-Escalaremos por el costado de la reja en la entrada, una vez haya al menos dos personas afuera, ayudarán al resto a subir. ¿Han entendido todo? -decía Otoya con una cálida sonrisa y aires de seguridad, realmente estaba emocionado y sus brillosos ojos no se molestaban en ocultarlo-
-Si, pero... ¿Quiénes irán primero? -Syo mantenía una expresión neutral, sin embargo, los nervios de su conversación con Shinomiya le destruían por dentro-
-¡Propongo a Natsuki y a Tokiya! Son los más altos -contestó rápidamente el chico de cabello rojizo. Syo frunció el ceño-
-¡Es una estupenda idea!, Syo-Chan podría hacerse daño si cae desde esa altura... exclamó Natsuki con alegría, Syo le dedicó una mirada llena de odio e insultos mentales de todo tipo, aunque no sabía si tomar el comentario para mal o para fantasear con él rubio-
-Trataremos de salir dentro de 2 horas, recojan sus cosas, ordenen sus pensamientos, vean algún sitio o despídanse de la gente que aquí....
-Ya entendimos, Otoya -Tokiya intentó consolarle con la mirada. El penúltimo integrante de Quartet Night había "fallecido" la noche anterior; Reiji la estaba pasando fatal y aquello entristecía a Ittoki la mayor parte de las horas-
-Iré a ver como se encuentra Reiji, ustedes sigan en lo suyo y nos reunimos en la entrada de la academia.
Otoya salió de la sala rumbo a la biblioteca, los pasillos tenían una atmósfera melancólica y solitaria, tétrica sería la mejor palabra para describirlos a la perfección... Luego de todas las atrocidades que esas paredes han visto. Por otra parte, también se hacían increíblemente largos, aún más con el pensamiento de que en todas estas horas Reiji se ha negado a salir de la biblioteca, Ittoki logró hablar con él luego del acontecimiento de ayer, fue poco, pero lo suficiente para entender los pensamientos del castaño. Otoya solo deseaba que Kotobuki aún siguiera con vida.
-¿Reiji...?
No hubo respuesta, Ittoki dudó en abrir las puertas del lugar, imaginando todos los peores escenarios con los que se encontraría a continuación. Las puertas eran viejas y de madera (la cual crujió una vez aplicó fuerza en ellas para entrar). Revisó todo su alrededor y allí en una de las mesas encontró un cuerpo, el chico palideció y se acercó rápidamente al cadáver...
Falsa alarma, Kotobuki respiraba y ninguna herida se veía en su cuerpo. ¡Que buen suspiro de alivio soltó Otoya en ese momento!
-Otoyan, ¿Qué te trae por aquí? -el castaño levantó la vista y miró al intruso con expresión cansada, una sonrisa medianamente forzada y deprimente tono de voz, el brillo que poseía aquella persona se habría extinguido de no ser por todo el apoyo emocional que le brindó Otoya luego de la explosión, aunque, claramente debía poner un mejor esfuerzo en ello-
-Les acabo de comunicar el plan de escape, ¡Estoy tan impaciente por irme de aquí!... ¿y tú?
-Tal vez igual... -eso no ha convencido a Ittoki-
-Reiji...tú no tienes "ese" tipo de pensamientos... ¿Verdad?...
-¡Por supuesto que no! -gritó de repente con mucha seguridad en sus palabras y el ceño levemente fruncido, luego apoyó sus manos en la mesa- Es solo el shock que ha causado la muerte de Ai, ¡pero! ¡no dejaré que te angusties por mi culpa! ¡saldremos de aquí y lo sabes, tienes seguridad en ello! ¡no intentes dudar de mis palabras! ¡no me convertiré en uno más!
-¡Si! -los ojos de Otoya volvían a brillar, como cada vez que mencionaba algo del escape. Escuchar las palabras de Reiji no solo le inspiraban, le daban la fuerza para sobrellevar todas las muertes ocurridas en el establecimiento y animar a los que seguían entre ellos, eran revitalizante y llenas de energía-
-¡Bien! ahora vayamos a preparar nuestras cosas o se nos hará tarde para realizar el plan -Reiji le regaló una cálida sonrisa a Otoya antes de salir de la biblioteca y tomar caminos diferentes para ir a los cuartos respectivos-
(...)
Luego de varios minutos de ajetreo y un pequeño retraso por parte del chico pelirrojo; el plan finalmente se había puesto en marcha e iba viento en popa.
Hasta el momento han cruzado 3 personas; Tokiya, Syo y Natsuki, el único que quedaba era Ittoki quien estaba a punto de cruzar el portón con una enorme sonrisa plasmada... Hasta que el comentario de Tokiya la echó por borda.
... "¿Dónde está Reiji?" su mente aterrizó y una vez que miró a su alrededor notó su ausencia, pidió a Tokiya que le esperase un poco (este acepto a regañadientes puesto que, al haber averiguado la salida, las cámaras del establecimiento podrían reactivarse y captar a Otoya, quien sabe)
Otoya corrió lo más rápido que pudo hasta la biblioteca empujando de todo a su paso, cosas que ya no tenían valor alguno. Llegó al cuarto de Reiji y ni se molestó en tocar la puerta, sabía que estaba vacía y obviamente sin ordenar, aunque algo llamó su atención, una foto en el suelo (bastante vieja al parecer) y un frasco de pastillas (probablemente hurtadas de la enfermería). Cambió su destino, ahora se dirigía a la biblioteca, y una vez llegó gritó el nombre de su compañero; no hay respuesta. Con el valor que le sobraba en el momento, se adentró en el lugar. Libros y más libros polvorientos... ¡Bingo!, allí, en el barandal de la escalera al segundo piso de la biblioteca, se hizo visible una balanceante figura colgada por el cuello a la madera de la barandilla.
-¡Allí estás! -exclamó Otoya con un semblante neutral, estaba ante la presencia de Reiji Kotobuki, oh... Bueno, su cuerpo. A los pies había una nota, la tomó y leyó rápidamente, era una nota de suicidio por motivos personales y un fuerte bajón emocional, por Ai y el resto de su banda, claramente-
-Me has mentido –la tristeza no era problema, eso le sorprendió más que estar frente al cadáver de uno de sus ex tutores y rival de banda. En ese momento ya nada sentía por observar un nuevo fallecido- Me hiciste confiar en tus palabras... -Otoya sonrió sarcásticamente y luego de dejar la carta sobre una mesa y dedicar palabras de adiós (por costumbre y respeto) se dispuso a salir, sin embargo, antes de abandonar la sala Otoya divisó algo que captó su atención; en el bolsillo derecho de la chaqueta verde de Reiji se encontraba camuflado un pequeño trébol de 4 hojas- Heh~ Dijiste que nos acompañarías ¿no?
Ittoki se acercó al cuerpo de Reiji y sacó el trébol con cuidado, si Kotobuki no los acompañaría físicamente, lo haría a través de esa planta, tal vez su espíritu estuviese atrapado allí, quien sabe.
Se guardó el trébol en el bolsillo de su pantalón y se retiró en silencio de aquel lugar. Caminó nuevamente por los pasillos, esta vez con una sensación extraña, ¿has notado alguna vez que alguien te observa por la espalda, pero cuando volteas no hay nadie? Si... Esa sensación inquietante.
Ya llegando a la salida de la academia vio como un poco más adelante una puerta se cerraba sola, ¿o era su imaginación? Parpadeó un par de veces y cuando su vista se aclaró se dio cuenta de que, en ese pasillo, ninguna puerta estaba cerrada.
¿Acaso era este el "Pasillo Maldito?", el pelirrojo miró hacia una pared y notó una extraña mancha en ella, eso confirmó sus sospechas y como consecuencia le hizo apurar el paso. Luego de tanto correr para deshacerse de la sensación de ser observado, llegó a portón con una sonrisa de tranquilidad y fue ayudado por Tokiya para salir.
-¿Y Reiji?...
- Ha ocurrido un hecho inesperado, Tokiya, olvidemos aquello por un momento y centrémonos en que hacer ahora -el cambio de personalidad era evidente, algo había ocurrido con Kotobuki y luego de tantas desapariciones lo más lógico era pensar que ya nunca le verían con vida, eso sí era un hecho triste para Tokiya- ¿Deberíamos llamar a la policía...? -Natsuki pareció alarmarse por un segundo-
-¡N-No creo que sea buena idea! -exclamó el chico más alto de los 4- Una vez salgamos nos interrogarían y probablemente arrestarían por sospecha de a...asesinato... creo... que es mejor no decir nada -el rubio agachó su mirada, no quería ser culpado injustamente-
-Pero si no decimos nada... Tarde o temprano lo descubrirán y nos culparán de igual modo -Tokiya contrarrestó-
-¿Entonces qué debemos hacer? ¿decir todo o callarnos y huir? -fue Syo quien esta vez decidió intervenir colocándose en medio de los dos chicos quienes parecían asesinarse con la mirada-
Ya no estás solo... Por fin... Te reuniste con ellos.
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-Mikaze, ¿Qué haces? -la severa voz de Camus le sacó de su trance-
-Reiji comentó algo sobre esto en la mañana... -Él corta suavemente el trébol de 4 hojas que se encuentra frente a él- Son de buena suerte... ¿Verdad?
-Deja eso, hoy fue una jornada larga solo quiero llegar al apartamento.
-Se lo llevaré... Tal vez esté feliz por ver uno -y volviendo a su semblante sin emociones, guardó el trébol en el bolsillo derecho de su chaqueta con la intención de regalárselo a Kotobuki-