No quiero ser tu esposa (Camr...

By papillon2701

200K 10.5K 1.2K

Lauren pasó de ser su sueño a ser su pesadilla. More

Capítulo 1. I hate you but I love you... but I hate you
Capítulo 2. Malas intenciones
Capítulo 3. Sin salida
Capítulo 4. Bajo el techo de tu enemigo
Capítulo 6. No quiero quererte
Capítulo 7. Bora Bora
Capítulo 8. Esto es la guerra
Capítulo 9. Laura Cabello
Capítulo 10. La boda
Capítulo 11. De nadie más
Capítulo 12. Losing my mind
Capítulo 13. De cero
Capítulo 14. Ella es fuego
Capítulo 15. Sin mirar atrás
Capítulo 16. Confusiones y verdades
Capítulo 17. Corazones al alba
Capítulo 18. No rules
Capítulo 19. Te voy a amar siempre

Capítulo 5. Somos una familia feliz

10K 566 43
By papillon2701

Camila


El fin de semana había llegado con prontitud, desde que había pisado el jueves la actitud de Lauren era diferente, ahora casi no hablaba, vivía con la atención perdida en otros asuntos que yo desconocía, aunque tampoco era que estuviera muy interesada en saber, no puedo negar que su reciente cambio me ha favorecido, por lo menos mis horas en su casa se han vuelto más llevaderas, sin embargo, me he detenido a pensar y quizás hasta esté empezando a preocuparme por esa insolente... Quise castigarme con mis propios pensamientos, me rehusaba a sentir cualquier pizca de misericordia por la persona que estaba realmente arruinando mi vida y mi reputación, la última se ha visto verdaderamente afecta durante los últimos días, solo bastaba con recordar mi pre-infarto al ver las fotos de nuestra supuesta boda en la sección de sociales del periódico más importante de la ciudad, seguro hubiese asesinado a Jauregui si ésta no iluminara por su ausencia.

Esa mañana de sábado me había despertado algún estruendo que provenía de la habitación aledaña, abrí mis ojos con dificultad para intentar diferenciar que había sucedido, pero en ese momento no había más nadie aparte de mí, lo cual resultaba extraño ya que Jauregui solía ser la reina de la holgazanería, aunque teniendo en cuenta que Lauren no había venido comportándose como la verdadera Lauren durante los recientes días supuse que algo serio estaba aconteciendo. Justo cuando iba a ponerme de pie con rumbo hacia el baño tocaron la puerta y yo permití el acceso sabiendo que se trataba de la señora Murphy acompañada del desayuno que correspondía ese día.

-Bueno días, señora. – Saludó con educación y yo puse los ojos en blancos apenas escuché la palabra "señora"

-Señorita. – Le corregí por enésima vez y ella me regaló una cálida sonrisa. – Buenos días, señora Murphy, ya hemos hablado de esto, sé que Lauren le da órdenes, pero no tengo problemas en ir a desayunar abajo, usted podría estar ahorrándose la tarea de traer la comida hasta acá.

-La señorita Lauren insiste, al igual que insiste que todos aquí le llamen de esa forma, "señora". – Reiteró y mi gesto estaba casi rayando entre la desesperación y el enojo. – Además, la señorita Jauregui no está de buen humor hoy, no quisiera ser yo quien la importunara por un simple error como no dirigirme a usted de la manera que se me ha instruido.

-Algún día asesinaré a Jauregui y todo esto acabará. – Farfullé para mí misma, y la señora Murphy me miró divertida. –Hablando de Jauregui, ¿sabe por qué anda tan extraña últimamente? – Indagué sin disimular.

-Solo sé que la señora Jauregui ha pisado el país en las primeras horas de la mañana, ellas no se llevan muy bien. – Me explicó sin la intención de dar más detalles de los que ya había expuesto.

-¿La señora Jauregui?

-La madre de Lauren, la señora Clara. – Agregó despejando mis dudas y sentí como empezaba a empalidecer, Lauren no me había comentado nada acerca de que sus padres regresarían tan pronto, ¿cómo se supone que debería actuar? –Descuide, quizás la señora Jauregui no le odie tanto. – Pronunció al ver mi cara de espanto y preocupación, aunque sinceramente hubiese preferido que se guardara su gesto tan grato y afable para consolarme.

-Camila. – Apareció mi "amada" esposa justo en ese instante, y otra vez traía consigo esa extraña expresión que recién le conocía, claro, por primera vez se había quitado su cinismo del rostro. Lauren permaneció en silencio hasta que la señora Murphy se retiró captando el mensaje con cierto tardío. Luego de eso, sin ningún preámbulo la chica de ojos verdes se desplomó sobre el suelo de rodillas ante mí, yo la miré sumamente confundida y apareció ese puchero que odiaba de ella, algo me iba a pedir, solo que esta vez resultaría siendo muy serio.

-Vaya... no me digas que solicitarás mi mano como debiste haberlo hecho en un principio, me conmueves, Jauregui. – Comenté con el recalcado sarcasmo que utilizaba exclusivamente para ella, Lauren soltó un bufido.

-Prepárate porque viene tu línea. – Contestó y en sus ojos se veía súplica aunque intentaba disimularlo.

-Sabes que me rehúso a fingir dentro de tu choza... no me vengas a insistir ahora. – Le hablé con determinación, ella frunció el ceño colocándose de pie y empezando a caminar en círculos. – Vale, ya sé de qué va todo esto. – Agregué con cierta malicia en mi voz, tenía la pretensión de desquitarme. – Seguro todo tiene que ver con tu mami, ¿me equivoco, cariño?

-Con que dándome un poco de mi propia medicina... - Se detuvo y me miró intensamente. – ¿Existe la posibilidad de que te comportaras como una esposa de verdad solo por unos cinco días, incluyendo por supuesto este fin de semana?

-Lauren, ya me comporto como una esposa de verdad apenas cruzó la reja que da para la calle, ¿no te parece suficiente?

-Camila, tendremos un trato, yo...

-¿Trato? No eres de fiar para los tratos, Jauregui. – La interrumpí empezando a irritarme, ella se mantuvo en silencio.

-Puedes pedir lo que quieras después de esto. – Sugirió con la mirada enterrada en el piso, parecía dispuesta a ceder.

-¿Lo que yo quiera? – Le pregunté empezando a divertirme. - ¿Estás segura?

-Por supuesto no podrás pedir algo que vaya en contra de las condiciones que hemos firmado. – Me aclaró.

-Bien, en primer lugar: el fin de semana que viene quiero mi libertad, así que si pensabas que tenía que acompañarte a alguno de tus tediosos eventos ve deshaciéndote de la idea, ¿De acuerdo?

-No tengo problema con eso, pero no creas que lo tomarás de costumbre. – Su rostro se endureció. - ¿Es todo?

-Lo que más deseo es recuperar mi libertad, Lauren, así que solicito los sábados para hacer lo que se me venga en gana.

-¿Todos los sábados? ¡Estás equivocada! La mayoría de los eventos se realizan esos días. – Protestó.

-Entonces ve despidiéndote de este teatro y que toda tu familia sepa la verdad. – Le amenacé. - ¿Es lo que quieres?

-De acuerdo, ¡Tú ganas! Te daré un sábado cada mes. – Propuso convencida de que era un buen trueque.

-¡Que sean dos! – Repuse, ella parecía que se atajaba algún ataque de ira en su boca.

-¡Maldita sea! – Exclamó de repente. – Serán dos sábados al mes. – Finalizó derrotada.

-Lauren, Querida, ¿dónde te has metido? – Se escuchó de repente una voz señorial que provenía de la entrada de nuestra habitación, era por supuesto la madre de Lauren. Clara era una mujer relativamente joven, esbelta y bastante atractiva, no podía mentir, la belleza de Jauregui tenía una buena herencia de su parte. Al instante de su aparición clavó fijamente sus ojos en mí, tenía que admitir que no estaba en mi mejor momento, me acaba de despertar, así que ella me reparó regalándome una aprobación mediocre, yo me ofendí automáticamente... ¿pero qué se creía esa señora? estaba ciega si no era capaz de ver lo guapa que yo me veía aunque llevara puesto un burka.

-Clara. – Se irguió Lauren y me miró de reojo. – Te has apresurado para la presentación que había planeado, Camila apenas despierta. Solo dale un poco de tiempo, estaremos contigo cuando se anuncie la llegada de mi papá. – La señora Jauregui hizo caso omiso a las palabras de su hija y se adentró más a la habitación.

-No encuentro cuál es el problema para presentarnos ahora. – Comentó mirándome exclusivamente mientras se acercaba, yo mordí mi labio inferior inconscientemente y sin tardarme hice lo que debía: ponerme en pie para recibir su mano y su beso en la mejilla, que en el fondo me pareció inapropiado, es decir, no encajaba con su prepotencia. – Es una pena mi querida Camila que no hayamos estado presente para su boda, desde mi posición rechazo la decisión apresurada que han tomado. Pero bueno, la verdad no me sorprende proviniendo de Lauren. – Sus palabras sonaban tan ensayadas, por un momento me recordó a ciertas actitudes de Lauren, miró a la pelinegra por unos segundos, ella le sostuvo la mirada, era como si se librara una guerra al interior de ambas que destellaba cuando se reflejaban en las pupilas de la otra. – Me retiro por el momento, ya tendremos mucho de qué hablar más tarde, ha sido un placer, Camila.

Cuando Clara Jauregui se retiró por completo, Lauren se relajó automáticamente, había que estar ciego para no notar la tensión que manejaban ese par. De un momento a otro se descargó a mi lado, y suspiró con tal profundidad implorándome piedad, pero yo estaba divirtiéndome con lo que sucedía, ver a Lauren padecer era algo que estaba esperando hacía un tiempo.

-No es la última imprudencia que recibiremos de su parte, con el paso de las horas se pone peor. – musitó enterrando nuevamente los ojos en el suelo. Yo no alcanzaba todavía a comprender porque se encontraba tan preocupada, había algo en todo esto que ella no me había dicho. ¿O es que su madre era tanto de temer? – Le aborrezco. – Agregó, era el primer sentimiento sincero que le había conocido, de repente ¿por qué se encontraba tan abierta conmigo? – Sin embargo ahora que tú has accedido a colaborarme en la causa... - sonrió. – Wow, Camila, en serio aprecio tu amabilidad. – soltó con cierta emoción.

-¡Santos cielos! Verte tan expresiva me está mareando, ¿puedes simplemente ser la Lauren odiosa de siempre?

-Debería... - Se detuvo. – Pero es por tu conveniencia, no quisiera que te enamoraras de mí. – Sonrió con burla.

-Ya quisieras. – Solté un bufido y rodé mis ojos hacia otra dirección.


Lauren


Sin dudas, estos eran los días de mi gran actuación, si sobrevivía a esta semana, lo demás probablemente sería pan comido. Por supuesto mi amorosa madre no me lo haría tan fácil, ya que sin siquiera preguntármelo había organizado una cena con todos los amigos de la familia, presiento que ella sospecha que algo anda mal en todo eso, no debería dudar siquiera conociendo su suspicacia, si siquiera lograra hacerme resbalar lo haría sin vacilar frente a muchos testigos. Michael en efecto apareció cerca de la hora de la cena, no se tomó la molestia de preguntar por mí, solo se dirijo hacia su habitación con la intención de arreglarse, dejaba claro que se moría de ganas por ver lo único bueno que había hecho en su vida, o sea yo.

Yo tomé ventaja de Camila y estuve lista con mucha más anticipación, mi abuelo me había citado, solo para ajustar algunos planes de emergencia, habíamos decidido avisar a los Cabello que inventaran algún pretexto para no asistir, para aniquilar menos posibilidades de que se presentaran inconvenientes, aquello había resultado con éxito, Alejandro estuvo de acuerdo de inmediato. Cerca de las siete el salón principal ya estaba completo con los invitados, yo estaba ansiosa de que la noche acabara, y que acabara sin ningún suceso extraordinario. Debo admitir que aunque la noche acabara mal no me importó luego de ver a Camila con ese vestido que le quedaba... sinceramente ninguna palabra que se cruzaba por mi cabeza era suficiente para describir cómo lucía, solo recuerdo que de repente la temperatura en el salón había ascendido, lo curioso era que solamente yo empezaba a lucir bastante "colorada" ¡santo cielo! ¿En serio Camila estaba así de exquisita?

-eh... ¿Lauren? – Su voz angelical me había traído de regreso, por desgracia, y apenas me dio unos cuantos segundos para reponerme y alcanzar a disimular, busqué en su rostro algún gesto que reflejara que me había pillado y no había nada.

-¡Cariño! – Exclamé sin saber cómo actuar y algunas personas miraron en nuestra dirección, ok, lo admitiré, soy una egocéntrica y quería que notaran lo perfecta que se encontraba mi esposa, ¡por favor quiero empezar a sentir sus expresiones de envidia, señores! – te has tardado un poco. – Le susurré.

-¿Por qué traes esa cara de victoria? ¿Me he perdido de algo? – indagó Camila con cierta inocencia, yo me sonrojé.

-Por supuesto que no, ven conmigo, Michael nos espera. – La tomé del brazo con prisa y nos acercamos hasta donde se encontraba mi padre, él parecía entretenido con sus amigos, pero apenas me vio venir algo captó su atención, evidentemente era Camila, supe verlo en sus ojos, él admiraba las mujeres hermosas –al igual que yo– y Camila lo había sorprendido.

-¡Vaya! ¿Quién iba pensarlo? Jamás creí vivir para ver esto, "su santidad", Lauren Jauregui, de la mano de esta preciosura. – Comentó besando el dorso de la mano de Camila. – Entiendo perfectamente la razón por la cual la has hecho sentar cabeza.

-Está muy joven para eso, Michael. –Sin tardarse interrumpió mi madre, con tal de llevarle la contraria, hacía cualquier cosa.

-Mientras haya amor, querida madre, nunca es demasiado pronto o demasiado tarde. – no iba a quedarme atrás por nada del mundo y me defendí por así decirlo, de inmediato sentí un tropezón por parte de Camila acompañado de un "hipócrita" en mi oído. - ¡Auch! – Me quejé luego de ver sus ojos encendidos, ya sabía que ella odiaba cuando me ponía así de actriz ¡jo!

-Lo raro, es que aún estoy dando cabeza de dónde te salió ese amor querida, ya que nunca antes en mi vida había visto a Camila, ni mucho menos sabía que andaban de amores. – Clara interrumpió nuevamente echando más leña al fuego.

-Yo sí la conocía. – Se apresuró Michael, quien ingenuamente estaba colaborando muy bien en todo esto, la razón era clara, estaba impactado con la chica de ojos marrones. – ¡Por supuesto! Es la hija de Alejandro Cabello, el matrimonio te sienta bien, Camila. – Agregó y automáticamente vi la mirada asesina de la castaña, solo que esta vez un poco más disimulada, en serio se estaba esforzando, si seguía así, podría considerar en darle todos los sábados... ¡Ni pensarlo, Jauregui! Me sacudí.

-¿Y cómo habrías de notarlo, mamá, si te la has pasado de vacaciones todo el año? – Mi indirecta había dado en el clavo, Clara me lanzó su mirada penetrante, incrementando la tensión, ella sabía de mis sospechas sobre su amante. Aquello había sido la cura de mis males, pues de inmediato desapareció sin decir más, nuevamente tenía otra expresión de victoria, eso mientras Clara buscaba alguna manera con que desquitarse.

Camila y yo nos alejamos de igual manera, era mejor mantener la paz, era lo que más me convenía... si fuera otra ocasión muy distinta y ya estuviera peleándome con ella sin importar quien estuviera presente.

-Tu familia es toda "amorosa" me sorprende. – comentó Camila sin dejar de lado su sarcasmo y yo sonreí.

-Clara es una bruja. - Escupí.

-Es tu madre. – Me reclamó y yo me extrañé.

-Camila, no puedo tapar el sol con un dedo, aquí nunca hemos sido una familia, y tú ya lo has podido notar. – Contesté seriamente, luego alcancé a ver una pizca de lástima en sus ojos, quizás se compadecía de mí.

-Creo que la cena empezará en unos minutos, apresurémonos. – Me indicó para cambiar el tema.

-De acuerdo. – Asentí, luego me atreví a tomarla de la cintura y acortar nuestra distancia para caminar a su lado, me encantaba ser el centro de atención junto a ella, era como si me sintiera realmente afortunada y orgullosa. - ¿Qué diablos haces, Jauregui? – Me susurró al oído, Camila no tardó en reaccionar y ese tono de molestia salió a flote..

-Actúo como una verdadera esposa. – Respondí convencida y sonreí.

En minutos nos trasladamos al comedor central de nuestra casa, la gente se puso cómoda, Camila se sentó junto a mí, yo quise fastidiarla tomándole la mano sobre la mesa, ella estaba apenas conteniéndose mientras yo realmente lo disfrutaba, no sé si por verla al borde del colapso por su enojo y tras de eso tener que retener todas esas emociones contra mí, o porque la calidez de su mano se sentía tan bien que estaba por convencerme que acogía mi alma. ¿Qué significaba realmente ella para mí? ¿Era normal que estuviera sucumbiéndome en esta confusión? ¡Por favor! Cualquiera se sentiría confundido al lado de semejante maravilla... estaba por apostar que mi cara de tonta no había tardado en manifestarse, al menos eso me hacía ver más convincente. Mi padre se puso de pie de repente, sacándome abruptamente de mis pensamientos, aquello sí que era extraordinario, rara vez él decidía compartir sus palabras en reuniones sociales.

-No podía tardarme en agradecer a todos los que han asistido esta noche, mis queridos amigos, me enardece que compartan conmigo este regocijo que me invade esta noche, desgraciadamente he dedicado mi vida a ignorar las cosas positivas que ha alcanzado mi querida Lauren, pero hoy, hoy será distinto... - debo admitir que Michael hacía un buen trabajo, yo estaba casi por creer su discurso rebuscado, acto seguido levantó una copa de champagne en dirección a nosotras, la cosa parecía más seria de lo que imaginé, nunca lo había visto tan empeñado en quedar bien – Lauren, hija, te felicito, tu elección me hace más que feliz y Camila, te agradezco por haberle dado una oportunidad a esta cabezota, sé que no te decepcionará. – No podía evitarlo, estaba a punto de estallar en carcajadas, si tan solo supieran que todo se trataba de una farsa, pensar que mi padre se había gastado sus esporádicas palabras en esto... de un momento a otro los aplausos cesaron y todas las personas tenían los ojos sobre nosotras, aquello captó mi atención y mi sonrisa de burla se disipó por completo, Camila me miraba en busca de una respuesta y yo le respondía con el mismo gesto, encogiéndome de hombros, de repente mi padre se aclaró la voz y exclamó con determinación: - ¡Qué están esperando para besarse! – La cara de desesperación de Camila no tenía precio, creo que en ese momento estaba mucho más pálida de lo normal, apuesto a que quería desmayarse, ambas sabíamos que no teníamos escapatoria, así que asentimos al tiempo y nos acercamos vacilando casi sin disimular, lo único que recuerdo con claridad era mi corazón desquiciado queriendo salirse de su lugar, "solo es un beso" me repetía una y otra vez.

-Dime que sabes besar, - Le susurré en un intento por hacer una broma, pero nada funcionaba para calmar los nervios.

-Esto te saldrá bien caro. – Sentenció.

Continue Reading

You'll Also Like

1.5K 95 5
Irina esta haciendo todo lo posible por cambiar y quiere que Karasuma lo note, es verdad que el amor te hace cambiar? historia 100% Karasuma x Irina...
14.8K 956 14
El rostro es la presentación más importante hacia el exterior, eso Camila Cabello lo sabe muy bien. De pasar a una encantadora y malditamente hermosa...
460K 64.2K 42
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
110K 6.4K 20
Camila se enteró que su prima Lucy se iba a casar pero era un tipo de boda muy diferente. Era un matrimonio arreglado. La historia comienza cuando Lu...