Capítulo 5

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—Hunter no estoy segura de esto—apreté entre mis manos la pequeña caja de regalo—. ¿Qué pasa si no les caigo bien a tus padres?

—Ellos van a adorarte.

Me removí incomoda en el asiento del copiloto mientras Hunter conducía en camino a la casa de sus padres.

Bajé la mirada y acaricié el papel de regalo con un estampado de flores. Era el cumpleaños de la madre de Hunter, además, era mi primera vez conociendo a su familia y me sentía nerviosa. Solo somos mejores amigos, pero me preocupaba no agradarles a sus padres o que fueran algo racistas, en parte lo duda porque Hunter no es así, pero caras vemos, familias raras no conocemos.

Mi corazón se fue directamente hasta mi trasero cuando Hunter detuvo su auto frente a su casa. La verdad es que era bastante modesta a pesar de tener dos pisos. Por fuera lucía como una casa normal, pero como suele ocurrir siempre, lo interesante siempre ocurre adentro.

Estábamos frente a su puerta y él se giró para verme antes de abrir la puerta.

— ¿Estas lista?

Lo miré y me encogí de hombros.

—Supongo.

Hunter abrió la puerta y me cedió el paso. Al entrar en la casa un delicioso aroma de manzana con canela me llenó los pulmones y no pude evitar aspirar con fuerza. Era demasiado delicioso. No podía parar de olfatear el aire y mi estómago gruñó con ansias de probar lo que fuera aquello.

—Huele demasiado delicioso—murmuré mientras cerraba los ojos y seguía disfrutando del aroma.

— ¿De verdad? —Preguntó algo sorprendido Hunter y yo solo asentí con la cabeza—. Pues gracias.

—No, gracias a ti—una mujer de aproximadamente unos cincuenta años bajó por las escaleras con una hermosa sonrisa y pude reconocer esa sonrisa, era idéntica a la de Hunter—. Se ha vuelto una tradición que los chicos cocinen en mi cumpleaños—la señora Thompson bajó las escaleras y se acercó a nosotros—, pero es el primer año que Hunter cocina y al parecer lo ha hecho bastante bien.

Hunter se acercó a su madre y la abrazó por los hombros para después dejar un cariñoso beso en los labios.

—No lo hubiera logrado sin Natalie que me estuvo guiando paso por paso en el teléfono. Mamá—él acarició el hombro de su madre y después me miró a mí—, quiero presentarte a Mia Loredo, es una compañera de la escuela y—me estremecí al ver como sus ojos se volvían cálidos—mi mejor amiga.

La madre de Hunter se acercó a mí y me tomó por los hombros para después plantar un beso en mi mejilla.

—Encantada de conocerte. Hunter nos ha hablado mucho sobre ti, Mia y muchas gracias por cuidar de mi niño en esta ciudad.

—Es un placer conocerla y no es nada, señora Thompson—me encogí de hombros y le entregué la pequeña caja que contenía su regalo—. Hunter me dijo que le gustaban los libros.

—Pues sí, muchas gracias y nada de señora Thompson. Mi suegra siempre quiso que la llamara así—ella revoloteo los ojos con fastidio—. Puedes decirme señora Grace o solo Grace, como te sientas cómoda, querida. Hunter, no dijiste que ella era muy bonita.

Mis mejillas se sonrojaron y sonreí con algo de timidez. De momento estos dos miembros de la familia Thompson me estaban agradando demasiado.

—Sí que es muy bonita tu nueva novia, Hunter.

Todos nos giramos a la voz que venía de las escaleras y... Madre mía. ¿Dónde habían estado estos especímenes de hombre en mi vida?

Sentí que mi boca se abría con cada paso que el chico daba, para bajar las escaleras, y me obligué a cerrar la boca de golpe. Tenía el cabello castaño de su madre, nada que ver con el cabello negro de Hunter, lo único parecido entre ellos eran los ojos de color, los cuales al parecer no eran de su madre.

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