Ya había pasado una semana y hoy era el día en el que iba a ver por primera vez , va a ser en el laboratorio, va a ir Lucas para que sea una de las primeras personas que vea, estaba tan emocionada, Peter había salido por algo para comer, estaba tan impaciente que ya estaba lista para irme mucho antes que el se despertara, espere por treinta minutos y el no venía, escuche como abrían la puerta y la cerraban de golpe, yo estaba acostada boca arriba y sentí como Peter subía arriba de mi pero no de forma sensual, si no como si estuviera dispuesto a derrumbarse, agarre su cabello y empecé a acariciarlo y el solo estaba apretando mi blusa con su cabeza recostada en mi vientre.
―Cuéntame, ¿qué paso? ―Pregunte preocupada y sentía como temblaba su puño apretando más mi blusa y subió su cabeza hasta mi cuello acostándose al lado de mí, movió mi cintura para estar frente a frente y solo me abrazo y empezó a llorar, solo lo abrace y le di besos en la frente hasta que se calmó, pero lo seguía abrazando.
―La vi con Larry, se estaban besando, no le importo que la haya visto, siguió haciendo, solo agarre la comida y vine, no pude seguir viendo―Dijo con la voz entrecortada―Camila me dijo que esto pasaría y no le hice caso―Dijo llorando y abrazándome más fuerte. Camila era su ahora segunda mejor amiga, pero ella estudia en Columbus así que casi no se ven.
―No solo ella, yo también te lo decía, ella es una perra y siempre lo será, no es tu culpa caer ante ella―Dije acariciándole el cabello―El karma le llegara, esa gente no es buena, la superaras
―Sabes, no importa que lo haya hecho, si me dolió, pero aun así yo sabía que esa relación no sería para siempre, la extrañare―Dijo suspirando.
―Anímate que lo primero que vea no quiero que sea un Peter todo demacrado―Dije dándole un beso en la frente.
―Tienes hoy es un gran día, no dejare que lo arruine quejándome―Dijo regresándome el beso en la frente.
Después de eso desayunamos y decidí no ir a clases hoy por qué, que estúpida va a clases cuando le van a quitar las vendas, mejor me las quitaría desde temprano, fuimos a el laboratorio y aprecie mi última vez recorriendo estos pasillos sin ver nada, es broma, claro que no lo apreciaba, no había nada que apreciar, ya quería ver todo. Peter me sentó en la silla de siempre, Lucas llego haciendo un ruido tremendo, era como un niño, no podría esperar a que el profesor, llegara, siempre viene temprano y ahora que es el día importante no llega.
―Lo siento por llegar tarde, tenía que pasar por los de las noticias de la universidad―Dijo el profesor apresurado.
― ¿Lista? ―Dijo nervioso, ¿nervioso el?, ¡nerviosa yo!
―Si, Peter, Lucas, pónganse al frente―Dije emocionada.
Sentí como se sentaban al frente de mí y el profesor empezó a quitarme la venda y a limpiarme los ojos, abrí los ojos para que los pueda limpiar, pero solo veía manchas, me empecé a preocupar, pero solo me hacía falta enfocar, parpadee unas veces y empecé a ver mejor, extendí las manos bastante desorientada y cada uno agarro una, seguí parpadeando hasta que pude enfocar, los colores, las formas, el laboratorio, las mesas, los estudiantes, todo era tan hermoso, me había dado cuenta que había visto a todo menos a los chicos así que gire rápido la cabeza y los mire, Dios santísimo, estaban tan guapos, pero cual era cual.
―Dios, hablen, no sé quién es quién―Dije sonriendo a mas no poder.
―Yo soy Lucas enana―Dijo el chico de la derecha sonriéndome y él también estaba llorando, incluso más que yo, era castaño de ojos azules, tes blanca, estaba muy fuerte, se veía bastante apuesto, no podía dejar de verlo era muy apuesto.
―Aquí Peter―Dijo riendo por como miraba a Lucas y mi cara de asombro―Dios me bendijo con una imaginación muy exacta, él era tal y como me lo imaginaba, pero no podía evitar ver sus ojos tristes, rojos, hinchados, agarre su rostro en mi cara y sentí preocupación, busque entre los estudiantes a Haile hasta que la encontré, rubia insípida y sin chiste.
―Eres una perra―Dije levantándome del asiento yendo con toda la intención de golpear a Haile, pero Peter me agarro a tiempo.
―No vale la pena―Dijo agarrándome por atrás, lo volteé a ver y rápido dije
―Claro―Lo agarré de la mano y me sentí otra vez en la silla, no sé porque lo obedecí, sus ojos eran tan lindo, no podía dejar de ver a mis muchachos
Me puse los lentes de todas formas, porque la luz era muy agresiva, e tengo que estar acostumbrando de poco a poco, después de eso hubo una entrevista con los de las noticias, por ser el primer trasplante de ojos en Yale, como era ver por primera vez, lo abrumador que fue cuando me enteré de que había un donador, como estaba agradecida con la familia del fallecido, en cuanto todo acabo abrace con tanta fuerza al profesor que hasta él me dijo que lo estaba dejando sin aire, agarre a los chicos, cada uno en cada mano y Sali corriendo para ver todo el campus, los árboles, el cielo, todo, gritaba de la emoción, no saben cómo es ver todos esos colores, vi como las ardillas subían por los árboles, como la gente reían felices. Voltee a ver a los chicos que no me dejaban de ver sonriendo.
―Saben son bastante guapos, ya sé porque me decían que no los dejaban de ver―Dije sonriéndoles.
― ¿No quieres ir a dormitorio para verte? ―Pregunto Peter, yo solo asentí.
Fuimos caminando lo más lento que pedimos porque no podía dejar de ver todo y a todos, llegamos al abrir la puerta me tope con un lugar tan ordenado que hasta pensaría que un psicópata vive ahí, fui rápido a donde yo creí que era el baño y me quite los lentes, había una mujer delgada y bastante blanca en el reflejo, mis ojos eran claro, tengo mucho que aprender, a escribir o los colores para empezar, mi cabello era muy largo, me llegaba hasta la cadera, creo que me lo cortare, voltee a ver a los chicos y los dos me miraban como si fuera un nuevo espécimen, yo solo los abrace a los dos.
―Gracias chicos, por todo―Dije sonriendo sin cerrar los ojos.
Después de eso Lucas se fue a estudiar a su dormitorio y yo me quede sola con Peter, me acerque a él y él se puso nervioso, pero yo no lo podía dejar de ver, todo en él era tan lindo, hasta sus ojeras lo eran, empecé a tocar su rostro con la punta de mis dedos y vi cómo se estremecía, eran tan gracioso verlo y no solo sentirlo, no pude dejar de sonreí, tocaba sus cejas, sus ojos, sus mejillas hasta llegar a sus labios, los cuales solo toque la comisura con mi pulgar, tenía tantas ganas de besarlo pero acaba de terminar con su novia y no podría soportar un rechazo, al menos no de su parte, baje mi vista a su cuerpo, fuertes brazos y pectorales bastante notables.
―De lo que se pierde―Dije riendo algo sonrojada y el agarro mi mano le dio un beso y la bajo.
―Tengo que ir a mi practica de football, ¿vienes? ― Claro que iba a ir, quería ver el estadio y a los demás hombres, con el hecho de poder ver más lugares estaba feliz.
―Claro, no perdería la oportunidad de verte todo sudado y jadiando―Dije divertida y el me miro con cara pervertida
―Necesitas a Jesús en tu vida―Dijo mirándome con desaprobación y yo solo no podía dejar de reír.
Caminamos por más de cinco kilómetros pero no podía dejar de ver todos los edificios, eran tan hermosos, no podía creer que estudiaba aquí, llegamos a un gran estadio y todos los jugadores empezaron a aplaudir y a cargarme, yo solo no podía creer lo grandes que eran y lo fuertes, me bajaron y empezaron a entrenar, explore un poco el lugar mientras llamaba a mi mama por mi celular, creo que necesitare otro, pero le dije que ya podía ver, que la quería ver en persona y que no podía esperar para ir a México y volverla a ver.
Vi como Peter jugaba, se notaba que no estaba de ánimos, tuvo que salir del entrenamiento porque no se sentía bien, todos sabían lo que había pasado así que le daban su espacio, yo no sabía cómo consolarlo masque abrazándolo y ahorita no podía, así que me limite a sonreírle y el solo se rio, la practica termino rápido después de eso, muchas van al gimnasio después del entrenamiento pero como Peter va en las mañanas conmigo no iba en con su equipo, después de eso nos fuimos y agarro mi mano como siempre.
―Sabes ya no estoy ciega ya la puedes dejar de agarrar―Dije sonriendo, pero no quería que la soltara.
―No la agarraba porque fueras ciega, me gusta estar de la mano con alguien bonita―Dijo sonriendo y yo no podía dejar de sonreír, era tan feliz ahora que nadie podía quitarme la sonrisa de mi cara hasta que dimos la vuelta en una cuadra y nos encontramos a Haile besando a un hombre y rápido mire a Peter que había parado en seco, se veía que ibas a cruzar hacia donde nosotros ya habíamos estado, Peter dio unos pasos hacia tras sin que ellos se dieran cuenta y en la cuadra de al lado solo se me quedo viendo.
― ¿Qué pasa? ― Dije bastante confundida
―Lo siento―Dijo agitado
Empezando a escuchar los tacones de Haile aproximándose, agarro mi rostro entre sus brazos, yo me puse tan nerviosa que mis manos estaban temblando, sentía como se acercaba lentamente a mi rostro sin dejar de mirarme a los ojos, los cuales expresaban pura confusión pánico y emoción, ya no se sabía cuál de las tres estaban más notorias, sin darme cuenta en que momento paso el me empezó a besar y yo por supuesto que le seguí el juego, el beso era tan delicado, tan suave pero al mismo tiempo muy apasionado, empezó a bajar su manos hacia mi cintura y yo subí mis manos hacia su rostro tocándolo suavemente y luego hacia su cuello, estaba besando a Peter, aunque sea solo para darle celos a Haile no importa que me use cuando quiera, besaba tan bien que no quería que se acabara nunca.
―Veo que no pierdes tu tiempo―Dijo la voz de Haile, se separó de mí y la miro con mala cara.
―Tu estando conmigo no lo perdías―Dijo agarrando mi mano y caminando en medio de ella y el chico con el que estaba.
Yo solo estaba perpleja con lo que acaba de pasar, no pude evitar tocarme los labios y recordar el beso, no dijo nada hasta que llegamos al dormitorio, ya era bastante tarde así que llegué a buscar mi pijama y a lavarme la cara, cuando salí del baño me encontré con un Peter sentado en la esquina de su cama con las manos en sus rodillas, cabizbajo
―Lo siento, fue muy impulsivo, no quería que pareciera que si me afecto―Dijo volteándome a ver y tenía lagrimas cayendo por sus mejillas.
―Está bien, no hay problema, lo entiendo, me imagino lo difícil que ha de ser tu situación― Dije sentándome a su lado
― ¿Nunca te han cortado? ―Pregunto secándose las lagrimas
―Nunca estuve con nadie, la única persona con la que tuve esa clase de experiencias fue con Lucas y era porque los dos queríamos experimentar así que hacíamos de todo menos ser novios, hasta que si se consiguió una novia y dejamos de hacer, no me gustaba intentar conseguir novio porque siento que sería una carga, por lo mismo alejaba de la gente―Dije yendo a mi cama y metiéndome en las sabanas.
― ¿Y ahora intentaras tener novio?
―Sabes, no lo buscare, que llegue quien tenga que llegar―Dije suspirando
―Espero que sea alguien bueno―Dijo sonriéndome y dándome un beso en la frente para que él se fuera a su cama y apagara las luces.
Eran las cuatro de la madrugada y unos sollozos me despertaron, era Peter sin duda, me levante de mi cama y me metí a la suya, lo abrace y el me correspondió abrazándome bastante fuerte
―Es que no entiendo como alguien puede hacer algo así, siento que no fui suficiente como para quedarse conmigo, aunque yo no la ame, si la quise y mucho, era una gran amiga, me divertía mucho con ella, pero todo se echó a perder por ser novios, me hizo sentir tan poca cosa, en la mera dignidad de los hombres―Dijo entre sollozos
Yo no me di cuenta y yo ya estaba llorando junto a él, me daba tristeza que por el hecho de que nosotros seamos amigos no quiera nada más conmigo para que no pase lo mismo, me sentía tan egoísta al pensar eso mientras él está sufriendo.
―Mujeres como ella no valen la pena, encontraras a otra mujer que ames tanto que no puedas respirar bien cuando están sin ella, una que enserio ames y que ella te ame a ti, que te diviertas y te sientas como en casa con ella, vas a estar bien, mucho mejor que ahora estas al fin lejos de ella, de segura tienes a muchas que las vuelves locas y tu ni en cuenta―Dije lo último agarrándole el rostro y mirándolo directo a los ojos, así estuvimos viéndonos durante horas, o al menos así lo sentí yo hasta que él se quedó dormido, con nuestras piernas entrelazadas hasta que yo también me quede dormida.