Enchanted

By AndyDelRio

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"Un hilo rojo invisible conecta a todos aquellos que están destinados a conocerse. El hilo puede estirarse o... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13

Capítulo 5

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By AndyDelRio

—Hunter no estoy segura de esto—apreté entre mis manos la pequeña caja de regalo—. ¿Qué pasa si no les caigo bien a tus padres?

—Ellos van a adorarte.

Me removí incomoda en el asiento del copiloto mientras Hunter conducía en camino a la casa de sus padres.

Bajé la mirada y acaricié el papel de regalo con un estampado de flores. Era el cumpleaños de la madre de Hunter, además, era mi primera vez conociendo a su familia y me sentía nerviosa. Solo somos mejores amigos, pero me preocupaba no agradarles a sus padres o que fueran algo racistas, en parte lo duda porque Hunter no es así, pero caras vemos, familias raras no conocemos.

Mi corazón se fue directamente hasta mi trasero cuando Hunter detuvo su auto frente a su casa. La verdad es que era bastante modesta a pesar de tener dos pisos. Por fuera lucía como una casa normal, pero como suele ocurrir siempre, lo interesante siempre ocurre adentro.

Estábamos frente a su puerta y él se giró para verme antes de abrir la puerta.

— ¿Estas lista?

Lo miré y me encogí de hombros.

—Supongo.

Hunter abrió la puerta y me cedió el paso. Al entrar en la casa un delicioso aroma de manzana con canela me llenó los pulmones y no pude evitar aspirar con fuerza. Era demasiado delicioso. No podía parar de olfatear el aire y mi estómago gruñó con ansias de probar lo que fuera aquello.

—Huele demasiado delicioso—murmuré mientras cerraba los ojos y seguía disfrutando del aroma.

— ¿De verdad? —Preguntó algo sorprendido Hunter y yo solo asentí con la cabeza—. Pues gracias.

—No, gracias a ti—una mujer de aproximadamente unos cincuenta años bajó por las escaleras con una hermosa sonrisa y pude reconocer esa sonrisa, era idéntica a la de Hunter—. Se ha vuelto una tradición que los chicos cocinen en mi cumpleaños—la señora Thompson bajó las escaleras y se acercó a nosotros—, pero es el primer año que Hunter cocina y al parecer lo ha hecho bastante bien.

Hunter se acercó a su madre y la abrazó por los hombros para después dejar un cariñoso beso en los labios.

—No lo hubiera logrado sin Natalie que me estuvo guiando paso por paso en el teléfono. Mamá—él acarició el hombro de su madre y después me miró a mí—, quiero presentarte a Mia Loredo, es una compañera de la escuela y—me estremecí al ver como sus ojos se volvían cálidos—mi mejor amiga.

La madre de Hunter se acercó a mí y me tomó por los hombros para después plantar un beso en mi mejilla.

—Encantada de conocerte. Hunter nos ha hablado mucho sobre ti, Mia y muchas gracias por cuidar de mi niño en esta ciudad.

—Es un placer conocerla y no es nada, señora Thompson—me encogí de hombros y le entregué la pequeña caja que contenía su regalo—. Hunter me dijo que le gustaban los libros.

—Pues sí, muchas gracias y nada de señora Thompson. Mi suegra siempre quiso que la llamara así—ella revoloteo los ojos con fastidio—. Puedes decirme señora Grace o solo Grace, como te sientas cómoda, querida. Hunter, no dijiste que ella era muy bonita.

Mis mejillas se sonrojaron y sonreí con algo de timidez. De momento estos dos miembros de la familia Thompson me estaban agradando demasiado.

—Sí que es muy bonita tu nueva novia, Hunter.

Todos nos giramos a la voz que venía de las escaleras y... Madre mía. ¿Dónde habían estado estos especímenes de hombre en mi vida?

Sentí que mi boca se abría con cada paso que el chico daba, para bajar las escaleras, y me obligué a cerrar la boca de golpe. Tenía el cabello castaño de su madre, nada que ver con el cabello negro de Hunter, lo único parecido entre ellos eran los ojos de color, los cuales al parecer no eran de su madre.

Aquel chico no apartaba su mirada de mí y me sonrió de manera traviesa. Me estremecí ante aquellos ojos que me estaban devorando y vi como Hunter se tensionaba y apretaba los puños.

—Cierra la boca, Landon.

Así que ese era su hermano menor.

—Chicos, no empiecen a pelear.

Hunter miró a su madre con arrepentimiento.

—Lo siento.

El hermano menor se abrió paso hasta mí y me tendió su mano la cual yo no dudé en aceptar. Apretó mi mano con suavidad y no apartó su mirada de mí ni un segundo lo cual me hacía sentir que las piernas me temblaban.

—Hola, Mia. Me llamo Landon y soy el hermano guapo.

Él me guiñó el ojo y yo no pude evitar reír.

—Sí que eres tierno—dije entre risas y aparté mi mano—, encantada de conocerte.

—Cariño, ¡feliz cumpleaños! —un hombre de la misma edad que la madre de los chicos entró a la casa y abrazó por la cintura a la señora Grace y dejó un casto beso en los labios de esta—. Encontré tu favorita.

El señor Thompson le entregó una pequeña maceta a su esposa la cual contenía un tallo con pequeñas flores.

—Una orquídea. Amor.

Los ojos le brillaron de emoción y abrazó a su marido para dejar un suave beso.

Landon comenzó a toser y los esposos se separaron con una enorme sonrisa.

—Papá—Hunter puso su mano en mi espalda baja y aquel toque tan repentino me hizo temblar y me erizó la piel—, te quiero presentar a Mia.

—Encantado.

Ambos estrechamos las manos y me fijé en los ojos de color. Definitivamente sus hijos lo habían heredado de él.

— ¿Podemos comer? —se quejó Landon.

—De verdad que eres tan nena—Hunter puso los ojos en blanco—. Ven a ayudarme con las cosas.

Ambos hermanos se fueron a la cocina y yo me quede con los señores Thompson. Ellos fueron tan amables conmigo que me ofrecieron sentarme en la sala y así los tres nos pusimos a conversar un poco. Me preguntaron cosas sobre mí, sobre mi familia y lo que quería hacer con mi vida.

Los padres de Hunter me agradaron y se podía ver que eran una familia bastante normal.

Cuando los hermanos tuvieron todo listo nos fuimos al comedor y ahí degustamos la comida que había hecho Hunter. No tenía idea de que él tuviera tales dotes culinarias, pero era demasiado bueno. Además, lo que había hecho que la casa oliera tan delicioso era el pie de manzana, el postre favorito de Grace.

Después del postre Landon subió por su laptop y la puso frente a su madre. Él inició sesión por Skype y en la pantalla aparecieron una chica y un chico con un cartel que decía Feliz cumpleaños, mamá. La chica era idéntica a su madre, no le había perdido nada. Más tarde Hunter me había dicho que ellos eran su hermana y cuñado.

Al terminar de comer me ofrecí a ayudarle a Hunter a lavar los platos. Él se había negado pero yo insistí, así que no le quedó de otra que aceptar.

—Entonces—dijo Hunter mientras le quitaba el jabón a un plato—, ¿qué te parecieron mis padres?

—Son muy agradables—pasé la esponja por una cuchara y se la di a Hunter—. Realmente fueron muy lindos conmigo y me trataron bien. Me gustaron mucho.

—Me alegra y lamento lo incomoda que te hizo sentir mi hermano.

—Oh no, para nada—le puse más jabón a la esponja y tallé otro plato—. La verdad es que también me agradó demasiado, creo que es divertido.

—Si sigues diciendo eso me voy a poner celoso.

Reí aun que sentí que él no lo había dicho tan de broma, lo cual me hizo sentir un revoloteo en el estómago. ¿De verdad podía estar celoso de que entre su hermano y yo pudiera pasar algo? Eso se veía imposible.

El celular de Hunter comenzó a sonar y se secó las manos para después sacar el aparato. Hizo una mueca al ver el hombre en la pantalla, me dijo que le diera un minuto y salió de la cocina para atender la llamada.

Suspiré con pesadez y continué con mi trabajo de lavar los platos.

— ¿Mi hermano te ha dejado sola con todo este trabajo? —Miré sobre mi hombro y vi como entraba Landon a la cocina negando con la cabeza—. Déjame ayudarte.

—Gracias—le di el plato que había enjabonado y comenzó a quitarle el agua—. En realidad no me abandonó, solo fue a contestar una llamada.

—Las llamadas se pueden regresar, pero pasar un momento agradable con una chica como tú. Esos momentos no vuelven a repetirse.

Mis mejillas se pusieron rojas ante sus palabras.

—Tal vez era algo importante.

—Ajá. Entonces, Mia, ¿dónde aprendiste a hablar en inglés?

—Un poco en la escuela, otro poco viendo películas y series, además les pedí a mis padres que me metieran en un curso de inglés—suspiré—. Creí que lo ocuparía para ir a estudiar a otro continente.

— ¿Dónde querías estudiar?

—En París.

— ¿Y qué haces aquí?

Le entregué el último plato y tomé un pequeño trapo para secarme las manos.

—Quería estudiar pintura y... mis padres no quisieron, dijeron que eso no me iba a dejar para vivir o comer.

Landon cerró la llave del agua mientras me veía, se secó las manos y recargó su cadera en el zinc de la cocina mientras cruzaba los brazos por su pecho.

—Conozco ese sentimiento—sus ojos se tornaron tristes—. El próximo año termino la preparatoria y sé lo que quiero estudiar, pero me dijeron lo mismo que a ti. Así que—se encogió de hombros y bajó la mirada—supongo que escogeré una carrera de la universidad de Hunter.

Me acerqué a él de forma que nuestros brazos se rozaban ligeramente.

— ¿Qué es lo que querías estudiar?

—Música—murmuró con una sonrisa triste—. Amo la música yo...—suspiró—. Es mi pasión.

— ¿Tienes alguna composición tuya?

—Ah—se rascó la nuca y pude ver como se sonrojaba lo cual me pareció algo tierno—, tengo un par por ahí, pero siempre tengo el sentimiento de que nunca están terminadas.

—Tal vez un día puedas enseñármelas.

—Sería genial—sacó su celular y me lo entregó—. Pasame tu número y más tarde te busco en Facebook.

—Claro—tomé su celular y le escribí mi número, después me llamé para tener el suyo—. Listo.

— ¿Qué están haciendo?

Nos sobresaltamos al escuchar que Hunter había llegado de la nada y podía ver en sus ojos que estaba molesto. Me removí incomoda y aparté la mirada de él.

—Solo nos estábamos pasando los números de teléfono—Landon alzó las manos en son de paz—. No pesaba besarla en la cocina, bueno, sí lo pensaba, pero no creo que ella quisiera.

Trágame.

Tierra.

¿A caso Landon se me estaba lanzando? Madre mía.

—Mia, es hora de irnos.

La voz de Hunter era tan fría que podría haber traído una nevada consigo.

No quise discutir con él, así que solo volteé para darle una pequeña sonrisa a Landon.

—Nos vemos luego, fue un placer.

—El placer fue todo mío.

Él se inclinó y dejó un beso en mi mejilla, pero sentí que se apartó de golpe. Aún no había sido así, en realidad Hunter me había tomado del brazo y ahora estaba tirando de mí hacia la salida.

Cuando salimos de la casa me solté de su agarré con brusquedad y me alejé de él para subirme al auto. Cerré la puerta sin esperar nada. Él no tenía derecho a comportarse así conmigo ya que no había hecho nada malo.

Él subió al auto y cerró de un portazo. Arrancó el auto con furia y reojo me di cuenta de que él estaba apretando el volante con fuerza. Me crucé de brazos y me quedé viendo por la ventanilla sin dirigirle la palabra, aunque él tampoco hizo el esfuerzo por decirme algo.

Detuvo el auto frente a mi casa y me bajé sin esperar que él me abriera la puerta.

—Mia—lo escuché llamarme, pero lo ignoré—. Mia, espera—lo escuché bajar del auto, pero avancé a grandes zancadas hasta mi puerta. Él volvió a tomarme del brazo y me detuvo en seco—. Espera, por favor.

— ¿Qué quieres Hunter?

Él me soltó y metió sus manos en los bolsillos de sus vaqueros mientras se movía de un lado a otro.

—Lo siento.

Me crucé de brazos mientras alzaba una ceja.

—Exactamente, ¿por qué?

Se pasó una mano por la nuca y se rascó.

—No debí tratarte así. Fui un total idiota.

—Ni creas por un segundo que voy a negar eso—me di la media vuelta para entrar a mi casa, pero me tomó de la mano con más delicadeza—. Hunter...

—No sé qué me pasó, en serio—suspiró—. Supongo que eres la primera amiga que tengo y... no sé, por un momento me imaginé que me cambiabas y... fue horrible.

Las palabras de Hunter me hicieron estremecer el corazón. Me acerqué a él y tomé su rostro en mis manos acariciando sus mejillas con mis pulgares.

—Eres mi mejor amigo, nunca te cambiaría por nadie—lo miré a los ojos y le sonreí. Mi mirada cayó en sus labios y él corazón se me aceleró—. Eres único para mí.

Él me sonrió y me rodeo la cintura con sus brazos, así ambos nos fundimos en un cálido abrazo.

—Te quiero, Mia.

—También te quiero, Hunter.    

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