FRDZ: Friendzone |J.Jungkook

By MJGozz

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―¿Que se siente saber que la única persona que te conoce mejor que nadie en el mundo no sabe todo lo que sien... More

.•Booktrailer•.
00.•El principio de todo•.
01.•Una mirada al pasado•.
02.•El primer dia•.
03.•Fiesta del ingresante•.
04.•La boca del lobo•.
05.•Ratas de biblioteca•.
06.•Nuevas Estrategias•.
07.•La verdad de la mentira•.
08.•Primera jugada•.
09.•Subidas inesperadas•.
10.•Planificación•.
11.•Hora del juego•.
12.•Bajadas peligrosas•.
13.•Arrepentimientos•.
14.•Reemplazo•.
15.•Nuevo rumbo•.
16.•Cuerdas flojas•.
17.•Estragos•.
19.•Cara a cara•.
20.•Inefable•.
21.•El otro él•.
22.•Encrucijadas•.
23.•Antes de la tormenta•.
24.•Ojos abiertos•.
25.•Silencio•.
26.•Un mal chiste•.
27.•Balance•.
28.•¿Mala persona?•.
29.•Por ti•.
30.•Ni vaso ni vacío•.
31.•Punto de quiebre•.
32.•Dualidad•.
33.•La otra cara•.
34.•Donde debo estar•.
35.•El jardin sin retorno•.
36.•Fondo•.
37.•Malas decisiones•.
38.•Sube y baja•.
39.•Caricias de día•.
40.•No todo lo es brilla es oro•.
41.•El final de todo•.
01.•Epílogo•.
02.•Epílogo•.
.•Agradecimientos•.
Extra00.•JiEun•.
Extra01.•Amigos con derechos•.
Extra02.•Lazos de sangre•.

18.•Transparencia•.

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By MJGozz

¿No les había mencionado anteriormente que somos esclavos de nuestros secretos? Quien sepa de ellos, posee tu libertad.

La transparencia de una persona funcionaba de la misma forma, incluso un poco más dolorosa. Te vuelves invisible frente a alguien que sabe todo de ti y entonces dejas de ser importante, dejas de ser un misterio, pero por mucho que intentes escapar, te retiene. Porque después de todo eres su esclavo.

Y ambas teorías se unían en el concepto que más las convertían en algo doloroso: ¿A qué dueño le importa su esclavo? Son transparentes para él, pero, ¿Qué dueño decide dejarlos libre? Ninguno.

Pero entonces se encontraba un punto medio, donde nada era ni blanco ni negro.

Un sentimiento gris al cual yo denominaba: sentido de pertenencia.

***


Incluso antes de entreabrir los ojos pude sentir como la cabeza me daba vueltas. Tenía muchísimo frío, sin embargo, sudaba como si estuviese bajo el sol en pleno verano. No quería abrir los ojos, no podía tampoco, era como si el peso en mis párpados aumentara con cada segundo que permanecía semi-despierta. Me sentía rara, quizás demasiado perdida, seguía tan cansada que aún no era capaz de distinguir entre sueño y realidad, no reconocía el olor de mis sabanas ni mi colchón, se podía escuchar un leve ruido que provenía de no-se-dónde y la luz que podía percibir aun con mis párpados cerrados no era la misma que solía colarse por las cortinas de mi habitación.

¿Entonces, donde estaba? ¿seguía soñando?

Decidí ignorarlo, mi cuerpo se sentía realmente cansado y mi cabeza dolía horrores, de vez en cuando sufría pequeños escalofríos y me acurrucaba más entre las mantas. Quizás podría no ser mis sabanas, pero el aroma que me entregaban estas era tan exquisito como relajante y no tardé en volver a acomodarme para seguir durmiendo.

Entonces, un celular comenzó a sonar.

Sin pensarlo mucho estiré mi brazo en dirección del ruido y una vez que tomé el aparato contesté sin siquiera molestarme en abrir un ojo.

―¿Qué? ―contesté sin gracia ni amabilidad. Mi voz había salido tan quebrada y grave que causo una puntada dentro de mi garganta. Me dolía terriblemente incluso cuando trataba de tragar mi propia saliva.

―Espera, ¿HyeMin? ―preguntó una voz bastante chillona y ciertamente insoportable del otro lado de la llamada.

Poco a poco iba despertando, comenzaba a sentir cosas que antes había pasado por alto, como que realmente estaba temblando, mi cuerpo estaba completamente caliente, mi estómago daba vueltas y exactamente todo mi cuerpo dolía como si hubiese corrido un maratón.

No estaba enferma, estaba enfermísima.

―¿Al teléfono de quien crees que estas llamando? ―contesté mientras tapaba mi boca en un bostezo que corté rápidamente cuando sentí otra puntada de dolor sobre mi garganta, este dolió tanto que mis ojos se aguaron inmediatamente.

―Mh―murmuró con desagrado―¿Al de Jungkook, quizás?

Lamentablemente, fue su tono sarcástico y cargado de desprecio el que logró despertarme de un solo golpe. Abrí mis ojos con desesperación mientras alejaba el teléfono de mi oído y entonces pude ver que no se trataba de mi celular y que era EunJi quien estaba llamando. Corté la llamada con desesperación y tiré el aparato entre las sabanas.

Presa del pánico y la sorpresa, no pude evitar soltar un grito.

Fue entonces que todos los recuerdos de anoche invadieron mi mente, representando un puñetazo de realidad tan seco que quedé sin respiración por unos segundos.

¡Había tenido el atrevimiento de decirle que no se vaya! ¡No puede ser, qué vergüenza!

―¿HyeMin? ―se escuchó desde el pasillo, en la lejanía, y entonces pude escuchar unos pasos acercándose con rapidez.

Qué imagen tan patética debí haber dado. Me encontraba sentada sobre la cama con ambas manos tapando mi boca y mirando al celular que yacía entre mantas de una manera completamente estupefacta cuando Jungkook atravesó el umbral de su puerta con gran apuro, como si en vez de caminar por su casa, corriera una carrera.

Al verlo tomé uno de los bordes de la manta con la que estaba cubierta y la elevé de tal forma que tapara la mitad de mi rostro, dejando visible solo mis ojos. ¡Incluso había visto los ositos de mi ropa interior! ¿Cómo haría para verle a la cara?

―N-no me veas―Pedí, pero mi voz sonó tan cortada por el dolor de mi garganta que no pude evitar comenzar a toser luego de aquello. Y como si aquello hubiese sido la ficha de un dominó que empujó a otra, cada vez que tosía no hacía más que provocarme más escozor en mi garganta e inconscientemente tosía para apaciguarlo, sin embargo, la historia volvía a repetirse.

El blanqueó los ojos y negó levemente con la cabeza, haciéndome sentir como si fuese una niña. Volvió a salir de la habitación y luego de pocos segundos apareció nuevamente con un vaso de agua. Ni siquiera le permití ofrecérmelo, simplemente me abalancé hacía él y lo tomé como si mi vida dependiera de eso.

―¿Mejor? ―preguntó cuándo bajé el vaso vacío. Asentí levemente. Él se sentó sobre uno de los costados de la cama, el más próximo a mí y extendió una de sus manos para tomar uno de los mechones de mi rostro.

Moví mi cuello con rapidez, evitándolo a la perfección y entonces me vio con el ceño completamente fruncido.

―Realmente estoy muy avergonzada―admití en el pequeño susurro ronco que mi garganta pudo permitir antes de comenzar a toser nuevamente.

―No pareció que tenías vergüenza anoche cuando se acurrucaste sobre mi pecho―mencionó con algo de gracia. Fruncí mi rostro en el puchero más sufrido de la historia y me tiré sobre las almohadas tapándome completamente con la manta y ahogando mi llanto exagerado, dando la imagen de un auténtico berrinche―Anda―intentó de animarme corriendo un poco la manta y quitando todo el pelo de mi rostro de manera delicada―He visto tu rostro durante toda la madrugada, no tiene sentido que te ocultes ahora.

―¿Toda la madrugada? ―pregunté horrorizada, rogando internamente porque no haya babeado o roncado.

―Si―respondió repentinamente serio, logrando contagiarme su seriedad. Me hizo un gesto con su cabeza para indicarme que volviera a sentarme y así lo hice, solo que cautelosamente. Él se acercó a mí con lentitud y cuando pensé que la situación no podía ponerme más rara, posó el dorso de su mano contra mi frente― Has estado delirando en fiebre desde entonces, te he cuidado toda la mañana.

Wow, el sí que sabía cómo hacerme sentir más incómoda. Seguramente lo había puesto en una situación complemente tediosa por mi culpa.

―¿Toda la mañana?¿Qué hora es? ―pregunté, por más que intentara calmarme simplemente no podía. Fuera del gran coctel de emociones que estaba sufriendo en aquel momento, mi cuerpo estaba siendo golpeado severamente por lo que probablemente era el peor resfriado de mi existencia y una resaca para nada gentil.

―Las tres de la tarde―contestó luego de chequear la hora en el reloj de su muñeca, entonces palidecí.

―¿Qu...

Mi pregunta fue interrumpida violentamente por un escozor en mi garganta, cada vez que tosía mi pecho dolía más y más y cuando finalmente acabé con aquella tortura me sentía tan cansada, que me permití recostarme sobre el respaldo de la cama. Estaba tan agotaba que ni quiera podía hablar. Posé una de mis manos sobre mi pecho mientras sentía como este era golpeado por mi corazón, subí mi mirada y entonces pude ver como Jungkook volvía a aparecer por el umbral de la puerta,

¿En qué momento se había ido?

―Ten, tómalas―dijo alcanzándome dos medicamentos, uno se trataba de una pastilla blanca y redonda y el otro de una cápsula ovalada de color anaranjado. Las observé con inquietud sobre la palma de mi mano y fruncí el ceño.

―¿Quién me asegura que no intentas drogarme? ―bromeé, tratando de ocultar la pequeña chispa de desconfianza que se encendió en mí. No tenía motivos para desconfiar de él, pero anoche me di cuenta de que no conocía casi nada sobre su historia. Quizás no se trataba de desconfianza, sino de resentimiento.

―¿Acaso tengo esa pinta?¿Un acosador?¿Un vendedor de órganos? ―contestó utilizando el mismo tono que yo, volvió a sentarse a un costado de la cama, esta vez más cerca de mí.

Se veía completamente cansado, las bolsas bajo sus ojos se notaban terriblemente y lucía varias tonalidades más pálido de lo normal. ¿Qué tan temprano había tenido que levantarse por mi culpa? Me sentía terriblemente culpable, sin embargo, no tuve ningún freno para aclararme la garganta e intentar de ponerme más firme sobre el respaldar.

―No conozco casi nada sobre ti, así que...

―¡HyeMin! ― exclamó notablemente ofendido. Hice una mueca de culpa, quizás había ido muy lejos o quizás la fiebre soltaba mi lengua más que el alcohol―He llegado de la farmacia poco antes de que despertaras―se puso de pie nuevamente, con la evidente intención de ir a buscar las cajas de los medicamentos o quizás el recibo de la farmacia, tomé su antebrazo antes de que se alejara siquiera un paso de la cama

No tenía ninguna duda, ya que él nunca hizo nada. Quizás solo ocultaba lo ofendida que me sentía por hecho de no saber nada de el con la idea de sentirme temerosa de su actitud. Fue por eso, que seguí con mis preguntas, quizás era una actitud baja y casi despreciable, pero era la única oportunidad que vi a mi alcance para saciar mi curiosidad.

―Entonces, ¿Por qué me cuidas? ―estaba harta de tantos misterios, de tantas dudas, tantas preguntas sin respuesta acumulándose en mi cabeza. Necesitaba sinceridad, al menos de una persona.

Y nunca hubiese imaginado que saber que Jungkook tenía un hermano mayor me afectaría tanto. Era una exagerada y lo sabia completamente. Ser una dramática no me impedía reconocer cuando estaba siendo completamente patética. Pero no podía evitarlo. ¿Había sido una estúpida al pensar que habíamos llegado a una relación de amistad donde confiábamos el uno del otro? Quizás, después de todo, realmente lo único que importaba para él era el plan. Y aunque me negara a admitirlo abiertamente en mi mente, mi preocupación iba dirigida a que todo su afecto sea falso y solo se deba por el plan.

―¿Cómo puedes preguntarme algo así? ―respondió seriamente y luego aclaró su garganta, volviendo a tomar asiento cerca de mí―Tu madre dice que tienes gripe, pero yo digo que es mi culpa.

Mi mente quedó completamente en blanco, como si una bomba acabara de explotar y entonces todo desapareció, dejando una gran nube de caos.

―¿Hablaste con mi madre? ―inquirí casi en un grito que acabó con mi voz tal y como la conocía, era horrible no poder hablar como una persona normal culpa de la tos y de lo arruinada que se encontraba mi garganta.

El asintió tranquilamente, ignorado el hecho de que me encontraba completamente alterada por su comentario. Lo miré de manera expectante, deseando que comenzara a hablar de una vez por todas, pero la única respuesta que recibí de él fue un ademán que hizo con su cabeza señalando a mi mano donde tenía ambas pastillas. Rodé los ojos. Agarré el vaso de la pequeña mesita que había a un lado de la cama y tomé ambas pastillas seguidas de un trago de agua.

―Ella llamó a tu celular en la mañana, le comenté de tu estado y me indicó que pastillas comprar, incluso el cuidado que debes tomar, obviamente sigue pensando que estas en el departamento de SeoYeon y no en mi cama―comentó aquello ultimo a modo de gracia y no pude evitar formular una leve sonrisa, pero él no se inmutó, sino que, al contrario, su cara se tornó un poco más seria―Me comentó lo baja que sueles tener tus defensas, ¿Por qué no me has comentado nunca nada? ¿Sabes lo culpable me siento?

Suspiré con sarcasmo.

―¿Solo lo haces por eso? ―comenté con seriedad, mi voz rasposa provocaba que cualquier cosa que dijese se tornara más seria y entonces no dude en esconder mis ofendidos sentimientos detrás de mi enfermedad―¿Por qué te sientes culpable?

El chasqueó la lengua, era evidente que había notado con anterioridad mi estado defensivo solo que lo había ignorado a su gusto, quizás a la espera de que simplemente lo olvidara y así no tener que hablar de lo que él no quería o simplemente buscaba evitar. Sin embargo, ya estaba harta de que la gente simplemente fingiera que mis sentimientos no están ahí incluso cuando no estoy intentando esconderlos.

―Ya, suficiente―declaró cruzándose de brazos con el ceño fruncido―¿Qué tienes?

―¿Por qué no se nada sobre ti? ―recriminé, sintiéndome libre de lucir tan ofendida como me sentía.

¿Por qué tengo miedo de que todo esté afecto y atención de deba al plan?

Había dos grandes disputas dentro de mí. Una era, como ya había expresado, la falta de información que disponía de Jungkook y la otra, la cual comenzaba a ganar peso poco a poco, era poder descifrar porqué me afectaba de la manera en que lo hacía. Quiero decir, ¿Yo no había ocultado cosas también?

Yoongi anoche había mencionado que si sabías todo de una persona podría, a fin de cuentas, resultarte aburrido. Pero, aun así, era necesario un poco de verdad, tener un poco de esa persona, algo que te retenga a ella.

¿Yo quería eso para mí? ¿Algo que me retenga a él?

Seguir llamándolo "simple curiosidad" comenzaba a ser hipócrita de mi parte.

Después de todo, un poco de transparencia no venía mal.

―¿Qué quieres decir? ―fingió no entender nada, poco a poco, iba aprendiendo a leer sus verdaderas intenciones luego de cada acción suya. Lo vi seriamente, sin gracia ni emoción alguna. Luego de unos segundos suspiró a modo de derrota―No hay nada de mi pasado que valga la pena, ¿Por qué insistes en querer descubrir toda esa mierda?

―El hecho de que definas a tu pasado de esa manera deja mucho de qué hablar, Jungkook.

―Simplemente no creo que sea el momento correcto para hablar de eso―admitió sin ser capaz de mirarme a los ojos. Pero eso no hizo más que aumentar mi desesperación―Pero si es tan importante para ti...―suspiró con desgano―Nací en Busan y allí viví casi toda mi vida hasta hace unos años, cuando mis padres se separaron, yo vine aquí con mi madre, sin embargo, JungHo, mi hermano mayor, decidió quedarse allí―su tono había cambiado por uno serio y ciertamente oscuro. Busqué su mirada, pero él no la apartó de su regazo―él nunca ha querido venir, aun así, mi madre siempre tiene una habitación para el a donde sea que nos mudemos. 

Se quedó un tiempo en silencio, todo el dolor de cabeza y demás síntomas de mi resfrío seguían a flor de piel, pero de alguna forma todo quedaba en un segundo plano cuando apreciabas la mueca de tristeza sobre el rostro de Jungkook.

―Yo tampoco soy de Seúl―confesé en medio de aquel silencio incomodo que se había formado, llamando su atención mientras me preparaba para hablar de algo que siempre buscaba evitar. De la misma manera que el ocultaba el dolor que le causaba el recuerdo de su hermano, yo ocultaba a mi padre― En realidad, nací en un pueblo pequeño a las afueras de la provincia, pero nos mudamos cuando era una niña por una enfermedad que terminó cobrando la vida de mi padre.

Ahora fui yo quien mantuvo la mirada baja. Para ser honesta, nunca había hablado de ese tema por mí misma, nunca había tenido el valor suficiente para hacerlo. Dolía como el primer día y lo único que hacía para protegerme a mí misma era evitarlo. Con Taehyung nunca hubo problema al respecto, después de todo, lo había conocido el mismo día del funeral de mi padre, él fue el encargado de avisarle a nuestro actual grupo de amigos cuando todos nos conocimos y SeoYeon se había enterado gracias a mi madre quien lo comentó sin darse cuenta. Eso convertía a Jungkook en la primera persona que se enteraba de aquello por parte de mí.

Una mano secó una lagrima sobre mi mejilla, la cual no sabía en qué momento había escapado. Quizás él tenía razón, quizás simplemente no era el mejor momento para hablar de eso. Por alguna estúpida razón las palabras de Yoongi y mis pensamientos propios rondaban por mi cabeza de manera tortuosa. Él me había comentado algo sobre su vida, finalmente sabía algo.

Podía agarrarme de él. Aferrarme de algo que no sea una personalidad falsa que fue montada solo para la puesta en marcha de un plan. Y resultó tan gratificante como cuando tenía esos pequeños momentos donde conocía al verdadero Jungkook.

Entonces, yo le dije algo sobre mí, porque, así como yo, deseaba que él también tuviese algo para aferrarse a mí.

―Ven―dijo señalando hacia la puerta con su cabeza―debes tener hambre―Se puso de pie y caminó con seguridad hacía la puerta de la habitación.

Desde que le levanté habían sido tantas las veces que lo vi entrar y salir en la habitación que no me sorprendería que se sintiera mareado.

Para ser honesta, no tenía ni un ápice de hambre, ciertamente tenía el estómago tan revuelto por el resfriado que incluso hice un esfuerzo para no vomitar las pastillas que acababa de ingerir. Sin embargo, hice mi mejor esfuerzo por ponerme de pie y seguirlo a través de la casa solo porque valoraba el hecho de que había cambiado de tema cuando más lo necesité.

Si me sentaba a analizar un poco más, él siempre estaba cuando más lo necesitaba.

―SeoYeon vino en la mañana a dejar una mochila tuya―mencionó cuándo llegó a su lugar detrás del desayunador y comenzó a picar algún vegetal con bastante agilidad―está sobre el sofá.

Quise abrir mis ojos en signo de sorpresa, pero la verdad era que me dolía tanto el cuerpo que incluso mover las pupilas para ambos costados me dolía. Aun así, me sorprendí bastante al recordar la existencia de, prácticamente, el resto del mundo.

―¿Viste a Seonnie?¿Cómo estaba?¿Durmió en su departamento?¿Cómo llegó anoche? ―ataqué, apoyando mi mano y parte de mi torso del otro lado del desayunador, enfrentándolo.

―¿Cómo se supone que sabría todo eso? Se veía bien―mencionó mirando a un punto fijo en lo alto, como si tratara de recordar su presencia―Ella y Yoongi se fueron ni bien me dieron tu mochila y luego llamaron al ascensor.

Casi se me cae la mandíbula al piso.

―¿Ella estaba con él?¿A esa hora de la mañana? ―Chillé, sacando mi fangirl interior― Imposible, Yoongi jamás se levanta antes de la cinco de la tarde en un fin de semana, mucho menos si bebió la noche anterior.

―¿Quién lo diría, no? ―mencionó con gracia y una risita tonta escapándose de sus labios.

Abrí mi boca para protestar sobre algo, pero entonces ahogué mis intenciones en un suspiro cuando vi su sonrisa. Despreocupada y espontánea, con esa apariencia puramente inocente, ¿Cuántas veces lo había visto de esa forma? Quizás podría contarlas con los dedos de una sola mano y aun así me parecía algo digno de admirar.

Entonces me detuve a pensar detalladamente: este era el verdadero Jungkook. Una persona completamente diferente a como era frente la presencia de EunJi, ¿De qué otra forma podía explicar que tuviese una personalidad completamente diferente cuando se trataba de ella? No tenía ninguna duda de aquella bruja le había hecho algo, lo había convertido en una persona completamente diferente, y aun peor, lo había hecho tan bien, que él tenía un gran sentido de pertenencia a ella. EunJi había convertido a Jungkook en esa persona arrogante y calculadora que era hoy en día.

Se había metido tan en él, que el siempre volvía a ella.

―¿Jung...

―A propósito―dijo al mismo tiempo en el que yo me animé a abrir la boca, tapando mi intento de pregunta de tal manera que él ni siquiera pareció darse cuenta que en realidad me había interrumpido―¿Quién había llamado?

―Oh―murmuré cuando recordé que, después de todo, era su celular el que había atendido y me correspondía decirle lo que había pasado―Fue EunJi―pero no hubo ni una sola reacción en su rostro―¿Qué sucede? ¿No te sorprende?

El rio ampliamente, volviendo a convertirse en ese chico que EunJi había creado.

―Lo haría si no me hubiese llamado toda la noche―confesó victoriosamente―sin embargo, ahora se detuvo, me pregunto por qué será―dijo con sarcasmo.

Fruncí el ceño y corrí hasta el sofá para tomar uno de los pequeños almohadones que servían de adorno para aventárselo.

―¡Dejaste tu celular cerca de la cama solo para que yo lo contestara así ella suponía que dormimos juntos! ―chillé en el momento exacto en el que mi proyectil impactó contra su cara. Tosí levemente, no había sido buena idea gritar de esa forma.

―¿Y te sorprende? ―preguntó con gracia, complemente orgulloso de su resultado. Tomó el adorno del sofá que había lanzado y caminó hasta donde yo estaba para golpearme a mí. Como si fuese una niña en plena pelea de almohadas tomé otro de los almohadones para devolverle el golpe.

―¡Eres un patán! ―exclamé, importándome poco la puntada en mi cabeza que aquello provocó.

―¿Acaso mentí? Si mal no recuerdo, dormiste pegada a mi toooda la noche―dijo de manera graciosa alargado la palabra solo con el propósito de molestarme.

Y así fue como se desató una pelea por todo el departamento. Corriendo de un lado al otro, tosiendo, golpeando, tosiendo, recibiendo golpes que claramente disminuía porque prácticamente era un palito al lado suyo. En pocas palabras, aquel lugar donde antes reinaba un silencio amenazantemente incómodo ahora estaba lleno de las mejores risas melódicas. Me rendí cuando caí sobre mis rodillas en la gran alfombra de la sala para toser más tranquila. Mis síntomas no se habían ido ni por asomo y aun así moría por seguir jugando con Jungkook. Tomé la libertad de acostarme mientras cerraba los ojos y me concentraba en normalizar mi respiración mientras sentía como mi corazón golpeaba mi pecho desesperadamente, provocando un ruido sordo que no me permitía pensar en otra cosa.

Sentí cómo él se tiró a un lado y a medida en que mi pulso se normalizaba podía escuchar sus respiraciones tan agitadas como las mías. Se puso de costado, estiró el brazo que daba al piso y lo dobló para recostar su cabeza sobre su mano. Con la otra volvió a comprobar la temperatura de mi frente.

―Debería llevarte a tu casa―comentó con cierta preocupación―Es una lástima, me siento realmente solo en ese departamento.

Sé que había sido una confesión rápida, de esas que escapan por tus labios incluso antes de pensarlas. Pero me sirvió para darme cuenta de que, en realidad, era cierto. De todas las veces que había venido, Jungkook siempre estaba solo. Incluso había pasado toda la noche y gran parte de la tarde aquí y jamás había escuchado a nadie más que no fuese él.

―Mi madre no llegará hasta la noche―dije, al igual que él, sin detenerme a pensar. Mis pensamientos no podían ir más allá del gran enigma que representaba la mente de Jungkook.

―Interesante propuesta, señorita Park―contestó muy gracioso, despeinándome el pelo levemente.

―¡Ni siquiera lo pienses, pervertido! ―grité en un susurro, ciertamente estábamos tan cerca que incluso hablar normalmente era un gastadero de energía.

El rio al ver que había logrado lo que quería: molestarme superficialmente.

Con la misma mano que había servido de termómetro tomó uno de mis hombros y me empujó levemente hacía el, haciendo que vuelva a probar aquel pequeño paraíso cálido que representaba recostarme sobre su pecho.

―Tienes razón, no vaya a ser que vuelva a ver los ositos de tu ropa interior―dijo con una broma amigable y no pude evitar golpear su pecho a modo de respuesta.

―No lo hago por ti―me excusé, mintiendo tan terriblemente que ni siquiera me importó ocultar la pequeña risa que escapó por mis labios―Estoy enferma, necesitaré a alguien que me asista.

―No me molestaría―comentó entre risas mientras sobaba de manera exagerada el golpe superficial que le había dado―¡Aah! Ha este paso quien necesite ayuda medica seré yo.

Luego de coro de risas, mi mente volvió atacar y esta vez, simplemente no pude retenerlo. Ese era el Jungkook verdadero, gracioso y amable, cálido y armonioso. No ese chico sin sentimientos cuya única meta era abusar de su gran don para leer a las personas y jugar con ellas.

"Todo lo que te hace, ¿Con quien crees que lo aprendió?"

―¿Por qué ella?¿Por qué EunJi?¿Qué tiene? ―ataqué.

¿Cómo evitaré que le haga lo mismo a Taehyung?

¿Cómo haré para recuperarte?

¿Cómo haré para salvarte?

―HyeMin...―susurró. Yo tragué saliva mientras pasaba el nudo que se me había formado, había entrado en un pequeño estado de desesperación que no podía explicar ni con las palabras correctas―Hay algunas preguntas que ni siquiera tienen respuesta.

Sin embargo, yo la sabía.

La maldita lo había hecho suyo.

***

Y en lo bello de ese día gris, con sabor a medicamentos y pertenencias ajenas, pude apreciar que uno no siempre es esclavo, de forma inofensiva e inocente los secretos te hacían pertenecer a alguien, ya que algo de ti está guardado en esa persona y por primera vez deseé que él tuviese algo de mí.

Después de todo, un poco de transparencia no viene mal.

Porque había dos claras diferencias entre permitir que vean el mundo a través de ti con tu esencia o que pasen de ti como si toda tu existencia fuese la mismísima nada.

Solo bastaba en confiar en esa persona a la que le entregabas un pedacito de tu libertad.

Así funcionaban las cosas, y siempre fue así.









🔸🔸🔸
Lamento si no es taaan interesante o no avanza mucho en la historia, pero necesitaba este capítulo para usar su reflexión como puente para el siguiente y el avance general de la historia.

Gracias por todo su apoyo.

No se si llega a verse, trate de hacerlo lo más evidente posible, pero, aún así, me gustaría decirles que lo que quiere reflejar este capítulo es que confiar en alguien no significa vender tu libertad, solo si confías en quien tienes a tu lado.

Oigan, realmente shippeo mucho a SeoYeon y YoonGi 😂

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