicatriz, subió por su abdomen he iba avanzando por este hasta llegar al valle de sus senos donde se entretuvo un poco.

Hanna le acaricio el cabello mientras lo sentía acomodarse entre sus piernas.

— ¿Estas lista?— pregunto separando su boca de su piel y alzándose sobre ella observándola con intensidad. Ella lo observo de la misma manera antes de empujarlo y dejarlo sobre su espalda. Se levantó con rapidez y se sentó sobre él convirtiéndose en unos solo.

—Muy lista— respondió mientras comenzaba a mover las caderas observando a Ehan debajo de ella. La tomo por la cintura y le ayudo a llevar un ritmo enérgico.

En la habitación, reinaban los susurros y jadeos de ambos, Hanna cambiaba de ritmo y rotaba las caderas provocando a Ehan, se apartó el cabello hacia un lado y se inclinó sobre el rozándole los labios con los suyos mientras sentía como los dedos de Ehan se clavaban en su cintura.

Comenzaron a acelerar sus movimientos hasta el punto donde Ehan tuvo que besar a Hanna para que no hiciera tanto ruido al sentirla estremecerse sobre él. Lo beso con toda la intensidad que tenía hasta que lo sintió llegar debajo de ella solo unos segundos después.

Silencio.

En la habitación no se escuchaban más que los jadeos erráticos luchando por llevar aire a sus pulmones.

Ninguno de los dos se movía.

Ehan estaba con Hanna sobre su pecho mientras la relajación se expandía por sus cuerpos. La rodeo con sus brazos acariciándole la espalda.

—Eso fue...— comenzó a decir Ehan— algo rápido— termino de decir haciendo reír a Hanna. Levanto la cabeza del pecho de el para observarlo.

—Te dije que te quería ya— afirmo Hanna apoyando sus manos en los pectorales de su prometido— así que tome las cosas en mis manos.

— ¿Ah sí? Entonces...— dijo Ehan rodando con ella para dejarla debajo de su cuerpo— vamos de nuevo— le tomo las manos— pero esta vez— las coloco sobre su cabeza— será a mi manera.

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